Concurso

Concurso #24 (¡especial!)

Para celebrar el segundo aniversario de nuestro concurso mensual, queda abierta aquí una convocatoria especial.

Los interesados pueden comenzar observando esta imagen:

Instrucciones:
1) Suponer que esta imagen ilustra una historia.
2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, qué momento se anuncia, por qué, quiénes están allí, qué hacen.
3) Escribir la historia, en forma de cuento brevísimo (minificción), en los comentarios de esta misma nota.

El ganador será elegido tomando en cuenta la opinión de quienes decidan opinar y, como estamos celebrando, recibirá no sólo el trofeo virtual acostumbrado sino también un paquete de libros. (Los concursantes deben dejar una dirección válida de correo electrónico para poder recibir su premio virtual, y el ganador deberá enviar, cuando se le notifique, una dirección postal.) La fecha límite para hacer propuestas es el 24 de octubre.

Quedan invitados. Y gracias por venir a visitar.

163 comentarios. Dejar nuevo

  • Nightmare

    Un espíritu maligno la poseía al ver su reflejo, provocándole una deformación total irreversible. En su familia creían que era una enfermedad congénita más que un hecho sobrenatural, como ella señalaba. La adolescente, desesperada, se ahorcó para acabar con la tortura. El padre la encontró desvanecida en su recámara. Del ventilador del techo pendía una soga rígida; pero el espejo reflejaba el cuerpo inerte del demonio que la atormentaba en sus constantes pesadillas.

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  • El «Gordo»

    Siempre me dijeron «El Gordo». Y quizá no lo fuera tanto; sin embargo, lo cachetón y rollizo proyectaban esa imagen de mí.

    Todos me decían «El Gordo». Pero solo me lastimaba cuando lo decía Ella. Y quizá no lo hiciera con malicia, por mala onda, sino por costumbre. Por imitación. Por inercia.

    El día que llegaron los alienígenas, los marcianos, pues, con la consigna de evitar la posibilidad de que la Tierra los conquistara en alguno de los futuros que ellos vislumbraron a través de sus receptores de ultraondas, se fueron con la finta.

    Basándose en las películas terrícolas, donde quienes salvan a la Tierra de los extraterrestres son los galanes tipo Will Smith, Brad Pitt, Pierce Brosnan, Harrison Ford, ya no digamos Schwarzenegger, ayudados por Natalie Portman, Angelina Jolie, y/o Pamela Anderson, decidieron aniquilar a todos los «caritas», los guapos y las buenotas, pues.

    Cuando me di cuenta de esto, (ya saben, el clásico nerd de lentes que además es rete-inteligente), y vi a los humanoides con sus túnicas verdes, como de fraile-neo-franciscano, saltando edificios altos de un solo brinco y matando selectivamente a lo mejorcito de la raza, tuve dos sensaciones contradictorias: por un lado, yo, «gordito», me había salvado; por otro, Ella estaba en peligro.

    Salí en chinga a buscarla, pensando que a esa hora todavía estaba en la escuela. Esquivando los autos accidentados, los gritos de terror de todos los que no sabían que estaba pasando, acorté la distancia y por fin llegué. Sin nadie que cuidara la entrada (a pesar de que el conserje estaba bastante federal, había salido huyendo), me metí a la escuela y comencé a gritar su nombre, desesperado.

    Solo se escuchaban sollozos, y varias niñas (bastante gachas, debo decir) corrían histéricamente, sin saber que no corrían peligro alguno.

    Al fin, al dar la vuelta, la encontré echa bolita, descalza, temerosa, en el suelo del pasillo.

    Como pude, la tomé en mis brazos, y corrí y corrí y corrí ocultándome, ahora sí, de los «verdes». Nos metimos en una estación del metro en construcción, nos encerramos en un cuartito, y esperamos…

    Al final, lo saben ustedes, los alienígenas se fueron convencidos de su éxito. Afortunadamente no nos encontraron, y ahora soy uno de los pocos afortunados de tener una compañera bonita. Ella se dio cuenta de que no soy tan desagradable, de que siempre le había caído bien, y de que, ultimadamente, le había salvado la vida, pues.

    La contraofensiva se está organizando, ya que, a pesar de lo que diga Hollywood, las grandes mentes regularmente no residen en un «hermoso cuerpo».

    Ahora, con la difícil misión que tenemos enfrente, de un alto valor moral para toda la humanidad, debemos generar habitantes tanto para este mundo como para las próximas colonias interestelares.

    Y por eso Ella y yo estamos tan ocupados, permanentemente sudorosos y felices para ponerla… gordita.

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  • Fe de erratas… debe decir «hecha bolita», no «echa»

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  • Debe ser culpa de la edad. Yo, vencida por un escuincle que alimenté como si fuera mi propio hijo…
    ¿Será que debo resignarme a perder mis poderes, tal y como los mortales saben que han de perder la vista?
    Debo bajar de aquí antes de que Gretel escape también. Pero, ¡demonios! No recuerdo dónde dejé mi varita.

    *Gina Halliwell*

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  • Asecinita
    01/10/2007 3:13 pm

    Era la peor catastrofe que habia ocurrido en la historia del mundo civilizado, un humano acababa de caer del cielo, rayos eso realmente ocurria, nadie lo hubiera dicho nunca. Para el consejo eso estaba mal,los humanos no se daban en los arboles, mucho menos caian de ellos. La situacion se estaba saliendo de control, los jovenes se acercaban a ver el cuerpo inerte del protagonista de los peores cuentos de horros de su infansia.
    Yumbe, la hija menor del mariscal,era tan osada como engreida, y no dejaba de poner pruebas ridiculas a las pobres niñas que la acompañaban a todos lados. Por supuesto la de este dia era el humano colgado del arbol.
    -Veleta- dijo Yumbe a una pobre niña palida con la cara llena de pirgunst azules- tienes que ir y traerme los cordones que esa cosa tiene en los pies (agujetas).
    Completamente aterrada pero decidida, Veleta se acerco agazapada a la figura envuelta en trapos…de pronto un grito recalcitrante atraveso el aire y la niña de tiro al piso agarrandose la cabeza con ambos brazos.
    -¡Se movio, lo vi moverse!- gritaba Veleta.
    Como si esa fuera la señal, el resto de las niñas salio corriendo mientras Yumbe gritaba, en realidad sin saber por que, pues ella no habia visto nada pero gritaba por que Veleta seguia gritando.
    Atraido por el escandalo, el padre de Yumbe se acerco y levanto a Veleta en brazos, molesto, estaba listo para darle una zurra a su hija.
    -¡Como puedes ser tan…!- comenzo pero un ruido a su espalda le cerro la boca de golpe. Era algo como un “uhggr“ y el sondio del nailon al moverse.
    -Ahggr!!! se esta moviendo!!-grito el hombre y soltando a Veleta corrio despavorido.

    Ciertamente, el hombre del paracaidas se estaba moviendo.

    #“favor de disculpar las faltas de ortografia y signos de puntuacion, pero esto lo escribi desde una Mac y al ser mi primera ves,no tengo idea de como se usa el mendigo teclado“#

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  • Siempre fue el dilema de su vida. Decidió colgarse, y se desprendió su cuerpo de mujer; el que siempre amé

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  • Janet Aguilar
    01/10/2007 4:38 pm

    Morirse es como cualquier otro trabajo. Terminas en un lugar que ni te gusta, pero poco a poco te acostumbras. Las fiestas con tus compañeros, los chistes locales, la seguridad de tener una rutina por un buen tiempo. Es exactamente igual a cualquier trabajo de oficina.
    Mi departamento se llama Filing & Relocation; y hace un tiempo me ascendieron a Gerente de Operaciones Regionales Jr. Básicamente lo que tengo que hacer es recoger a los nuevos ingresos en la puerta B15 (que es la única que tengo asignada por ahora). Una vez que los ingreso al sistema, los almacenamos un tiempo, y el servidor nos dice eventualmente a donde serán enviados. Al final de mes, hago un reporte con los ingresos y salidas; para después mandar mi reporte con copia a los Gerentes Regionales Senior, que a su vez lo consolidan y lo mandan a alguien superior, así para siempre hasta que llega hasta arriba.
    Cuando uno está aquí abajo, no importa que tan arriba es arriba. Tampoco importa la asignación ni el departamento donde uno esté. Yo antes tenía un trabajo muy similar, antes: cuando estaba vivo. Era gerente de la oficina postal de mi delegación. Y luego un día de lluvia y un camión sin luces. Fin. Y me ascendieron aquí.
    A la única que extrañaba era a Lucy, mi hermana. Yo fui su hermano mayor venido a menos; torpe, con problemas de peso, todo el tiempo con gripa, y además lloricón. Pero ella en lugar de molestarme como todos, se volvió mi mejor amiga. La única que jugaba conmigo. La única que compartía mi debilidad por las donas y las tortillas con sal. La única que podía hacer que dejara de llorar. Y un día, cuando estaba seguro que ya ni recordaba su cara, apareció en la puerta B15. Estaba dormida en un sillón.
    En su expediente decía que había muerto por intoxicación. Al principio no lo creí, por que Lucy siempre fue una niña feliz. ¿Qué le pudo pasar durante mi ausencia? Luego entré en pánico. Sabía que los que llegaban aquí por intoxicación iban directito a la puerta G45. Y no es que la G45 fuera como la J9 o peor, la H76, pero no me podía imaginar a mi Lucy tan linda y buena en la G45.
    Por eso lo hice. Mandé a los muchachos a un descanso, y tomé a Lucy en mis brazos. Si llegaba a tiempo al despachador 02.011 podía sobornar a alguien tal vez para dejarla otra vez en su sillón, dormida y que despertara solo confundida y arrepentida. O tal vez podría meterla de contrabando en la puerta S17. Todo el mundo quiere estar en la S17.
    Y nos escabullimos por la bodega NL35, donde guardamos los archivos viejos que de plano nunca saldrán. Al tenerla en mis brazos corriendo, algo me pegó en el pecho, algo como un golpe que me dejó sin aire al recordar una vez que éramos niños. Lucy se cayó mientras jugábamos a Star Wars. Esa vez se pegó en la cabeza y manchó de sangre su traje de Princesa Leah. Yo la cargué, justo como ahora y la llevé corriendo a la casa. Y en medio del camino abrió los ojos, me miró y se quedó así sonriéndome. Y me sentí el tipo más feliz por que no le pasó nada al final y estaba ahí, estaba bien y estaba conmigo.
    El golpe en el pecho no mejoró y solo siguió con un horrible ardor en los ojos y un incontrolable temblor en los labios. Lucy seguía dormida y tenía que llegar a la S17 o al 02.011 lo antes posible, antes de que alguien se diera cuenta de que faltaba un ingreso.
    Al llegar al piso S, noté que no estaba el supervisor, y con cuidado revise las puertas que, por descuido, habían dejado abiertas. Cuando traté de abrir la S13, cedió de un pequeño golpecito. Adentro, entre tanta luz y ruido, distinguí una familia bonita, con un perro viejo pero noble, una casa mediana, un buen novio en la secundaria, un montón de hijos y nietos al final despidiéndola. Lucy merecía otra oportunidad. Lucy era buena y no se merecía terminar así. El dolor en el pecho se hizo grande pero de cierto modo agradable. Como cuando comes mucho. O como cuando estás feliz. Al fin y al cabo aquí abajo casi no se siente nada de eso. Y al fin y al cabo, tenía que venir Lucy para que lo sintiera otra vez, por última vez.
    Fue la única vez aquí abajo que hice algo fuera del protocolo. Después me enteraría que, como en toda empresa grande, culparon a alguien más por perder a un nuevo ingreso y al pobre lo movieron de a “Disposable Rejections”. Pobre tipo. Al fin y al cabo, morirse es como cualquier otro trabajo.

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  • Abraham Londoño estaba por asesinar a Clarissa -su hija-, cuando el dichoso ángel le dijo que no lo hiciera, que el Señor estaba complacido con sus actos y la fe quedaba demostrada. Las lágrimas no se detuvieron, pero los ojos se abrieron desmesuradamente mientras el cuchillo, erguido por la furia, se alejaba de la joven para clavarse entre las inmaculadas vestiduras de la figura alada.

    Bajo el ángel moribundo que poco a poco se disolvía en sangre verde -y lamentando que Dios no estuviera más cerca- Abraham cargó en brazos a su hija.

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  • Lo que va tachado iba entre guiones. Saludos!

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  • Marco A. Velazquez Lozano
    01/10/2007 9:48 pm

    CURSO AVANZADO DE PEDERASTIA

    1 Mariana rezaba en silencio mientras recibía las brutales embestidas, sus infantiles plegarias eran tan dolorosas que pronto tuvieron eco y recibieron respuesta.

    2 La luz azul entró por un cristal roto de la cúpula y descendió lentamente hasta el ídolo inanimado.

    3 El yeso coloreado empezó a adquirir una consistencia gelatinosa y después se convirtió en carne y músculos adiposos y vivos.

    4 El santón olvidado bajó lentamente de su pedestal y se dirigió silenciosamente hasta la sacristía.

    5 A lo lejos se escuchaban débiles sollozos y bestiales gemidos, el corazón que ya no era de yeso se llenó de ira.

    6 El improvisado ángel vengador avanzaba flotando, al tiempo que se despojaba de su anticuada vestimenta de profeta.

    7 Antes de ingresar a la habitación luminosa, el obeso ejecutor se vistió de jeans y camisa, pero conservó el cordón que le ceñía la cintura.

    8 Los sollozos eran mas intensos, el ángel vengador entró y las ostentosas vestimentas pontificiales se sacudieron.

    9 Todo sucedió muy rápido, la luz azul invadió la habitación y Mariana quedó desvanecida.

    10 El nuevo día llegó, la gente entró en la iglesia a la misa de 6 y lo descubrió.

    11 Las beatas consternadas lo descolgaron sin mucho esfuerzo, el padre Matias era tan bueno.

    12 Las lagrimas corrieron como ríos y no faltó un alma compasiva que sugirió que mandaran a hacer una imagen del padre Matias, para ponerla en el nicho que habían encontrado vacío.

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  • Aniv de la Rev
    02/10/2007 3:19 am

    Un problema de gravedad

    Quizás fue por culpa de una tormenta electromagnética. Quizás no. A lo mejor la Tierra se había salido de curso y quedó de cabeza. (O a lo mejor ya estaba de cabeza y tan solo se enderezó). Fuera por la razón que fuera, el problema seguía siendo el mismo: las personas comenzaron a despegarse del piso y no parecía haber nada que detuviera su caída rumbo al cielo. En un intento desesperado, hice lo que no cualquiera hubiera hecho en aquellos casos. Abracé a mi hermana. Bien fuerte. Me calcé los pies con cemento y recé para que un nuevo Isaac Newton, a punta de manzanazos, regresara la gravedad a sus cabales.

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  • José Martín Hurtado Galves
    02/10/2007 9:10 am

    Ya hija, ya. Te buscaré un ángel maduro,
    éste aún está muy verde.

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  • […] escritor mexicano Alberto Chimal ha convocado al siguiente concurso en Las Historias, su blog y página personal: escribir un cuento […]

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  • Lisa, Lisísima Caray
    02/10/2007 9:57 am

    — Padre Ajo: Porqué se están moviendo así esos santitos colgados allá arriba?

    — Amada mía: No veas eso, FOLLAR no es para santos!!

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  • Lisa, Lisísima Caray
    02/10/2007 10:00 am

    — A donde me llevas, padre Ajo?

    — Yo te enseñaré a sanar tus heridas, el borrar tus pecados inician cuando aprendes a volar como ángel entre mis brazos, hija mía.

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  • UN HERMOSO LUGAR PARA SER NIÑO

    Nunca se borrara esa imagen de mi mente,
    éramos niños, simples niños,
    En un mundo de fantasías, sin más preocupación más que vivir.
    Éramos mi hermana y yo, jugando como siempre, en el bosque,
    Un lugar hermoso para un niño…
    Tenia 12, ella 10, siempre buscado donde ensuciarnos, el lago era el lugar favorito…
    En medio de nuestros juegos y gritos, se escucho un estruendo fuerte,
    nos callamos inmediatamente, era extraño pues el bosque siempre esta en silencio.

    Encima de nosotros paso una avioneta en llamas, y detrás de ella un hombre de verde,
    Un militar caía rápidamente, estaba muerto o inconsciente, un árbol viejo se interpuso
    En su camino, las ramas rasgaron su mochila y su cuello, quedo colgado con el paracaídas de fuera, en seguida su cabeza callo sobre nuestro pies. Mi hermana callo desmallada en el lago, la impresión, me impidió reaccionar rápidamente, ella estaba boca abajo, en el agua, la saque, pero era tarde, ya había muerto…

    Ahora tengo 42 años ya pasaron 30 años de su muerte, aun la sigo cargando…
    Y el decapitado aun cuelga en los árboles.

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  • se esfuerzan demasiado…

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  • Mi amante, absurdo, abultado enano, pensó que yo era la triste víctima de un
    un secuestro. Ahorcó a mi maestro de paracaidismo . Anuló la oportunidad-
    tan esperada- de experimentar la loca idea de hacer el amor en caída li-
    bre.

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  • la configuración del espacio para escribir la historia no depende de mi
    control. vale.

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  • Laberinto Alado
    02/10/2007 1:43 pm

    ¡BRUJA!

    Cuando Lucrecia apareció en el medio de aquel lúgubre salón envuelta en aquel vestido que la hacía sentirse un ramo de espinacas mal atado, supo que algo andaba mal. El pantalón que aquella mañana se calzara para ir a dejar a Anita al colegio le apretaba por debajo de los encajes. ¿Cómo le diría al padre Cástulo que a los dos meses de su última visita al templo había comenzado a sentir náuseas? Ahora ese problema ya no tenía importancia. Lo que no entendía era por qué el padre Cástulo ya no vestía su hábito de inquisidor y cómo había logrado llevarla a ese tiempo donde las brujas no tienen derecho a preguntar nada.

    Lucrecia miró su propio cuerpo balanceandose como un triste badajo y luego los pies, desnudos, de Anita colgando de los brazos del sacerdote.
    Su voz, seca y cavernosa, reverberó en los muros del templo:
    — ¡Anitaaaaaaaaaa! ¡Nooooo!

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  • Shanduray
    02/10/2007 3:24 pm

    RECUERDOS

    Un cuento es un cuento y como llega se va.

    Recuerdo el día en que morí por primera vez. Era el año de 1650 y vivia en Toscana, creo que había sido costurera y eso se refleja en mi actual vida por mi gusto por las prendas tan «fashions» como las minifaldas.
    Pero Marcos nunca me creyó, decia: «Son puros cuentos y los cuentos como llegan se van»

    Pero yo lo recuerdo con sumo detalle y bastante claridad, mi nombre era Grace. Aún no he logrado recordar por que me colgué de aquella viga sobre el techo pero creo que fue por la infidelidad de Salvadore. Por eso cuando volví a nacer juré no darle tanta importancia a los actos infieles de mis múltiples amantes, pero esta es la décima vez que vivo. Y es la décima vez que me engañan, pues aunque Marcos es muy discreto, se que tiene por amante a la vecina.
    En fin! Creo que haberle contado los motivos de mi suicidio pasado a mi acutal pareja, ha sido el detonante para que sea discreto y no dejarse ver con la vecina en lugares públicos. Y aún así dice que son puros cuentos, ahora bien, también creo que mi pasado suicidio fue castigado y el castigo no terminará jamás… pues ya tengo ganas de morir y no volver a llorar en otra boca, no señor nunca más.

    Y de todas formas, entre ahí: con un vestido largo como mis vidas. Y a lo lejos veía a Marcos con sus mismos lentes de siempre (que ni por ser nuestra boda se digno a quitar) y sabía que había vivido la misma escena desde mi primera vida en Italia… el sacerdote hablabla, y yo no le antiendía, estaba tan absorta en mis pensamientos. No querría comenzar todo de nuevo, es más quería terminar todo en ese instante.

    – Tus votos Matilda- dice el padre.

    – Dios mio- pienso- si repito mis votos repetiré la misma historia, la misma vida y la misma muerte por décima vez. Tengo que pensar pronto.-Ejem!!!! (me aclaro la garganta)

    «Io Matilda, credo che non desideri accadere ancora con lo stesso, il ritorno condinnata per ucciderlo dall´uomo.
    Ritengo esso ma questo coltra desidero che questa vita é quella ultima»

    – Hablé en Italiano- pensé asombrada.

    Y una sonrisa se dibujo en mi rostro, una sonrisa que desde mi primera vida nunca había disfrutado, y por eso estoy aquí en Toscana nuevamante, porque quise volver a esta casa donde una vez cobardemente termine con mi vida por alguien que no me valía. Y con eso, espero que el día que muera, sea el último.

    Traducción.
    Creo que no quiero pasar de nuevo por lo mismo, condenada a volver a matarme por un hombre.
    Lo siento, pero esta vez quiero que esta vida sea la última.

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  • Agustin Montes de Oca V.
    02/10/2007 3:47 pm

    Todo lo relacionado con sus alucinaciones, ya me tenía al borde de la ira, no se hasta
    no sé hasta cuando podría soportarlo, desde hace varios días, me comentaba
    Georgina, en ocasiones al borde del paroxismo, sus «visiones» a veces, era
    un enorme lobo con las fauces bien abiertas y exhalando vapores fétidos,
    en otras ocasiones era la enorme cucaracha, deslizándose por las paredes
    emitiendo un agudo chillido y ahora, «el espirítu del encortinado», vaya
    por imaginación no paramos.—¡Miralo, ahí estä¡—Exclamó, su rostro era
    de súbito terror, finalmente volteó de soslayo y !vaya sorpresa¡ ahi
    estaba, mi primera impresión fue de sorpresa, pero, acudiendo a mi
    acostumbrado escepticismo, bajé a Georgina, que se encontraba aferrada a
    mi cuelllo, y sin apartarme de ella, jalé la cortina y con un sonido sordo
    cayó el cuerpo a mi lado, Vaya sorpresa a este individuo se le ocurrió
    suicidarse en mi casa.

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  • Calcetino Asprilla
    02/10/2007 4:49 pm

    El día que su hermana se murió, un ángel se le cagó en el hombro. Él, Iván René, dice que esa es la razón de su fuerza. Cuando ve al arquero volar y mete un gol, celebra. Llora de tristeza por su hermana y ríe por el arquero caído.

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  • Yo le doy mi voto al relato de Gina Halliwell pues me parece que cumple con la regla del relato breve, dejando al lector su interés y la capacidad de introcucir más historia.

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  • PESADILLA

    Mi hermana muerta suele visitarme. Hoy se topó con el hombre de la túnica al que nunca le he visto el rostro. Ahora debo huir con ella. Agárrate, Clara, no puedo despertar…

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  • EN EL PASÓN (Corregido)
    Horrible maestra de civismo: una vuelta al cuello. Petulante profe
    de fisica: otra vuelta. Maldita viejita coodinadora de secundaria:
    tres vueltas por la hija de perra. Prefectos imbesiles, putos
    vigilantes implacables e interminable lista de estupidos que me
    cagan la vida: una mas.
    Mi tio “el chute” si es cabrón, por eso me puse su uniforme para
    verme maldito, uso su paracaidas. ¡quiero salir a romper madres!
    Me fallaste amigasa, no quisiste ayudarme y por eso no me cogí a la
    Ingrid; de envalde el gasto de las yumbinas.
    Si, inhale hasta el pasón y que chingaos?
    No me vuelve a bofetear mi madre, me cago y no, la pendeja piensa
    que vengo borracho y me encerró. Me lanzo desde mi litera de
    colores, la que debo compartir con la babosa de mi hermana Dolores.
    haggg…¿Que pedo?

    Persivo en otra dimensión a mi tio, se lleva a mi Lolita;
    ella fue la que me encontró ahorcado.

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  • No tuve tiempo, no tuve posibilidades de hacerme pedazos, ni de llorarla cuando se fue para siempre, no tuve energías ni lágrimas, ni canciones tristes ni misas. Todo lo que me quedaba dentro estaba dedicado totalmente a atender a la pequeña Aliza, que se hizo pedazos y lloró. Cuando ella crezca y se vaya, tendré tiempo, posibilidades, energías, lágrimas. Hoy todo es Aliza y mi rostro lleno de estupor.

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  • Estoy muerta, nadie pudo ayudarme de mi.

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  • La oscuridad lo està devorando todo, busca multiplicarse en cada oportunidad que encuentra, en un corazòn malo, un acto egoìsta, en una ayuda no otorgada, hasta el momento habitaba un rinconcito de nuestro ser y se conformaba pero ha encontrado la forma de salir ganando valor y quiere tragar todo a su paso.
    Bienaventurados los que logren escapar no aceptando su destino.
    Cobardes aquellos que engrosen su poder.

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  • Sigue creyendo que es mágica…. Pobre imbécil…
    Trata de salvarla de todo lo fétido, maloliente, despreciable….
    desde que la encontró en la esquina, vendiendose por comida, decidio
    adoptarla…
    no es que la quisiera de mascota, o de sirvienta….
    pero, El con sus treinta y tantos… y nada de nada…
    era sospechoso frente a los vecinos, y el cuchicheo de
    todas las viejas de la cuadra….

    Ella no tenía algo especial, salvo el mirar con ojos de perro:
    enjugados, jodidos!
    El pensó: es un milagro…. pobrecita… igual y viene a enderezar mi suerte…
    aquí tirada pidiendo favores….y yo tan solo….
    debe de existir algo de magia!!!

    Despues de alimentarla y enseñarle que no necesariamente
    tendría alimento y techo abriendo las piernas…
    Ella le fue tomando la medida… poco a poco fue pidiendo más…
    cigarros, caramelos… ropa…
    para después escaparse y buscar otras esquinas donde ofrecerse
    por placer y también cabronez! Por que así es la vida…
    y así las putas….

    El jamás la descubrió… porque la magia así es….
    ciega a cualquiera que quiera ser tocado….
    El cada mañana, corre en su busqueda,
    para regresarla a jugar el juego de a diario:
    el del imbécil enamorado….

    Responder
  • EL ORDINARIO
    03/10/2007 8:15 pm

    ¡Oh dioses negros!
    la galaxia aún estaba seca:
    vacía sin comprenderse, iluminada sin poder verse…

    Chicchan se masturbó pensando dudosamente en si Citlali aceptaría llenar el
    ese molde vacío acomodado en su podrido corazón: aquella noche había
    bebido en exceso, aquella maldita noche el pasado se salió de su orbita
    atrayendo los demás cuerpos que lo habían lastimado tiempo atrás. Ixchel
    coqueta pedía a gritos que cerrara la misma puerta por donde había
    entrado: No. La respuesta repudiable para su alma, era un preciso no.
    Descubría con ello la palabra «HOLA», la respuesta más allá de su mismo
    lenguaje. ¿Y tú qué? No era el sueño, no era la alegría, no era una
    sublime epifanía, no era un alumbramiento, no era más que un no, un
    salvaje y maldito NO. Esa negativa rebasaba las compuertas del llanto
    y la decadencia, rebasaban la menarca del tiempo, cogía por el culo a la
    misma consciencia de la muerte y su amante la vida. Era todo. Ixchel
    lo sabía, Citlali, no. Pasaba la media noche, un alma dibujada entre
    lexiquetos perdidos en el laberinto del tiempo, mientras el cielo y
    el firmamento avanzaban a gran velocidad llevándose todo, fuera de su
    orbita, a puntpo de chocar con un gran planeta en la mente de Chicchan
    tomó en sus brazos a su reciente victima amorosa: ella no era ,
    no estaba por que decía no: la tomó de su delicada y fina piel del cuello,
    le dio un beso largo y le mordió la lengua suavemnete, si, suavemente
    la asesinó y sin dejar huella alguna del crimen, la cargó
    como el príncipe que quería ser para ella, y laabandonó por que el tambiénm
    tenía la necesidad de abandonarse así mismo: Chicchan y su alma
    combatieron por el amor: el dolor llegó.

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  • La encontré arrastrándose por los pasillos. Sé que nunca se ha sentido muy agusto entre las paredes blancas de su cuarto, donde no sólo escucha las voces de su cabeza, sino también las puede ver materializadas.

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  • colgar gente, cargar cadáveres, es increíble lo que hago para conseguir un lote de libros escogidos por Chimal.

    Responder
  • papá, no me gustan las cortinas.

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  • … Y ese es el modo correcto de fingir un suicidio. Ahora bien, estudiantes ¿quién quiere empezar las prácticas?

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  • La campaña “Buscando una Princesa” del Príncipe Azul ha reactivado la economía del reino, miles de jovencitas se han desplazado hasta el Castillo del Reino para aparecer en el popular Reality Show, con sus conocidas pruebas y retos (como la del guisante y los colchone, o la del tigre o la princesa) y por fin probarse la tan conocida Zapatilla de Cristal. Sin embargo, diferentes ONGs han dado la voz de alerta, la sobre expectativas que se forman, las presiones que sufren las concursantes por sus familiares deseosos del inusitado premio de un reino y un título, el despiadado formato que se burla de las perdedoras, han incrementado las crisis nerviosas, los suicidios, las muerte prematura de toda una generación de jovencitas que ven sus ilusiones desaparecer por la azarosa forma de sus pies.

    Responder
  • No_Hombre
    04/10/2007 2:41 pm

    hey tu! no te vayas, bajame de aqui, hey no te la llaves Gordo, ayudame no te la lleves. No la vuelvo a aventar.

    Responder
  • No_Hombre
    04/10/2007 2:57 pm

    No la mires, papi si te quiere.

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  • Consiguió todo lo que quería. Trío de ases: fama, poder y dinero. Por el camino perdió la mujer de su vida y sus sueños de Peter Pan.

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  • – ¡Esto idiota!. Con lo alto y gordo que es nadie lo tomará por débil. Ni mucho menos que le teme a la muerte. La cual parece un alfeñique junto a su figura. Encima, el muy mofletudo no ve un cuerno sin sus anteojos. Ojalá fuera el hijo del empresario para justificar su papel, pero ni eso. Y la chiquita esta, que le anda de tímida frente a la audiencia. Qué no quiere mirar a la platea. ¡¿Y estudia actuación hace seis años?!. ¡Por Dios, y el demonio también!. Esto me pasa por tratar con el estado. ¡Ey tu!. ¡La muerte!. Aguarda que traigan la escalera del subsuelo. Trata de moverte para que no se te coagule la sangre en la entrepierna con ese arnés. Pero no mucho por si se zafa la polea nuevamente. Y por favor, deja de ensayar tu tonito fantasmal. Ha quedado claro que no tienes lineas en la obra. ¿Me escuchas?. ¿Respiras al menos?.
    – Gruñio, ¿Qué te parecen estos vestidos para la niña?.
    – ¿Me parecen?. Un espanto. Por suerte los espantaremos con algo, aunque lamentablemente no será de miedo ni de: ‘La tenue existencia de vida’. Pronto ya, llama a los de catering para que dupliquen la comida y la bebida. Y adelanta la recepción para que estos chanchos que nos van a criticar entren bien adobados y contentos. Que al menos les de un poco de remordimiento destruirnos cuando se vayan con la panza llena. ¡Gordo!. Suelta la niña y métele cincuenta flexiones a ver si bajas la barrigota. Y tu niña aprende a caminar de espaldas si no vas a mirar la platea. Lo único bueno de todo esto es que la plata la ha puesto la comuna y tendrán que sostener la obra al menos un mes. Si tuviéramos un patrón ya estaríamos los dos como este mostaza; colgados pero del cuello. Por favor – susurrando – no le digas que la escalera la hemos prestado.

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  • -¡Manuel! ¡Manuel!
    -¿Que pasa? ¿Porque lloras?
    -Llevame a mi tumba junto al mar, acabo de ver mi pasado.

    Responder
  • el testiculamento
    05/10/2007 3:45 pm

    No es público su percepción de la vida: la creación lleva
    a la destrucción. Tasho lo sabe. Su pequeña víctima no. Detrás de
    aquellas cortinas oscuras en que se oculta la muerte fornicando con el
    tiempo, detrás de esos lejanos pensamientos que huyen como huye el aire,
    el sueño, los días, el tiempo…Tasho logró penetrar esa realidad
    mediática del placer de la creación y obeservó que su pequeña
    hermana saciada de pureza podía sobrepasar esa dimensión
    donde la totalidad brinca de gusto y en donde llueve a grandes cántaros
    el olvido mismo. Allí estrá bien- pensó- tomó su fragil cuello
    en tanto ella aún adolescente se acariciaba imaginando, imaginando
    con lo que imaginan los que viven. Le dio un beso en la mejilla antes
    de comerse cada parte de su cuerpo, por que seguramente-afirmó en su ser-
    dios ya estaba nadando entre la sangre muerta de su pequeña infante.

    Responder
  • Alejandro Martínez
    05/10/2007 5:12 pm

    No sé. Quizá en otro tiempo y en otra vida será.
    Yo ya no estaré aquí para cuando mi hermano se lleve
    en brazos a mi hija y el irremediable sopor de la
    muerte me deje helada y entumecida.
    Quizá el se haga cargo de ella. Recuerdo bien
    la forma como la miraba. Siempre como esperando algo,
    pero con unos ojos de temor. Siempre le tuvo miedo
    a mi hija, no sé ahora que será de ellos, ahora que
    lo veo cargándola con una ternura de padre y ella
    llorando, lo único que se es que serán muy felices.
    Esperando impacientes a que por las noches padre e
    hija, pasen a ser esposo y amante. Yo por lo pronto
    espero al SEMEFO a que me bajen de aquí.

    Responder
  • Se lo dije: ¡Eso deja la anorexia…!…
    Pero ya cálmate, chiquita y después de hacer el amor…¡comeremos…!!!

    Responder
  • José Antonio Salas López
    06/10/2007 3:35 pm

    Siempre avanzas de espaldas desviando la mirada hacia atrás, tu acción parece ciega pero en realidad es descarriada de la dirección del frente, levitando cercenas los trigos de la historia sin importar posición sin importar sangre, así fertilizas los capos de la leyenda que se escribe en las lenguas de los viejos, en el devenir de las letras. Frenética mi carrera en dirección contraria a tu avance huyo del fatídico destino de todos los desterrados del Edén. Abrigo en mi regazo la humilde riqueza de mi eterna derrota, palpitante mi alma de niño se refugia en los recodos de las carnes de hombre, te enfrento huyendo, escapo por la salida del pasado, y este destino en circulo me circula hacia el principio el horrible principio de no ser nada.

    Responder
  • Arrancó los diecinueve cerrojos que amurallaban su casa. Corrió por las atribuladas calles. Chocó, cayó y raspó sus oxidados pantalones Levi´s. Luego regresó como si nada.
    Justo enfrente de la puerta encontró un par de piernas, un torso relamido por la lluvia, una cabeza desbordante de sesos. ¿Qué probabilidades había de que en las diecinueve cuadras alertadas por la raining men, cayera ese tontito paracaidista en SU techo?
    Había muchas. Se rió de su jodida suerte maltrecha. Juajuajua, dijo. Y cargó a su muñequita tímida de piernas cortas que no dudaba en refugiarse en su pecho fuerte. Ella era extremadamente amable, nunca cerraba la boca y pedía clemencia por adelantado.

    Responder
  • José Antonio Salas López
    06/10/2007 3:43 pm

    Como he de escribirte esta oculta despedida, como he de decirte adiós sin que se me enrede en la lengua el deseo de quedarme, como he de arrancarte de mi historia si eres la raíz de mi entelequia, si eres la lagrima de mi llanto, si eres la sonrisa de mi alegría, camino clandestino de mi turbio deseo. Pensaba retirarme de tu lado por la tarde en una forma digna en compañía del sol seguido por la penumbra de la noche, pero de entre el remolino de la circunstancia fui arrebatado de la corriente de la razón y ahora me encuentro de lleno entre fango de el delirante pánico de enfrentarme a tus daños; pues en el turbio recorrido a tu lado descubrí que tan distante estas de mi, que tan lejana es tu presencia de mi revuelta pasión, a cada intento mío existía una repentina fuga tuya, mis palabras se perdían en tu silencio, mi hirviente pasión se enfría en la tundra de tu ausencia. Te descubrí ausente a mi persona, eras la meta que no alcanzaba nunca, la vivienda de mi frustración, el lenguaje del silencio de mi derrota. Así me aprendí los pasos de la danza de tu abandono tu me llamabas para expulsarme, tu me amabas para odiarme, cuantas beses cercaste la carrera desenfrenada de mi entusiasmo con la puerta de tu silente desprecio, a fuerza de estos actos me convertí en el satélite de tus descocados caprichos. Me rompiste mil veces el corazón y solamente necesitaste una ves romperme el alma para que yo decidiera dejarte, de esta entrada sin salida se arremolina mi decisión en el laberinto circular de dejarte. El primer intento de dejarte fue una escapatoria hacia el valle de un sueño interminable, que se frustro por un giro del mismo elixir, me faltaron alas para alcanzar el colofón de mi camino. El segundo intento de escapar de tu posesión tiránica me enredo más en la maldición de tu presencia ausente, en mi escape desenfrenado de ti me fui a refugiar en el escondrijo de Vulcano, y con esto pensaba en un chispazo descansar de este tonto juego que nunca ganare que siempre perderé. Ya frente a la puerta de salida apunto de operar la cerradura, antes de recibir la palabra hirviente de Vulcano expresada en un fogonazo que escindiría mi camino en un solo instante, me arrepentí de dejarte, titubeantes mis pasos regresan al frió regazo de de tu compañía sin ti, de repente me di cuenta que no me retiraba de ti si no que solo huía en un reflejo consecuente al profundo dolor que tu cercanía evocaba en mi alma, y en un cobarde irracional escape pierdo toda razón, forjando el errático canino de mi silenciosa huida. Descubrí que huir de ti era un intento de escapar de ti en presencia de ti, era el intento imposible de atravesar el muro de tu estampa sin puerta, como bolar el cielo de tu ausencia sin las alas de la conciencia. Y con esto descubrí que abandonarte esta en irme en la embarcación de una presencia ajena a esta relación navegando en el mar de un romance nuevo. Y así empecé a entretejer la trama de un nuevo romance, ella siempre estuvo en paralelo en nuestro camino cercana a mis derrotas, convirtiéndose en el resplandor de mi desconsuelo, en los ojos de mi tristeza, era el consuelo distante de mi desplome, las alas sin cielo de mi frustración. Poco apoco me fue envolviendo en su silente discurso, su rígida piel es el manjar del contacto fortuito de mi piel, me roba el aliento me devuelve el alma. Ahora inerte mi cuerpo danza la coreografía del viento, me he vaciado en un adiós agónico carente de deseo, en una minuta de vuelo de un instante de eternidad, ahora desde la distancia de la frígida paz de la expiración te puedo mirar en todas tu infinita plenitud y descubro la verdad de este romance tu amor lo note vació porque yo lo vaciaba, tu eras distante porque yo me retiraba, tu eras el camino que yo no andaba tu fuiste la ropa que nunca sude, tu desamor era el reflejo de mi torpe ausencia.

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  • HÉROE

    El Miguelito llegó después del trabajo al departamento, se paró resoplando frente a su puerta, notó cómo la puerta de los Carrión estaba abierta, pero no supuso nada y abrió su puerta y se metió a su casa. Se detuvo frente a la diminuta sala y esperó algún indicio de Mefisto, pero nada, era el tercer día que el gato no aparecía, se sintió desolado, y luego pensó que de seguro andaba tras una gatita, así son los gatos, se consolaba. Aún así extrañaba su presencia, se quitó los zapatos y los calcetines, se recostó frente a la tele, y siguió resoplando. Pensó en la mentada dieta al tiempo que abría la bolsa de fritos. El silencio del departamento de los Carrión le pareció extraño, pero siguió comiendo y mirando el programa en la tele, el día había sido largo en la gasera, creyó escuchar algo al otro lado de la puerta, en el departamento de los Carrión, el programa comenzaba a aburrirle, y mejor pensó en que se levantaba e iba al departamento de los Carrión, la puerta aún abierta, todo en aparente orden, en silencio, pulcramente acomodado como parece que siempre tiene la señora Carrión su casa, Alicia, Alicia, pero no responde, Julia, Julia, y nada, señor Carrión, señor, nada, avanza por el departamento pero está vacío, escucha un suspiro desesperado a sus espaldas y regresa al baño, al que no ha echado un ojo aún, y encuentra a Julia abatida bajo el cuerpo pendiente de Alicia. El Miguelito horrorizado toma a Julia en sus brazos y corre al exterior, afuera del departamento, baja los cuatro pisos y sale corriendo con Julia en sus brazos, descalzo, porque no alcanzó a ponerse de nuevo los zapatos, así hasta llegar a un lugar, alejado de aquello. Pero escucha las voces del señor Carrión y probablemente de Alicia detrás de la puerta, este día no, quizá en otro podrá ser el héroe.

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  • Felipe Huerta
    07/10/2007 6:16 am

    El Crimen del Padre y Maru

    El sacristán irrumpió en la capilla y descubriólos in fraganti.
    Loco de celos ultimóla con un golpe de cirio en la cabeza, al padre colgólo de lo más alto y salióse de la iglesia con ella en brazos corriendo arrepentido para perderse en la negrura de la noche.

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  • Suelto mi cabello, me mojo la cara,
    con agua fría seco mis manos y me acuesto en posición fetal,
    mis ojos se cierran para no dar paso a la calida humedad de la tristeza.

    En mi mente se marchitan, los recuerdos más tristemente sufridos,
    y yo me detengo, congelo mis manos, y ya nunca las quiero abrir.

    Recupero mi figura, y me desarmo de valor.
    Me desploman la noche, los viajeros, y el sonido del viento.

    Ya entonces,

    quedamos

    Yo… y la figura del triste caballero de la armadura oxidada,
    recostados en la almohada, nisiquiera nos volteamos a ver.

    Palpitan mis necesidades de rezos,
    y ya no se que pensar, si se detuvieran estos pensamientos, o los fantasmas que me custodian el alma, o el viajero recostado a mi lado me escuchara.

    Es hora de partir, me incorporo a una reunión, festejando la sonrisa número mil y una.

    Esta noche es de lunáticos, riendo a carcajadas veo pasar a dos, les sigo los pasos por breve tiempo, ya después me llaman mis invitados, es la hora de regresar, un payaso me extiende su mano en el gran espacio azul, comenzamos a bailar, está triste, toca mis dedos como si fuera agua que cae de sus manos.

    De lejos cae el reflejo del caballero que hundido en lagrimas se apodera de mi cama, hace una especie de trinchera y con una espada aguarda el momento de mi regreso, yo continuo siguiendo el transitar de los lunáticos, hoy no regreso temprano.

    Salí descalza y de mi ventana a donde estoy, hay una distancia de siete olas del mar.
    Mis uñas tienen hielo, y apenas me doy cuenta, ¿En qué momento paso?, Imagino que fue cuando en la cuarta ola di vuelta a la derecha.

    El pecho del payaso tiene un clavel, y en su mano se revela un guante de color gris, que además está roto de dos dedos, los cuales tienen un nombre me cuenta afligido, son de plástico, y les puso nombre a cada uno, porque es muy olvidadizo y ellos muy juguetones.

    Me detengo en el recuerdo del invernadero y localizo a mi colibrí, lo había dejado ahí porque sin querer cerré la puerta cuando salí a prisas pues el sol del día casi decolora mi vestido blanco.

    ¡Que gusto me ha dado verlo!, se le cayó una pluma diminuta, yo por supuesto la recogí, para hacerle un abrigo nuevo, cuando se canse del que tiene.

    ¿Te veré? Aun no estoy segura.

    Responder
  • Steppenwolf
    08/10/2007 1:55 am

    Su trabajo era sencillo. El puesto no requiere grandes dotes intelectuales ni capacitación en habilidades intrínsecas. Vamos, siquiera hace falta un par de brazos, algunas piernas, un ojo medianamente bueno y la convicción inamovible de un hombre que ama su trabajo por razones -antes- desconocidas: todo el año, todos los días, las jornadas completas; sin quejas, sin relación sindical y con fácil sueldo. El atrevimiento -que humildemente me he tomado- resultante de contar acerca de éste individuo sería inocuo en lo absoluto a no ser por las -siempre- apolíneas excepciones, incipientes todas ellas, que se desprendieron al revisar con minucia su expediente; cosa que, ciertamente, no se hace con regularidad para este puesto, pero que dadas las circunstancias tuvo inevitablemente que llevarse a cabo.

    Nadie se llama por su nombre aquí desde hace bastante tiempo y los apodos eran apenas importantes (no los necesitamos, dada la naturaleza de este lugar) hasta que el ejercicio laboral de este hombre, al que me refiero, inundó con severas consecuencias el sitio entero: ‘el troglodita’. En un inicio los trabajadores del departamento -todos ellos a mi mando, temo decir- cayeron en el error de inferir el apodo como simple consecuencia de la apariencia física del hombre, y no fue sino hasta que un empleado anónimo nos hizo llegar las quejas acerca de la baja productividad en la organización, que se comenzaron a esbozar las verdaderas razones:

    “El troglodita las desecha; a muchas mujeres y a algunos hombres. Las carga y corre a botarlas fuera del área de colgado. No llegan a la cuerda si a él no se le da la gana que así sea. Hasta hace unas semanas todos nos acoplamos bien a él, a su manera y técnica minuciosas para ataviar los cuerpos; para lograr nudos franceses; para disminuir el pateleo. Pero ya no más. En un buen día, acaso llegan dos, máximo tres musas al patíbulo; el resto son desperdicios según él. Se fija en detalles en los que antes nadie ponía importancia. Que yo recuerde ninguno de estos se encuentra inscrito en el manual de puesto: travestidos, trigueñas, mayores de veinte años; sin la estirpe suficiente, con demasiado maquillaje, con kilos de más; no lo suficientemente victoriana, debería llamarse Beatriz, etcétera. El resto de mis compañeros y yo mismo, nos negamos rotundamente a seguir trabajando de esta manera. Creemos absolutamente irracional y disparatado que al ‘troglodita’ se le ocurra que una musa debe poseer tantas y tan específicas características; por Dios, son sólo materia bruta para la inspiración; y bien sabemos todos que la demanda de nuestro producto en estos días, allá afuera, es excesiva”.

    Así pues, termina mi reporte esperando una reprimenda, al menos en especie. Tomo mi responsabilidad al respecto como jefe de recursos humanos y asumo mi error por la tardanza en el reparo. Infiero que la reprimenda económica será proporcional al número de obras que los artistas hayan dejado de hacer, allá afuera, en el mundo y en este periodo. El elemento ha sido esta tarde despedido. Todo mi empeño, a partir de hoy, estará dispuesto en un protocolo de selección de personal que evite que algún otro escritor se cuele entre nuestras filas.

    Responder
  • Steppenwolf
    08/10/2007 1:57 am

    Su trabajo era sencillo. El puesto no requiere grandes dotes intelectuales ni capacitación en habilidades intrínsecas. Vamos, siquiera hace falta un par de brazos, algunas piernas, un ojo medianamente bueno y la convicción inamovible de un hombre que ama su trabajo por razones (antes) desconocidas: todo el año, todos los días, las jornadas completas; sin quejas, sin relación sindical y con fácil sueldo. El atrevimiento (que humildemente me he tomado) resultante de contar acerca de éste individuo sería inocuo en lo absoluto a no ser por las (siempre) apolíneas excepciones, incipientes todas ellas, que se desprendieron al revisar con minucia su expediente; cosa que, ciertamente, no se hace con regularidad para este puesto, pero que dadas las circunstancias tuvo inevitablemente que llevarse a cabo.

    Nadie se llama por su nombre aquí desde hace bastante tiempo y los apodos eran apenas importantes (no los necesitamos, dada la naturaleza de este lugar) hasta que el ejercicio laboral de este hombre, al que me refiero, inundó con severas consecuencias el sitio entero: ‘el troglodita’. En un inicio los trabajadores del departamento (todos ellos a mi mando, temo decir) cayeron en el error de inferir el apodo como simple consecuencia de la apariencia física del hombre, y no fue sino hasta que un empleado anónimo nos hizo llegar las quejas acerca de la baja productividad en la organización, que se comenzaron a esbozar las verdaderas razones:

    “El troglodita las desecha; a muchas mujeres y a algunos hombres. Las carga y corre a botarlas fuera del área de colgado. No llegan a la cuerda si a él no se le da la gana que así sea. Hasta hace unas semanas todos nos acoplamos bien a él, a su manera y técnica minuciosas para ataviar los cuerpos; para lograr nudos franceses; para disminuir el pataleo. Pero ya no más. En un buen día, acaso llegan dos, máximo tres musas al patíbulo; el resto son desperdicios según él. Se fija en detalles en los que antes nadie ponía importancia. Que yo recuerde ninguno de estos se encuentra inscrito en el manual de puesto: travestidos, trigueñas, mayores de veinte años; sin la estirpe suficiente, con demasiado maquillaje, con kilos de más; no lo suficientemente victoriana, debería llamarse Beatriz, etcétera. El resto de mis compañeros y yo mismo, nos negamos rotundamente a seguir trabajando de esta manera. Creemos absolutamente irracional y disparatado que al ‘troglodita’ se le ocurra que una musa debe poseer tantas y tan específicas características; por Dios, son sólo materia bruta para la inspiración; y bien sabemos todos que la demanda de nuestro producto en estos días, allá afuera, es excesiva”.

    Así pues, termina mi reporte esperando una reprimenda, al menos en especie. Tomo mi responsabilidad al respecto como jefe de recursos humanos y asumo mi error por la tardanza en el reparo. Infiero que la reprimenda económica será proporcional al número de obras que los artistas hayan dejado de hacer, allá afuera, en el mundo y en este periodo. El elemento ha sido esta tarde despedido. Todo mi empeño, a partir de hoy, estará dispuesto en un protocolo de selección de personal que evite que algún otro escritor se cuele entre nuestras filas.

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  • Triángulo

    Tengo dos amantes; una está viva y la otra, muerta. A la viva la odio, la muerta me detestaba. Amo a la difunta, por sobre todas las cosas, mientras que la viva no concibe la vida sin mí.
    A la viva he tenido que matarla todas las noches sin excepción para llevármela a la cama e intentar olvidar a la muerta, quien se queda colgada esperando que le llegue un poco de vida para echar a correr detrás de mí y asesinarme, por infiel.

    Arthur Alan Gore

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  • gustavo morales
    08/10/2007 3:56 pm

    LA SOMBRA VERDE

    LA SOMBRA VERDE SE PROYECTA SOBRE SUS CUERPOS, QUE SIN EMBARGO NO CAMBIABA EL COLOR DE SUS ROPAJES, UNA A UNA CAÍAN COMO LLUVIA ESAS HOJAS BIPINADAS DE LA JACARANDA CUANDO EN OTOÑO SE DESCUBREN SUS CUERPOS ARBÓREOS.
    LA LLUVIA VERDE EMPAPA SUS CUERPOS EN LA JUNGLA TUXTLEÑA, QUE CUANDO CONFUNDIDOS POR EL CAMBIÓ DE COLORIDO SE MUSITARON UNA AL OTRO.
    -¡YA PASÓ LA TORMENTA Y NOSOTROS BAJO ESTA LLUVIA VERDE¡-
    ABRAZAME MÁS FUERTE PORQUE SIENTO QUE UN FRÍO INTENSO.
    EL YA CON LA FUERZA AGOTADA SOLO CONTEMPLA LA NUBE VERDE PERMANENTE SOBRE SUS CABESAS.
    QUE NO TIENE FÍN, YA QUE LO QUE CAÍA CON EL VIENTO SE REGRESABA PARA TRANSFORMARSE EN HOJAS DIMINUTAS BIPINADAS DE LA JACARANDA.
    – POR FAVOR ABRAZAME MÁS FUERTE, SIENTO QUE LA VIDA SE ME ESCAPA.
    EL CON UN SUSPIRO QUISO AYUDARLE A CONTENER LA VIDA.
    PERO TAL CANTIDAD DE HOJAS TIRADAS POR ESA SOMBRA FUERON SEPULTANDOLOS HASTA QUE QUEDARON UNIDOS COMO UNA ESTATUA.
    LA LLUVIA PERENE SIEMPRE LOS ACARICIO, Y SOLO CON LA LUZ REFLEJADA DEL SOL SE CONTINUABA CON LA MISMA PETICIÓN, -ABRAZAME MÁS FUERTE, SIENTO QUE SE ME ESCAPA LA VIDA.

    Responder
  • El amor que Sophia rechazo…

    Un hombre con un vestido en tonos amarillos primaverales colgaba de algún lugar, a través de la sedosa y fina tela se podían observar sus piernas, las cuales inertes demostraban lo que era obvio, estaba muerto. Abajo de este cuerpo sin vida se encontraba un señor regordete, de al parecer unos treinta y cinco años de edad, entre sus brazos gordos cargaba a una mujer, la cual temerosa abrazaba fuertemente al señor de lentes profundos.

    La expresión del señor regordete demostraba que algo terrible había pasado ahí, de lo cual aquella mujer y el habían visto. Aquello sin duda alguna quedaría en el olvido, ya que no tenía importancia alguna para el mundo, pero para ellos dos si….

    Era una noche despejada, eran cerca de las siete de la noche. En el teatro «Buen Día» los actores, las actrices, los cantantes, y demás se estaban maquillando para el gran momento. El día en que las puertas del teatro Buen Día abrirían al público, para nunca cerrarlas. Pero nadie de ellos sabia ni se imaginaba lo terrible que pasaría seria capaz de arruinar el teatro.

    En el camerino de la artista principal de nombre Sophia se estaba maquillando. Frente al espejo que se encontraba en el camerino se podía ver una mujer de rostro joven, el cual no necesitaba ayuda algún del maquillaje. Se reflejaba una mirada de felicidad.

    De pronto llego un muchacho de muy buen parecer. Era joven y alto. El cual se acerco lentamente a Sophia, la cual se sintió acechada e incomoda por la extraña visita.

    – Sophia… ¿Cómo estas?, lista para la gran noche
    – Gran noche…cual noche- bacilo la muchacha
    – No finjas demencia, Sophia, ya sabes que si no te vas conmigo esta noche después de la función, yo me matare
    – No puedes hacer eso, yo tengo que quedarme con Víctor, es mi hermano
    – Vamos no puedo creer que tu gordo hermano ejerza mas poder sobre ti que yo
    – Víctor me quiere, me cuida por que se lo ha pedido mi madre antes de morir, Esteban, debes entender
    – Estaré esperando en lo más alto del escenario, esperando tu respuesta, tú decidirás si vivo o muero, no lo olvides Sophia.

    Después de que acabo la función teatral, Sophia ya había tomado su decisión, la cual seria quedarse con su hermano Víctor. Cuando de la nada se escucho un grito profundo y aterrador por toda la extensión de teatro

    – ¡Te amo Sophia!….

    Fue ahí donde lo vio la novata actriz. Vio como lentamente caía al precipicio el cuerpo de Esteban. El cual seguía cayendo, pero el cual nunca tocaría el piso. La cuerda llego hasta su límite, profiriendo un sonido seco. El cual significaba que su vida se había extinto. Unas lagrimas se precipitaron de sus hermosos ojos, pudo ver que el muchacho se había puesto antes de morir un vestido suyo, el vestido que el le había regalado meses antes.

    De pronto apareció Víctor, y este simplemente abrió sus brazos hacia la atemorizada y frágil Sophia, la cual simplemente se echo a sus brazos. Intentando buscar consuelo, el cual en mucho tiempo no encontraría.

    Responder
  • […] un voto en: https://www.lashistorias.com.mx/blog/?p=186#comment-39901 Comentario número […]

    Responder
  • wow nose muy bien que poner esto en muy padre la verdad me gusta como
    cada persona se expresa por medio de la escritura, cada persona deja
    salir todo lo que yace dentro de si para que los demas lo lean y
    admiren como es la persona por dentro y sus grandes capacidades para
    escribir

    Responder
  • Raúl Anibal
    08/10/2007 9:11 pm

    — Nunca pensé que colgarías a tu propia madre.
    — Nadie lo piensa al principio, papá.
    — Es de noche, mejor vayamos a la cama. Mañana la ambulancia.

    Responder
  • Rip Van Winkle
    08/10/2007 10:22 pm

    Oda a Galileo

    Su hermanita está des_con_sol_ada. En un ambiente de aereosol, Rodolfo se mantiene fuerte sólo por ella. ¡¿Qué te ha pasado sol?! Antes eras vigoroso y puntual y ahora eres tan sólo un actor fracasado; tus rayos cálidos y brillantes son apenas ropajes estorbosos; te mantenías en el cielo
    como un gimnasta y ahora cuelgas como un ahorcado, como la res que bajan de un barranco. No mires directo al sol, corres el riesgo de que se hieran tus ojos…

    Responder
  • Rip Van Winkle
    08/10/2007 11:46 pm

    La ciudad del tubo

    Era un hombre que en las noches, se deslizaba de un tubo como si fuera gancho, con un atuendo fabricado, que hacía que la gravedad (del asunto) no le incomodara. Cada vez que veía una jovencita sola, se ponía justo encima de ella y con una delgada cuerda la sujetaba del cuello y la subía. En esta ocasión Rodolfo ha llegado a tiempo. El hombre del tubo se aleja, disimulando.

    Responder
  • Esta soy yo.

    En la muerte celebro una vida, batalla librada con los puños y sin arbitraje, donde no gane. Los días se desarrollaron sucesivamente, uno clausuró a otro, impidió el regreso; intentaron desmenuzar mi cerebro para entender mi necia fijación hacia la muerte, como un deseo insano, satánico, a la mitad de mi vida y sin entierro, pues entregada a un demonio me declaré en encierro, tormento infligido desde dentro. ¿Soy acaso una bestia?
    Creo felices desvían la mirada, experimentan gozo al arrojarme a las sobras, donde tanta opacidad me impide ver que hay afuera, no puedo elegir dónde quiero estar, aunque el guardarme de las luces quizás sea benévolo, pues el destino hizo notoria mi oscuridad, mi afición por las sombras, el exilio de los demás, el porque soy desechada, porque nadie quiere volver a preguntar, ¿dónde esta?
    Me retiro del puro y largo presente. Fiesta ante mi tumba, albergue con luz muda. Y ahora, ¿dónde tiene su nido está ave?, siempre me salgo de la fila, ¿hay para mi un lugar?, ¿dónde?

    Responder
  • «El Hada»

    Con la cabeza hecha un nudo se alejaba Ramón con Luisita entre brazos.

    — ¿Como hace una pequeña niña para meterse en tantos líos?

    — ¡Yo no hice nada!… Toñito dijo que jugaramos a las hadas… ¡Yo no hice nada! – lloraba y gemía

    Sin sentir el peso de la niña Ramón avanzaba con paso firme hacia la casa, donde dejaría a Luisita para regresar e intentar bajar a Toñito el hermano mayor de Luisita y quien padecía de un retraso mental a causa de las drogas y el alcohol que ingirió Rosario, la madre de los niños y hermana de Ramón.

    — Sé que no lo entiendes aún por que eres pequeña Luisita – decía Ramón a la pequeña con dulzura – pero si sigues jugando así con Toñito algo podría pasar, algo malo y perderías a tu hermano para siempre ¿lo entiendes?

    — Sí.. ¡pero yo no hice nada! – y volvió a llorar convenciendo a Ramón de su inocencia.

    Ramón se dió prisa para bajar a Toñito, no se explicaba como fue que llegó hasta ahi arriba, levantó la escalera para comenzar la maniobra mientras le decía al Toñito colgante con su drisfraz de hada verde…

    — No te preocupes Toñito, ya voy a bajarte, no temas todo va ha estar bien

    Al llegar al último peldaño pude ver que la soga estaba atada a su cintura, a sus manos, a su cuello… y los ojos abiertos con expresión de terror, la boca cubierta con cinta y el color de esa piel casi negra…

    — ¿Pero como había sido?, ¿que había pasado?… ¿sería acaso que Luisita? No, no puede ser, es tan solo una pequeña niña y tan linda y tan dulce…

    Seguía Ramón tratando de entender mientras la pequeña Luisita de pie en la entrada de la casa con la cara bañada por el llanto y las mantas entrelazadas los observaba dibujando algo en sus labios que pudiera ser una sonrisa y un brillo en los ojos que si nadie la conociera pensaría que era malicia.

    Responder
  • Cruzar una puerta, o mejor aún, precisamente esta, la que se ha creado mientras lees mis palabras. Estirar la mano, atreverte; caminar para llegar a tus sueños, a las esperanzas muertas. Ahí donde aún puedes ser cualquier cosa. Cerrar los ojos. Imaginar. Mientras estas palabras nacen bajo tu mirada, irrepetibles.

    Así lo hizo.
    Cerró los ojos, tan fuerte que sus lentes se deslizaron por su nariz rechoncha, del mismo modo cuando los chicos lo golpeaban y comprimía la cara de dolor.
    Eso había acabado.
    Quiso mirar por última vez su habitación para despedirse de su antigua vida, pero tuvo miedo. La puerta podía desaparecer. Un pensamiento fugaz lo distrajo un poco: ¿Alguien encontraría este texto? ¿A otro cualquiera le sucedería igual?
    No le importó.
    Apretó la hoja entre sus manos, y cruzó la puerta.
    Su madre entró a la habitación, sin tocar, como acostumbraba, y lo encontró en aquella posición. Erguido en la silla, con los ojos comprimidos, y las manos tensas arrugando una hoja.
    ¿Él? Claro, jamás lo notó. Ya su vida había cambiado. Ya era el héroe que siempre había querido ser para aquella chica que tanto distanciaba los latidos de su corazón.

    Responder
  • Un instante de Paz

    Había querido caer cansada,
    exhausta entre los brazos de
    los ángeles atentos…
    Creo que se ha cumplido mi deseo.

    Responder
  • Marco A. Velazquez Lozano
    09/10/2007 1:22 pm

    EL ULTIMO DESEO

    Mariana pasó frente al patíbulo antes de que lo ahorcaran. El obeso ángel de la guarda que la cargaba en brazos se acercó curioso al gentío que se congregaba.
    El condenado ha muerte la miró fijamente, ella no se intimido.
    La gente murmuraba sobre la apariencia de aquel hombre.

    -Que bien vestido esta- decían algunos
    -Que buen semblante tiene- decían otros.

    Y es que el condenado a muerte, parecía mas un rey antiguo que un hombre en el cadalso.

    Rostro perfecto y profesionalmente maquillado, peinado de altísimo diseño, dentadura postiza perfecta e increíblemente blanca, joyas y colgajos exuberantes, zapatos finísimos y una gran capa verde olivo que seria envidia de cualquier cardenal pontificio.

    Mariana no se quiso quedar al estrangulamiento, le dijo algo al oído a su ángel protector y se retiraron del tumulto.

    El condenado los vio alejarse, su mirada los siguió por largo rato mientras los verdugos continuaban con todos los procedimientos.
    El hombre rechazó amablemente que le vendaran los ojos, pues quería ver como la niña se le perdía de la vista.

    La orden se dio implacable, pero el ya no la escuchó, el suelo se abrió a sus pies al mismo tiempo en que veía a Mariana perderse en el horizonte. Fue un segundo y después nada, solo recuerdos. Recordó su infancia feliz y su adolescencia infeliz, recordó sus días de gloria y el día de su desgracia, pero sobre todo recordaba la noche anterior, cuando después de haberse confesado, el jefe de policía le preguntó cual era su ultimo deseo.
    Y el con una sonrisa en los labios había murmurado levemente:
    -Deseo ser el ahorcado mas hermoso del mundo.

    Responder
  • Felipe Huerta
    09/10/2007 5:24 pm

    Los demonios del Adán

    Adán Gordillo tenía una pesadilla recurrente: Todas las noches soñaba que desde tiempos inmemoriales un ángel indefectiblemente lo expulsaba del paraíso donde vivía felizmente con Eva; La siguiente vez que se encontró con Eva fue en una iglesia, donde ella estaba confesándose. Pero ahí estaba de nuevo él, con intenciones de arrojarlos de ahí. No dio tiempo a que el padre Ángel los expulsara en esta ocasión del paraíso. Lo colgó inmediatamente del cogote al tiempo que gritaba:

    ¡Esta vez no! ¡Esta vez noooooooo!

    Y con la botellita de cognac en sus brazos salió corriendo a festejar.

    Responder
  • Regalo Pop

    Lo que cuelga detrás de mi no es una escultura vanguardista. No es arte Pop, ¡que va! Aunque se parece bastante a las pavadas que he visto en algunas exposiciones; pero eso es un muerto de verdad. Colgado de un gancho y envuelto como para regalo.
    Dime nena, ¿cómo fuiste capaz de matar al tipo y colgarlo ahí?… ¿o fui yo?

    Responder
  • Cuando bajo en un elevador, mi alma se queda suspendida en el aire. Esta vez se trepó al techo y no quiere regresar. El miedo me entumece las piernas cuando la miro tomar forma humana; le nacen pies, manos, ya sólo falta la cara y el elevador sigue descendiendo. Mi hermana percibe su presencia y se aferra a mí sin saber bien qué pasa. Temo por nuestras vidas…

    Responder
  • Perravida
    09/10/2007 7:46 pm

    Y SUBIO AL CIELO…
    para quedarse sentada a la derecha del Padre, por quien todo fue hecho…y olvidó su
    cuerpo terreno en manos del Pecado,
    vanidad de vanidades, todo es vanidad.
    Y Dios dijo con voz de trueno:
    «Vive la vida con la mujer que amas,
    todo el espacio de tu vana existencia
    que se te ha dado bajo el sol,
    ya que tal es tu parte en la vida»

    Responder
  • pronóstico: pasa los 100 posts 😀

    Responder
  • Fridita hermosa
    09/10/2007 10:53 pm

    Por lo pronto, mi voto a Hurtado Galves… sintético, no-pretencioso
    y con el humor que la imagen transmite.

    Responder
  • Johnny Polainas
    09/10/2007 11:41 pm

    Adán corrió aterrado llevando a Eva en sus brazos, mientras el paraíso se
    encogía, envolviendo los restos de su hijo mayor.

    Responder
  • VOTO POR LA MINI DE LADIDEL, ME PARECE QUE ES LA QUE MEJOR ATERRIZA LA IMAGEN, CON MAYOR ORIGINALIDAD.

    Responder
  • Mi voto definitivo (aunque resultó difícil mi elección) es para Steppenwolf, por su cuento sobre la fábrica de inspiración y las musas como materia prima. Su narrativa es muy pulida, sin coloquio fortuito como el resto de los cuentos; y abstraer los motivos y la estratagema del cuento resulta refrescante… además del satírico final.

    Responder
  • Voto por la minificción de Ladidel, explica el miedo
    y la angustia que experimenta el joven rollizo.

    Responder
  • Steppenwolf
    10/10/2007 9:31 pm

    (Segundo texto)

    –Mira que llevarse así a la niña, sin aviso alguno y sin siquiera argumentar el por qué, me parece de muy mal gusto.
    –Y que lo digas. Ya le veía yo los ojos raros desde hace días. Como que me sonreía y me amenazaba de muerte al mismo tiempo; sonreía con un ojo, mataba con el otro.
    –Nunca noté lo de los ojos, pero sí que me percataba de su nerviosismo constante cuando andaba cerca: el sudor en la frente, la respiración agitada, la conversación monosilábica.
    –Debimos hacer algo. ¿Crees que fuimos muy pasivas? Es decir, había indicadores que nos predecían la huída.
    –No estoy segura. Me crea un poco de confusión el asunto, ¿sabes? Desde aquí arriba, con nuestra pasividad; con nuestro retiro y contemplación voluntarios.
    –Yo si le dije algo cuando tuve la oportunidad: “Sabemos que tramas algo. No dices nada, pero lo sabemos. Ay de ti si una tarde apagas la lámpara, nos desgarras los vestidos o te olvidas del alimento”.
    –¿Y qué te dijo?
    –Lo de siempre: “No señora. Sí señora. ¿Cómo cree señora? No sería capaz de algo así señora”. Lo de siempre, pero más parco.
    –¿Crees que debimos apresurar el proceso de la niña?
    –¿Y cómo voy a saberlo? Yo soy la primera, tú eres la segunda. Aún no tenemos claro ni exacto el tiempo necesario para cada una de las etapas.
    –Bueno, y a propósito ¿cómo vamos nosotras?
    –Yo estimo que en un par de días más ya estaremos en crisálida.
    –¡Tan rápido! ¿Y en verdad crees que los vestidos funcionen tan herméticos como los capullos?
    –Seguro, son victorianos.
    –Mira que llevarse así a la niña, siendo la menos agraciada. Le quitó la oportunidad de su vida.
    –Envidia mujer, envidia. Ya nos tocará verlo con desdén en nuestro vuelo.

    Responder
  • Steppenwolf
    10/10/2007 9:33 pm

    (segundo texto)

    -Mira que llevarse así a la niña, sin aviso alguno y sin siquiera argumentar el por qué, me parece de muy mal gusto.
    -Y que lo digas. Ya le veía yo los ojos raros desde hace días. Como que me sonreía y me amenazaba de muerte al mismo tiempo; sonreía con un ojo, mataba con el otro.
    -Nunca noté lo de los ojos, pero sí que me percataba de su nerviosismo constante cuando andaba cerca: el sudor en la frente, la respiración agitada, la conversación monosilábica.
    -Debimos hacer algo. ¿Crees que fuimos muy pasivas? Es decir, había indicadores que nos predecían la huída.
    -No estoy segura. Me crea un poco de confusión el asunto, ¿sabes? Desde aquí arriba, con nuestra pasividad; con nuestro retiro y contemplación voluntarios.
    -Yo si le dije algo cuando tuve la oportunidad: “Sabemos que tramas algo. No dices nada, pero lo sabemos. Ay de ti si una tarde apagas la lámpara, nos desgarras los vestidos o te olvidas del alimento”.
    -¿Y qué te dijo?
    -Lo de siempre: “No señora. Sí señora. ¿Cómo cree señora? No sería capaz de algo así señora”. Lo de siempre, pero más parco.
    -¿Crees que debimos apresurar el proceso de la niña?
    -¿Y cómo voy a saberlo? Yo soy la primera, tú eres la segunda. Aún no tenemos claro ni exacto el tiempo necesario para cada una de las etapas.
    -Bueno, y a propósito ¿cómo vamos nosotras?
    -Yo estimo que en un par de días más ya estaremos en crisálida.
    -¡Tan rápido! ¿Y en verdad crees que los vestidos funcionen tan herméticos como los capullos?
    -Seguro, son victorianos.
    -Mira que llevarse así a la niña, siendo la menos agraciada. Le quitó la oportunidad de su vida.
    -Envidia mujer, envidia. Ya nos tocará verlo con desdén en nuestro vuelo.

    Responder
  • Luego Dios puso un huevo y el hombre más torpe de la historia tenía que cuidar de la cosa más frágil de la historia. Entonces quizá más adelante una piedra.

    Responder
  • Sadelotodo
    11/10/2007 3:47 am

    Mi niña (Soliloquio)

    Ay mi niña Toda guerra es absurda aunque sea en el nombre de dios Oh mierrrda esos pinches reflectores Un reten de los federales buscando a esos “nuevos cristeros” Han capturado uno Malditos ellos y éstos Ya sé lo que harán Afortunadamente y gracias a ti mi niña también creerán que estamos de su lado y saldremos vivos Los “soldados de dios” encontraron en ti lo que dicen venerar y para estos pelones ateos bueno pues ya no eres contra lo que luchan.

    Responder
  • HABLANDO DEL KORANZON VERDE ,KE EN LA IMAGEN APARECE.

    BUSCO EN MI MEMORIA , Y NO ENKUENTRO DONDE EMPEZO , NI DONDE VA A TERMINAR. LO REMONTO A UN POKO DE TIEMPO ATRÁS ¿KUANDO ME EMPEZARON A KREAR ? , SI NO ME IBAN A AMAR KUAL ERA EL SENTIDO DE TRAERME A ESTE PLANETA LLENO DE MALDAD.

    OH LA DEPRESION ME VA A MATAR…………………

    SOLO NECESITABA UN ANGEL , KISE VER SU CARA ANTES DE PARTIR , VER A KIEN HABIA DESTINADO DIOS PARA MI. KIEN ME AKOMPAÑARIA HASTA AKI.

    PERDON LES PIDO ,PERO SOY LA CONSECUENSIA DE SU DESPRECIO JAMAS KISE HACERLES DAÑO , NI PONERLES TRISTEZ PERO CON SU ROSTRO ALIVIARE MI DOLOR.

    TU SU ANGEL GUARDIAN ALEJALA DE MI…………………….

    Responder
  • La piñata

    Saber que el hombre es una piñata sin dulces y con sangre salada es siempre un trago amargo para los niños.

    Responder
  • Refugio Cortés
    11/10/2007 10:41 am

    Papá le dijo, muy enfático, que se fuera a dormir de una buena vez… y que se olvidara ya de esa sandez del «coco». Carajo.

    Responder
  • EL ANGEL GUARDIAN.

    NO LLORES MI PEKEÑO ANGEL ERA SU DESTINO, ALIVIASTE UN POKO SU DOLOR Y YO TE LLEVARE A DONDE TU ESTES SEGURA , LLORA ESO LE DARA AGILIDAD A TUS ALAS Y ASI PODRAS SEGUIR TU VIAJE.

    NO TE KULPES, NI TENGAS MIEDO…………..

    SU DOLOR ERA CASI INCURABLE , EL ALMA NUNCA SANA.

    Responder
  • EL PEKEÑO ANGEL

    POR KE? AKASO TE HICE TANTO MAL , POR KE ME DEJAS SOLA KREES KE SERA MEJOR SIN TI .
    ME TENGO KE KEDAR EN SILENCIO O DEBO GRITAR POR TU AMOR , KREES KE LA NOCHE ME KITE UN POKO DE DOLOR ,¿KUANTO TENGO KE ESPERAR POR TI?…………………

    UN ANGEL PARA UN FINAL.

    Responder
  • miamigaseasustabacuandoveíalasaparicionesmásajenasalacorduraymedecíamiraesetelónhumanoniquieropensarquequimerasinterioresescondeymedescubríajeroglíficosenlapuranocheyyomientraseraelquerealmenteestabaaterradodemiedoporlaideadenotenerimaginación

    Responder
  • Marco A. Velazquez Lozano
    11/10/2007 9:30 pm

    ¡OFERTA!

    Cuando Mariana y su obeso ángel de la guarda pasaron frente al aparador de aquella gigantesca tienda departamental, no pudieron parar de reír, y es que un cartelon anunciaba lo siguiente:

    OFERTA
    SE VENDEN SACERDOTES DE MEDIO USO.
    (INCLUYE VESTIDURA DE LITURGIA EN COLORES MORADO, VERDE Y ROJO CARDENAL)

    Responder
  • Felipe Huerta
    12/10/2007 4:20 am

    ??ó ??????? ??ó? (apó mekhanés theós)

    El protagonista corre desesperado con su amada en los brazos, sin visos de salvación, cuando de repente, de entre las sombras surge su salvación pero como la máquina está defectuosa a este dios surgido de ella le falta un pie, trae puesto un traje ridículo, se cae de la grúa que lo transporta en fin las obras sin presupuesto
    no pueden aspirar siquiera a un Deus ex machina adecuado.

    Responder
  • Marcos Huerta
    12/10/2007 8:21 pm

    Mi voto va para Jorge Villarruel.

    Responder
  • Una noche cualquiera

    Lo despertó un olor como a sulfato. Sin hacerle mucho caso, fue a la cocina y abrió el refrigerador, pero sólo encontró el queso derretido. Entonces, por la ventana, vio pasar por los aires una ave monumental que traía en su pico una figura humana envuelta en un atuendo masónico.
    A lo lejos aumentaban de tamaño miles de puntos, formando miles de ejemplares como el que había visto. Urgentemente fue por su hermana, que llorosa le pedía que la dejara dormir cinco minutos más, y la tomó entre sus brazos. Y como un autómata, se dirigió, en medio de un aleteo ensordecedor, a la casa del cura, pues hace mucho que no se cofesaban.

    Responder
  • Jonathan Nieto
    13/10/2007 1:50 pm

    «Voto por el texto de Gina Halliwell»

    Responder
  • Voto por Arthur Alan Gore. Es de los pocos textos que cubren con el primer requisito (**brevedad**), y es el que más me ha gustado hasta ahora. Y que conste que no es voto comprado porque me guste cómo escribe :OP

    Una felicitación al Maestro Alberto Chimal y nos vemos pronto en la presentación de Fantasiofrenia 2.

    *Gina Halliwell*

    Responder
  • Responder
  • Huí, creí llevarte en brazos pero huí, siempre me llamaste cobarde.

    Responder
  • – Éramos tres sobre el alambre…
    – Era un ángel y lo mataste, ¡malditos celos!
    – Si es un ángel, descuida, ya esta en el cielo

    Responder
  • Refugio Cortés
    15/10/2007 9:53 am

    Tremendo macanazo se acomodó Linterna.
    – Tú, seria… no te rías…
    – No puedo… estuvo cagadísimo ¿no?
    – Simón… pero mejor vámonos de aquí en chinga. En una de esas llega Cato.
    – Ja, ja, ja… ¡qué buen madrazo!
    – Que ni qué…

    Responder
  • Las locas me atrajeron siempre.Viven en un mundo fantástico donde lo que ellas creen sucede.Las alucinaciones son habituales, parte de sus existencias. Un día, conocí a Berenice,que parecía bastante normal hasta que me susurró al oído «el mundo se acaba esta noche». Otra loca más pensé. Pero su belleza me atraía más que su locura y seguí su juego. Intenté entrar en su mundo de sueños y acepté pasar en la iglesia esa noche. Cerca del altar había algunos niños descalzos que oraban muy cerca de las imágenes de los santos. Mientras miraba a Berenice el lugar se oscureció y un temblor sacudió toda la iglesia. Ella corrió hacia el altar, yo también. Tomé en brazos a uno de los niños y me dirigí hacia la puerta. Desde ese momento no supe nada de Berenice, pero con lo loca que es quizás esté en alguna lámpara colgando.

    Responder
  • Yo voy por el texto de Jessica de la Portilla, pues con tres líneas logra darle un inesperadísimo giro al clímax de la clásica historia de Hansel y Gretel, pero ahora desde el punto de vista de una «pobrecita bruja» que bien podría ser contemporánea de cualquier celebridad en el «arte» del secuestro. El texto de Jessica explica la imagen, la imagen misma explica el texto y cada elemento es independiente pero forman una perfecta simbiosis; y valiéndose del poco explotado recurso de la intertextualidad Jessica nos recuerda la historia original de los Hermanos Grimm sin tener que escribir parrafadas para explicar su punto.
    Aprovecho para felicitar a ambos autores por la publicación de su libro. Luego de ver la lista de autores, muero por leer los cuentos de Guillermo Vega y Samperio… el del profesor Chimal es totalmente obligatorio =)

    Responder
  • Jimena Hernández Alcalá
    15/10/2007 10:10 pm

    Cortina de nubes
    La cortina de nubes se rasgó, jirones de tela cayeron sobre azoteas de edificios, toldos de coches y cabezas de transeúntes. Los habitantes del mundo levantaron sus miradas hacía donde (según lo que dictaba la costumbre) encontrarían el cielo, pero allá arriba no quedaba una pizca de cielo, ni un trozo de nube; todo se había venido abajo revelando lo que Él había tratado de ocultar durante siglos: el asesinato de una mujer. Un cuerpo femenino, envuelto en un eterno vestido, pendía de una cuerda como si fuera de trapo. Los testigos, con miradas estáticas, pensaron que era su turno de hacer un juicio. Él, conociéndo lo que ellos pensaban, actuó rápido: soltó la cuerda que se amarraba al cuello de la mujer y dejó caer el cadaver para que éste fuera venerado como el de una virgen. Mientras todos se distraían con los cuidados del cuerpo, Él aprovechó las circunstancias para robarse a una mujer y llevarla en brazos a donde ahora cae una cortina, mostrando de nuevo un cielo con nubes.

    Responder
  • Felipe Huerta
    16/10/2007 8:32 am

    Gordo envidioso

    «¡Lo maté porque era mía!»

    Responder
  • No he podido resistirlo. Éste es la primera nota que llega al centésimo comentario, y llega aquí. Gracias a todos. 🙂 Vamos a ver hasta dónde alcanza de aquí al día 24…

    Amanda, por cierto: espero que el libro te guste.

    Responder
  • Vakirstinkle
    16/10/2007 11:48 am

    El goblin

    – ¿Qué es eso?
    – Es el blog de Alberto Chimal
    – ¿Y por qué trae esas ropas?
    – Es que está de gala, su concurso resbasó los 100 comentarios; ya alcanzó otro nivel
    – ¿Y quién lo sostiene?
    – No mires, pero hay um montón de curiosos escritores sosteniéndolo
    – Tengo miedo.
    – ¿De qué?
    – De que se caiga encima de nosotros, de que resulte demasiado pesado
    – Sí, por eso hay que ir corriendo a ayudarles…

    Responder
  • Vakirstinkle
    16/10/2007 12:00 pm

    El goblin (con varias pequeñas correcciones)

    – ¿Qué es eso?

    – Es el blog de Alberto Chimal

    – ¿Y por qué trae esas ropas?

    – Es que está de gala, su concurso rebasó los 100 comentarios, ya está en otro nivel

    – ¿Y está volando?

    – No, en realidad hay un montón de escritores curiosos sosteniéndolo

    – Me da miedo que se les caiga

    – Sí, por eso hay que darnos prisa, para ayudarles…

    Responder
  • Dalia de Paz
    16/10/2007 5:36 pm

    Mi voto es para ladidel porque es realmente imaginativo la manera de describir la escena, además juega realmente con el dramatismo de la imagen… simplemente me encantó!!!

    Responder
  • Me encanta el derroche de imaginación de Ladidel.

    Responder
  • La voz se corrió entre los que siempre habían tenido mala suerte con las chicas. Por un acto fallido de un mago aprendiz, llovían mujeres; quien atrapaba una podía quedársela, claro que era preciso vencer el hechizo de sueño que las invadía cuando llegaban a los brazos del afortunado.

    El hechizo no se rompe con un beso de amor, como antaño, ¡cómo cambian los tiempos! Hay quienes han logrado despertarlas con ricos aromas florales, otros más con brisa marina; algunos con canciones, otros con poemas. Depende del temperamento de cada una, y de lo que soñaba mientras caía.

    No faltaron las que quedaron atoradas en los árboles o en los cables de luz, pero fueron las menos.

    Yo corrí y logré atrapar una al vuelo; aún no logro despertarla, pero insisto a diario; tiene un hermoso cabello trenzado, es de tez clara y ansío conocer el color de sus ojos. Eso sí, es mejor tener quien me espere cuando vuelvo a casa, aunque esté dormida, que entrar a oscuro y vacío departamento todos los días.

    Responder
  • He tratado, pero no entiendo. La mini de Ladidel no es mala, juro que no. Pero tampoco me parece extraordinaria; los votos me parecen tendenciosos. Es fácil invitar a tus amigos a votar por tí. En fin. Había ya emitido un voto por la primera minificción de Steppenwolf, y hoy, después de leer con más detenimiento quiero agregar (además de reiterar, incluso con su segunda historia, mi voto anterior)otros favoritos: La mini de Aniv de la Rev me parece fantástica; así como las líneas de «efe». Raro que nadie haya votado por éstas. Saludos

    Responder
  • Dicen que explicación no pedida, culpa manifiesta… pero juro que no he invitado a amigos a votar. De hecho tengo menos amigos que los dedos de una mano, así que sus votos no alcanzarían. Suerte, saludos y que gane el mejor. La decisión está difícil; a mí, por ejemplo, me gusta el de Gaby y el de Gina. Ya Chimal decidirá.

    Responder
  • Otra prueba contundente: también yo, ladidel, escribí una mini como La Maga, y por esa nadie ha votado :(. Saludos de nuevo.

    Responder
  • Steppenwolf
    17/10/2007 8:09 pm

    Tendencias o no, están de más. La creatividad y la divergencia de un texto no se valen de éstas, o de popularidad, así que de cualquier manera no hay consecuencias propias. Gracias a Soldedia por sus votos. Apunto al texto de «Hernán» y al de «efe» como mis preferidos. Por cierto, impresionante el poder de conovocatoria de este concurso; me viene ver darme cuenta que el objetivo primordial se está cumpliendo: una válvula de expresión y desarrollo. Saludos!

    Responder
  • Los Locos

    Joel no sabia que hacer, un gesto de desesperación comenzaba a aflorar en su cara y gotas de sudor le recorrieron la frente.

    Apenas habían pasado horas desde que los extranjeros habían llegado y el pueblo era un caos. La gente revoloteaba por todos lados, chocando unos con otros. Se alejaban de algo como palomas huyendo de un perro. Los que estaban mas arriba veían a los de abajo como un colorido banco de peces bailando.

    Y estaba bien justificada la locura del pueblo, pues porqué si desde tiempos inmemorables todos los hombres habían volado, aquellos movían sus piernas de tan peculiar manera, procurando estar cerca del suelo. ¿Quienes eran estos que le daban un nuevo significado a las piernas? ¿De que lejanas tierras y que magias mas oscuras practicarían?

    Joel, envuelto en su bata verde (vestimenta típica del pueblo), trataba de mantener la calma, pues el estaba a cargo del pueblo, y con un miedo tremendo se propuso a hablarles a los extranjeros.

    Petrificado se les planto enfrente, (aunque sin atreverse a descender hasta el suelo), y los siguió con mirada aterrorizada hasta que los otros estuvieron debajo de el y lo pasaron de largo. Mirando al suelo, a Joel se le ocurrió que tal vez aquellos estaban tan asustados como el.

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  • Fe de erratas él, con acento, (dos veces!)

    Responder
  • Voto por la mini de la Maga, su imaginación es deslumbrante.

    Responder
  • LA NIÑA DE PAPÁ.

    Esa tarde Don Manuel vio por la ventana de la sala a su hija Itzel en la puerta besándose con un muchacho.

    No dijo nada cuando ella entró a la casa, ni más tarde en la cena. Sin embargo el padre ya sabía lo que tenía que hacer.

    A la media noche Don Manuel entró a la habitación de su hija. Miró a Itzel con nostalgia y contempló las formas de mujer en su cuerpo. Entonces le quitó toda la piel liberando a la niña pequeña que había dentro.

    Itzel lloró mientras su padre colgaba la piel de mujer en el armario, hasta que Don Manuel fue a consolarla

    -Ya hija mía, no llores más. Recuerda que siempre serás la niña de papá

    Responder
  • entoloachado
    18/10/2007 9:09 am

    Rolando quería levantar la vista, pero ella no lo dejaba. Solo le decía en la oreja
    – ya van 99 y no llega la siguiente-
    Rolando – este verde profundo es muy largo y así como lo ves suspendido ya se tardo mucho y no deja pasar al siguiente color-
    ella – ya no quisiera verlo, me da mucho frio-
    Rolando – aguanta un poco más- en su mente se repetía constantemente 99, 99, 99, 99.
    El físico de Rolando necesitaba ya un color nuevo.
    Y el verde suspendido continuamente se balanceba y cambiaba de formas.
    una a una el ciclico pendular tendría que cambiar en el segmento molecular presiso.
    Rolando – 99 y esperando, ya los positrones están llegando a su máximo estado vibracional-
    ella – espero que en el cambio, mi estructura todavia permanesca y me de un nombre-
    En el péndulo verde de pronto asomaron pies y brasos, una cabeza con cabello negro y ensortijado.
    Su piel morena todavía no asomaba completamente.
    Rolando – 99 y esperando, creo que por lo que se ve el siguiente si te ayudara.-
    El viento movió más frecuentemente el cuerpo surgido en esa masa verde y tambien en su mente solamente se distinguia mencionar 99, 99, 99.
    También esperaba el cambio de color y cideral para intercambiar los cuerpos, pendulantes.

    Responder
  • Marco A. Velazquez Lozano
    18/10/2007 11:16 am

    Creo que después de lo leído en los últimos comentarios, decido votar (sin intermediarios) mil veces por mis textos, ¿se vale no?

    Responder
  • El director la levanta y las luces se apagan. Mis gritos no se escuchan: mi cuerpo languidece en el aire como una bola de tul. La bella sale entre sozollos y muestras de ternura. A mí se me acaba el aire poco a poco. A ella le lavarán el estómago y mañana volverá a salir… como si nada.

    Responder
  • ¡No señorita! ¡Usté no va a ninguna parte y menos volando! ¡Qué arcángel ni qué mis tompiates! ¡Si desde aquí abajo bien que le ví los suyos y chico culebrón! ¡Suerte que Usté tiene un padre bien cabrón!. No como la pobre María, al fin huérfana. ¿O qué, Usté cree que yo me trago esos milagritos?

    Responder
  • En la especie de limbo en que se ha convertido la imaginación del escritor, deambulan dos personajes a la espera de una historia de grafito que los saque de su terrible aburrimiento. Él estaba destinado a ser un príncipe, luego resultó que no. Ella era la víctima de un cuento de terror, pero siempre se le atravesaban otras ideas al literato y terminaba por relegarlos. Harto por la demora, por tanto hacinamiento de personajes, Príncipe comenzó a devorar los sesos del narrador. Uno a uno, los protagonistas de sus novelas fueron desapareciendo; las musas abandonaron al autor. Sólo quedaron Príncipe, bastante gordo ya, la chica y los pensamientos suicidas del novelista. Ahora intentan escapar de aquella mente vacía, antes de que por falta de producción se ahorque su creador.

    Responder
  • Ojos de Luna
    18/10/2007 7:08 pm

    Coincido angustiosamente con el comentario de Soldedia, pareciera que este concurso es de cuantos cuates se apuntan para votar por ti. Confio en tu lucidez y juicio Alberto.
    Mi voto definitivo es para Steppenwolf -para el primer cuento- por su inherente complejidad para abstraer la idea de la inspiración para la creación.
    Quiero mencionar también a efe por su cuentecillo, indudablemente creativo.

    Responder
  • Diariamente leo cada uno de los textos publicados, soy fiel admiradora de todo lo que Alberto Chimal escribe y plasma; a mi parecer dije que el de ladidel era muy bueno, porque fue el que me cautivó; no sé quién diblos sea la tal ladidel, y no me interesa, a mi sólo me gustó el cuento! así que creo que no se vale juzgar el trabajo ni la crítica de nadie! mejor en lugar de ver quién voto por quién, sería chido que escriban, chance y ganan, no? Saludos!!

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  • Sabía que todo dependía de él; que era el único capaz de enfrentar a los dragones y sus esbirros; que la mejor forma de derrotarlos era activando el dispositivo que destruía el suelo de su guarida dejando caer todo hacia la lava. Lo que no entiende es porque al pasar bajo el dragón ve los píes de una persona; ni la razón para que la rescatada llore mientras la salva, intentando liberarse; menos aún porque lo confunden con otro, asegurando que es él, y culpan de todo a algo llamado “Casa del Terror”. Desea que lo dejen salir a continuar su aventura y que le liberen las manos. Esta seguro de que su princesa esta en otro castillo.

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  • Marco A. Velazquez Lozano
    19/10/2007 3:18 pm

    SUERTE

    Todavía dormía cuando escuché a lo lejos al pregonero, entonces me vestí de prisa y salí corriendo de la casa.
    Ya muchos otros corrían delante de mi hacia el patíbulo.
    Cuando llegué ya habían hecho eyacular muchas veces al ahorcado.
    Al final tuve suerte, porque cuando me tocó mi turno y después de muchas maniobras todavía pude sacarle algunas gotas, y la mujer que desenterré no era tan fea.
    Y digo que tuve suerte porque los que llegaron después de mi, ya solo pudieron recoger puras mandrágoras.

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  • Belkis

    Por fin muerta, sí…increíble, pero el conjuro había surtido efecto, no importaba si para ello fue necesario matar y hacer rituales con el cuerpo, todo era válido para mí si por fin lograba terminar con la maldición que mantenía a Belkis en una agonía eterna y dolorida.
    Tuve que rastrear los últimos descendientes de aquella hechicera aria que vivió en Perú mucho antes de la conquista española, una familia de zahoríes ocultistas que llegó a Monte Alban México, por un error espacio–tiempo–espacio, en sus experimentos de travesías interdimensionales.

    Mañana aparecerá en los diarios de nota roja, que un cadete del Heroico Colegio, fue asesinado, la ignorancia de los jefes policíacos no les permitirá descifrar los signos milenarios que hice en su tórax a corte de bisturí, y sólo determinarán que fue asaltado, para agilizar trámites.

    Cifrados arcanos, conocimientos ocultos, cuyos resquicios aún resguarda el Vaticano en fragmentos inconclusos en su biblioteca–archivo secreto, experimentados en su cuerpo la tenían viva, aún cuando había intentado la muerte 14 veces. Todas ellas dantescas.
    Hace 2 años un clavo oxidado de 4 pulgadas yacía enterrado en su pecho, destrozando su ahorta, después de haber agujereado toda su cabeza y esparcir extractos de su cerebro en las paredes, esa vez tardo 3 meses agonizando como en una pesadilla, aún cuando no comió nada, bebía una y otra vez su propia sangre como en un impulso por paliar su propio dolor, volvió a la vida, con más pesadillas que antes, pidiendo una ayuda que cada vez me era más difícil proporcionar.

    La última vez, la recuerdo gritándome desesperada, que le ayudara a cortarse el cuello, con la cabeza casi desprendida de su cuerpo, con un cuchillo en la mano derecha y la traquea en la izquierda, gritando desesperada sin poder morir, esa vez no pude resistir el espectáculo sangriento, macabro, ni sus gritos y la abandoné a su suerte, a su agonía permanente que desembocó otra vez en la vida, su cabeza poco a poco y con mucho dolor fue regenerándose hasta que nadie creería que sólo estuvo ligada a su cuerpo por fragmentos destrozados del esplenio, la última vez,… NO, no quiero contarme otra vez la pesadilla que tuve que ver la última vez.
    Por fin estaba muerta, era hora de rezar, y no contarle a nadie su historia.

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  • Juan Carlos Magallon Ramirez
    19/10/2007 10:44 pm

    La oscuridad que sin avisar se apodero del lugar, sofocándome como si fuese una mano gigante que me aprisionaba el pecho, se desvaneció en un segundo. Por un momento creí que sería eterna. Aun no imaginaba que tan solo habían transcurrido solo unos cuantos minutos desde el tortuoso apagón. En unos segundos el teatro se sumió en un completo caos de gritos e histeria Alguien, que no alcancé a ver, saltó por sobre de mi desde su asiento tirándome los lentes, dejándome nuevamente sumido en un mar de figuras que danzaban frente de mi como si estuvieran detrás de una cascada de agua, en donde solo las siluetas se mostraban tenuemente. A tientas me incline buscando con mis manos que en esos casos se tornaban en una extensión de mi cerebro para suplir la falta de visión, que desde mi niñez había padecido. Los gritos por todas partes eran aterradores, llanto y maldiciones brotaban por todas partes. Finalmente mis dedos tocaron la fría armazón de mis gafas, sobra decir que todo mi ser se alegro ante el hallazgo. Aturdido por que aun no sabía qué era lo que había ocurrido me los puse y mis ojos cobraron lucidez, La imagen que mis ojos captaron parecía fuera de este mundo. La obra que tanto había esperado se transformó de pronto, en una imagen barroca, donde todo tipo de personas buscaban la salida como locos tropezando unos con otros, pisando a los pobres desdichados que para su desgracia caían en su huida. Gire la vista en todas direcciones tratando de ver que era lo que provocaba semejante estampida. Al frente en el escenario donde antes habían estado parloteando un par de actores me dejo frio. Mi mente se negó a aceptar lo que mis ojos veían. Un cuerpo tirado de manera grotesca parecía flotar sobre un colchón de sangre. Vigilado por el cuerpo inerte de su compañero, que cubierto en parte con una de las cortinas colgaba ahorcado, girando como si fuera un patético adorno. El golpe de una persona más, que corría desesperado me volvió a la vida. La figura de una pequeña lloraba caída en posición fetal a unos cuantos metros de la misteriosa tragedia, olvidada sin duda por sus acompañantes. Aun en este momento, no sé qué fue lo que hizo que impulsara mis 120 kilos olvidándome de todas mis privaciones físicas que durante la adolescencia me habían privado de vida social y me lancé en su ayuda. Jadeando por el esfuerzo que me llevo el nadar en contra de la corriente de seres que tapaban el pasillo, logre llegar a ella y la tome en mis brazos, negándome a mirar la tenebrosa figura que danzaba sobre mi cabeza y con decisión me encamine hacia la salida uniéndome al mar de cabezas que nunca olvidarían la tragedia que nos marcaria por siempre.

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  • ARRULLO
    Dile “¡adiós, adiós!” al Universo que envuelto en su sotana se va volando. Ahora abrázala, arrúllala, dile a la Humanidad que no llore; aunque mientas, dile que ya sabes cómo construirle un Mundo.

    Responder
  • La carta

    De entre las cartas que ella puso sobre la mesa estaba esta, escrita con primorosa letra de niña educada en colegio de monjas: “El jueves destruiste mis sueños, el viernes mataste a los más valerosos de mis héroes; en un descuido, este sábado penetraste a los castillos que con ilusión construí en el aire y el domingo pasaste por encima de las amuralladas fortalezas en donde se resguardaba de tus celos mitológicos mi príncipe azul. No puedo más, siento que me asfixias. Decidí seguir con tu juego, así que lo confieso: te engaño con el pensamiento. No nos busques, no regresaremos. Hemos huído. Para cuando leas esto él y yo podríamos estar… no sé: algo me dice que el País de las Maravillas es taaan extenso…”.

    Responder
  • Caperuza

    Espero que una vez terminado el escándalo en que has metido a tu esposo, ese príncipe tuyo, por unos dimes y diretes sobre la respectiva belleza entre su madre y tú (culminado, como ya la prensa lo ha dado a conocer, con el suicidio de tu suegra) puedas obtener el divorcio.

    Sé que yo nunca hubiera podido salvarte de los malvados planes de esa hermosa señora tu suegra, madre del príncipe Antonio – legendario noble que dejó morir en el desierto al plebeyo que no pudo dibujarle un corderito-, como él lo hizo mil años más tarde contigo al despertarte del hechizo al que te condenó la rueca; como en esa ocasión cuando eras adolescente y mordiste la manzana con la pócima para que durmieras durante toda la eternidad. Admiro la forma en que sus siete criados velaron por ti hasta su regreso, momento en el que te propuso matrimonio y aceptaste, literalmente encantada.

    Recordarás que fue él quien te devolvió a tu mundo cuando te calzó la zapatilla de cristal, puso el guisante debajo de esos colchones y te salvó de los tres osos que no te reconocieron después del tinte rubio con que pintaste tu cabello. Ojalá lo dejarás crecer, me excita tanto y podría servirnos en nuestros juegos donde me convierto en una bestia, un lobo que te persigue a ti, la más bella mujer enfundada en ese vestido rojo que me vuelve loco. Responde pronto, te espero en el castillo.

    Tu Marqués de Carabás

    Responder
  • Voto por este último cuentito que subí y por el de Gina Halliwell (y por el comentario 100 de Alberto, jejeje) Saludos y que gane el mejor, NO EL QUE TENGA MÁS AMIGOS.

    Responder
  • tres sombras
    21/10/2007 2:43 am

    que susto le dió al pobre chava. ¿quién podría imaginar que un cadaver con todo y falda victoriana le iba a cagar un alma vestida de shorts vaqueros justo encima?

    Responder
  • jajajaj Yo tambien voto por Alberto y por mi, claro. Desafortunadamente, varios de los que participaron por primera vez en este concurso señalaron en sus propios blogs el VOTA POR MI, de ahi, la incredulidad de varios (me incluyo) por los votos cuasi anonimos, pues cualquiera con una correo electronico puede ponerse mil alias y votar por si o su mejor amigo.
    Y no es el club del mejor amigo, sino la experiencia de escribir y divertirse, de ver hasta donde llega la imaginaciòn del otro y aprender. El triunfo es casi virtual, bueno… hoy hay libros, pero es ganar experiencia, participar, conocer amigos, etc.
    Besos a todos
    Seguimos…

    Responder
  • Marco A. Velazquez Lozano
    21/10/2007 11:52 am

    Me adhiero a la propuesta de David Chavez y de Una angie, y para evitar que en este concurso gane la ambición y la envidia, voto por el comentario 100 de Alberto.
    Una observación, han notado que después de los últimos comentarios, se acabaron los votos de los que en el bajo mundo de la política se llaman acarreados.

    Responder
  • La Historia

    – Pero por supuesto que no! Lestat no era vampiro. Lestat era el marrano de las setecientas lonjas.
    – ¿Te cae?
    – Claro. Esas ñoñadas de que llegaba todo romántico a morder a sus víctimas y convertirlas en vampiros es puro chou.
    – ¿Tons cuál es la historia de a de veras?
    – Ps tuvieron que hacerla más elegante. Mira, en primera, Lestat estaba bien fofo. Como todo marrano de setecientas lonjas, se disfrazaba de esos gorditos simpáticos que trabajan en telemarketing y traen lentes de sabelotodo. No era el güerito bien galán de la película. Nanai, a mi ni me vengan con eso.
    – ¿Y tú cómo sabes?
    – Ps porque yo lo conocí. Yo estaba ahí cuando pasó lo de la niña
    – ¿Cuál niña?
    – Verás, la onda es medio complicada pero te la voy a contar de volada. Había una chavita que salía con un monigote de la escuela. Ella estudiaba Biología y él, pues quién sabe. El caso es que Lestat, que también estudiaba Biología, estaba clavadón con esta chica que, por su pollo, no lo pelaba. Incluso una vez se le declaró con un fungus aenilus nemios raquelimus plum. Una floresota como de Australia toda locotrona. Lógicamente, ella lo bateó.

    Tons el Lestat, quien se sabía marrano de setecientas lonjas, optó por la vía ruda.

    – ¿Volverse puto?
    – No, imbécil. Ps suprimir al otro mono y robarse a la morrita.
    – ¿Y lo hizo?
    – ¡A huevo! Es un marrano de setecientas lonjas, no cualquier pelele.
    – ¿Y cómo?
    – ¿cómo qué?
    – Ps cómo se chingó al monillo ese.
    – Esa es la onda crucial de todo esto. Como los marranos de setecientas lonjas están bien enfermos, ps no le bastó con darle una buena madriza. No señor! Con la fuerza de sus setecientas lonjas agarró al mono ese como si fuera de trapo. Lo despanzurró bien locochón y le sacó todas las tripas.
    – Ah, no mames, ¿neta?
    – Me cae de madres que sí. Yo estaba ahí cuando se las sacó. Así, una por una fueron saliendo las tripitas, verdes, como chorizo de Toluca. Y con un cacho de tripas, le dio vueltas a la cabeza y lo colgó. Y ahí se quedó el mono ese, con las tripas de fuera.
    – ¿Y luego?
    – Ps el Lestat agarró a la morrita y se la llevó, y le regaló otra fungus aenilus nemios…
    – ¿Y el colgado?
    – Ps ahí se quedó. Creo que un día se convirtió en árbol.
    – ¿Y la morrita y el Lestat?
    – Ps creo que todavía viven en la Narvarte, en el edificio naranjita donde vivía Marifer, ¿te acuerdas?
    – Ah ya, el que está en la mera esquina, ¿no?
    – Ese mero. En el piso cinco, atrasito de las ramas de un arbolote, está la recámara del marrano.

    Responder
  • Jajajajaja, buena por la historia del Sub! Tambièn voto por su texto y sigo diciendo no a «AMIGOS VOTEN POR MI» y re-voto por el comentario 100 de Alberto.

    Responder
  • Cortex Limbico
    22/10/2007 2:40 pm

    Sobre el tablado, el diálogo escénico:

    (angustiado)

    — Realmente esta mujer pesa más de lo que me imaginé–.

    Corte y queda !

    Siguiente escena…

    Responder
  • Cortex Limbico
    22/10/2007 2:41 pm

    CON CELOS CACHONDOS COGEREMOS CRUCIFICADOS.

    Ahora actuaremos…

    Abrázame! Abandónate al azul ascendente, al azufre alegre. Agujeréame ardorosamente. Atínale a andar al altar amarillo. Ay! … Arriba, ay ay ay, ahí atisbamos ahora águilas aztecas altivas ascendiendo al azar.

    Birlado brutalmente, bucanero bofo bicéfalo bosteza babilónico. Bien bragado, busca besos bribones burlones. Babea brumoso bárbaramente braguitas blancas. Barón Bufallo Bill, bromea bronco bajo baobabs brahmánicos. Botas Bolcheviques bailan bolero boogie boogie burdelero. Bacante bailaba beatamente “Boulevard Bolonés”.

    Con celos cachondos cogeremos crucificados!!
    Crack!!!
    Caímos… cárgame con cuidado, ciégame, cuélame con cardamomo, consiénteme.
    CON CELERIDAD CAMINAMOS CAUTELOSOS.

    Descendimos donde Dante dijo!!

    Discretos, debimos devolvernos, dudémoslo….
    Devolverse, dependía de dos, decían. De Diótima de Dinamarca, de Driástoma del Duero; dúo de damas denostadas, Drusilas desdentadas, dragones destellantes danzantes disfrazados de delfos.

    Dioselina dictaba: denme duro Damiana del Danubio.

    — Divina diosa, doy dentelladas dorsales –. dijo Doctor Dioniso Duarte, dándole dos dedos de diclofenaco de día, diariamente diez días, desapareciendo docenas de diatomeas disentéricas. Dioselina debía dormir.

    Duchábanse distinto. Desbordaban demencia desbocada drenando dulces devaneos, delineando deidades doradas disponían desfigurados duendes, desarrollaban delicadas delicias defendidas dicharacheramente, degustaban dedos decoradores dulzones, drogados desenterraban dioses descorazonados, desalmados. Dictaban desentonados desfloración dionisíaca, debatían divorcios de duendes derruidos.

    Dudando derrotados dependientes del décimo de denario diario, dispusieron dolores de diente: dejando de depositar duelos déspotamente.

    Desamparados despotricaron dolosamente donde Diótima disimulando decires. Después de decenas de días de duelo, desencantados de desatino doblegado; digirieron descubrimiento. Derrocharon dados, durante dos días dirigieron directrices. Dando desbalanceos devastadores dijeron desahogados:

    Dos días después, desamortizaron deuda dejando de darse dolor, diatribas de dos !

    Entrada “E”.
    Escena épica entrañable: Entregar Expiaciones.
    Escape equívoco etéreo. Epílogo eólico engrosado entre entes envueltos en «T».

    Todo teatro tiene temple. Tiene también trastocadas tarimas, tablao titiritero, ternura traslucida, tenacidad trastornada, teletransportación traspasada!

    Tomamos tiempo: “tempranamente temblamos ~ tardíamente tememos”.

    Tenemos tenebrosos túneles. Tumbamos teatralmente tramas trasegadas: teníamos trato. TERMINAMOS, Telón!!!

    …(Lulú, levanta la liana…).

    Responder
  • beatnik666
    22/10/2007 8:05 pm

    Voto por «Triángulo» de Arthur Alan Gore, esta chidísimo y muy creativo, en tan poco dice lo suficiente, una historia como tal y muy original.

    Responder
  • El coleccionista es extremadamente cuidadoso, la parte del cuerpo que elige de su víctima es separada del resto del cuerpo, tratada con varios químicos para que se conserve y no pierda su flexibilidad; elimina completamente la sangre, pues no le gusta que escurra y manche el piso.
    Ya tratada la pieza a coleccionar la trata con extremo cuidado, tocándola solo con guantes para no maltratarla y dejar horribles huellas en ella, con mucha dedicación la prende a una gran tela verde(su color favorito); le trae gratos recuerdos de las navidades vividas en su infancia.
    En estos momentos carga en brazos (casi paternalmente) a su nueva víctima, ¿que parte de su cuerpo llamo poderosamente su atención? lo sabremos cuando veamos colgar en unos de los pliegues de tan singular adorno.

    Responder
  • voto por mi y les digo a todos que recuerden que no por llegar al ultimo debo quedarme sin votos ANIMO VOTEN POR MI (136)

    Responder
  • Felipe Huerta
    23/10/2007 8:08 am

    Bromita pesada

    ¡Chamaca mentirosa y traviesa! ¿pa qué le dice a su confesor que está embarazada? ¡Ahora ya que se suicidó larguémonos y que lo descuelgue el primero que lo encuentre!

    Responder
  • Refugio Cortés
    23/10/2007 9:33 am

    Mi voto va a Felipe Huerta, 139. Fantástico.

    Responder
  • Tablas

    No mires hacia atrás, Esperanza, no mires.
    ¿Ves cómo andar en el teatro es peligroso? ¿Entiendes lo que te decía papá?
    Hay muchas formas de dejar la vida en el escenario. Menos mal que aún no era tu turno… y te queremos con nosotros todavía.
    Deja de llorar. No hay quien aplauda. Te llevaré a casa.

    Responder
  • Palera bien comida
    23/10/2007 1:54 pm

    Yo voto por Felipe Huerta tambien….
    … ya cumpli
    a y tambien por la niña que todo le pasa y por laida

    Responder
  • Refugio Cortés
    23/10/2007 4:11 pm

    Hoy me levanté de la cama tarde… no había otra manera… eché un primer vistazo al día y encontré cerca de ciento treinta versiones de la misma pesadilla… mi pesadilla… me acerco al tocador… frente al espejo, ya dejé de verme cargando a la muchacha… ya dejé de ver esa pantorrilla arropada de verde que hace las veces de mi lámpara… al fin esto terminó. Me regreso a la cama.

    Responder
  • LA DISPUTA

    –¡Regrésamela!

    –¡No!– Contestó la mujer que se elevaba con la joven desmayada en sus brazos.

    El gordo, rechoncho, inútil, jadeante, y gelatinoso, se enojó, y dio tres saltos desesperados en el espacio aquel donde antes había estado la tierra.

    –¡Es mía!

    –Era.

    El joven regordete se desesperó, la agarró del pie, y la detuvo.

    –¡Suéltame!– La mujer intentaba seguir subiendo, a pesar de que la obesidad del muchacho, que la aferraba del pie, la mantenía ahí, flotando, a medio camino.

    –¡No te suelto!– El gordo se esforzó por bajarla, pero la inercia que la elevaba hacía inútil cualquier esfuerzo.

    –¡Maldito Gordo!– Le gritó la mujer.- ¡Lo que no quieres es quedarte solo!

    El gordo se imaginó ahí, en la oscuridad. Sin poder alcanzar a todos los que se habían ido antes que él, y el terror lo hizo más fuerte. No; si tenía que quedarse ahí, por que nadie quería cargar con él, no estaría solo. Ninguna de esas mujeres, que habían bajado desde quién sabe dónde, para llevárselo todo, y a todos, (incluida la tierra misma), le quitaría a su compañera.
    Así que clavó los dientes en el pie de la mujer que se elevaba, y apretó con fuerza. La mujer intentó resistir, pero al final soltó a la muchacha que cayó a los pies de gordo. Este la levantó en sus brazos, y miró furioso a la mujer que se ya se alejaba rabiosa.

    –¡Lárgate!– El obeso le hizo un seña obscena

    –¡Vendré por ella, gordo!– Le grito la mujer

    Nadie sabe si así fue.

    Responder
  • LA DISPUTA

    –¡Regrésamela!

    –¡No!- Contestó la mujer que se elevaba con la joven desmayada en sus brazos.

    El gordo, rechoncho, inútil, jadeante, y gelatinoso, se enojó, y dio tres saltos desesperados en el espacio aquel donde antes había estado la tierra.

    –¡Es mía!

    –Era.

    El joven regordete se desesperó, la agarró del pie, y la detuvo.

    –¡Suéltame!– La mujer intentaba seguir subiendo, a pesar de que la obesidad del muchacho, que la aferraba del pie, la mantenía ahí, flotando, a medio camino.

    –¡No te suelto!– El gordo se esforzó por bajarla, pero la inercia que la elevaba hacía inútil cualquier esfuerzo.

    –¡Maldito Gordo!– Le gritó la mujer. –¡Lo que no quieres es quedarte solo!

    El gordo se imaginó ahí, en la oscuridad. Sin poder alcanzar a todos los que se habían ido antes que él, y el terror lo hizo más fuerte. No; si tenía que quedarse ahí, por que nadie quería cargar con él, no estaría solo. Ninguna de esas mujeres, que habían bajado desde quién sabe dónde, para llevárselo todo, y a todos, (incluida la tierra misma), le quitaría a su compañera.
    Así que clavó los dientes en el pie de la mujer que se elevaba, y apretó con fuerza. La mujer intentó resistir, pero al final soltó a la muchacha que cayó a los pies del gordo. Éste la levantó en sus brazos, y miró furioso a la mujer que se ya se alejaba rabiosa.

    –¡Lárgate!– El obeso le hizo un señal obsena.

    –¡Vendré por ella, gordo!– Le gritó la mujer.

    Nadie sabe si así fue.

    Responder
  • La disputa milenaria

    No es un cuadro sino un triángulo. Es la disputa milenaria por una hembra. Uno evoluciona decorando su cuerpo de elegantes vestidos. El otro es gordo, pero tiene otros recursos: se acerca a ella y la carga, da un corajudo salto, la caída de su peso hace temblar el piso y su contrincante sale volando. Ella encantada, abraza al vencedor, mientras se alejan.

    Responder
  • Felipe Huerta
    23/10/2007 10:38 pm

    Las aventuras de Pepín Ch. Gordon

    Pepín Ch. Gordon siempre deseó emular a San Jorge pero en la fiesta en que se decidió a hacerlo, tan distraído como era, en lugar de ultimar a un dragón mandó a mejor vida a un tragón, pensando que nadie se fijaría en una letra, y en lugar de rescatar a la princesa, huyó con una sirvienta en los brazos.

    Ahora ya vive con esta última y sueña con materializar su nuevo deseo: escenificar con ella el cuento de la Cenicienta.

    Responder
  • Abrázame más fuerte, Jorge. Solamente quería cumplirle su deseo. Y si lo cuelgo en el armario, el vestido arrastra. Sólo así, desde donde ella se colgó, no se ensucia. Además, lo había hecho a su medida. Ajusta perfectamente. Nadie nunca ha sido una reina de la primavera más bonita.

    Responder
  • Disculpen el doble envío de mi cuento, y disculpen la falta en OBSCENA del segundo.

    Rumbero, me sonó a plagio tu cuento, jeje.

    Responder
  • Selene Nochenueva
    24/10/2007 11:32 am

    Wow! Creo que está vez será más complicado decidirse por un ganador por que hay muchas propuestas que valen la pena. Quisiera aclarar que apunto los cuentos de EFE y de HERNAN para alguna mención pues me parecen deliciosas minificciones. Mi voto es para el lobo de las estepas (Steppenwolf) por los dos cuentos que ha subido. Me da mucho gusto entrar a sitios en los que bien vale la pena desperdiciar un tiempecín. Felicito a Alberto por este sitio. Saludos y Suerte a todos: que gane el mejor.

    Responder
  • Felipe Huerta
    24/10/2007 4:40 pm

    La Leyenda de San Goloteo

    San Goloteo,patrono de las levitaciones intempestivas y con movimientos espasmódicos, fue junto con San Dwich, santo irlandés patrono del fast-food y San Guinario, santo siciliano, patrono del crimen desorganizado uno de los tres santos más populares del Siglo XXI. (según encuesta del Internet)

    Era dado a no solamente levitar sino a literalmente llevar a cabo en el aire un escandaloso e intempestivo zangoloteo (algunos teólogos afirman que de ahí proviene su nombre) vestido con ropas ridículas y con los ojos en blanco, probablemente en éxtasis (o bajo los efectos de este último).

    En el retablo adjunto se muestra al santo (de quien debido al vuelo y zangoloteo característicos sólo se advierte su mitad inferior) y a unos fieles que huyen despavoridos ante tan grotesco espectáculo.

    Responder
  • Segunda colaboración:

    Las muñecas bailan en el aire cuando tu risa estridente resuena en el almacén. Tus ojos brillan y, por un instante, pareciera que en verdad eres feliz, pero una vez que comienzas a reír no paras sino hasta caer desvanecida entre los viejos cuerpos de cera y porcelana. Entiende, Marcela, entiende: tus desmayos interrumpen las pocas ventas y de algo tenemos que vivir…

    Responder
  • Ejercicio 1

    – Papá me compras uno… me compras uno de esos magos – Dijo la niña al ver a ese grupo de hombres con túnicas colgados del techo.

    Responder
  • Perdón. Tuve que hacerlo.

    Responder
  • Y quièn ganò????

    Responder
  • Con este comentario queda cerrado el concurso de este mes. Muchas gracias a todos los que han participado y comentado. Los resultados aparecerán pronto. Saludos y hasta entonces…

    Responder
  • Felipe Huerta
    25/10/2007 5:41 pm

    ¡Voto por el veto al voto!
    pero no al de Beto 😀

    Responder
  • votante despistado
    25/10/2007 5:47 pm

    Voto pot la minificción del post no. 155.
    Es de las más breves y provoca suspenso…
    Pero aún no encuentro la relación con la foto del gordito 😀

    Responder
  • Cuento que no cuenta en el concurso de cuento chiquito, pero ps ahí ta.

    «Alberto, que estaba poniendo las cortinas de su departamento en la Roma, fue sorprendido por una masa enardecida de blogueros que reaccionaron de manera violentísima cuando el mismo Alberto confesó que aquello de los libros de obsequio era un simple anzuelo para ver cuántos participaban. Desilusionados, rotos y furiosos, irrumpieron en su casa, dejándolo como péndulo de cortinero. Un tipo gordo, quepa la mención, en su intento por obtener un premio de su minificción, que era muy mala, sacó del armario del autor mexiquense a la celebérrima niña de «Se ha perdido una niña», y se la llevó en brazos.»

    Ja, lo siento, se me ocurrió y tenía qué ponerlo. Lo siento Alberto, espero un día me readmitas en el taller. jiji. Vibra positiva, abrazos .

    Responder
  • Mi voto es por la chica que se colgó vestida de verde y dejo la agonía inmensa de vivir 😉

    Responder
  • Cortex Limbico
    30/10/2007 12:24 pm

    Yo vuelvo a votar por «el Sub» (159 y por demás extemporaneo)!! El unico pecado de este dilectísimo y creativo escritor, es no haber ido a visitar a Nomi, cuando hizo su show. Ahí va a estar su castigo, que lo vistan de verde y lo dejen como ordena Shanduray, a poco no.

    Responder
  • Hola a todos. Aquí aviso que los ganadores del concurso de este mes son Rumbero, por «La piñata», y Aus por su cuento sin título.

    Además, reciben mención los siguientes: «Pesadilla» de La Maga, esta viñeta nostálgica de Gaby, el cuento de cama de Raúl Aníbal, el cuento de la Maga como Ladidel (o viceversa), «Cortina de Nubes» de Jimena Hernández Alcalá, «Suerte» de Marco A. Velázquez Lozano y «Arrullo» de Rasabadú. Y Sub recibe una mención especial por su manejo del lenguaje en «La historia».

    Muchas gracias a todos por participar y por venir aquí. Estén pendientes del nuevo concurso, a partir del primero de noviembre. Hasta pronto…

    Responder
  • yo estoy buscando historias sobre extraterrestres o fantasmas por favor si alguien sabe algo sobre esto por favor envienme su historia a almendrarearte@yahoo.com.ar por favor
    muchas gracias por tomarse su tiempo en leer esto y por favor escriban antes del miercoles 14 de nobiembre de 2007
    muchas gracias

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