Taller literario

Una situación problemática

Una situación precisa y problemática para escribirla:
Imaginar libremente a tres personajes (A, B y C) y escribir a modo de diálogo teatral, sin acotaciones, una conversación entre los tres, en la que se note, sin decirlo jamás de modo explícito, que

1. A quisiera hablar en privado con B, para pedirle un enorme favor, y se siente incómodo(a) en presencia de C.
2. C está secretamente enamorado(a) de A.
3. B sabe de la posición endeble de A y del enamoramiento de C, pero le divierte prolongar la situación.

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  • TAQUERÍA. 4 am. Entran A y B, discutiendo:

    A: ¿Entonces, sí crees que…?
    B: ¿Tú? Sí. Es posible… no hay tantas que tengan tu perfil.
    A: Y eso qué.
    B: Eso ayuda. Le da variedad al grupo.
    A: Ah.
    B: Mira: no es cosa del otro mundo. Son gente perfectamente normal, si bien ligeramente más atractiva que el promedio.
    A: …
    B: Y de más amplio criterio, también.
    A: Oh. ¿Y tú crees que yo, eh, podría…
    B: Una vez dentro, todo se vale.
    A: Es decir, a lo que me refiero: con otra.
    B: ¡Vaya!
    A: U otras. Yo qué sé.
    B: Válgame.
    A: ¿Sí o no?
    B: Pues sí, sí. Y te digo, la señora M. se muere por una nueva compañera de juegos. Seguro te ayuda.
    A: Puta madre, qué bien suena, ‘señora M’… Supongo que es anónimo.
    B: Algo así. Nos llamamos por nuestra segunda letra del segundo apellido.
    A: Tú serías B.
    B: Y tú A.

    Entra C a la TAQUERÍA. Los saluda con la mano desde la entrada y pasa al mostrador a pedir su orden.

    B: Y ahí C.
    A: Cállate pendejo. Conoce a mi familia.
    B: Uy, qué formal. ¿Segura que estás lista para el grupo?
    A: No jodas.

    C se sienta a la mesa.

    C: Hola, hola.
    B: ¡Qué tal C! ¡Cuánto tiempo!
    C: Eh, ¿c?
    A: Chiste local.
    C: Ah, órale.
    B: ¿Qué coincidencia, no? Todos juntos, de nuevo.
    A: Sí, eh.
    C: Supongo. Oye, venía saliendo del trabajo y pasé por tu casa, y no estabas.
    A: Ah.
    C: Y tu hermana me dijo que habías salido a cenar.
    B: Vaya. Eso le quita un poco de mérito a la coincidencia.
    C: Eh, sí. Oye, ¿te acuerdas de lo que te dije el fin pasado?
    A: ¿Qué? Ah.
    B: ¿Fin pasado?
    C: Pues en el trabajo lo resolvieron. Es decir, si todavía tú quieres.
    B: ¡Oye, A! Lo resolvieron.
    A: No creo que ahora sea el momento.
    B: ¿No oíste, A? Lo resolvieron… Si tú quieres.
    C: Podemos ir afuera. Ven.
    A: Eh… no.
    B: ¿No, A?
    C: …
    A: Digo, no ahorita, mejor en otro momento. Hablamos, en otro momento, digo.
    C: Ah… es sólo que…
    B: ¿Qué?
    C: Pensé que estarías más emocionada. No sé.
    A: Pues sí C, pero no sé que decirte.
    C: ¿C, qué es eso de C? ¿Estás bien?
    B: Es la segunda letra de tu segundo apellido, C.
    A: Cállate. Digo…
    B: Tranquila, A. Eso no te da puntos con el grupo.
    C: Y tú eres B.
    A: ¡No!
    B: Aprende rápido, eh. Quizá deberíamos invitarlo.
    C: ¿Estás bien, A? Si quieres que te diga así…
    B: ¡Qué tierno!
    A: No, no, no…
    C: Yo me cambio el nombre por tí, A. Sólo dime.
    A: ¡YA!
    B: Y tiene iniciativa. Doblemente invitado.
    C: Yo voy a donde tú vayas, A. No me importa.
    B: Bien dicho, C… Ya oíste, A, vámonos todos, pues.

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  • holaaaaaaaaaaaaaaaaa

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  • Rafael, nunca respondí pero este ejercicio tuyo me parece muy bueno.

    María…, hola.

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