El cuento del mes

El huésped

Un cuento de Amparo Dávila (1928), excelente narradora mexicana. Sus textos, como ocurre en el que sigue, acostumbran tratar lo que no se ve y no se dice, lo impreciso –e inquietante– que está justo más allá del lenguaje y la experiencia. Vale mucho la pena buscar sus libros centrales: Tiempo destrozado (1959) y Música concreta (1964), o bien la antología Muerte en el bosque, aparecida en los años ochenta. «El huésped» es el cuento más comentado de este sitio –véase la parte inferior de esta página–, y no sin razón: su misterio está hecho para perdurar, para no resolverse nunca y sin embargo seguir provocando curiosidad y asombro.

*

Nota de 2009: toda la obra narrativa de Dávila se ha recopilado en Cuentos reunidos, una edición del Fondo de Cultura Económica.

*

Nota de 2016: durante el tiempo en que este cuento ha estado en línea en este sitio, la figura de Amparo Dávila se ha revalorado y ahora es considerada una clásica viva, una autora crucial de la narrativa mexicana. Esto es una felicidad.

*

Nota del 18 de abril de 2020: hoy ha muerto Amparo Dávila. Para mí es una patada del mundo, un horror, una tristeza enorme. Hay escritores a los que se admira, se envidia, se contempla con curiosidad o con pasmo; para mí al menos, Amparo Dávila es una escritora a la que se llega a querer, como a una amiga, a través de su obra. Sé que muchas otras personas sienten lo mismo: somos sus lectores, que le lloramos.

EL HUÉSPED
Amparo Dávila

Nunca olvidaré el día en que vino a vivir con nosotros. Mi marido lo trajo al regreso de un viaje.
      Llevábamos entonces cerca de tres años de matrimonio, teníamos dos niños y yo no era feliz. Representaba para mi marido algo así como un mueble, que se acostumbra uno a ver en determinado sitio, pero que no causa la menor impresión. Vivíamos en un pueblo pequeño, incomunicado y distante de la ciudad. Un pueblo casi muerto o a punto de desaparecer.
      No pude reprimir un grito de horror, cuando lo vi por primera vez. Era lúgubre, siniestro. Con grandes ojos amarillentos, casi redondos y sin parpadeo, que parecían penetrar a través de las cosas y de las personas.
      Mi vida desdichada se convirtió en un infierno. La misma noche de su llegada supliqué a mi marido que no me condenara a la tortura de su compañía. No podía resistirlo; me inspiraba desconfianza y horror. «Es completamente inofensivo» —dijo mi marido mirándome con marcada indiferencia. «Te acostumbrarás a su compañía y, si no lo consigues…“ No hubo manera de convencerlo de que se lo llevara. Se quedó en nuestra casa.
      No fui la única en sufrir con su presencia. Todos los de la casa —mis niños, la mujer que me ayudaba en los quehaceres, su hijito— sentíamos pavor de él. Sólo mi marido gozaba teniéndolo allí.
      Desde el primer día mi marido le asignó el cuarto de la esquina. Era ésta una pieza grande, pero húmeda y oscura. Por esos inconvenientes yo nunca la ocupaba. Sin embargo él pareció sentirse contento con la habitación. Como era bastante oscura, se acomodaba a sus necesidades. Dormía hasta el oscurecer y nunca supe a qué hora se acostaba.
      Perdí la poca paz de que gozaba en la casona. Durante el día, todo marchaba con aparente normalidad. Yo me levantaba siempre muy temprano, vestía a los niños que ya estaban despiertos, les daba el desayuno y los entretenía mientras Guadalupe arreglaba la casa y salía a comprar el mandado.
      La casa era muy grande, con un jardín en el centro y los cuartos distribuidos a su alrededor. Entre las piezas y el jardín había corredores que protegían las habitaciones del rigor de las lluvias y del viento que eran frecuentes. Tener arreglada una casa tan grande y cuidado el jardín, mi diaria ocupación de la mañana, era tarea dura. Pero yo amaba mi jardín. Los corredores estaban cubiertos por enredaderas que floreaban casi todo el año. Recuerdo cuánto me gustaba, por las tardes, sentarme en uno de aquellos corredores a coser la ropa de los niños, entre el perfume de las madreselvas y de las bugambilias.
      En el jardín cultivaba crisantemos, pensamientos, violetas de los Alpes, begonias y heliotropos. Mientras yo regaba las plantas, los niños se entretenían buscando gusanos entre las hojas. A veces pasaban horas, callados y muy atentos, tratando de coger las gotas de agua que se escapaban de la vieja manguera.
      Yo no podía dejar de mirar, de vez en cuando, hacia el cuarto de la esquina. Aunque pasaba todo el día durmiendo no podía confiarme. Hubo muchas veces que cuando estaba preparando la comida veía de pronto su sombra proyectándose sobre la estufa de leña. Lo sentía detrás de mí… yo arrojaba al suelo lo que tenía en las manos y salía de la cocina corriendo y gritando como una loca. Él volvía nuevamente a su cuarto, como si nada hubiera pasado
      Creo que ignoraba por completo a Guadalupe, nunca se acercaba a ella ni la perseguía. No así a los niños y a mí. A ellos los odiaba y a mí me acechaba siempre.
      Cuando salía de su cuarto comenzaba la más terrible pesadilla que alguien pueda vivir. Se situaba siempre en un pequeño cenador, enfrente de la puerta de mi cuarto. Yo no salía más. Algunas veces, pensando que aún dormía, yo iba hacia la cocina por la merienda de los niños, de pronto lo descubría en algún oscuro rincón del corredor, bajo las enredaderas. «¡Allí está ya, Guadalupe!»; gritaba desesperada.
      Guadalupe y yo nunca lo nombrábamos, nos parecía que al hacerlo cobraba realidad aquel ser tenebroso. Siempre decíamos: —Allí está, ya salió, está durmiendo, él, él, él..
      Solamente hacía dos comidas, una cuando se levantaba al anochecer y otra, tal vez, en la madrugada antes de acostarse. Guadalupe era la encargada de llevarle la bandeja, puedo asegurar que la arrojaba dentro del cuarto pues la pobre mujer sufría el mismo terror que yo. Toda su alimentación se reducía a carne, no probaba nada más.
      Cuando los niños se dormían, Guadalupe me llevaba la cena al cuarto. Yo no podía dejarlos solos, sabiendo que se había levantado o estaba por hacerlo. Una vez terminadas sus tareas, Guadalupe se iba con su pequeño a dormir y yo me quedaba sola, contemplando el sueño de mis hijos. Como la puerta de mi cuarto quedaba siempre abierta, no me atrevía a acostarme, temiendo que en cualquier momento pudiera entrar y atacarnos. Y no era posible cerrarla; mi marido llegaba siempre tarde y al no encontrarla abierta habría pensado… Y llegaba bien tarde. Que tenía mucho trabajo, dijo alguna vez. Pienso que otras cosas también lo entretenían…
      Una noche estuve despierta hasta cerca de las dos de la mañana, oyéndolo afuera… Cuando desperté, lo vi junto a mi cama, mirándome con su mirada fija, penetrante… Salté dé la cama y le arrojé la lámpara de gasolina que dejaba encendida toda la noche. No había luz eléctrica en aquel pueblo y no hubiera soportado quedarme a oscuras, sabiendo que en cualquier momento… Él se libró del golpe y salió de la pieza. La lámpara se estrelló en el piso de ladrillo y la gasolina se inflamó rápidamente. De no haber sido por Guadalupe que acudió a mis gritos, habría ardido toda la casa.
      Mi marido no tenía tiempo para escucharme ni le importaba lo que sucediera en la casa. Sólo hablábamos lo indispensable. Entre nosotros, desde hacía tiempo el afecto y las palabras se habían agotado.
      Vuelvo a sentirme enferma cuando recuerdo… Guadalupe había salido a la compra y dejó al pequeño Martín dormido en un cajón donde lo acostaba durante el día. Fui a verlo varias veces, dormía tranquilo. Era cerca del mediodía. Estaba peinando a mis niños cuando oí el llanto del pequeño mezclado con extraños gritos. Cuando llegué al cuarto lo encontré golpeando cruelmente al niño. Aún no sabría explicar cómo le quité al pequeño y cómo me lancé contra él con una tranca que encontré a la mano, y lo ataqué con toda la furia contenida por tanto tiempo. No sé si llegué a causarle mucho daño, pues caí sin sentido. Cuando Guadalupe volvió del mandado, me encontró desmayada y a su pequeño lleno de golpes y de araños que sangraban. El dolor y el coraje que sintió fueron terribles. Afortunadamente el niño no murió y se recuperó pronto.
      Temí que Guadalupe se fuera y me dejara sola. Si no lo hizo, fue porque era una mujer noble y valiente que sentía gran afecto por los niños y por mí. Pero ese día nació en ella un odio que clamaba venganza.
      Cuando conté lo que había pasado a mi marido, le exigí que se lo llevara, alegando que podía matar a nuestros niños como trató de hacerlo con el pequeño Martín. «Cada día estás más histérica, es realmente doloroso y deprimente contemplarte así… te he explicado mil veces que es un ser inofensivo.»
      Pensé entonces en huir de aquella casa, de mi marido, de él… Pero no tenía dinero y los medios de comunicación eran difíciles. Sin amigos ni parientes a quienes recurrir, me sentía tan sola como un huérfano.
      Mis niños estaban atemorizados, ya no querían jugar en el jardín y no se separaban de mi lado. Cuándo Guadalupe salía al mercado, me encerraba con ellos en mi cuarto.
      — Esta situación no puede continuar —le dije un día a Guadalupe.
      — Tendremos que hacer algo y pronto – me contestó.
      — ¿Pero qué podemos hacer las dos solas? —Solas, es verdad, pero con un odio…
      Sus ojos tenían un brillo extraño. Sentí miedo y alegría.
      La oportunidad llegó cuando menos la esperábamos. Mi marido partió para la ciudad a arreglar unos negocios. Tardaría en regresar, según me dijo, unos veinte días.
      No sé si él se enteró de que mi marido se había marchado, pero ese día despertó antes de lo acostumbrado y se situó frente a mi cuarto. Guadalupe y su niño durmieron en mi cuarto y por primera vez pude cerrar la puerta.
      Guadalupe y yo pasamos casi toda la noche haciendo planes. Los niños dormían tranquilamente. De cuando en cuando oíamos que llegaba hasta la puerta del cuarto y la golpeaba con furia…
      Al día siguiente dimos de desayunar a los tres niños y, para estar tranquilas y que no nos estorbaran en nuestros planes, los encerramos en mi cuarto. Guadalupe y yo teníamos muchas cosas por hacer y tanta prisa en realizarlas que no podíamos perder tiempo ni en comer.
      Guadalupe cortó varias tablas, grandes y resistentes, mientras yo buscaba martillo y clavos. Cuando todo estuvo listo, llegamos sin hacer ruido hasta el cuarto de la esquina. Las hojas de la puerta estaban entornadas. Conteniendo la respiración, bajamos los pasadores, después cerramos la puerta con llave y comenzamos a clavar las tablas hasta clausurarla totalmente. Mientras trabajábamos, gruesas gotas de sudor nos corrían por la frente. No hizo entonces ruido, parecía que estaba durmiendo profundamente. Cuando todo estuvo terminado, Guadalupe y yo nos abrazamos llorando.
      Los días que siguieron fueron espantosos. Vivió muchos días sin aire, sin luz, sin alimento… Al principio golpeaba la puerta, tirándose contra ella, gritaba desesperado, arañaba… Ni Guadalupe ni yo podíamos comer ni dormir, ¡eran terribles los gritos…! A veces pensábamos que mi marido regresaría antes de que hubiera muerto. ¡Si lo encontrara así…! Su resistencia fue mucha, creo que vivió cerca de dos semanas…
      Un día ya no se oyó ningún ruido. Ni un lamento… Sin embargo, esperamos dos días más, antes de abrir el cuarto.
      Cuando mi marido regresó, lo recibimos con la noticia de su muerte repentina y desconcertante.

216 comentarios. Dejar nuevo

  • ¿Qué era? Por varias momentos pensé en un gato, pero eso ya es demasiado.

    ¿Quién es? ¿Es Amparo Dávila una escritora semi – olvidada como Tario?

    Yo conozco muy pocos autores, pero su nombre y su nacionalidad me sorprendieron. Tambien me recordó al «Almohadón de Plumas», y supongo habrá mas cuentos similares que yo no conozcó.

    No se por que cuando los cuentos me gustan más no comento nada. Ahora me gustó pero no como el de «En el bosque» ¿?

    Saludos Alberto, nos vemos el sabado.

    Responder
  • ¿Recuerdas Alberto lo de la minificción? (quedó en el post de «Lapidarias») Hice una, espero puedas leerla; está en mi blog. Ah pero que cosas digo, si es una minificción.

    …y cuando nada existía, y sólo Borges era capaz del habla, llegó la «realidad» y, a la verdad la convirtió en fantasía.

    Responder
  • Hola, Fernando. De hecho, un libro entero de Amparo Dávila está entre los archivos en la página del taller. Asómate y encontrarás un par de textos semejantes a éste. 😉

    Sobre Dávila, efectivamente ella es mexicana, y poco conocida, como Tario. Pero creo que sus textos valen la pena. Por cierto: acerca de cuándo comentas, me alegra que lo hagas cuando lo desees (y que lo desees, je).

    Sobre la minificción, te comento aparte. Muchos saludos y seguimos en contacto.

    Responder
  • A mi me parecio un chimpance o algun otro simio, saludos!!!

    Responder
  • Justamente porque no se dice, creo que seguiremos discutiendo de esto durante largo tiempo… 😉 Un saludo.

    Responder
  • Ma. Elena
    22/03/2006 3:38 pm

    Me encantó este cuento. Claro que yo soy más fácil que la tabla del uno porque lo raro sería que no me gustara. Me dejó muy impresionada el no saber de qué se trata. Creo que voy a soñar con ESO.
    Nos vemos el sábado
    Ma. Elena

    Responder
  • ¿No es obvio?… se trataba de la bestia más terrible que alguien pudiera haber imaginado.

    Responder
  • Desde mi punto de vista y sintetizando, el animal es un desdoblamiento del esposo, al cual la protagonista habra de enfrentar, como un primer signo de transgresion. Es un cuento muy rico de interpretaciones. De ahi que no termine mi tesis.

    Responder
  • Hola a todos. Solamente quiero señalar que, si se leen juntos lo comentarios de Sorson y Nubia, aparece una conclusión que no sé si es la de Dávila, pero resulta de lo más interesante. 😉 Un saludo.

    Responder
  • Adan Balcazar
    28/03/2006 1:58 pm

    Me recordo, salvo sea la diferencia a, «la hojarasca» de Garcia Marquez como una variacion de el.

    Responder
  • vaya, pues es agradable encontrarme con un sitio como éste. Yo conozco parte de la creación literaria de la escritora zacatecana. Si alguien tienen algún dato sobre ella, sobre todo cómo puedo localizarla me gustaría que me lo hicieran saber.

    Responder
  • Felipe Huerta
    04/04/2006 7:56 am

    Hola Alberto. Me encantó este cuento. ¿Has leído «El espejo» (de la misma autora)? Me parece también muy inquietante… FHH

    Responder
  • Hola Alberto!.

    Un cuento antológico. Ese personaje maligno que es el símbolo y la bestia, me ha resultado
    de esos que no se olvidan.

    Todo el cuento, es para recordarlo. Impacta y hace pensar.

    Un gran salute.

    Me gustará, venir con más frecuencia por aquí.

    Responder
  • Hola, Adán (no se me había ocurrido la semejanza), Medea (gracias…, y la verdad no sé cómo localizarla, pero veré si puedo hacer algo al respecto), Felipe (sí, toda la razón) y Vir& (espero que nos sigamos leyendo por acá). Muchos saludos.

    Responder
    • Me quedé con ganas de +. Me parece q responde a la descripción del desprendimiento del marido….?

      Responder
      • Visto desde afuera del mundo narrado (desde nuestra perspectiva como lectores, que están leyendo una ficción), lo que dices acerca del marido puede ser una buena interpretación. El cuento puede expresar, para nosotros, la tensión y el padecer que se derivan del desprendimiento y de la actitud en general del tipo. Pero dentro del mundo, en ese nivel que está contenido dentro del nuestro, no se puede decir eso. Para el personaje, lo que le sucede es literalmente real, no una metáfora de otra cosa. Y precisamente lo que no se acaba de decir acerca de quién o qué es el huésped es el atractivo del cuento, me parece.

        Responder
  • Victoria Corro
    07/06/2006 8:32 pm

    Hace poco tuve el placer de leer a Amparo Dàvila. Solo he leido sus cuentos que me parecen una maravilla, es apasionante como te enrreda en el misterio de sus obras, con un lenguaje coloquial pero manejado con gran maestria. El huesped es uno de los mejores cuentos, jamas te dice de manera explicita quien es el huesped y uno aprende a aborrecerlo junto con la familia del cuento, sufre la infelicidad de la mujer. Amparo es una de las grandes.

    Responder
  • Victoria Corro
    07/06/2006 8:34 pm

    Hola de nuevo:
    seria muy bueno que leyeran la rueda de la misma autora, les encantara.

    Responder
  • ami tambien me parecio al principio que era un gato, o un ave
    Muy buen cuento, solo he leido ese y el de «Fragmento de un Diario»
    Pero afortunadamente tengo dos de las recopilacion que saco FCE, haber despues comentan lo otros cuentos!
    chao
    jah bless

    Responder
  • Este cuento, como muchos de Amparo Dávila, maneja con gran maestría lo Ominoso, un ambiente de duda, que se intensifica a lo largo del cuento, como en «Alta Cocina y Moisés y Gaspar», nunca se nombra, pueden ser animales zooamorfos, fantásticos, que la autora hace que se construyan en nuestra imaginación.
    Una de las mejores escritoras mexicanas, perteneciente a la generación del medio siglo, que junto con Inés Arredondo se consagraron al cuento. Amparo Dávila zacatecana, estuvo casada con el pintor Pedro Coronel, mantenía correpondencia con Córtazar y fue secretaria de Alfonso Reyes.
    Sería feliz si la pudiera contactar ¿vive aún en Pinos zacatecas? Me apasiona inmensamente su literatura, sus personajes miedosos y solitarios.

    Responder
  • Wow, es asombroso, siempre he sido fanática de las escritoras mexicanas, y ahora que lo pienso siempre me pasa lo mismo, leí algo de ella en la secundaria y lo dejé en el olvido, hasta ahora con sus cuentos «Alta cocina» y el que nos concierne en esta página me doy cuenta que era uno de mis favoritos desde hace muchos años. Y bueno ya que cada quien saca su conclusión de que era «eso» pues yo lo más que pude imaginarme era una enorme sombra… Lo siento, todavía me falta (imaginación) si alguien pudiera recomendar un libro de ella ¿cuál sería? Bueno, nos vemos después.

    Responder
  • Nellie Alquicira
    03/07/2006 3:18 pm

    Hola.
    En una entrevista que leí, Amparo Dávila confiesa al reportero que el huésped es realmente una lechuza. A mí sinceramente me sacó de onda, pues lo he leído varias veces y conforme al análisis semiótico que había hecho, llegué a la conclusión de que se trataba de un gato. Ahora que leo el comentario de Nubia, considero que si puede ser un desdoblamiento hacia el esposo, ya que se nota a lo largo del cuento el horror hacia lo masculino.
    Nellie

    Responder
    • José Briceño
      31/03/2016 1:44 am

      Pensaría más a lo macho que a lo masculino. 🙂 Saludos

      Responder
    • Nydia Aparicio
      21/04/2020 12:47 am

      ¡Me ha encantado el cuento! No dejo de pensar que el huésped era el suegro de la protagonista quien encarna el horror de la cultura patriarcal: violenta, siempre al acecho, etc… Me parece que no es difícil proyectar en la figura de un hombre machista y violento las características de una bestia o un monstruo.

      Responder
  • hola alberto
    bueno buscando material de amparo davila me tope con este foro de ud
    me imagino es un taller o algo que impartes.
    la verdad amparo davila es de mis escritoras favoritas
    su escritura creo nos haria poder hacer un cortometraje extraordinario, cosa que creo nos falta entre tanta mugre de peliculas mexicanas jeje no se la verdad yo siempre sueño con un corto basado en textos de ella
    bueno la verdad mi libro despues de pasar mil cosas se perdio y creeme e buscado por medio chihuahua alguno de ella y nada
    no se si me podrias ayudar algun lugar donde podria encontrar alguno
    bueno ya me fui muy largo
    creo e leido muchas cosas de ud por ahi
    me da gusto encontrar esta pagina
    espero poder tener algun contacto con ud

    saludos desde chihuahua capital

    Responder
  • Hola, David. Gracias por tu mensaje. Ya te respondí en relación con los libros de Dávila a tu correo. Sobre este sitio, en realidad no es un taller tal cual (aunque sí tengo uno en la ciudad de México); es más bien un depósito de notas y textos alrededor de la narrativa (de las historias) que me parecen de interés, y que creo que vale la pena compartir. Ojalá vuelvas a darte una vuelta. Entretanto, un saludo.

    Responder
  • oscar g chavez
    24/09/2006 6:37 pm

    ¿Que podemos decir de Amparito?, ¿que se puede decir de su obra?, lo único que resta es su disfrute y el agradecimiento hacia ella por escribir como lo hace, por deleitarnos con su prosa.
    Potosina por adopción, que no por nacimiento (Pinos, Zac. 1928), es recipendaria constante de la deuda que las letras potosinas tienen con ella.

    Responder
  • hola hemos leido este cuento en clase pero no me entero de nada quien es el hombre siniestro??y por qué el padre lo llevó a casa??por favor que alguien conteste almudena

    Responder
  • Hola, Almudena. Creo que un atractivo de este cuento es precisamente que nos invita a usar la imaginación y que no necesariamente hay una respuesta correcta para sus incógnitas. Para empezar, ¿realmente es un hombre ese ser tan siniestro? Un saludo 🙂

    Responder
  • Oscar, saludos de otro partidario de doña Amparo. 🙂

    Responder
  • Hola Hola! Acabo de leer este cuento!! Me gustaría saber donde puedo encontrar la biografía de Amparo Dávila!!

    Responder
  • Yésica, puedes leer más sobre Amparo Dávila en esta página. Un saludo.

    Responder
  • Pues sera una lechuza y ta buena pero por una lechuza nadie hace un cuento(harry potter no cuenta :p) taba haciendo un trabajo para la uni de esos q uno hace el ultimo dia pq no le queda mas remedio y me encontre esta pagina de donde sacaron el cuento. Y wow q no me gusta leer pero al fin y al cabo lo lei pq no era muy largo. Como ella lo describe parece q era el esposo que llegaba en una borrachera. Le daba par de azotes y se hiba a su cuarto oscuro a pasar la resaca. No querian nombrarlo(la esposa y la sirvienta) pq los borrachos saben como se llaman pero probablemente no entendia si le decian el :p. Un dia casi mata al hijo de la esclava pq los ni~os hacen mucho ruido y en un dolor de cabeza de vino (pa ese tiempo no habia bacardi :p) un nene q ni es de uno haciendo ruido te dan ganas de matarlo. Al final lo mataron dejandolo encerrado unas semanitas q dejaron al pobre marido con ganas de pedirle perdon hasta al q se encontrara por la calle y asi asi llego. y la pobre lechuza q ella menciona quizas fue la excusa para no decirle a su esposo (probablemente ex esposo despues del hambre) q lo uso y asi este no pudiera pedirle regalias :p. no se preocupen en contestar sera la ultima vez q estare en esta pagina lol.

    Responder
  • Lástima que no vas a volver, porque te podríamos recomendar para un puesto en la Secretaría de Economía. 😛

    Responder
    • Vanessa Torres Reyna
      24/02/2021 7:34 pm

      JajajJaja !!! Genial !! El comentario de Nubia es el que se lleva mis Aplausos… gracias por esta página!

      Responder
  • hola Alberto, me agrada ver que este lugar crece en comentarios. Soy Medea otra vez y con la misma inquietud de hace un mes o hace dos años, localizar a la escritora… PAra estos días sabrás algo?, si es así te agradecería infinitamente que me lo hicieras saber.

    Por cierto leí que tienes un taller? Pronto viajaré a Df. igual podríamos ver.. un saludo!

    Responder
  • Juan Carlos
    16/10/2006 11:03 am

    Saludos, Alberto. Quisiera encontrar en Internet el cuento «El Espejo», de Amparo Dávila; espero me indiques en qué lugar lo puedo hallar. Gracias.

    Responder
  • Medea, la verdad sigo sin tener noticias de doña Amparo. Tal vez cuando vengas podrías averiguar algo en la Coordinación de Literatura de Bellas Artes… Puedes localizarlos en el Centro de Lectura Condesa, que está en las calles de Nuevo León y Montes de Oca, precisamente en la colonia Condesa.

    Juan Carlos, un poco más arriba en la página, en mi respuesta a Yésica, está el enlace a un archivo con casi toda la obra de A. D.

    Responder
  • OLIVIA MENDOZA DELGADO
    26/10/2006 5:35 pm

    Magnífico , por la escritora, pero la duda la sigo teniendo, quién es el huésped? comparto la opinión de los comentaristas que quizá es el marido que así lo ve la señora de la casa, o algo de fantasía como todo.

    Responder
  • AGUAS.. se acercan a AMpáro sin contextualizarse… y claro que no es una desconocida.. debe leer más…Amparo, pertence a la generación de Medio Siglo, junto con INes Arredondo, Sergio Pitol, Juan Vicente Melo, García Ponce y Huberto Batis. EL cuento trasciende las barreras de perneación de personajes, si le palicas el código hermenéutico tendrás tantas respuestas como isotopías tiene el cuento. Además, lean «El arco y la lira» de PAz, su ensayo sobre el arte poético, tal vez decifre su encarnizada discusión.

    ATTE

    Manuel Edmundo Meza

    Responder
    • manuel no seas condescendiente y pretencioso un cuento habla por si mismo fuera de su contexto tu comentario es sumamente arcáico 🙂

      Responder
  • yo pienso que era una lechuza pero solo la autora lo sabe
    ……………………………………………………………………….
    hey cambiando de tma agreguenme los que tengan msn robildruirey@hotmail.com

    Responder
  • Mary martinez
    01/11/2006 2:04 pm

    Bueno, yo creo que la COSA ppuede ser lo que sea, como si estuviera en constante transformación, cuando piensas que es un gato, se convierte en gato, cuando piensas que un vampiro, se convierte en vampiro, todo depende de lo que pienses.
    Me gustan mucho los libros o historias que no dan las caracteristicas de las cosas, dejan que te las imagines, por eso me gustan mas los libros que las peliculas.
    Saludos a los lectores.
    Bye.

    Responder
  • soy mary, no martinez, eso lo puso mi hermano de payaso.
    me da gusto que haya tantos cuents en internet, porque la biblioteca no queda tan cerca de mi casa.

    saludos, bye

    Responder
  • Hace un año tuve la suerte de recibir como regalo la colección «Lecturas Mexicanas» del FCE, misma suerte que me permitio leer «El huesped». Confieso que en un principio me dejo un poco insatisfecha, sus cuentos parecen dar tan pocas respuestas, como si unos ojos en la oscuridad te acecharan y tuvieras que resignarte a no ver jamas de que se trata. Después, leyendo sus comentarios, pense que precisamente de eso se trata, en el caso del «Huesped» es la indiferencia del esposo la que parece encarnar en la «bestia», aunque en una primera lectura solo percibas el acecho de ese «algo» repulsivo, un «algo» que Amparo no nombra porque es parte del mismo sentimiento de incertidumbre que la acosa a ella y te acosa a ti como lector, incertidumbre que en una segunda lectura puede ser interpretada como consecuencia de la ausencia-indiferencia del esposo. Y ahora pienso que la insatisfacción que percibí no fue por la falta de merito del cuento sino por que creo que esa es la intención…

    Responder
  • Si de algo sirve, Ilona, estoy de acuerdo. Un saludo.

    Responder
  • Lydia Quiros
    26/11/2006 2:10 pm

    Al principio del cuento nos presenta Davila con una serie de informacion que nos llevara a entender mejor el cuento. La protagonista, mujer infeliz en su matrimonio, el marido la veia como un objeto, el pueblo abandonado nos da idea de lo que ocurrira en su vida. El huesped ,para mi representa el odio que ella siente y la repulsion hacia su marido creando este ser imaginario que la acecha, «nunca lo nombrabamos nos parecia que al hacerlo cobraba realidad aquel ser tenebroso» aqui esta la respuesta en esta cita. No creen ustedes?

    Responder
    • Creo que si lo que dices fuera asi, entonces la sirvienta no sentiria tanta repulcion, solo la esposa

      Responder
  • Buscando averiguar algo sobre mi admirada Amparo Dávila me encuentro con este sitio, y me fascina la variedad de interpretaciones que se le pueden dar a una buena historia. Coincido con quien comentó que el huésped es lo que cada lector quiere que sea, y supongo que esto está relacionado con nuestros miedos intrínsecos, de ahí la maravilla en la escritura de Dávila (y de la literatura en general). Y para quienes quieren conocerla, creo que algo que también sugestiona de esta brillante escritora es precisamente que se sabe muy poco de ella. Yo prefiero imaginármela y pensar, ¿qué soñará Amparo Dávila? Aunque en ocasiones no me resigno a mi ignorancia con respecto a su vida y véanme aquí, buscando algo que sigo sin hallar. Saludos.

    Responder
  • zaira bustamante
    29/01/2007 3:48 pm

    ese cuento es mui interesante mi maestra de la escuela no los leio
    i es mui pero mui interesante jaja

    bueno io prefiero los de suspenso
    jaj bueno solo eso
    bai

    Responder
  • Este cuento nos toco analizarlo en una clase de literatura en la prepa
    y es todo un desmadre por qe viene incompleto en las hojas y nos hace
    falta información y este sitio me fué de ayuda, sobre todo los comentarios
    y las diferentes percepciones qe se tienen del huésped :D…
    yo creí por un momento qe era un mandril, o una panterita..:(jaja..)
    bueno
    un saludo 🙂

    Responder
  • Marilui, Lydia, Zaira, Chocolate, hola. Gracias por venir hasta acá. Me alegra que la obra de doña Amparo siga interesando y que la presencia de este cuento en la red sirva. Muchos saludos.

    Responder
  • Quiero expresar mi màs sentido pèsame para las personas que no han escrito su comentario de esta historia que es excelente y fabulosa al mismo tiempo, estàn muertas, no conocen las delicias y gozos de la vida, la imaginaciòn y la creaciòn de la excelencia.
    Amparo Dàvila hijita de Edga Allan Poe, una gran autora de la oscuridad y el horror.

    Responder
  • A mi me sorprende que Amparo Dávila sea tan poco conocida. Mis padres eran maestros de educación primaria y la SEP les hacía llegar libros, entre ellos tres de la autora. Fué una de mis primeras lecturas. Cuestión de suerte.
    Saludos a todos

    Responder
  • Me alegra que mi paisana cada vez sea más conocida, recién estoy elaborando mi tesis sobre ella , me gustaria saber la opinión de ustedes soobre el tratamiento de estos animales fantásticos en sus obra y si alguien pudiera contactarme con ella, he buscando aca en Pinos, Zax y no he logrado dar con sus casa, me parece que radica en San Luis o México

    Responder
  • En busca del paradera de quien será dedicada mi trabajo por dos años: mi tesis de mi paisana Amparo Dávila, la {unica escritora Zacatecana y de las mejores maxicanas exponentes del género fantástico

    Responder
  • he logrado dar con el paradero

    Responder
  • yesenia espinoza ochoa
    27/06/2007 3:55 pm

    esta historia me encanta aunque la lei por parte del libro de español de primer grado de secundaria este me encanta como tambien muerte en el bosque me encanta la lectura te dejo mi correo por si quieres saber mas de mi v.y.esenia@hotmail.com

    Responder
  • Merlina, creo que siempre será una fortuna descubrir a Amparo Dávila, pero habrá que tener paciencia. 🙂

    Hola, Yesenia.

    Carmilla, mándale felicitaciones y admiración de todos nosotros.

    Responder
  • Ernesto Baltazar Sierra
    14/07/2007 4:03 pm

    ¡Buenas tardes!
    Es grato saber que jóvenes interactúan en internet sobre el arte narrativo.
    Si tomamos antecedentes sobre lo «ominoso» según Freud, podemos deducir el porqué del «Huésped».
    Sería ocioso agregar más al comentario, sólo ofrezco esta breve observación.
    Gracias.

    Responder
  • Ernesto, creo que tienes toda la razón: Freud podría haber usado este cuento como otro ejemplo de lo siniestro, junto con aquel de Hoffmann. Un saludo.

    Responder
  • A si es Alberto, eso es un lugar frecuente en la narrativa de amparo, lo siniestro, lo onírico, lo gótico. Saben recién acabo de ir a Pinos creo haber dado con la caso en que nació una de mis autoras predilectas, segui las notas de algunas de sus entrevistas, fuia dar al jardín juárez en un dia lluvioso, que mejor dia para conocer la cuna de Dávila. Una gran experiencia, un pueblo retratado en su cuento Tiempo Destrozado como en otros

    Responder
  • Te impacta cuando esta muriendooo. La verdad es muy bueno. ¿saben que los de trResident Evil se inspiraron en esto?

    Responder
  • No tenía idea…

    Un saludo.

    Responder
  • Hola, pues la verdad ese cuento se me hizo muy interesante y creativo.
    Nunca había tenido la oportunidad de leer cuentos de esta autora ni de
    este tipo, Hasta que en la escuela, marcaron leer e imprimir
    «El huesped».
    Bueno un saludo a todos!

    Responder
  • Un saludo para ti, Mariana.

    Responder
  • Adolfo González
    08/10/2007 3:43 pm

    Todos lo que han dejado plasmado su comentario tiene algo de razón y certeza, sus cuentos y la narrativa de la Mtra. Amparo Dávila, hacen una importante aportación a la literatura no solo de México sino del mundo, por su trayectoria literaria en Zacatecas se le esta preparando un merecidísimo reconocimiento, que un Centro de Lectura Familiar lleve su nombre esto promovido por una Asociación Civil “Leyendo juntos ”. A todos los que han participado les envío un cordial, esperando que un día puedan visitar y ser parte de este Centro de Lectura.

    Responder
  • me encanto la historia,esta de suspenso,como a mi me gusta

    Responder
  • io opinoo qe es un gatooo
    porke es de ojos amarillos
    me enkanto este kuento
    y fue una tarea de mi eskuela adivinar
    qe era el huesped

    Responder
  • quien es en realidad el huespeed yo creo que es un hombre ??’

    Responder
  • esta padre el cuento pero lo q no m gusto fue el final por q al final de cuentas nunca m dice quien es el huesped
    pero lo realment me interesa de esto es su fucha d publicacion.
    deseenm suert en encontrarla.
    GRACIAS.

    Responder
  • Frvaldez_mty
    04/01/2008 10:08 am

    Es la primera vez que entro ha este sitio….la vdd…me parecio interesante..pues busco lecturas con sentido..no conozco a esta autora…y coincido con algunos de los comentarios…creo que es un mono..el huesped..!! me mantubo en suspenso….!!! saludos…!!

    Responder
  • Alberto Chimal. Creo haber visto en una página que usted es de la planta docente en el diplomado de literatura fantástica y que Amparo Davila es una de las
    autoras que se trataran en él, me gustaría saber la fecha de inicio de
    este y aunque vivo en zacatecas, un orgullo ser paisana de Dávila,
    me gustaría ir hasta el Df para asistir al Diplomado.

    Responder
  • Hola, Carmilla. Efectivamente estoy en el Diplomado, que comenzará el 16 de febrero. Puedes ver todos los detalles en este sitio. Si vienes me dará gusto encontrarte allá.

    Por otro lado, también en febrero se hará un homenaje a Amparo Dávila en el Palacio de Bellas Artes… Pronto pondré en el blog todos los detalles sobre eso.

    Muchos saludos.

    Responder
  • Muchas gracias por la información del diplomado y ojala por este medio
    puedas darnos a conocer con tiempo el dia y la hora del homenaje. Tam-
    bién sería un gusto conocerte y cambiar opiniones sobre Dávila. Un saludo

    Responder
  • me esteré que Dávila junto con otros destacados escritores zacatecanos
    estaran en la feria del libro del Palacio de Minería, si alguien por
    aqui, podría decirme específicamente el día en que se presentará la
    creadora de «El huésped» se lo agradecería

    Responder
  • perdón, era enteré arriba

    Responder
  • yo creo que de finitavemente el husped en esta ocasion y lo digo con gran penar era su marido…

    Responder
  • mi msn es jim_cmj@hotmail.com AGREGENME para conocernos

    Responder
  • […] pero, si pueden, acudan a esto que sigue: Los lectores de esta bitácora recordarán “El huésped”, un cuento de la escritora mexicana Amparo Dávila, una de los mejores cuentistas de nuestro […]

    Responder
  • q descaro no me gusto el final no es un final digno de una mexicana

    Responder
  • ¡Qué clase de comentario es ese! ¿Como qué final le gustaría al señor Edwin? ¿Quizá que la esposita sumisa se acomodara a vivir con el monstruo para tener contento a su señor marido?

    Responder
  • este es uno de mis cuentos favoritos es muy bueno y meusta mucho la narracion que tiene , jaja y descubri que el huesped es un ave un buho

    Responder
  • Me pareció supremo este cuento de Amparo Dávila. Ayer apenas escuché sobre ella y hoy, ávido de historias como éstas, la busqué en la red. El cuento me parece bastante coherente con la época de las vanguardias, si se nos permitiera, podríamos decir que tiene una influencia clara del surrealismo; desde la descripción del ser aberrante, hasta el móvil del cuento, el odio, es decir, lo pasional. Interesante mezcla de gótico con escenas que vien podrían pertenecer a un cuadro de remedios varo o leonora carrington… Por fa avísenme más de este sitio y de los cuentos de esta escritora que merece gran reconocimiento

    Responder
  • yo creo que era el suegro de la señora, un anciano desquiciado y malevolo, puesto que su marido le imponia su presencia

    Responder
  • Un saludo rápido a todos y muchas gracias por sus comentarios. Me da mucho gusto ver que este cuento sigue siendo buscado y leído; Amparo Dávila merece esta atención y más. 🙂

    Responder
  • Carmilla Bécker
    10/07/2008 1:00 pm

    Pronto terminaré mi tesis acerca de mi paisana Amparo Dávila y subiré artículos para poder hablar después de ellos y de las posibles interpretaciones. Saludos

    Responder
  • No dejes de avisarnos, Carmilla, por favor. Muchos saludos y éxito en todo.

    Responder
  • […] actitud a la J.K. Rowling (en elegante burla perpetua) y prosa que se esfuerza por ser un poco a la Amparo Dávila. No estoy en onda, eso es seguro. Me encantan los rituales. Amo el cuidado que una persona tuvo al […]

    Responder
  • Q cuento tan mas macabro!!!! al principio q era un perro o algo asi….pero ya veo q no!!!

    Responder
  • yo al principio me imajine que era un perro poro lla me fije q no por q

    un perro se lleva bien con los niños y dise q lo golpeaba al niño y gritaba el perro

    osea q perro ase eso

    Responder
  • es un gato? vi una pelicula muy parecida a esta historia pero no recuerdo el nombre!! el personaje en esta peli si es un gato!!

    Responder
  • Creo que no es un gato, Karen… 🙂

    Responder
  • EL TEMA QUE TRATA ESTO …CLARO SI TE PONES A ANALIZARLO. . .
    ES LA VIOLENCIA FAMILIAR. . . PIENSA. . REFLEXIONALO…

    Responder
  • Me gustaría k me informaran ademas de esta autora otros de este género que me gusta bastante, Gracias.

    Responder
  • Zully, algunos autores que podrían interesarte se mencionan en este artículo. Saludos…

    Responder
  • Juana Jasinta
    23/02/2009 5:31 pm

    Creo que tratar de explicar que es lo que era es algo, muy cansado. ya que es subjetivo y eso hace que tu como lector almacenes miedo, puesto que los seres humanos le tememos más a lo desconocido que a lo conocido, nos da terror el saber de una cosa y a la misma vez no saberlo….esta muy bien elaborado muy buen cuento amo a Amparo Dávila

    Responder
  • Juana Jasinta
    23/02/2009 5:49 pm

    hola…. otra vez.
    No había leído todos los comentarios y hoooo sorpresa llego tardísimo para enterarme que hubo un diplomado en el que se hablaba sobre Dávila.
    Este año pretendo comenzar mi tesis y precisamente sobre sus cuentos es lo que voy a trabajar. Si alguien me puede brindar fuentes o alguna información lo agradeceré infinitamente gracias. bye

    Responder
  • Estoy de acuerdo contigo, Juana. En cuanto al diplomado, está volviéndose a abrir ahora mismo. A lo mejor podrías incorporarte aún al nuevo grupo, si te llegara a interesar. Saludos.

    Responder
  • Juana Jasinta
    02/03/2009 11:06 pm

    Claro que me interesa, le agradecería infinitamente que me facilite la información para poder incorporarme y de antemano muchas gracias por responder.
    Saludos… espero su contestación

    Responder
  • Hola, Juana. Asómate a Extensión Académica de la Universidad del Claustro de Sor Juana: http://www.ucsj.edu.mx/diplomados/fantastica.html

    El diplomado ya empezó pero tal vez puedas integrarte. Es cosa de ver.
    Saludos.

    Responder
  • Juana Jasinta
    04/03/2009 1:55 am

    muchas gracias por la información, espero poder entrar al diplomado….. saludos

    Responder
  • andrea a bel vaz
    04/03/2009 3:21 pm

    no dejemos de leer es hermoso imaginar

    Responder
  • QOE ONDA ME GUSTARIA SABER QUE ERA SEGUN MI LOGICA ERA UN PERRO O NO ?

    Responder
  • yo pienso que ha debersido como un monstro extrajenro, o algo ha lo similar, que no?
    oyeme que este cuento me tienesen puntos bastantemente altos

    Responder
  • Juana Jasinta
    26/03/2009 10:03 pm

    hola, ya no pude asistir al diplomado, sin embargo me preguntaba si usted conoce o sabe donde puedo encontrar información sobre Dávila o sobre algún estudio que se haya hecho sobre alguno de sus cuentos? le agradeciría un poco de su información.

    Responder
  • ¿Qué les parece? Con esto llegamos al comentario 100 de esta nota. Qué bueno que les está interesando.

    Juana, te recomiendo que te asomes a la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde hay según creo un par de tesis sobre Amparo Dávila. Pueden ser un buen punto de partida…

    Responder
  • Pato Lógico
    28/03/2009 11:49 pm

    Pues yo estuve lee y lee el cuento y ya se de quién trata…
    (redoble de tambores)

    trata de un «huésped» 🙂

    Por cierto la palabra huésped es una palabra en español que significa una cosa y lo contrario. Es decir significa huésped y anfitrión. ¿Existe otra con esta característica?

    No se vale como respuesta el verbo buscar en Yucatán ya que allá dicen «lo busco y no lo busco» queriendo decir en realidad lo busco y no lo encuentro.

    Existe una anécdota de que un día Porfirio Díaz (que era de «armas tomar») fue a Yucatán y mandó a un mozo a buscar su espada y cuando le preguntó por ella el mozo, solícito le contestó: es que la busco y no la busco.

    Cuenta la leyenda que Porfiirio Díaz estaba a punto de castigar al mozo creyendo que le tomaba el pelo cuando alguien le explicó que lo que le decía era que por más que la buscaba no podía encontrarla.

    A continuación la definición de la RAE de la palabra huésped:

    huésped, da.

    (Del lat. hospes, -?tis).

    1. m. y f. Persona alojada en casa ajena.

    2. m. y f. Persona alojada en un establecimiento de hostelería.

    3. com. Biol. Vegetal o animal en cuyo cuerpo se aloja un parásito.

    4. m. y f. p. us. Mesonero o amo de posada.

    5. com. p. us. Persona que hospeda en su casa a otra.

    De 1 y 5 podemos ver que al parecer caben definiciones de sentido opuesto para la palabra huésped. Es decir huésped es a la vez: huésped y anfitrión (tomando como el huésped antes de la conjunción anterior la definición de uso más común(1), que NO es la de anfitrión porque si no, pues sería anfitrión y anfitrión)

    ¿Se entendió? Bueno pues explíquenme porque yo ya me confundí 🙂

    Ya en serio: ´De lo anterior cabe preguntarse antes que nada si el título del cuento se refiere a la primera acepción del diccionario (la persona o lo que sea que llega a vivir ahí) o la persona que ofrece su casa en alojamiento. En una primera lectura y no sabiendo quizás las diferentes acepciones de la palabra diríamos que se refiere a lo que llegó a vivir ahí. Parece que el cuento gira en torno a ese personaje pero no tiene porqué necesariamente ser así. Si la autora conocía la segunda acepción del término ¿es posible, tan solo posible que se estuviera refiriendo a la anfitriona?

    Creo que este cuento da para muchas interpretaciones

    Saludos

    Responder
  • Gracias, don Pato. 🙂 La verdad no me había puesto a pensar en la cuestión, pero la pregunta merece hacerse. El texto da para pensar, en efecto, y mucho. Saludos y suerte.

    Responder
  • Diccionario de la RAE
    02/04/2009 6:15 pm

    Por supuesto que existe esa otra palabra señor Don Pato.

    La respuesta es : Nimio

    He aquí mi definición:

    nimio, mia.

    (Del lat. nim?us, excesivo, abundante, sentido que se mantiene en español; pero fue también mal interpretada la palabra, y recibió acepciones de significado contrario).

    1. adj. Dicho generalmente de algo no material: Insignificante, sin importancia.

    2. adj. Dicho generalmente de algo no material: Excesivo, exagerado.

    3. adj. Prolijo, minucioso, escrupuloso.

    Responder
  • Me quito el sombrero y me bajo de la banqueta ante nuestro visitante. 😉

    Responder
  • ThE bEsT JAjA BuEnO CReO
    20/04/2009 3:48 pm

    esta padre este cuento jaja
    es asi como de suspenso jaja
    y el final esta muy padre jeje

    bueno xao

    Responder
  • me parece qe cada quien lo interpreta como quiere y respecto con su vida o la forma de vida qe se lleva.

    saludos

    Responder
  • MIGUEL LUPIAN
    20/04/2009 11:20 pm

    Amparo Dávila… conocí su trabajo gracias al diplomado de literatura fantástica y me encanta
    El Fondo de Cultura Económica acaba de sacar sus CUENTOS REUNIDOS, que incluyen todos los ya mencionados
    Lo tienen normal y en pasta dura (160 y 190 aprox)
    Vale muchísimo la pena

    Responder
  • Felipe Huerta
    21/04/2009 12:48 am

    Amparo Dávila es la NETA.

    A mi un cuento breve que me gusta mucho pero mucho de ella es el siguiente:

    http://suspiriaweb.com/wp/?p=691

    Espero les guste a todos

    Saludos

    Un hambriento Felipe Huerta (después de leer el cuento aunque no sé a ciencia cierta de que tengo hambre…así es Amparo Dávila)

    Responder
  • Best, Yo, hola.

    Gracias por el dato, Miguel. Yo le traigo ganas a ese libro…

    Felipe, gracias por el enlace. Sí, es un gran cuento.

    Responder
  • Yo creo que se trataba de una persona loca o salvaje , ya que era capaz de abrir un refriggerador y de abrir una puerta pero siento que hay dos dementes en este cuento. 1 el que nunca fue nombrado y 2 el esposo cuya locura permotio poner a un ser como ese en el mismo techo de su familia

    Responder
  • Impresionante la cantidad de comentarios. Este pequeño cuento me remite a: «La Mígala» de Juan José Arreola, «El Color que cayó del Espacio» de Howard Phillips Lovecrft, «El Barril de Amontillado» de Edgar Allan Poe, «El Cadillac de Dollan» de Stephen King, «Las Babas del Diablo» de Julio Cortázar, «La Mano Disecada» de Guy de Maupassant entre muchos otros del género. Muy bueno.

    Responder
  • Creo que la hipótesis no me convence, Darío, pero es una que puede discutirse.

    Qué bueno que te gustó el texto, Mexicano. Y creo que Dávila no queda en tan mala compañía en tu lista…

    Saludos a todos.

    Responder
  • "El huésped" de Amparo Dávila es el cuento más visitado en Las Historias. Creo que encargan leerlo en escuelas. 😛 http://bit.ly/82YMJd

    Responder
  • me recuerda a la migala de arreola, tengo muhcas ganas de saber que era, aunque tengo una hipotesis sobre eso 🙂

    Responder
  • Felipe Huerta
    09/03/2010 5:32 am

    Con la diferencia de que en el cuento de la migala ya se sabe que se trata de un ejemplar de migala, de las más grandes tarántulas que existen:

    http://es.wikipedia.org/wiki/La_migala_%28relato%29

    Pero el cuento de Arreola también es excelente y se puede leer aquí:

    http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/arreola/migala.htm

    Saludos
    FHH

    Responder
  • Creo que la anotación de Felipe (saludos y gracias) es pertinente, Alice. Y si no conoces el cuento de Arreola, no te lo pierdas.

    Responder
  • @DianitaGL "Tiempo destrozado" de Amparo Dávila, es una antología de cuentos que me quitaron el sueño. Aquí un ejemplo http://bit.ly/82YMJd

    Responder
  • Hola a todos. La verdad nunca había escuchado hablar de esta autora mexicana, pero son muy buenos sus textos. Y respecto a la bestia, a mi me parece que es un murciélago, no se que opinen ustedes.

    Un saludo.

    Responder
  • hola hola

    ps io al principio creí que era un gato,

    después un murciélago

    e incluso llegué a pensar que era un perro.

    Pero al saber que era una lechuza y al

    hacer el análisis de esto

    ya comprobé que si lo es.

    Responder
  • fërnändä
    18/04/2010 5:02 pm

    no entiendo…
    por que es una lechuza??

    Responder
  • Buenos días. Yo no estaría tan seguro de que es una lechuza…

    Responder
    • Lidia Cardumen
      09/08/2021 2:40 am

      Que genial encontrar todos estos comentarios con diversas interpretaciones. De pronto se siente una acompañada en la lectura. A mi me pasó algo curioso, al leerlo yo tuve la certeza de que se trataba de un hombre malvado y terrible, tal vez un vampiro, demonio o simplemente un hombre. Alguien me dijo que era un perro pero yo no lo creo. Nunca sabremos, la siniestra Amparo así lo quiso. Me encantó como las mujeres traman acabar con él y más felicidad me dio que lo lograran, muy fuerte la descripción de como el niño es atacado y terrible la imagen del ser muriendo sin luz y de inanición, agonizando por dos semanas pero un ser tan cruel lo merecía. El final me gustó da entender que las mujeres guardan como un secreto lo ocurrido y le dicen al marido que murió repentinamente. Resultaron más astutas y se liberaron de esa presencia acusadora y violenta.

      Responder
  • cony cuevas
    19/05/2010 11:24 am

    He descubierto los cuentos de Amparo Dávila, me han sorpendido, ya que me han mentenido en la espera, imaginando qué sará lo que está ahí, o que sucede con el personaje, posibilitando la locura? la de el personaje y descubriendo la mía?
    excelentes cuentos¡

    Responder
  • Cierto , muy cierto lo que dice «pato lógico» (allá por principios del 2009) no había pensado en acudir a la ayuda de la DRAE para buscar el sig de huesped, pero siempre había «sentido» que el huesped no es más que la protagonista: su miedo, su frustración…………..Por otra parte me parece muy interesante todos los animales con los cuales han realacionado a EL huesped…….un gato, un murcielago, una lechuza?????? jamás lo hubiera pensado……..

    Responder
  • gracias por lo que me dice todo lo que escriben

    Responder
  • Qué bueno que les ha interesado el cuento y servido esta cadena ya larga… Saludos a todos.

    Responder
  • martin de tijuana
    04/11/2010 5:34 pm

    no saben si hicieron alguna pelicula
    sobre este quento

    Responder
  • La verdad no sé, Martín. Saludos…

    Responder
  • este cuento me lo leyo mimaestra de la t. 3 morelos julieta martinez de 1

    Responder
  • NO LE ENTENDI EL FINAL

    Responder
  • ¡Qué gran cuento! Ahora entiendo los comentarios a «Pot», Alberto. Dávila es experta en enrarecer ambientes domésticos con unas cuantas pinceladas.

    Responder
  • Ojalá te haya gustado, Tita.

    «Yo»: creo que al final la criatura es muerta, sin que sepamos cabalmente qué era. Y creo que eso es el chiste, ¿no crees? 🙂

    Qué bueno que se aclaró esa recomendación, Úrsula… 🙂 Y sí, esa capacidad es justo el gran mérito del cuento y de mucho de la obra de Dávila.

    Saludos y gracias.

    Responder
  • obnubilado
    10/05/2011 3:42 pm

    Me encantó el cuento y todos los comentarios. ¿Hay alguna manera en que pueda recibir ligas de otros cuentos en mi correo? Es que no se mucho cómo buscar en internet y he tenido que decidir entre comprar libros o cosas para mi casa. Mil gracias a quien sea que pueda y desee ayudarme.

    Responder
  • Obviamente esta mujer asombrosamente talentosa, se vio influenciada por el maestro cortazar, pero supo diferenciar su genero el cual es fenomenal, un saludo y mi mayor respeto para esta musa y maestra de la literatura mexicana.

    Responder
  • Rodamonte
    05/06/2011 2:22 pm

    Me recordó a «Después del almuerzo» de Julio Cortázar.

    Responder
  • Obnubilado, por lo menos a Las Historias te puedes suscribir vía correo electrónico. También (para mencionar otra fuente de la que respondo) puedes asomarte a mi cuenta de Twitter, que enlaza cuentos y otros textos con frecuencia.

    Kalid y Rodamonte: sí, doña Amparo tiene influencia de Cortázar, y es clara aquí, aunque creo que el texto también agrega la perspectiva de esa narradora, que es muy suya.

    Saludos…

    Responder
  • elihu lopez
    13/06/2011 9:19 pm

    hola Alberto exelente cuento amimelo recomendo mi maestro de ingles, me podrias decir enque sitio web puedo encontrar el cuento del espejo llevo mucho buscandolo y no lo encuentro

    Responder
  • moises herrera
    30/07/2011 4:15 pm

    Elihu, me da mucho gusto que lo hayas leido. Cuando lei que un maestro de ingles le recomendaba a sus alumnos leer en espanyol me senti identificado, hasta que vi tu nombre y vi que yo era ese maestro. Saludos desde Belgica.

    Responder
    • Yo también quedo sorprendido, Moisés. 🙂 Saludos y gracias por venir.

      Responder
      • Moisés Herrera
        27/08/2011 12:35 pm

        Gracias a ti por el asombroso trabajo que aquí realizas. Te diré que luego de buscar Música Concreta en varias librerías, el día que salí de México para acá lo encontré en el aeropuerto. Justamente hoy terminé de leérlo, ya que lo olvidé hace semanas en casa de un amigo. Saludos, y gracias de nueva cuenta.

        Responder
  • Que cuento tan increible, no conocía a la autora pero el suspenso es aterrador. Lo bueno de historias así es que dejan margen para imaginar qué era eso tan aterrador que par el marido resultaba tan infensivo.

    Un gusto pasar por aquí, muy instructivo el contenido!!

    Saludos desde Uruguay!!

    Responder
  • El cuento me gustó mucho, me dejó con una insatisfacición, con una necesidad de regresar a su ambiente y su tensión… creo que me curé un poco leyendo las imágenes de sus lecturas-comentarios.
    Me parece enriquecedora la dinámica de este espacio, gracias Alberto.

    Responder
  • […] para que conozcas o vuelvas a probar la pluma de Dávila, aquí su cuento “El Huésped” cortesía de Las […]

    Responder
  • luis enrique
    12/10/2011 5:10 pm

    pues que creen?? yo soy un estudiante de la facultad de ciencias de la comunicación en guerrero (UACOM) y en una las clases leímos este cuanto de Amparo Dávila, con el maestro y todo el grupo en general, concluimos que en realidad no era nada, era solo la imaginación de la esposa que es la narradora, ¿por que? por que ella como bien lo dice no era querida por su marido, y lo que «el trajo al regreso de un viaje» fue un engaño, una traición, que el como bien dice el cuento, quiso esconder en lo mas oscuro, en lo mas alejado, para que su esposa no lo descubriera, por que como dice también el texto «el decía que tenia mucho trabajo, , pienso que otras cosas también lo entretenían…» ella ya sospechaba de la traición de su marido..
    y en realidad lo que supuesta mente matan con Guadalupe es el miedo que ella tenia al marido y logra enfrentarlo.
    por eso al final dice «cuando mi esposo regreso lo recibimos con la noticia de su muerte repentina y desconcertante»
    bueno como les dije en un principio esta fue la conclusión que mi grupo tuvo acerca de este texto.
    espero les sirva
    saludos desde guerrero………… y desde de la facultad de comunicación UACOM

    Responder
  • OMG THANK YOU! MUCHAS GRACIAS!!

    This really saved my ass on a spanish exam!!

    Responder
  • […] «El huésped», de Amparo […]

    Responder
  • Llegue a esta pagina por casualidad y me sorprende el analisis al que se ha llegado en los comentarios, yo lei el cuento para un analisis literario y me parecio fantastico asi que busque mas informacion, yo tenia tres teorias:

    Era un primate
    Era el esposo
    Era alguna imaginacion de la esposa

    Finalmente llego a la conclusion de que era la imaginacion de ella.

    Me sorprende que a mas de 5 años esta entrada tenga aun vida

    felicidades al autor, espero volver a toparme este blog proximamente

    Responder
  • mi comentario.
    bueno este cuento esta lindo y lo lei gracias al profesor leonel jimenez damian.
    esta en el taller de lectura y se lo agradesco. gracias profe

    Responder
  • mffff ximepfffff
    27/12/2011 4:49 pm

    ¿solo murio y ya? ¿solo le avisaron asi como si nda y ya? creo que me adentre demasido mas de lo esperado….. =)

    Responder
  • Luis Muñoz
    06/01/2012 9:31 am

    En estos días he tenido la oportunidad de descubrir una importante lista de cuentistas de Mexico que hasta ahora, en mi pais, Colombia, no conocía y me gratifica muchisimo encontrarme tan buenos autores, y en este caso, una gran escritora que maneja la tension y la atmosfera de una manera tan bien sostenida. Un hermoso cuento que para el lector es permanecer en espectativa permanente y para el escritor o el estudioso de la tecnica narrativa es una exelente lección acerca de como escribir un buen cuento.
    Mi gratitud con ustedes por difundir para el mundo la obra de autores que en el papel no nos llegan a nuestras manos.

    Responder
  • Mayela De Velázquez
    26/01/2012 6:01 pm

    Acá en San Luis Potosí hubo un homenaje a Amparo Dávila, ahí conocí su obra y supe que también vivió aquí. es muy buena, me gustaron más sus cuentos que la poesía. Gracias por subir este cuento. Saludos

    Responder
  • es triste sabes que el huésped es el alcoholismo

    Responder
  • Nubia, tu tesis es sobre esto? deberías reconsiderar lo del desdoblamiento es un argumento muuuuuy débil

    Responder
  • Me pareció muy inquietante este cuenta, hace una semana lo leí en mi clase de literatura y enserio me gusto, esta lleno de intriga, de casualidad no sabrán donde conseguir los cuentos de Amparo davila, y cuales me recomiendan??

    Responder
  • El «Huésped» se refiera al pene del marido,

    habla sobre una metáfora de la vida de Amparo Dávila y se refiere a que el mardi abusaba de las dos mujeres, y cundo el violó al niño no soportaron, lo encerraron y le cortaron el pene….

    Responder
  • Ya han pasado más de 6 años desde que se publicó este post, ¿y aún no sabemos quién es el huésped? El huésped permanecerá inerte en el anonimato…

    Responder
  • Martin Medina
    10/03/2013 10:07 pm

    una exelente escritora Amparo davila; nosotros pensamos que es solo una buena profundizacion de lo que tanto le apasiona escribir (una combinacion entre locura y muerte). en la mayoria de sus descripciones es hostilidad, pero el hecho de que solo sea un post, da entrada a que solo quede la duda y el vacio en la mente.. jeje.. y digo, quiza no se sienta obligada a llenarnos tanto como lo hace en sus magnoficos libros 😀 *

    Responder
  • Que tal, Alberto. Un gusto que te des tiempo de charlar sobre literatura y resolver nuestras inquietudes. Tengo una duda, ¿por qué en el tag dices Literatura fantástica? ¿Cuál es ese elemento fantástico? ¿El misterio de algo que puede ir desde un gato hasta un ovni en su versión más sofisticada? Muchas gracias y un saludo.

    Responder
    • Hola. Yo diría que lo fantástico es lo que pone en crisis una idea de lo real, lo que al inquietarnos obliga a cuestionarla; en este cuento sería la misma indefinición de quién o qué es el huésped. Gracias a ti y saludos.

      Responder
  • Marie Allison
    05/10/2013 4:46 pm

    Tengo una duda: ¿La mujer que narra el cuento pasaría a ser personaje protagonista o de carácter? al igual que el huésped. Gracias.
    P.D. considero que el huesped es una imagen trastornada de la agresión del marido hacia la mujer.

    Responder
  • Marie Allison
    05/10/2013 5:03 pm

    ¿A qué movimiento literario pertenece este cuento?

    Responder
  • ALEJANDRO GARZA
    18/10/2013 9:44 pm

    GRAN ESCRITORA ORGULLOSAMENTE ME FACINA ESTE CUENTO QUISIERA LEER MAS, AMPARO DAVILA ERES UNA ESCRITORA MUY BUENA MAS POR QUE ERES ZACATECANA Y CERCANA AL LUGAR DONDE VIVO TE ADMIRO

    Responder
  • Es un cuento magnífico pero prefiero otros de Dávila, incluso de los antologados en «Muerte en el bosque».

    Un saludo.

    Responder
  • lupita america
    09/12/2013 7:32 pm

    ooo que jenial cuento pero no supe quien fue el huesped jaja
    saludos amparo avila

    Responder
  • Me podrían decir quién era el huesped??!

    Responder
  • Al igual que muchos lectores, hace una tercia de décadas quedé intrigado por el personaje en el cuento «El Huésped», de Amparo Dávila. En aquel entonces tenía más tiempo que cabello y comenzaba a trabajar como reportero independiente para un pequeño periódico en Saltillo, que pocos años más tarde desaparecería después de que asesinaran al dueño, tras haber publicado una serie de notas contra algunos importantes personajes locales, supuestamente relacionados con el narco.
    Colgué la pluma del periodismo hace tiempo y me he dedicado a trabajos menos peligrosos y mejor pagados, y actualmente laboro como empleado de mostrador en una tienda de refacciones automotrices en la ciudad de México. La coincidencia (¿o debería decir, la máquina de búsqueda?) me trae a esta liga de la página «Las Historias» de Alberto Chimal, pues sin razón aparente recordé dicho cuento y lo busqué en Internet y aterricé aquí.
    Después de leer sus comentarios, me doy cuenta de que la incógnita permanece y deseo compartir con ustedes mi investigación e historia sobre el «huésped», que realicé en mis años mozos. Siendo esta una página para escritores o interesados en la literatura, pido de antemano disculpas por mi oxidada ortografía y peor gramática, y que consideren que viene de alguien que escribe «filtro de aceite» doscientas veces al día.

    Regresando a mi época en Saltillo, después de leer el cuento, durante una o dos semanas no podía quitarme de la cabeza algunas preguntas sobre si dicho visitante sería un hombre, o algo parecido a un hombre, un animal, o algún concepto más abstracto, una metáfora literaria de algún sentimiento o relación entre los personajes de la historia. Don Fernando, el dueño del periódico, era una persona culta y le pedí su opinión al respecto. Me dijo no haber leído ese cuento en particular, aunque sí lo había hecho con otras obras de doña Amparo, y apuntó que para ella, lo vivencial era un rasgo importante de su literatura. «Lo vivencial. Lo vivido», pensé. ¿Y que tal si… que tal si dicha historia entonces contaba con fragmentos de verdad? ¿De algo experimentado por alguna persona cercana a ella, o por ella misma?
    Convencí a don Fernando de adelantarme mi sueldo para investigar este asunto que invadía mis pensamientos. Tomé el autobús a San Luis Potosí, y de ahí a Pinos, Zacatecas. Aseguré alojamiento y comencé a indagar con quienquiera que me topara en las calles del pueblo, acerca de si conocían la historia de una familia, una dama y sus dos hijos pequeños, y una señora que le ayudaba en la casa y su hijo, también de corta edad, y el marido que había llevado a un ser siniestro como huésped, y este último había lastimado a uno de los niños y que las señoras decidieron encerrarlo y matarlo de hambre. «Guadalupe era la ayudante, y su hijo Martín, ¿le suenan los nombres?». «No. ¿Dice usted que las señoras mataron a un hombre?». «Bueno, no precisamente un hombre, sino un ser extraño… tal vez algún tipo de animal». «Por aquí hay muchos tlalcoyotes…». «No, no creo que haya sido eso». No contaba con más información que la que se señalaba en el cuento y nadie parecía saber nada, pero amablemente me iban refiriendo con uno y con otro, y cuando los rostros comenzaron a agrietarse, principiaron los recuerdos.

    Don Eulalio había sido policía rural en su juventud, pero unos cuatreros le metieron un escopetazo que le trozó el pie, y ahora usaba muletas y vivía de vender cualquier cosa en las calles. A sugerencia de quien me lo presentó, le llevé una cajetilla de cigarros y una botella de mezcal. La noche era fría y don Eulalio echó unos leños al anafre. Su casa era más bien una choza de una sola pieza, con un catre pegado a la pared y una mesa de plástico y dos sillas de madera. El resto de sus pertenencias salpicaban el espacio. Le conté lo que sabía.
    —Algo hay de cierto en esa historia, pero lo tiene todo equivocado —dijo.
    Se acercó a la mesa y me sirvió mezcal y luego a él. Dio un largo sorbo, se sentó y encendió un cigarro.
    —Hace años, poco antes de que me volaran la pata —dijo, entre una bocanada de humo—, yo era el único policía en Pinos. Me llegó el reporte de una ternera hallada muerta. Fui a investigar y lo que vi me llamó la atención, pues no parecía haber sido atacada por un coyote o un lince. No soy veterinario pero soy gente de campo y conozco las heridas que dejan esos animales. Esto era otra cosa. Además —agregó, inclinando su cuerpo hacia mí, como anticipo de secreta importancia—, había un fino pelo sobre las heridas.
    Yo no había tocado mi mezcal, pero supuse que era momento de hacerlo y le di un trago. Tal vez don Eulalio era de los que piensan que no se debe confiar en un hombre que no beba, pues su rostro perdió un poco de su expresión adusta.
    —Dos días después —continuó diciendo—, antes de que aclarara la noche, golpearon mi puerta: era un chiquillo, el hijo de doña Mary: «Mi mamá dice que vaya urgente —recuerdo que dijo, todavía agitado por la carrera—. Alguien se metió en la tienda». Doña Mary tenía una tienda de forraje y alimento para pollos y cerdos, y también algo de abarrotes. Me puse la chamarra y tomé el rifle.

    Dio otro trago a su mezcal, otra chupada al cigarro, y exhaló clavando su mirada en el humo, como hurgando en la neblina de sus recuerdos, y continuó:
    —Llegué a la tienda y la señora me recibió con una serie de disparates, hablando a gritos. «Cálmese doña Mary… explíqueme despacio para poder entenderla», respiró profundo: «…le digo que escuché ruidos en la tienda. Me puse la bata y cuando crucé la puerta, todavía en la oscuridad, vi algo siniestro inclinado sobre el saco de avena, comiéndosela a puños. Quise encender la vela, pero no pude por mi nerviosismo, y el ruido del chasquido atrajo la atención de… esa cosa. Volteó y fue cuando grité: tenía grandes y redondos ojos amarillentos. Sentí que podía ver a través mío. Creo que se asustó con mi grito pues salió huyendo».

    Don Eulalio se levantó de la silla y echó otro leño al anafre. Desde allá prosiguió:
    —Temprano se corrió el chisme y tuve a todos los del pueblo frente a mi puerta, urgiéndome a pedir refuerzos a la capital. Los tranquilicé a como pude y me comprometí a hacer rondas por las calles del pueblo.

    Regresó a la mesa y vertió más mezcal en su vaso.
    —Pero la tranquilidad no duró mucho —dijo en voz grave—. Esa misma tarde, mientras hacía la ronda, llegó a galope alguien del pueblo. «Don Eulalio, me dijo, el animal acaba de atacar a una niña, allá por el templo de San Francisco. Tenga. Tome mi caballo», y se apeó. Cuando llegué, una señora llevaba al interior del templo a una niña en brazos. La seguían más señoras. Una de ellas me reconoció y me gritó: «Se escondió detrás, a la vuelta vi que se fue. Es como un hombre». Rodeé el templo rápidamente y vi una figura que huía. Detuve el caballo, saqué el rifle de la funda, apunté y disparé. La cosa cayó pero volvió a levantarse, aulló y se perdió en el monte. Fui hasta el lugar y pude ver sangre, roja pero muy oscura, y de nuevo un rastro de pelo, como el que había encontrado sobre la herida de la ternera.
    —¿Entonces era un animal como dijo la señora de la tienda?, ¿o un hombre? ¿Usted qué vio? —lo interrumpí, y di un segundo trago a mi mezcal.
    Evadió mi pregunta pues se me quedó viendo a los ojos, y continuó:
    —Regresé al templo y cuando vi a la niña, tenía como un arañazo sobre su brazo izquierdo, tres marcas, como de una garra.
    —¿Recuerda cómo se llamaba la niña? ¿Ella vio al ser? —le pregunté.
    Encendió otro cigarro y se quedó pensativo un rato.
    —Amparito —dijo finalmente—. La mamá mencionaba su nombre cada tres palabras. La niña estaba conmocionada, sólo repetía que algo con ojos amarillos la había atacado.
    —¿Será que recuerde el nombre de la señora, o si la niña se apellidaba Dávila? —pregunté de nuevo, conteniendo mi emoción.
    Clavó la mirada en el vaso de mezcal, y después de unos instantes, contestó:
    —No. Es todo lo que recuerdo. Ya después no volvimos a saber del hombre, o animal, o lo que haya sido…

    Tenía tal vez una pista, débil, pero quizá era un vislumbro a la verdad tras la historia en el cuento. Un cuento que ya se antojaba vivencial. Busqué y en todas las imágenes de doña Amparo se le veía con blusas de manga larga o con saco, hasta que encontré una fotografía de archivo en un periódico en Fresnillo, en la que vestía una blusa de manga corta. Poco se detallaba por la baja calidad de la imagen pero se podían adivinar tres marcas paralelas en su brazo izquierdo, como la marca dejada por la garra de algún animal.

    En el cuento ambas mujeres, la esposa y la ayudante, que asumo como alguien más joven, encierran y matan de hambre al huésped. Es mi interpretación que ambas mujeres son una misma: Amparo Dávila: Amparo adulta y Amparo de niña, dándose fuerza una a otra. La muerte del huésped es entonces una forma simbólica de dar cierre a esa traumante experiencia, debido a que dicho ser nunca fue atrapado: en la escena tan sólo quedaron rastros de sangre y de «un pelo demasiado corto como para flotar en el aire, y que iba formando un polvillo amarillento». Es con base en esa y otras evidencias, aunque todas anecdóticas debo reconocer, que concluí en mi investigación que el huésped, ese ser informe, era una mancuspia.

    Responder
  • […] A. El huesped. Recuperado de: https://www.lashistorias.com.mx/index.php/archivo/el-huesped/ el 14 de […]

    Responder
  • Responder
    • Paul Erik
      29/06/2021 5:41 am

      Leído por ahí del 2005 gracias a una maestra de literatura y ahora todo cambia ya no tengo el mismo concepto de quién es el huésped ??

      Responder
  • Me supo a que era un niño con alguna deficiencia o alteración mental, retraso, quizá hijo del marido,por las descripciones que asemejan atributos más cercanos a un ser humano.
    Saludos Alberto, excelente página, me sigue sorprendiendo esa grandeza para responder todos los comentarios, por la humildad, por el tiempo, por la tolerancia. Un abrazo.

    Responder
  • b.s. rolando
    12/01/2017 2:43 pm

    Este cuento ha generado muchas teorías sobre ese personaje siniestro del que no se hace más mención que algunas de sus características físicas. A la par de este cuento, refiero y recomiendo también los cuento de La señorita Julia y El espejo. Todos ellos inquietantes. Un saludo afectuoso Alberto.

    Responder
  • En que época se desarrolla este cuento?

    Responder
  • gerardo pérez arvizu
    25/01/2017 12:51 pm

    el viernes 27 en un CTE escolar de la CDMX se leerá el huésped
    espero con paciencia que nos presentarán las maestras de acuerdo a su imaginación.
    saludos desde la CDMX
    pueden encontrarme en twitter con:

    @mtrogerardo

    saludos
    25 enero de 2017

    Responder
  • […] Dávila, A., El huésped.Recuperado de: https://www.lashistorias.com.mx/index.php/archivo/el-huesped/ […]

    Responder
  • Hola Alberto, es un placer escribir por acá. Soy de Caracas-Venezuela, estudio Dirección Teatral y descubrí a Amparo por un proyecto de adaptación de cuento a obra teatral; escogí el Huésped por una pagina que encontré: purocuento.com. Me agrada leer tantos comentarios al respecto de que es aquella criatura ya que enriquecen mi obra, mis diálogos; entre tantas cosas yo entendí que era un gato pero aun así no quise dar a entender que era, seguirá siendo un misterio para el publico. Ahora lo gracioso de todo esto es que en la pagina no salia Amparo como la autora, salia como si fuera el titulo completo de la obra, ejemplo: «El Huésped de Amparo Davila» entonces asocie que así se llamaba el hombre y así le puse en la obra; la obra ahora es algo mas siniestra de lo que pensé porque para cada persona es diferente. Me gustaría leer comentarios acerca de lo sucedido y así poder meterle picante a la obra (como decimos acá)
    Saludos.

    Responder
    • Veamos qué te dice la gente. Mientras, ve todo lo que se ha dicho hasta ahora. Yo entiendo que la intención es que no se sepa qué es el huésped. Lo que importa, diría, es justamente el misterio. Suerte con la puesta.

      Responder
  • Hermoso y qué intrigante. Llegué aquí por recomendación de una persona, a causa del cuento de Cortázar titulado «Después del almuerzo». Espero leer más cuentos parecidos. Saludos.

    Responder
  • dianita 🙂
    11/10/2017 8:05 pm

    me encantoooooo

    Responder
  • […] El huésped– Amparo Dávila: Este cuento te dejará pensando muy bien la próxima que aceptes a un invitado en tu hogar. […]

    Responder
  • Elizabeth Ocampo casCastella
    16/02/2018 12:39 am

    Es curioso que yo nunca pensé en el «ser» como un animal. Más bien, y desde un principio, se me vino a la cabeza un hombre con problemas en el hígado (por eso los ojos amarillos) flaco, con pomulpó pronunciados, fuerte, descarnado y aterrador. Hasta llegué a imaginar que estaba enamorado de la protagonista y por eso la veiv desde su cuarto o la seguía. (Con eso de que el marido no le hacía caso, pensé, la cancha libre).
    Tuve que reelerlo (después de leer los comentarios) para caer en la cuenta que se hablaba tal vez de un animal.
    Sin duda mi primera imagen del «ser» me aterrorizo aún más.

    Responder
  • Excelente, gracias por el cuento y por la página. Aquí me puedo quedar a vivir : ) o al menos, pasar las horas en el rico pozo sin fondo de las historias.

    Responder
  • Es la primera vez que la leo y me encantó, me recuerda un poco a Clemente Palma. Seguiré leyendo más de esta autora.

    Responder
  • Guillermo
    22/02/2019 9:13 am

    Me encargaron leer esta historia durante una clase de español , sin duda es una de las mejores que he leído.

    Responder
  • Misia Pepa
    25/06/2019 11:36 pm

    Buenas las tengan
    Por un momento creí que se trataba de un perro o algún felino. Sólo vine buscando respuestas

    Responder
  • Lady Erzse
    03/08/2019 11:51 am

    Hola Alberto, que gusto encontrarte, un saludo enorme desde las ruinas primigenias del Poema del Trashumante (¿recuerdas?).
    Este cuento de Dávila (El Huésped), me encanta. Creo que es un ensayo, denuncia, análisis (y las que apliquen) entre varios a la violencia intrafamiliar, al desorden mental (de la protagonista) derivado de su enorme infelicidad. Veo muchos elementos metafóricos ilustrativos en él, «Vivíamos en un pueblo
    pequeño, incomunicado y distante de la ciudad… Pensé entonces en huir de aquella casa, de mi marido, de él… Pero no tenía dinero y los medios de comunicación eran difíciles. Sin amigos ni parientes a quienes recurrir, me sentía tan sola como un huérfano», la protagonista vive la clásica situación de abuso en dónde el desamparo, la infelicidad y la tristeza, la tienen emocional y mentalmente aislada del mundo y sin posibilidad de pedir ayuda. Para mí, «el huésped» no es sino la bestialidad del abuso perpetrado por un marido machista, controlador e infiel. Y Guadalupe, es la narradora misma, viviendo su pesadilla doméstica desde dos perspectivas, una la de la mujer sufrida, medio desconectada de la realidad resignada a la tragedia y la otra desde la mujer trabajadora abnegada a su trabajo en casa, protegiendo y acumulando rencor. Martín (el pequeño golpeado) representa el punto de quiebre en la psique de la narradora, recibe por última vez (en este pequeño nuevo ser) la bestialidad del abuso, la narradora pierde el sentido y Guadalupe (su alter ego valiente) la encuentra sin sentido y a su nueva perspectiva de vida (Martín) magullados y dolidos. Es cuando Guadalupe toma control de la situación con rencor y necesidad de venganza.
    Es un excelente cuento. al que le podemos sacar todavía mucho más.

    Saludos Alberto!

    Responder
  • Que es el huesped?

    Responder
  • Al principio cuando terminé de leer el cuento me quedé esperando más. Me tuve que quedar viendo y pensando un par de minutos por qué no había mas relato. Fue raro estar en metida en el hilo constante de la trama y de repente se había acabado. Pero fue así como la esposa había acabado con su miedo y represión.

    Responder
  • Matar de hambre a alguien es un crimen. La gente tipo este personaje femenino son realmente peligrosos porque confunden sus alucinaciones con la realidad. Todo es macabro en este cuento. El Niño que duerme abandonado en una caja de madera. Mientras la señora peina a sus niños. La servidumbre de la madre de este niño. La señora encerrada en cuarentena eterna en el calabozo de su mansión. Un relato digno de un análisis psicológico. Quien es la víctima aquí. Ah me olvido del papel psicópata del marido ausente. El ser que vive en el cuarto obscuro bien pudiera ser el alter ego de la señora.

    Responder
  • woooww 14 años después llego a esta publicación, muchas gracias. saludos a todas y todos.

    Responder
  • Un fragmento de este cuento lo podemos encontrar en el libro de lectura de tercer grado de primaria. Lo utilizo para el contenido de descripción y puede ser relacionado con la descripción de escenarios o el uso de adjetivos calificativos. Posteriormente buscando en distintas páginas de internet encontré el fragmento inicial y lo utilicé para que los alumnos se apoyaran de la descripción del personaje macabro e indicarán qué era o cómo lo imaginaban. Terminaron describiendo distintos personajes como un búho, un gato salvaje, un vampiro, un hombre maligno y enfermo, entre otros. Por último les pedí que indicaran un posible final para el cuento y fue sorprendente todo lo que crearon, fueron distintos los finales y ninguno parecido al que escribió la autora. Amé este cuento por su gran apoyo para mi clase y lo mejor fue encontrar este lugar donde pude conocer distintos puntos de vista.

    Responder
  • Excelente página Alberto. Gracias a ti conocí a Amparo Dávila y me ha gustado mucho y más saber que fue una escritora mexicana.

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Entrada anterior
En el bosque
Entrada siguiente
Los Consejeros del Rey Hidropsio