Concurso

Concurso #127

Las Historias convoca a su concurso #127 de minificción o microrrelato. Los interesados pueden comenzar observando esta imagen:

Instrucciones:

1) Suponer que esta imagen representa un instante de una historia.

2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, por qué, quiénes están presentes, qué hacen. No se trata de explicar la imagen, ni de escribirle un pie de foto, sino de tomarla como punto de partida para imaginar una historia propia.

3) Escribir la historia, en forma de cuento brevísimo (minificción, microrrelato; el nombre es lo de menos), en los comentarios de esta misma nota.

Quienes ganen el concurso recibirán un trofeo virtual y serán seleccionados considerando la opinión de quienes decidan opinar.

La fecha límite para participar es el 28 de abril de 2017. La invitación queda abierta.

38 comentarios. Dejar nuevo

  • Información Bitacoras.com

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    • Por fin llegó el día; salieron temprano, viajaron 20 kilómetros, sintiéndo el calor abrasador de una atípica tarde de Otoño.

      La radio transmitía lo que estaba sucediendo, la emoción estaba a punto de convertirse en desesperaciòn, aún faltaban un par de kilómetros pero la marcha absurda de la hora pico lo complicaba todo.

      Una hora después llegaron; la cosa no podía ir tan mal, se estacionaron cerca y llegaron rápido a las instalaciones, pasaron todos los filtros de seguridad y entraron al paraiso, caminaron buscando el primer puesto de cervezas, encontraron chicas, solas, con amigas, con amigos, con sus parejas, podría ser una buena tarde de ligue si no fuera porque éste era el día de cuates, era día del Club de Toby, solo carnalazos.

      Compraron su primer vaso de cerveza y empezaron a caminar, se detuvieron, miraron el mapa, continuaron, bromeaban, reían; la música se escuchaba cada vez más cerca, sintieron como entraba cada nota, cada guitarrazo, cada instrumento, por debajo de su piel; cantaron, gritaron, saltaron, hasta que la banda terminó; se tumbaron en el pasto, descansaron y continuaron. Como peregrinos visitaron cada escenario, comieron, bebieron, cantaron, gritaron, hicieron largas filas para los baños públicos alegrándose de no tardar tanto como las mujeres.

      El día avanzó, llegó la tarde y luego la noche; las luces de las farolas sobre el camino principal cobijaban a los caminantes que como magnetos eran atraídos al escenario mayor.
      Por fin la banda que habían estado esperando por años, estaba a punto de subir al escenario; la canción preferida que había marcado un momento tan importante en sus vidas, la escucharían en vivo; el cansancio era muy grande pero nada los detendría y tampoco a las miles de personas que como ellos eran los fans número uno de la Banda.

      Estaban en medio de una multitud, ni siquiera veían el escenario, pero tenían pantallas cerca, desde ahí verían y escucharían, levantaron sus vasos y brindaron.

      Las luces se apagaron, un grito masivo se escuchó, las emociones se unieron y el show empezó, los primeros acordes se escucharon, los amigos no podían contener su emoción, cantaron y corearon junto con todos los demás.

      La canción que esperaban por fin llegó, tenían que preservar el momento, la magia termina muy rápido, uno de ellos sacó su celular y empezó a grabar, la banda al fondo y ellos dos siendo testigos de otro momento importante en sus vidas.

      El evento terminó, cansados como para dormir dos días seguidos, caminaron casi arrastrándose hasta el auto, se subieron y condujeron perdiéndose en la noche y en la marea de autos que salían hacia la vía principal.

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    • Luces, estallidos, y un beso cerrado. Todo se quedo en silencio, recorrí los últimos pasos hasta donde se encontraba mi amante, le busque con la luz del celular en esa pegajosa penumbra; al instante una luz roja aclaraba el horizonte desprovisto de algo que no fuera la nada. Seguimos caminando siguiendo esa luz de alto. Personas iban apareciendo por el camino, rastros de una muchedumbre mas adelante. Cuando casi llegamos al origen de aquella luminosidad fastidiosa, el calor aumentaba; algunas personas evitaron que nos acercáramos más, decidimos guardar distancia, todos parecían un tanto asustados. Revise mi celular en un impulso por saber cuanto tiempo llevábamos ahí. Lo que encontré fueron fotos de un choque. Un gruñido invadió el silencio en aquel sitio. ¿Habíamos muerto? Si era así, decidí sacar una ultima selfie, hashtag #desdeelinfierno.

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  • Se nos mete un virus a la sangre, ataca a los glóbulos rojos y aniquila a la mitad de la población, y no falta el pendejo tomándose una selfie con los cerros de cadáveres que llenan el Zócalo capitalino.

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  • Karla Barajas
    01/04/2017 6:10 pm

    Luces rojas
    Karla Barajas

    Mario como los otros adictos al celular sufría síndrome de túnel carpiano, ojo seco, transtorno psicólogo, cibermareo, vibración fantasma, fobias y adicciones. Le hablé de la terapia alternativa con exposición prolongada a luces, capaz de revertir los daños que su adicción al celular le causó. Además no tendría costo y sería de manera masiva en la Plaza Valencia.
    Éramos miles, la Plaza, y las calles enteras se llenaron de personas.
    La voz saliente de las bocinas nos recordó que nadie debía tener encendido el celular, y que a partir de ese momento veríamos la luz fijamente.
    -¡Nos tomemos una selfie!, la iluminación es perfecta-propuso Mario.
    -¿Por qué trajiste el celular?, le reclamé, pero al final ambos sonreímos ante la cámara. Las luces rojas iluminaron de manera intensa cuando el flash del celular destelló, las personas cayeron al suelo.
    -¡Están prohibidos los celulares!- dijo una voz masculina.
    Pisoteamos a los caídos, los brincamos, corrimos sobre ellos. Al ver la fotografía supimos no se trataba de una cura, era un exterminio, aunque los medios de comunicación dijeron que la falla de debió a un celular encendido.

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  • Teresa Bernal
    01/04/2017 6:35 pm

    Y ahí estaba yo, mirándolo a lo lejos, ríos de gente, de voces, de vidas; no podía faltar, ya no iríamos juntos pero no me perdería ese concierto, era nuestro grupo, nuestra historia, nuestra canción, fue nuestra. Así sería desde ahora, él tendría el recuerdo en el teléfono, yo, en el corazón.

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  • José Antonio
    01/04/2017 8:41 pm

    Éramos millones en avanzada permanente. Nada podría detener nuestro paso. Nos dirigíamos hacia el mismo punto. Ir hacia adelante hasta morir, lo teníamos marcado en nuestro código genético. A fin de cuentas éramos unos simples espermatozoides salidos de un tubo seminífero cualquiera.

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  • Ángel Tores
    03/04/2017 9:06 am

    Me descubrí sonriendo socarronamente al mostrarle mi triunfo a él, mi hermano.

    – Mira, es ella – le dije con cierta complicidad en la voz.
    – Uff! Guapa! – respondió sonriente – ¡si no te aplicas te la bajo!
    La sangre se me subió a la cara, un calor profundo me llenó y me sentí como si fuera a explotar. De pronto me encontraba en un mar rojo hecho de juicios, mentiras, y todo lo que alguna vez me había hecho daño. Sentí una gran necesidad de golpearlo en la cara. ¡Oh, cuanto lo deseaba!
    – ¡Tranquilo! – me dijo soltando una gran carcajada – la vena de la frente te va a explotar.
    Esa gran risa vació mi mente, así de rápido volvimos a estar solos. Guardé el celular, caminamos largo rato mientras le contaba como la había conocido. Fue una buena tarde.

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  • Jean Paul Fiction
    03/04/2017 7:46 pm

    La fotografía

    Me cagan los consultorios.

    El pinche viejo no pudo evitar la sonrisa sardónica cuando vio la fotografía. Cuando notó que lo miraba, hecho la disculpa más hipócrita.

    -¡No te burles wey!- le grite
    -No, por supuesto que no me burlo. Me acorde de otra cosa. Perdón, vamos a hablar de esto- Me molesta más, su seriedad fingida que su sarcasmo.

    -Mire doctor ya no se que hacer, esto sigue pasando y me da mucho horror. Ya fuimos con un padre y le pedí que bendijera la casa. Esto es muy malo –

    La única razón de que acepto venir a consultas -caras hasta la chingada- es que ya no quiero ver llorar a mi madre. Decidí en no mostrarle más cosas, luego caí en la cuenta que ella también las ve. Y casi me arrastro aquí de las orejas.

    -Tranquila señora. Mire, la verdad si encuentro muchas cosas no evidentes en la foto. De hecho, ahora que entiendo el fuerte contexto religioso de ustedes. No me extraña para nada-

    Los ojos de mi mamá se abrieron con esperanza -Entonces doctor ¿también usted los puede ver?-

    -Claro que si. Mire, esta fotografía es un grito de ayuda. Su hijo esta saliendo del closet y tiene miedo de no ser aceptado. Ahora bien, las alucinaciones y demás fantasías, son el producto de su temor por enfrentar este hecho. Señora usted debe entender, no tiene nada de malo ser gay-

    -¡Cristo bendito!- mi mamá apretó su bolso lo más que pudo.

    Ahora me arrepiento aun más haberle mostrado la foto, intente explicarle las cosas a mi modo. Pero ella insiste en que es evidencia. Creo que simplemente quiere algo que la salve de creer que estamos orates. Cosa que no descarto.

    Cuando salimos del edificio mi mamá estaba sollozando de miedo y frustración. La entiendo, la primera vez que capture una imagen con el celular, casi me cago del susto. Pero hasta ahorita las cosas no son tan graves, con el tiempo hasta las aceptas. La tome de la mano, le hable lo más bonito que pude, pues me dan más pendiente sus nervios.

    -Mamá, no te apures. No hacen nada, ni saben que los podemos ver-
    -Pero, están muertos-
    -No lo se, a lo mejor. Cómo sea, no hacen daño, simplemente caminan-
    -Ese doctorcito nos cobró bien caro y nomás vio a los muchachos-
    -Te dije mamá, nadie puede ver a los “rojos”-

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  • El Apocalípsis no fue como lo imaginamos.
    Toda la gente fue convocada a marchar inexorable hacia el abierto confín del mundo bajo el cielo de sangre que envolvió al planeta en cuestión de horas. Había quien lloraba, quien daba cantos de felicidad o quien musitaba oraciones a cada paso entre la muchedumbre. Cada quien enfrentaba el momento como podía pero sacábamos a relucir la locura que dirigió nuestras vidas.
    Entonces reconocí a mi hermano Daniel a unos metros de mí. Dejamos de hablarnos desde la adolescencia. Siempre teníamos un motivo por el cual discutir y pelear. Habíamos dejado que el tiempo nos separara, pero en este momento no dudé en llamarle y, felizmente, pareciera que él tampoco dudó en venir a mí.
    – Ya estuvo, carnal.
    – Sí…
    Seguimos caminando sin decir nada, no sabíamos cómo, jamás supimos manejar momentos sentimentales.
    – ¿Sabes, Quique? Me dieron ganas de pedir una botana por el cel…
    – No manches, ¿a poco crees que hay servicio en un momento como éste?
    – Pues acabo de pedir, me aceptó la tarjeta y me localizó el GPS. Mira, dice que espere 14 minutos mi pedido…
    – ¡Orale, qué chido!
    El fin del mundo bien vale una pizza con mi hermano.

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  • OMAR
    -Es homosexual, tú le gustaste, por eso nos ha regalado las entradas al concierto.
    -Te equivocas, él es fino, muy fino, gracioso y coqueto por naturaleza, es su forma de ser, eso me parece.
    -Tal vez, pero a mí ni me miró.
    -Porque es tú primo, a ti ya te conoce, en cambio a mí es la primera vez que me ve.
    -Mejor que sea la primera y última, no me agradan sus maneras.
    -¿Porque?
    -Tiene fama de raro, no se ha casado, no va a la iglesia, ni tiene actividad económica o profesional fija, no tiene establecido un proyecto de vida.
    -Y, entonces, ¿qué tiene?
    -Demasiada libertad, yo diría; anda a la deriva, a donde los vientos lo llevan, como una nave sin dirección, anclando en los puertos que prefiere.
    -Pero se ve feliz.
    -Ese es el problema, no enfrenta la vida tal cual es.
    -¿Cómo es la vida?, según tú.
    -Cruel y devastadora. Por eso, para combatir los embates del tiempo, hay que ser responsable y disciplinado, uno debe comprometerse, tener una familia, obtener una posición económica y social, ser aceptado y respetado por los demás.
    -Pero…no te negarás a ir al concierto ¿verdad?…
    -Pablo, mi amor, estamos en Cologne, Alemania, de luna de miel, hemos recorrido la ciudad todo el día, debemos aprovechar el tiempo para estar tú y yo solos, hacer la tarea. No quiero ni pensar que pudiéramos encontrar a Omar por allí.
    -¿Qué haremos con los boletos?
    -Rómpelos, guárdalos, has con ellos lo que quieras, pero ahora déjame dormir la siesta, después iremos a cenar. ¿Está bien cariño?
    Diana yace en la cama plácidamente, después de un minuto ronca con la boca abierta. Pablo percibe su aliento fétido, mezcla de salchicha y vino; contempla la descomposición de su rostro con el maquillaje escurrido; por primera vez, observa sus lonjas sin faja. Toma los boletos del concierto y sale a caminar sin rumbo fijo, como autómata; cuando se da cuenta está en el lugar del concierto: “Fire it Up Live” de Joe Coker, que acaba de comenzar, decide entrar.
    Se mezcla con miles de almas entusiasmadas, energía vibrante de alegría; de pronto su existencia adquiere sentido, ya no es un autómata, ahora está rebosante de vida. Camina entre la gente y cada vez se siente mejor.
    -¡Es una experiencia maravillosa!- exclama cuando se topa de frente con Omar.
    Suena el celular de Pablo, es Diana, no le contesta, pero le pide a Omar que se tomen una foto, Omar asiente con su cabeza.
    -Demos la espalda a los demás- ordena Pablo- no quiero más caras que la tuya y la mía.
    Mientras se dan la vuelta Pablo pregunta a Omar:
    -¿Alguna vez te has enamorado?
    -Yo me enamoro de la persona con la que estoy, responde Omar.
    Hay chispas en los ojos de ambos, miran al frente, se oye el click del celular y una luz ilumina sus rostros.

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  • Javier Cuesta
    05/04/2017 7:52 am

    #InstagramShutsDown

    bb1975 Si eres la persona que se hizo conmigo este selfi, por favor contactame #LosCoyotes #Debut. 2931w

    Gio1976 @bb1975 ¡Te encontré! Pensé que no iba a volverte más. Después de que tiraron aquella bengala te perdí en la avalancha. ¡Menos mal que me dio por buscar las fotos del concierto en este hashtag!!!! 2929w

    Joli2000 @bb1975 @Gio1976 Nooooo ¿de verdad sois vosotros??? Jajajajaja #LosCoyotes #Tribute #DaddyCool 1923w

    Joli2000 @bb1975 @Gio1976 @**2037 Mira bebe tus abuelos 963w

    **2037 @Joli2000 @bb1975 @Gio1976 muero de amoooor 963w

    **2037 @bb1975 abuelito tienes que migrar esta cuenta, debes ser la única persona que sigue usando Instagram!!! En tres semanas bajo a la tierra, me paso por la clínica y te enseño cómo ok??? 3w
    Instagram @bb1975 Instagram shuts down, you are advised to backup this account, otherwise it will be lost after two weeks #InstagramShutsDown 3w
    Instagram @bb1975 Account deleted #InstagramShutsDown 1w

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  • Jack Elkyon
    06/04/2017 9:09 am

    Fantasía en el Club de Golf

    –Me dijiste que íbamos a estar solos.
    –Y lo estamos.
    –… Ese murmullo… escucho como a miles de personas caminando a mi alrededor.
    –No hagas caso. La norma aquí es bien clara, a este club de golf solo pueden entrar los socios con sus pagos al día, como yo. Es exclusivo. Está cerrado con paredes de cemento y alambre de púa.
    –¿Por qué no dejan entrar a la gente común?
    –Están los que pueden pagar y los que no. Así se divide el mundo. Tienes suerte, porque yo soy de los que puede darse estos lujos. Vamos, detrás de esa colina está el hoyo 9, un buen lugar, nadie nos verá en esta oscuridad. Sentémonos allí, en el pasto.
    –¿Cuándo se te ocurrió la idea de hacer el amor en un campo de golf?
    –Ha sido mi fantasía desde adolescente. Siempre que vengo a jugar me excito, pero debo disimular frente a los demás… Ahora, déjame desabrocharte el cinturón.
    –No sé, Manuel, siento como si alguien nos estuviera observando.
    –Mírame como estoy Francisco, como un volcán. Tócame, no me puedes dejar así…
    –A lo mejor estoy alucinando. Debe ser por las dos botellas de vino que nos tomamos en el bar… Sí, estás muy duro, cómo no te había visto antes. Pero solo llevamos de pareja unas semanas, así que no puedo juzgar.
    –Te traje a mi club, como muestra de cuánto te quiero. No cualquiera entra a este lugar. Sólo la clase alta de Chile, aquellos con apellidos aristócratas como el mío. Me expuse contigo frente a todos mis amigos. Francisco, por favor, déjame bajarte los pantalones que me estoy muriendo…
    –Está bien, Manuel, lo vamos a hacer para cumplir tu fantasía. Pero que quede en el registro que no me parece apropiado. Antes saquémonos una selfie para demostrarle a mi familia que estuve aquí en el exclusivo Club de Golf de Santiago. No se lo creerían de otra manera.
    –Yo la tomo… ¿cómo salió?
    –¡Mira, Manuel, en la foto aparecen cientos de sombras humanas marchando junto a nosotros!
    –Ignóralos, son las almas de los indigentes que quieren jodernos la noche.

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  • Aquella noche todos sabíamos que nos íbamos a morir, sin embargo, continuamos cantando esas armónicas melodías; cuando el silencio por fin se apoderó del recinto, un hombre de sotana blanca bajo del altar y nos dijo: «podéis ir en paz, la misa ha terminado».

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  • SELFIE

    Aquella noche miles de seres humanos se movìan envueltos en una luz rojiza. Si pudieras ver con los ojos del dron que sobrevolaba aquello, verìas la fuente de esa luz emanando desde un gigantesco escenario desde donde un hombre de impecable traje hablaba a travès de un micròfono urgiendo a todos a avanzar. La marea humana, ya de frente al escenario, se dividìa en dos enormes brazos que pasaban a los lados de la estructura y continuaban hasta un precipicio donde todos se iban arrojando. No habìa llanto, ni gritos, ni personas que se lo pensaran dos veces.
    Un lustro despuès, exploradores de otro planeta encontraban restos del dron y lograban restaurar algunos de los datos que contenìa. Una foto había captado a dos personas que en medio de aquella multitud suicida habían decidido tomarse una selfie. Aquella era la ùnica prueba y ejemplo de aquel evento que se repitiò en cada pueblo y ciudad de la tierra y por medio del cual los seres humanos escaparon para siempre a su propia existencia.

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  • Francisco Arguelles
    08/04/2017 10:20 am

    ¡Qué bien se ven desde aquí! No me costó tanto esfuerzo encontrarlos. Sabía que estarías en primera fila para ver a tu banda favorita, con tu nuevo galán, también de primera. La obscuridad juega con mi precisión pero me ayudas a ubicarlos con el resplandor de tus selfies, que en estos momentos subes a Facebook.

    «Ya no te quiero» a secas me dijiste. Fría y decidida me devolviste el anillo. El mundo se me vino encima. Deshecho por la vergüenza me escondí y refugié entre putas y botellas.

    No te muevas, no lo muevas. Dictadora como eres, aquieta la felicidad para que este amor perdure. Otra selfie. No te le pegues tanto, no reposes la cara en su cuello que la sangre caliente de una cabeza perdida salpica.

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  • Zoyla Moscatel Hepática
    08/04/2017 11:42 pm

    Tres son multitud

    Supe que esa relación sería problemática cuando me percaté que en lugar de ángel de la guarda lo que habían enviado a cuidarme era un ejército completo, altamente entrenado…

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  • La vida fácil

    Alejandro tiene un alma limpia de rencores. Perdonó a su tío Miguel, ese que, desde que él tenía ocho años, se metía a su cama para hacerle cosquillas y jugar sucio. Después de todo, el pobre tío pagó sus culpas cuando lo cacharon en la cama de otro niño y lo metieron al tambo. Dicen que allí lo violaron tantas veces que hasta tirarse un pedo le dolía. ¿Cómo odiar a un tipo que ya pagó? Tampoco odia a sus hermanos, que se juntaban para pegarle porque había salido joto, ni a su mamá que a cada rato le ponía unas madrizas marca tatuaje. No considera injusto que, a los doce, le hayan dicho que dejara de estudiar y se pusiera a trabajar, después de todo, el dinero hacía falta y él no tenía madera para la escuela.

    Es lindo y podría decirse que su atractivo es lo único con lo que la vida le compensó tanta fregadera, pero, a decir verdad, cuando se vive a contracorriente y se crece en un barrio bravo, como en el que le tocó crecer, la belleza no se disfruta. No al menos el tipo de belleza afeminada de Alejandro. Ya sabes: No falta quien se pase de lanza. Por eso no recuerda con horror la noche que lo apañaron unos culeros bien borrachos, lo metieron a una construcción y lo violaron una y otra vez. Tampoco se deprime al recordar cuando, a sus quince recién cumplidos, su papá lo corrió de la casa, por puto. Lo encontró tocándose con un vecino y, antes de desconocerlo, le puso en media calle una tranquiza inolvidable.

    Después hubo que rodar. Ni modo. Deambulando por el rumbo de la antigua central camionera alguien le ofreció 120 pesos por un acostón. Con eso pudo comer. El hambre es canija. Así pasaron los años. Hizo de la renta de ratos una forma de vida. Así se ha ganado el sustento. Hoy es un hombre de más de treinta, atractivo.

    Ayer, lo vi en el concierto. Llegó con un chico mucho más joven que él. Guapo y vivaracho. Creí que era su pariente, pero no, la conoció hace unas semanas en una farmacia. El chavito escapó de su casa, donde lo golpeaban, y no tenía donde pasar la noche. Alejandro le ofreció techo y chamba. Estaba muy emocionado. Me contó que, con sus ahorros, pondría un negocio que su nuevo amigo atendería.

    -No puedo ayudar a muchos- dijo- pero puedo hacer, al menos por uno, lo que nadie hizo por mí.

    Se quedó callado, pensando, luego sonrió y dijo, como hablando consigo mismo:

    -Es que llevar esta vida no es fácil.

    Tomó del hombro a su nuevo amigo, giraron dando la espalda al escenario y, justo cuando las luces se apagaron, la luz del flash en su celular iluminó una selfie que retrataba el inicio de su nueva vida.

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  • «Reglas New Age»

    Los pobrecitos no entendieron la advertencia del vocalista de la banda porque hablaba en otro idioma. Ni sabían bien qué tipo de música era porque alguien les había regalado los boletos y se les hizo divertido asistir. Como todas las agrupaciones vegano-punk-anti-streaming, en sus conciertos estaban prohibidos los videos y las fotografías. Sus creencias no les permitían requisar los dispositivos; confiaban en la buena voluntad de la gente.
    Los periódicos culparon a la homofobia. Pero los fans simplemente cumplieron con los deseos de sus ídolos. Su selfie recibía miles de «likes» mientras sus cuerpos eran descuartizados al ritmo de una música que jamás habían escuchado.

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  • Apocalipsis posmoderna.

    10. Se ha cumplido lo anunciado por los profetas.

    Pensaron que ese sonido provenía de una alarma sísmica, no era así. Ya entre el mar de gente a su alrededor lo entendieron. Se tomaron una selfie, y cerraron los ojos. Tuvieron el mismo deseo, al menos veinte likes antes de que todo acabe.

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  • La reunión de ex-alumnos de la secundaria Ewen, era un éxito. El estadio de Chamberlain estaba a reventar … todos bebían y celebraban, así que, para cuando las votaciones por el rey y la reina de la fiesta le dieron el triunfo a Tommy y a Roy, nadie se percató que la vieja y derrengada Carrie White se deslizaba hacia lo alto… entre una telaraña de poleas y cubos desde donde, de nuevo…comenzó todo otra vez.

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  • La luz roja de la luna nos atraía. Como en un sueño caminábamos al son de su melodía. Eran pocos, demasiado pocos, los que, idiotizados, veían a otro lado. Desentonando la tragedia que nos acompaña desde que nacimos, nuestro terrible destino. Que por más que intentemos olvidar siempre estará allí, cual luna roja en el ocaso de los días.

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  • Ronald G. Hernández Campos
    19/04/2017 11:14 am

    LA FOTO FINAL

    Todo se ha puesto en un rojo sangre. El tiempo ha llegado. Todo el mundo está atento; el espectáculo de lo que será la mostración de todas las revelaciones apocalípticas. Nadie dice nada. Nadie hace nada. No hay tiempo para nada. No hay palabras para expresar lo que se vivirá a continuación: el juicio, lo que llamamos juicio; Juan y Marcos, en una última muestra de amor, se toman un selfie: Juan se vio solo cuando se apagó el flash de su teléfono. Se había cumplido el dichoso arrebatamiento y Marcos lo había abandonado en la confusión…

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  • LÁZARO 4.0
    La bala sale del interior del cráneo, atraviesa a toda velocidad el cementerio y regresa a la boca de la pistola que la escupió días atrás. El orificio de la frente de Adrián empieza a cerrarse. Las células y las neuronas se recomponen. En los pulmones comienza a entrar el aire. La sangre vuelve a circular por sus venas. El corazón late de nuevo. Ahora con más fuerza. Su caja torácica se mueve hacia arriba y hacia abajo. Ni siquiera repara en el olor a podrido y a tierra reseca. Se levanta con dificultad y logra desprenderse del manto de arena y piedras que le cubre. Repara en los cientos de personas que como él comienzan a emerger de la tierra y se ponen a caminar. Coge el móvil del bolsillo. Abre el WhatsApp, se hace un selfie y teclea: Cariño, soy yo, he vuelto.

    Responder
  • LÁZARO 4.0
    La bala sale del interior del cráneo, atraviesa a toda velocidad el cementerio y regresa a la boca de la pistola que la escupió días atrás. El orificio de la frente de Adrián empieza a cerrarse. Las células y las neuronas se recomponen. En los pulmones comienza a entrar el aire. La sangre vuelve a circular por sus venas. El corazón late de nuevo. Ahora con más fuerza. Su caja torácica se mueve hacia arriba y hacia abajo. Ni siquiera repara en el olor a podrido y a tierra reseca. Se levanta con dificultad y logra desprenderse del manto de arena y piedras que le cubre. Repara en los cientos de personas que como él comienzan a emerger de la tierra y se ponen a caminar. Coge el móvil del bolsillo. Abre el WhatsApp, se hace un selfie y teclea: Cariño, soy yo, he vuelto.

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  • Silvina Palmiero
    20/04/2017 3:24 pm

    Hace calor. Hace mucho calor, todo es rojo como el fuego y los alaridos son ensordecedores. Sin embargo, en algo se equivocaba el padre Gervasio: no son gritos de tormento ni de dolor. Se trata más bien de una locura festiva, de una especie de frenesí adolescente. Tal vez el Maligno sí sea, después de todo, una estrella de esa música profana que estaba proscripta en el internado.
    No es que el padre tuviera malas intenciones; pero tanta disciplina, tanta abstinencia y tan absurdas prohibiciones no podían conducir a ningún final feliz. A las férreas ataduras sobrevinieron los escandalosos excesos. ¿Para qué negarlo? Fueron demasiados. Probamos sustancias prohibidas, nos prostituimos por diversión, nos dedicamos a apostar hasta lo que no teníamos, nos rodeamos de malas compañías. Nos creímos los reyes del mundo. Nos metimos con tipos pesados y, en cuanto los hicimos enojar un poco más de la cuenta, no vacilaron en mandarnos a otra vida. A esta.
    En la vereda de enfrente suena música de cámara, la luz es blanca y resplandeciente y reina la paz. Sin duda ahí debe estar nuestro reverendo, tocando el arpa para beneplácito del Altísimo o dirigiendo el coro de los ángeles. Nosotros, en cambio, fuimos conducidos aquí. No está mal por ahora, aunque no sería extraño que, al llegar al lugar adonde parece arrastrarnos esta marea humana, literalmente ardamos en el infierno. ¿Quién sabe? Por lo pronto, vamos a tomarnos una autofoto y enviársela al padre Gervasio. Ojalá que en el Paraíso tengan una buena conexión wi-fi.

    Responder
  • Daniel (humoinvisible)
    20/04/2017 5:06 pm

    Los Lentes

    Juan me odiaba, no podía creer que hubiera olvidado la caja donde pusimos los lentes. Le repetí incansablemente que me disculpara y también le recalqué que en las cuatro horas del viaje tampoco los recordara. Teníamos la esperanza de que los vendieran en la entrada, pero estaba prohibido. Por eso en los boletos que compramos hacía un año estaba resaltado lo de llevar gafas. Yo me sentía avergonzado y estúpido. Juan no paraba de quejarse.

    Nos quedamos allí un rato, callados, viendo como todos se ponían su lentes oscuros y entraban emocionados. Yo me sentía mal por él, qué no había empeñado para comprar esas entradas, y ahora perdernos el espectáculo por culpa de mi descuido. Desesperado, comencé a rogar por todas partes que me vendieran unos. Al menos para Juan, pensaba. Pero fue inútil. Nadie me oyó, todos corrían a buscar un buen lugar. Regresé donde Juan, al verme se sentó de inmediato en el pasto. Parecía que fuera a llorar, pero tenía más rabia que tristeza. Yo me senté a su lado, escondiendo la cabeza.

    En ese preciso momento, que sólo ocurre una vez en la vida, un destello de los dioses me iluminó y se me ocurrió algo. Me puse de pie de un salto y agarré a Juan del brazo arrastrándolo por toda la grama. Presenté los boletos y entramos, Juan, desconcertado, me preguntaba que qué hacía, yo seguí corriendo como un loco pasando por entre las personas.

    Anunciaron que en un minuto empezaría, me detuve con Juan, que estaba enfurecido, se iba a regresar pero de nuevo lo tomé del brazo. El espectáculo arrancó, un bullicio tremendo comenzó a hacer la gente, todos maravillados. Nos pusimos de espaldas mientras sacaba el celular del bolsillo y activaba la cámara frontal.

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  • Todo se pudrió el dia que la célula dejó de dividirse. Se le acabaron los motivos para reproducirse. No tenía gracia, placer, o sentido andar regando copias de si misma. Lo peor vino después, cuando todas siguieron su ejemplo. Todo se pudrió, salvo que ni los hongos pudrieron nada. La libertad era generalizada. Las investigaciones corrían contra el tiempo. Nadie sabia como evitar la catástrofe; ni acción de la luz, ni del clima, ni de aspecto genético surtía efecto. Las células no se dividían. Hasta que uno de estos ensayos de división inducida de células, cobró dimensiones insospechados: la célula dividida a la fuerza comenzó a crecer. Parecía correr por el tubo de ensayo buscando algo. Y claro, que podía estar buscando, mas que su mitad robada. La atención de todo el departamento de la Universidad Federal de Miotoki se concentró en el análisis de esta célula en su tubo de ensayo. La célula se apegó al fin a otra. No era su mitad, advirtió el investigador. Pero a la célula no le importó. Como supondrán no se dividió nuevamente pero si engendró una celulita. La alegría, se generalizó más rápido de lo imaginado, y todas las células andaban felices buscando su mitad para reproducirse. Todo habría, si no vuelto a la normalidad al menos a un nuevo final feliz, de no ser porque los glóbulos rojos decidieron también buscar su media mitad. Ya no dependían de las células madre. Su reproducción fue imparable. Desde entonces no quedan mas que glóbulos rojos buscando medias mitades.

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  • Todo se pudrió el dia que la célula dejó de dividirse. Se le acabaron los motivos para reproducirse. No tenía gracia, placer, o sentido andar regando copias de si misma. Lo peor vino después, cuando todas siguieron su ejemplo. Todo se pudrió, salvo que ni los hongos pudrieron nada. La libertad era generalizada. Las investigaciones corrían contra el tiempo. Nadie sabia como evitar la catástrofe; ni acción de la luz, ni del clima, ni de aspecto genético surtía efecto. Las células no se dividían. Hasta que uno de estos ensayos de división inducida de células, cobró dimensiones insospechados: la célula dividida a la fuerza comenzó a crecer. Parecía correr por el tubo de ensayo buscando algo. Y claro, que podía estar buscando, mas que su mitad robada. La atención de todo el departamento de la Universidad Federal de Miotoki se concentró en el análisis de esta célula en su tubo de ensayo. La célula se apegó al fin a otra. No era su mitad, advirtió el investigador. Pero a la célula no le importó. Como supondrán no se dividió nuevamente pero si engendró una celulita. La alegría, se generalizó más rápido de lo imaginado, y todas las células andaban felices buscando su mitad para reproducirse. Todo habría, si no vuelto a la normalidad al menos a un nuevo final feliz, de no ser porque los glóbulos rojos decidieron también buscar su otra mitad. Ya no dependían de las células madre. Su reproducción fue imparable. Desde entonces no quedan mas que glóbulos rojos buscando sus mitades.

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  • Guillermo Galván Anaya
    25/04/2017 2:21 pm

    -Me parece lo mas pendejo estar esperando el fin del mundo asi, sin hacer nada…
    -¿Lo más pendejo? No lo creo…sonrie y dale like

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  • Niños de carbón
    Descubriéndose perdidos
    violentando hábitos inadaptados
    Teorías abstractas de libros desojados
    Niños desprendidos , agraviados.

    Dante a abierto las puertas del infierno
    Mostrando polvorientos rostros
    Dos afligidos esperan pasar a la historia
    La marcha fúnebre se hace sonar
    Alterando al nuevo clan.

    Niños de carbón olvidados
    Nueva piel, nueva sangre ,nueva humanidad
    Guerra inevitable ,trasmutando al instante
    Flores erróneas de la obscuridad.

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  • CERTAMEN INTERNACIONAL DE SELFIS
    Durante todo el año sólo pensaba en una cosa: el Certamen Internacional de Selfis. Nunca había conseguido, ni siquiera, situarse entre los finalistas. Los 30.000 dólares del premio parecían inalcanzables. Ese año, sin embargo, estaba dispuesto a ganar los laureles.
    Buscó un sitio donde sabía que nadie iría a hacerse un selfi, un lugar donde pocos se atreverían a tomar una foto. Así fue como acabó en Pyongyang el día en que se celebraba el natalicio del fundador de la República Popular y logró hacerse una autofoto de premio.
    Dentro de veinticinco años, cuando cumpla su condena a trabajos forzados, presentará su selfi al certamen. Está seguro que ganará. Si consigue que le devuelvan la cámara.

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  • Dany Román
    28/04/2017 12:28 pm

    El momento esperado llegó, era él climax de la noche, y la gran pantalla se volvió de fuego y llamas virtuales, el rojo intenso parecía el averno la noche del 14 de Marzo, cuando Sympathy for the Devil se escuchó con gran potencia e incendió nuestras almas, teníamos que plasmar ese momento Gerardo y yo, sólo así podremos demostrar que una noche estuvimos juntos en el infierno.

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  • Michel M. Merino
    28/04/2017 3:12 pm

    -El Sol ya viene -indicó Edgar-. Se acabó.
    -Lo sé -respondió Sergio.
    Tras pensarlo unos segundos, Edgar se animó a preguntar:
    -¿Me regalarías una última foto a tu lado?
    -¿Eh? ¿Por qué?
    -No lo sé -admitió-. Supongo que sólo quería pretender que todo estaría bien.
    -…de acuerdo. Hazlo.
    -Sonríe.

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  • –De verdad, no importa el precio, el viaje a Marte lo vale –me dijo Iván con su eterna sonrisa blanca que me molestaba–. Mira aquí estoy con uno de los marcíanos que conocí en uno de los espectáculos al aire libre.
    Me pasó su celular para que viera lo que ya había visto un día anterior: una selfie de él y un total desconocido, rodeados por una multitud pintada de rojo por la luz del atardecer. Le regresé su teléfono y siguió con su perorata:
    –No sé cómo voy a terminar de pagar, pero me alegra haber tomado esas vacaciones en Marte. Fueron las 3 semanas más felices de mi vida. Los paisajes, la comida y los hombres, literal, son de otro mundo –dijo entre risas–. Luego te cuento más detalles, tengo que terminar un reporte y ya son las 7:40.
    Salió de mi oficina caminando como reina de belleza, saludando y mostrándole a todos sus grandes dientes.
    Sentí lástima por él. Todo era falso: el viaje, la foto, sus recuerdos. Todo estaba en su cabeza y no podía decírselo a pesar de que era mi amigo. Lo sé porque me lo explicó un mes antes. Había encontrado una empresa que se dedicaba a borrar recuerdos o generar nuevos. Eso era lo que él necesitaba, me confesó, un cambio en su vida para poder ser feliz, y no podía pagar algo más. Investigó en internet y por 45,000 renminbis el procedimiento parecía seguro: te incrustan un dispositivo del tamaño de un chícharo en el cerebro, a la altura de la nuca, que se encarga de todo el trabajo. Te internan durante 2 o 3 semanas para supervisarte y después montan todo para que los recuerdos parezcan reales. En el caso de él, lo dejaron en el Puerto Espacial América y llenaron su celular de fotos de su viaje a Marte. No debía decírselo a nadie, pero tenía miedo y quería que yo supiera por si le pasaba algo. Al principio me pregunté porque no prefirió generarse otro tipo de recuerdos, pero cuando lo vi presumir las fotos con los demás, me quedó claro: por vanidad.

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  • Efecto Túnel

    A y Z esperaban turno para salir de la oscuridad y conocer el amor. Estaban en el túnel de los futuros enamorados. La entrada era estrecha y al final podían sentir una cálida energía que los cobijaba en su soledad. Todos esperaban, pero la impaciencia gastaba en unos su corazón; y en otros, el roce de sus cuerpos elevaba su temperatura genital. Les habían dicho, antes de entrar, que para enamorarse era requisito ir ligeros de equipaje. No se necesitaba de ninguna pose, sino mostrarse tal como son.

    A y Z coincidieron entre la masa que esperaba abandonarse a la luz de Cupido. Al tocarse sus hombros, empujados por esa marea de solitarios, se miraron a los ojos y su flechazo fue instantáneo. En vez de tomarse de la mano y darse su primer beso, decidieron guardar ese momento para la eternidad y se tomaron una selfie. Violaron las reglas y poco a poco la marea de la soledad los fue empujando hasta el fondo del túnel, para darle prioridad a los que realmente iban desnudos, a los que llevaban como vestimenta solamente una ilusión.

    A y Z vieron la foto y no les convenció la belleza de la imagen. Faltaba algo para que hicieran la pareja perfecta. Una sonrisa más sincera. Una mirada más tierna. Entonces volvieron a tomarse otra selfie, pero el resultado era el mismo. Algo siempre faltaba. No sabían que Cupido los había condenado a intentar amarse así, en la eterna espera y contemplación.

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  • Iván Rivas
    28/04/2017 9:05 pm

    Dicen que los espermatozoides no tenemos inteligencia. Es deducción obvia cuando nuestros retratos muestran una cantidad incontable de cabezas que miran fijamente. Es una imagen donde la sangre de las venas nos rodea e ilumina en negros y rojos brillantes. Parece que avanzamos, nos hacemos menos y las miradas fijas siguen una meta sin final.
    Por una imagen seremos juzgados como seres sin razón pero aquí demuestro lo contrario. A la fórmula de la fuerza la divido entre su raíz cuadrada para obtener un deseo sin esperanza. Y aunque sé que la salida es mi destino, me detengo a contemplarla.

    ***
    Sin saberlo, sus ideas nonatas iluminaron el lugar.

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  • Reencuentro

    Gustavo: Nos conocimos en la primaria José Vasconcelos. Xavier era a toda madre. Desde chavito tenía un gusto musical impecable. Mientras nosotros escuchábamos pedorras canciones infantiles, él podía cantar de memoria y a capela toda la discografía de Bowie, Queen, AC/DC, Prince, Sex Pistols. Estudiamos juntos hasta la prepa. Allí nos hicimos más cercanos. Lo que sé de la música lo aprendí de sus discos. Tenía una colección tremenda de rock en inglés. Nos despedimos hace un par de décadas y no supe más de él. ¿Cómo habría podido imaginar qué, entre tanta gente en el concierto de Paul, justo a mi derecha, iba a encontrarme con su hombro? No cabía de la alegría. Lo saludé con euforia y, en el preciso momento en que las luces rojas iluminaron al público para anunciar la inminente salida de McCartney al escenario, lo obligué a voltear y saqué esta selfie histórica, Xavier, yo y, al fondo, muy lejos y pequeñito, nuestro héroe de Liverpool, arrancándole a su guitarra los primeros acordes del concierto .

    Xavier: Y a éste pendejo ¿De dónde lo conozco?

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