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A partir de hoy debo comenzar mis preparativos (junto con Mónica Lavín y Álvaro Enrigue) para trabajar con los doce escritores que serán seleccionados con miras a la etapa final del concurso Caza de letras, en mayo (es decir, el «virtuality» propiamente dicho, que ahora está en su etapa de preselección con otro jurado). Por consiguiente, no podré comentar nada más sobre el tema. Entiendo que otros lo harán en sus propios blogs. Ojalá sea verdad, porque si en algo se parecen la sociedad y la blogósfera mexicanas es en la tibieza, y no se salvan ni los niños terribles ni los hacedores de diatribas. Por lo demás, todo este asunto me parece muy digno de ser discutido, y aun por quienes consideren que todo el proyecto es absurdo, está viciado o se planteó de manera incorrecta. Ninguna crítica, por afilada o por rabiosa que fuese, sería peor que el ninguneo tan habitual entre nosotros.
      En otra nota pondré, cuando existan, enlaces a los blogs de los concursantes, donde cualquier persona podrá involucrarse y opinar. Saludos a todos.

6 comentarios. Dejar nuevo

  • No me gusta para nada la idea de un «Virtuality». No tanto por el desprestigio que ya trae el nombre de «Virtuality» obviamente relacionado con los lamentables y odiosos «Realities shows”, sino por que creo que la creación desde el alma, y el fondo de uno mismo no debe andar en ese estilo de concursos en que te dicen qué tienes que escribir para demostrar que eres mejor que los demás. Se me hace humillante, odioso, y pretencioso. Lucha de status y popularidad: Qué horror. Siempre intentado demostrar quién es mejor que quién. Carajo, qué les pasa. Otro tipo de concursos son más rescatables en que, luego de una labor de entrega, concursas con algo que te llevó el alma. La labor de escribir no se hace, a mi forma de ver, bajo presión ya que se pierde lo esencial: el sentimiento profundo; las desgarradoras palabras de alguien que necesita ser escuchado. Lo siento, pero no estoy en nada de acuerdo. Qué horror. Los mejores no han tenido necesidad de demostrar las cosas así. Primero se siente, luego se escribe y por último se difunde. No al contrario. ¿O se escribe para ser popular? ¿Para ganar dinero? Esto ha sido una pésima idea que denigra la labor literaria. El oficio del alma. Este concurso será de un intelectualismo que de nada ayudará a las letras.

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  • «Uno más», ¿exactamente qué es lo que entiendes por «intelectualismo»? Supongo que debe ser algo muy malo, pero no entiendo qué. Yo tenía la idea de que el trabajo intelectual proviene del alma (porque del cuerpo seguro que no, pensaba yo) pero seguramente he de estar equivocado: a lo mejor proviene de la nariz o del colon… o a lo mejor es que el propio esfuerzo físico de darle a las teclas o de agarrar la pluma es lo malo. A lo mejor lo que sale realmente del alma se transmite por telepatía. A ver si nos explicas (pero por escrito, dado que todos los que dejamos comentarios aquí somos intelectuales y no tenemos poderes mutantes) y así todos te damos la razón más rápido.

    Otra cosa: yo ni me inscribí al juego este, porque me paso de la edad, pero me habría gustado porque según yo lo que se va a hacer es un taller, lo que quiere decir que a los concursantes los van a poner a hacer ejercicios de escritura: imaginarse historias, inventar personajes, redactar descripciones muy específicas. No sé si sepas pero la gente que escribe, incluyendo a los «mejores», tiene que aprender a hacer esto porque las cosas no les salen así nomás, ya listas para ser obras maestras. El «sentimiento profundo» hace falta pero no es suficiente. A lo mejor te parece horrible, pero igual que un futbolista se la tiene que partir entrenando el cuerpo los que escriben tienen que entrenar la mente, hacerse disciplinados para que las cosas no les salgan de casualidad. Es igual que los pintores, que tienen que aprender a sostener el pincel y a combinar los colores, o que los músicos que se tienen que llenar los dedos de ampollas en lo que aprenden las pisadas de la guitarra y además tienen que saberse cada pisada y cómo se llaman y todo eso.

    Todas esas cosas te parecerán humillantes y odiosas, pero son con los que luego el escritor y el pintor y el músico podrán expresar mejor lo que les «salga del alma». El único chiste del numerito es que en vez de reunirse en un salón van a interactuar en la red para comentar lo que estuvo bien y lo que estuvo mal. Y ya.

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  • Me encanta el comentario que le escuché alguna vez a Juan Soriano: «Olvida todo lo que hayas aprendido por que no te servirá de nada» (algo por el estilo) Y estoy muy de acuerdo con él. No me puse como tú a decir que sus obras le salían de la nariz, sino que traté de entenderlo, y lo hice. En esa misma entrevista dijo que nada de eso sirve por que las verdaderas obras no salen de ahí.
    Estoy de acuerdo contigo en que un escritor debe ejercitar y trabajar, pero no de esa manera tan frívola de demostrar quién es el mejor alumno, o el más ñoño. Por eso me chocan los talleres en que solo la gente se sienta a leer sus cosas y los demás lo critican. Yo digo una cosa, en todos esos talleres lo que les falta es alma y sentimiento. Perdón, estoy mal, no digo que a todos les falte eso, pero, ¿qué pasa cuando hay alguien que verdaderamente tiene esa magia? La mayoría de los talleres son la misma cosa, y esto va a ser una cosa de lo mismo pero amplificada, repito: qué horror. ¿Por qué no enseñar a sentir? Ah, y Rad, gracias por dar con tu comentario el ejemplo preciso del “intelectualismo” al que me refiero.
    Otra cosa, como piden gente que por lo menos haya tenido dos publicaciones, pues imagino que ya saben “las pisadas”, así que creo que va a ser un derroche de creatividad nada más. ¿Por qué no mejor formarse un estilo propio y sacar los demonios para que los lectores se sientan identificados con el “alma” del escritor y con sus historias? Digo, hasta a Jaime Sabines huyó de la retórica para metaforizar la vida. Caray, espero que me entiendas. Sino pues no importa, imaginemos que él escribió con la nariz o con el colon, o que era un mutante, muajaja.
    Sigo diciéndolo; este concurso fue una pésima idea. Y por dios, ¡a quién se le ocurrió eso de “Virtuality”!
    No cabe duda., prefiero alguien que escriba poco pero bien y con el “alma”, [como Juan Rulfo, otro mutante], a alguien que sepa escribir mucho, con amplios conocimientos “estructurales y retóricos”, pero sin corazón.

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  • Creo que Uno más ha entendido mal el objetivo del concurso. A mi parecer, como dice Rad, es un taller en vivo, donde se explota al internet –de ahí lo de virtuality– como una herramienta para reunir a los participantes que pueden ser de distintos puntos geográficos y por ello no podrían asistir físicamente a un salón. No sé si Uno más sea una persona dedicada a escribir, pero creo que quienes trabajamos en ello somos concientes de que la popularidad y el dinero son cosas que no se obtienen de un oficio como este, ni siquiera participando en dos o más concursos a la vez. Y no importa, en realidad creo que al final no importa quién ganará, sino todo el proceso que antecederá al final y en el que nuestra opinión como lectores tendrá un gran peso. El reto, el juego, el ejercicio serán fundamentales para darle movimiento a este concurso, en el que en realidad los participantes serán como un medio para quienes impartan el taller y quienes estemos atentos a él, pues supongo moverán sus piezas siguiendo nuestros comentarios, observaciones y peticiones, como en un taller normal, en el que no se trata de lucir un texto, sino construirlo.
    Por desgracia yo tampoco pude inscribirme debido a cuestiones de trabajo y tiempo, pero claro que estaré pendiente, pues se trata de un suceso nunca organizado de manera tan pública y abierta –ya se ha visto en foros de sitios como fatal espejo–, y creo que será un gran incentivo para promover la escritura y la lectura. Me gusta que sea en tiempo real, porque crece la emoción y la expectativa, y motiva el cerebro de quien asiste como lector–espectador.

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  • «Olvida todo lo que has aprendido, porque de nada te servirá».

    Humildad. La frase ni debería ser escrita. Escrita, Uno más, no dice nada, pero obliga a aprender todo lo que haya que aprender. Si no, ¿qué vamos a olvidar? Lo digo en serio.

    ¿Dices que se trata de competir para ver quién es el mejor? No lo creo. Sería un desperdicio de talento para el que con ese ánimo entrara al concurso. Si es que talento hay para desperdiciar. Habrá que esperar, observar, y reflexionar.

    Aplaudo que apeles al sentimiento, voto por eso. El texto debe llegar al lector, siempre. Al menos, intentarlo, porque no siempre el lector querrá leer lo que está escrito. El concurso, me parece, deberá servir para observar y aprender algunas cosas sobre el oficio, pero, ¿qué son las herramientas sin la mano que las use? ¿Esta es tu crítica? Habrá que esperar para corroborar.

    Un saludo, Alberto, suerte con el reto.

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  • Con todo y los riesgos, vale la pena ver qué pasa en el virtuality. Tus tribulaciones son válidas y parecen muy nacidas del corazón (órgano que, lo sabrás tú, que lo mencionas, es traicionero, no del todo fiable) , pero: ¿cómo ves, mi querido(a) Uno Más, si nos esperamos hasta que concluya la primera generación para sacar conclusiones? En el peor de los casos, queda como un experimento fallido (del que, sin embargo, se podrán sacar conclusiones, descartar rutas, modificar trayectos, lo cual lo reevindica de algún modo). Pero en una de esas, resulta ser una gran cosa, un verdadero estímulo para los lectores y los escritores en ciernes; algo que traiga luces en la penumbra del panorama de los lectores mexicanos. Los dados están cargados: se puede perder poco, se puede ganar mucho.

    (Y mucha, mucha suerte como jurado, Alberto 🙂

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