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Narcsexpunkpop: Tiempo de alacranes

Tiempo de alacranes

Bernardo Fernández, Tiempo de alacranes.
México, Joaquín Mortiz, 2005.

(Nota: esta reseña fue publicada en La Jornada Semanal. Mientras continúo peleando a brazo partido contra T. H. White, Thomas Malory y Monty Python, va este texto, con un abrazo al amigo Bef.)

He leído en algunos lugares que Tiempo de alacranes, primera novela del narrador y monero Bef (Bernardo Fernández) es un texto político: un análisis del narcotráfico, su violencia, sus colusiones con el poder; una imagen del ahora.
Me alegra que Bef, un viejo practicante y defensor de “subgéneros” desdeñados por su escaso realismo, desde la ciencia ficción hasta los cuentos para niños, comience a ser apreciado por lectores fuera de esos círculos. Pero el riesgo que corre ahora es el de ser leído mal: Tiempo de alacranes no es una novela política, ni una imagen del ahora, ni mucho menos un análisis –o una descripción veraz– del narcotráfico.
La historia es llamativa, trepidante en el mejor sentido del término. Su protagonista es un sicario: Alberto “El Güero” Ramírez, quien al final de su carrera se niega a cometer un asesinato encargado por su jefe narco –desde su celda de cinco estrellas en un penal– y pone en marcha una serie de violencias incomprendidas por quienes las observan desde lejos, en las comandancias de policía o las columnas de los periódicos. Pero nada en el “Güero” ni en quienes lo rodean: ni su habla, ni su caracterización, ni sus acciones, puede considerarse con justicia parte de una representación realista. Todos los personajes abandonan sus estilos coloquiales tarde o temprano, para usar un discurso más uniforme, más cercano al español «neutro» de algunas traducciones españolas, y si bien sus acciones son las “propias” de criminales y corruptos, su moral y sus sentimientos –expresados en parlamentos sentenciosos– son tan estilizados e inverosímiles como los de los comics noir de Frank Miller.
Si a esto se agregan episodios caricaturescos, relaciones improbabilísimas pero espectaculares –enamoramientos instantáneos, súbitas tomas de conciencia–, y varias referencias abiertas a mundos inventados muy ajenos a la “realidad” (uno de los personajes es originario de “Latveria”, un país ficticio proveniente de la historieta Los cuatro fantásticos), se puede entrever, al menos, que la novela es más un ejercicio pop, lúdico, que la transcripción (por lo demás imposible) de una parte de lo real. Decir esto no es negarle belleza, pero la de Tiempo de alacranes no es la de La sombra del caudillo, digamos, sino la de los filmes de Quentin Tarantino o Robert Rodríguez, donde los gangsters siempre tienen el mismo código de honor derivativo, destilado de miles de filmes y comics y libros policiales, y todo lo que rodea a sus combates, hermosamente coreografiados, se difumina y se aleja.
El mismo Bef ha dicho que su libro es más cercano al realismo mágico que al realismo a secas. Yo creo que no le faltan precursores en la literatura “general” más reciente, desde la narca imposible de Arturo Pérez Reverte hasta las caricaturas violentas de Fernando Vallejo. Ninguno de ellos está lejos de los riesgos del sensacionalismo y la «realidad» del espectáculo mediático, que se vuelve un mero objeto de consumo, y más artificial y deshonesto; por otro lado, Tiempo de alacranes puede ser, además de una buena historia, un libro necesario: un homenaje, sin petulancias, a mucho de lo que en verdad es nuestra cultura y no reconocemos, o bien una metáfora de todo lo que no comprendemos (no nos interesa comprender) de la quemazón del tejido social, de la política, de cuanto había servido para apuntalar la idea o la ilusión de México.

16 comentarios. Dejar nuevo

  • ¿Y dónde lo venden?

    He estado buscandolo en algunas librerías y nadie me da razón de él.
    Incluso en «El sótano» me dieron el nombre de otro autor (cuyo nombre no recuerdo).

    Por otro lado, siento que el libro va a tomar un camino muy a la Wonderama y la historia del «Grillo», de BZZZZZZZT!!!, un viejo libro de él mismo… lo cuál me encanta.

    Saludos y felicidades al buen BEF por la obra.

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  • De Bef sólo tengo Cuentos de hadas para conejos. En la única librería de esta ciudad me resulta difícil que tengan ya Tiempo de alacranes. Pero bueno, para eso está el interné.
    Oiga, ¿a qué se refiere con la lucha a brazo partido contra Monty Phyton?

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  • ivan mayo
    12/02/2006 7:14 pm

    mmm recién leí tu anterior bitácora. mm si el blog no es extensión de la máquina de escribir, sí puede serlo de los periódicos impresos, reproducir lo ya publicado, alberto?

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  • Muchos saludos para todos.

    Tchitchikof, lo que me cuentas suena muy desalentador. A lo mejor se puede hallar algo en librosplaneta.com.mx.

    Hola, Ministry. Monty Python es el tema (uno de los temas) de la tesis que me esfuerzo en terminar; a ver qué tal le va…

    Iván, si he entendido bien creo que la respuesta es sí. Algunas personas que podrían interesarse en ciertos textos pueden no llegar a los lugares donde fueron publicados originalmente. No lo hago con todo lo que escribo y siempre procuro que lo publicado tenga su tiempo de difusión por otros medios antes de pasarlo aquí.

    Hasta pronto…

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  • luis vasconcelos
    14/02/2006 6:44 pm

    Imagino que el primero que «leyó mal» la novela debió ser el propio BEF. Recuerdo que en una entrevista que le hizo La Jornada, BEF definía Tiempo de alacranes como «Una aguda visión sobre el narcotráfico». Ahora BEF ya puede corregir y decir que lo malinterpretaron, que su novela es un comic sin monitos…

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  • me recuerda a mi querido y odiado duranyork

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  • Qué tal Alberto:
    Mucho se ha demeritado la irrupción de los géneros literarios, será necesario decir que muchos de los experimentos -como el del buen Bef- se derivan de la mediatización de la literatura. Estos experimentos pueden caer en el lugar común al intentar romper el género sólo por romperlo. Recuerdo el caso de «Generation Mex» de un escritor llamado (¿apodado?) Guadamur, publicado por Moho, en donde todo intento de ruptura de género era un fracaso en la renovación de la literatura. Aunque ahí queda, tuvo el valor de publicarlo.
    Si se puede hacer la comparativa, (dios me perdone) con el caso del Diccionario Jázaro, donde hay una ruptura de los géneros literarios pero con coherencia, sin duda Pavic (Alberto, disculpa, en mi teclado no le salen acentos a las consonantes) hace un tremendo experimento, y su resultado es la renovación de los géneros literarios, aunque sea a través de la muerte de la novela.
    Regresando a Bef, creo que el lenguaje, al ser un sistema, también puede ser refrescado, a partir de su destrucción. Habrá que darle tiempo.
    ¿Sabes si el libro de Bef tiene algo que ver con el A.B.U.R.T.O de Heriberto Yépez? Te lo pregunto por el mero encasillamiento de los géneros, ya que Yépez autonombró a su libro como «narcorrealismo». Pues va.

    Un saludo.

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  • Hola, Luis, Ismael, Óscar.

    Vi la entrevista a la que te refieres, Luis, y me extraña un poco, porque en ningún otro lado he escuchado o leído a Bef decir algo parecido. Pero bueno: aun si lo hubiera dicho, yo tendría que opinar lo que opino sobre ese aspecto de su libro.

    Óscar, estoy de acuerdo contigo. Creo que el hecho de que el libro de Bef y el de H. Yépez hayan salido juntos y con temas afines es una coincidencia. Sobre lo otro que dices, creo que la propuesta de Bef iría más por el lado de armar su historia mediante referencias previas trasladadas a un contexto distinto: narco + pop y no narco + realismo, lo que sería una operación muy distinta, porque el narcotráfico ya es parte de la realidad. Habrá que ver sus libros posteriores, según vayan apareciendo, para que sepamos si este proyecto se continúa o se transforma.

    Muchos saludos.

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  • Ojalá comparta su tesis con nosotros.
    Mientras, seguiré viendo Flying Circus, digo, nomás para entender su tesis. Nada más.

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  • De manera tardía, Alberto, te agradezco que además de escribir este texto y haberlo publicado en la Jornada, ahora lo compartas con los lectores de tu blog. Gracias por tu generosidad.

    Sólo quiero agregar dos cosas: nunca asumí que estaba escribiendo una novela realista, como bien apunta Alberto. En todo caso, hacía una alegoría. De manera jugeutona lo he llamado «realismo mágico en drogas». No tengo la capacidad para hacer una novela realista sobre un contexto que me es tan ajeno y distante. Por otro lado, no he leído la novela de Heriberto Yépez, como tampoco leí nunca «La reina del sur», de Pérez-Reverte, otro autor con el que algunos relacionaron mi libro. Creo que la coincidencia es meramente temática.

    Lo de la «aguda visión del narcotráfico» es de esas frases que se cuelan (y a veces te cuelgan) en las entrevistas. Me daría pena hablar en términos tan arrogantes de mi propio trabajo.

    Saludos y felicidades por la nomincación de blog de la semana. Merecidísima.

    Bef

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  • Gracias, Bef.

    Y un saludo a Ministry; pronto habrá nuevas pitonescas, espero.

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  • Alberto, soy estudiante de ciencias de la comunicación y leí la novela de Bef, siento que es genial. Es de lo más digerible que he encontrado. suerte!!!
    podrías escribirme? me interesan más comentarios sobre otras novelas… te dejo mi correo.
    david franco.

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  • Hola Alberto, oye tu has ido a algun taller de Bef o sabes si da taller?? Le escribi a un correo que tiene en su pagina y no me contesta! Quiero saber si da taller porque tambien escribo su novela es de lo mejor que he leido, gracias!!!

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  • David, pronto te escribo. Un saludo.

    Blind, si no me engaño Bef no da talleres. En todo caso, ¿ya probaste a dejarle mensaje en su tablero de anuncios?

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  • pos yo si que tengo suerte, esta es una de las contadas ocasiones en que estoy orgullosa de la provincia toluqueña donde mandé conseguir en una libreria esa premiada Tiempo de alacranes. Si no mal recuerdo tambien lo vi en la feria del libro. Saludos a Chimal y al buen Bef, yo ando en los inicios de armar un blog comiquero también…

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  • […] Primero, que Bef (Bernardo Fernández) acaba de ganar en la Semana Negra de Gijón el premio Memorial de Cañadas a la mejor primera novela policial, con su Tiempo de alacranes. Un abrazo, Bef. […]

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