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La imaginación en México: Jaque perpetuo

Jaque perpetuo

Gonzalo Lizardo, Jaque perpetuo.
México, Era, 2005.

En los años noventa, daba la impresión de que iba a producirse un cambio interesante en la literatura local. Por primera vez desde principios de siglo, la narrativa mexicana no parecía obsesionada con la «realidad nacional» como valor supremo y algunas novedades (La mano derecha de Pablo Soler Frost, Auliya de Verónica Murguía, La catedral de los ahogados de Ignacio Padilla, La ruta del hielo y la sal de José Luis Zárate, entre muchos otros) lograban ser apreciadas a pesar de tener preocupaciones distintas a las del realismo más rutinario.
La mayoría de esos libros «apostaba por el exotismo», es decir, sus escenarios y personajes no eran mexicanos, y no se interesaban por asuntos de la historia o la política, pero esta tendencia bien visible llevaba aparejada otra, todavía más importante: como muy pocos escritores en las generaciones previas (Emiliano González, por ejemplo, o Jordi García Bergua), esa nueva hornada de autores se interesaba por la imaginación: por ampliar el territorio de lo «natural» o lo «apropiado» en las letras del país mediante invenciones más ricas y variadas que las habituales, nutridas de influencias más amplias, con nuevos alcances. Algunos, como Zárate y Murguía, estaban francamente interesados en subgéneros de lo fantástico, y dieron algunas de las mejores (aunque no siempre fueran reconocidas como tales) historias del fin de siglo mexicano; otros, aun sin inclinarse por vertientes de las consideradas «impropias» según el establishment de la crítica, de todas formas marcaban su distancia respecto de sus precursores inmediatos.
Ahora, al cabo de una década, es triste constatar que las esperanzas de todos esos libros quedaron, en buena medida, sin cumplirse. No es que los autores hayan dejado de producir ni (en la mayoría de los casos, por lo menos) que su calidad haya disminuido. Pero la «apertura» de la percepción general hacia su trabajo no tuvo lugar, y en vez de renovar la narrativa mexicana los escritores que se dieron a conocer en aquellos años quedaron, como algunos de sus mejores precursores, fuera del «canon» ya existente –nuevamente en los márgenes de los excéntricos o de los intolerables–, o integrados, lo quisiesen o no, en la gran tradición, fuera asumiéndose «herederos» de antecesores fuertes (como hizo el grupo del Crack) o dedicándose a las vertientes puestas más de moda por la globalización del mercado editorial en lengua española.
Se siguen escribiendo libros fuera de lo «normal», empeñados en búsquedas personales, pero la mayoría está contagiada del desencanto del comienzo del siglo y de la propia experiencia ya descrita. Un ejemplo de los más interesantes –pues se trata de un libro de gran calidad, sumamente trabajado– es el de Jaque perpetuo, novela en siete cuentos de Gonzalo Lizardo.
En Vacío perfecto, una colección de reseñas de libros inexistentes, Stanislaw Lem describe una novela que vuelve cierta, literalmente, la idea pretenciosa de la novela «total»: escrita con ayuda de una computadora, Gigamesh contiene, en diversas claves, referencias a todo, a toda la cultura y la literatura y el resto de los saberes humanos, y tan densas y abundantes que, a su lado, el Finnegans wake de Joyce parece un cuento infantil. El mismo vértigo que se intuye al leer sobre ese libro, la misma trepidación ante lo inagotable, se siente al leer Jaque perpetuo, que está lejos de la absoluta totalidad pero que mezcla, en una serie de narraciones situadas en diferentes tiempos y lugares, a los mismos personajes, todos provistos de nombres sonoros y llenos de símbolos –Rael Leary, Morelli, Helena, Eva– y todos dedicados a indagar los límites de la percepción y de la existencia. Una obsesión paranoica desemboca en el derrumbe de una identidad; una psicosis revela el tedio terminal del mundo; una ópera perdida sobre Zaratustra se convierte en la clave de una muerte…, y en cada caso, aunque los mismos personajes no lo noten, sus naturalezas y sus preocupaciones se vuelven una suerte de emblema de numerosas referencias literarias, filosóficas, musicales.
El peso de tanta información es intolerable, y en más de una ocasión destruye a los personajes o los fuerza a contemplar el agotamiento final de sus culturas, o de sus vidas, por el exceso de conocimiento. La única opción es la que ellos toman constantemente sin darse cuenta, de la mano de su autor: el olvido de su pasado, el comenzar nuevamente de cero… Sus ires y venires por el tiempo, sin recuerdos aparentes de sus vidas apenas unas páginas antes, dan a pensar en las implicaciones de la «angustia de las influencias» que para Harold Bloom sirve como mito de la caída, del desgaste imparable y constante de occidente. No será posible escapar de ella mientras sigamos existiendo, pero ¿qué significa esto? ¿Se refiere a la existencia de la historia, de la cultura, de la especie?
En todo caso, el hecho de que las aventuras de cada fragmento estén escritas: consignadas, convertidas en memoria, condena a las criaturas de Lizardo. O al menos a nosotros. No es posible escapar del pasado, practicarse la lobotomía, creer que es posible la lectura (la escritura, la existencia) como en el principio, como en el «ardiente amanecer del mundo». Y entonces queda la contemplación, perpleja, de lo que ya está sobre nosotros, o peor todavía, el tedio, esa emoción tan cómoda y tan triste.
La reseña, no muy entusiasta, de un libro que me es cercano (no digo quién la escribió porque no venía firmada) terminaba con estas palabras: «mejora cuando se olvida de su creacionismo (sic) y se pone a contar historias». Un libro, sorpresa, puede tener demasiada imaginación. Creo que, tal como está el grueso de la crítica en México, semejante juicio sumario es un elogio, y creo que también puede hacérsele a Jaque perpetuo: aunque llega a las mismas conclusiones que una generación entera, lo hace con una originalidad que la mayoría de sus contemporáneos no alcanzará nunca.

12 comentarios. Dejar nuevo

  • Felipe Huerta
    12/12/2005 10:43 am

    Hola Alberto :).

    Curiosamente este título de jaque perpetuo, por estar relacionado con el ajedrez,me había llamado la atención como en su momento lo hizo la portada de Amphytrion de Ignacio Padilla y también hace tiempo la lectura de una reseña de la Tabla de Flandes de Pérez-Revérte.

    No he tenido oportunidad de leer el libro pero por lo pronto el título del mismo curiosamente alude a una de las reglas en que terminan en tablas (empate) las partidas. Según recuerdo, las reglas para que una partida termine empatada son: cuando el rey contrario está inmovilizado y siendo la única pieza a mover no puede hacerlo so pena de quedar en jaque (rey ahogado); Cuando por igualdad de fuerzas ambos contendientes pactan las «tablas» (Uno de ellos las ofrece y el otro las acepta); Cuando al quedar el rey contrario como única pieza no puede ser sometido en 50 jugadas; Cuando con las fuerzas propias no es posible dar mate al rey contrario (v.gr. rey y caballo contra rey); Por repetición de jugadas, cuando ya no es posible hacer más que ciertas jugadas que no conducen a nada y por jaque perpetuo como una variante de la anterior, cuando las acciones son tan pocas que uno de los jugadores se dedica a dar jaque(s), siempre los mismo(s) de tal suerte que se traduciría en una repetición perpètua, lo cual de nuevo no conduce a nada si el rey en jaque regresará siempre a la misma posición para ser jaqueado una y otra vez..

    Mi pregunta específica aquí es: ¿el significado de esta regla para el ajedrez tiene algo que ver con algún motivo de alguno de los cuentos.? Es decir ¿se llega en alguno de ellos a una situación repetible «ad infinitum»?

    Gracias…como siempre leyendo con mucho interés tu bitácora electrónica …FHH 😀

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  • Hola, Felipe. Gracias por recordar esas reglas, que de hecho tienen bastante que ver con el sentido del libro como conjunto. (Tendrás que leerlo…, te lo recomiendo.)
    Un abrazo y hasta pronto.

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  • En mi insomnio y mi ocio, encuentro en casual momento, regocijo en baño de letras, de palabras que aplaquen esta obsesiva costumbre de soñar con los ojos abiertos.

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  • Socorro Venegas
    27/12/2005 10:29 pm

    Querido Alberto:
    Coincido con alegría en la admiración por el trabajo de Gonzalo. Otra reseña, menos generosa y quizás menos interesada en comprender Jaque Perpetuo, también se quejaba de algo que consideraba demasiado en la novela de Lizardo: demasiada inteligencia. Sería bueno preguntarnos cuánto es demasiada imaginación, demasiada inteligencia, ¿para quién, para qué estándares?
    Saludos

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  • Creo que es una muy buena obra ya que es de los libros que capturan tu atencion hasta el final; y en cada momento que te detienes de seguirlo leyendo te deja intrigado por saber que mas va a pasar.

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  • ESTOY A LA MITAD DE EL LIBRO JAQUE PERPETUO SOLO QUE SUE CONDENSADO POR EL READER DIGEST. LAS HISTORIAS NOVELEZCAS ME PARECEN MUY REALES POR LA CANTIDAD DE VECES QUE NOMBRAN A LUGARES REALES, Y LLEGO A LA CONCLUSIÒN DE QUE ES BUENO EL AJEDREZ PARA TENER BUENA MEMORIA Y MUCHA INTELIGENCIA. EN EL CAPITULO EN QUE ME ENCUENTRO SE NOMBRA A UN TAN JONH COLL, LE FALTABAN DOS DEDOS Y ACABABA DE MORIR EN LA LUCHA CUANDO LE AVENTARON UNA GRANADA A EL HISPANO COCHE QUE LLEVABA MARIA WEBER. ME GUSTO MUCHO LA PARTICIPACION DE EL HOMBRE DE LOS OJOS AMARILLOS, Y TAMBIEN DE THOMAS.

    LES RECOMIENDO EL LIBRO….

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  • marina carrillo
    20/06/2007 2:00 pm

    hola
    pues yo solo tengo 14 años pero, en un libro de selecciones venia una pequeña pearte de jauqe perpetuo y como nada mas es una pequeña parte de la historia me quede bien intrigada y lo quiero leer todo. me gusto como solo un niño tan pequeño tiene que sufrir tantas cosas, hasta ver la a ellacuando murio quemada, para que al final solo dijera todas sifras y nombres.
    me encanta ese libro lo malo esque no lo he leido todo .

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  • Años y años más tarde vuelvo a esta nota. Un abrazo, Socorro; Rafael y Rogelio, muchos saludos; Marina, espero que encuentres el libro y que cuando lo leas entero lo disfrutes aún más. Suerte.

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  • jose luis fernandez
    01/04/2008 1:08 pm

    hola a todos solo les escribo para preguntarles sobre el libro de jaque perpetuo de selecciones, hace tiempo me lo presto una amiga y lo lei tambien se lo preste a mi mama, a ella le encanto pero tuve que devolver el libro y desde hace tiempo busco la forma de conseguirlo, si alguien sabe de algun lugar o alguna direccion de venta por favor hagamela saber, yo soy de xalapa veracruz. y mi correo es joluferoARROBAhot….com de antemano muchas gracias

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  • José Luis, si no es posible que lo encargues en una librería de Xalapa puedes pedirlo directamente a Ediciones Era: http://www.edicionesera.com.mx. Un saludo.

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  • Hola, un cordial saludo a todos, estoy buscando el libro condensado «jaque perpetuo», pero leyendo los comentarios, veo que hay una confusion entre los participantes, pues el libro que publica selecciones de reader’s digest es otro completamente distinto al del autor mexicano mencionado en el articulo de este blog, en lo personal, debo admitir que no he leido la novela de Gonzalo Lizardo, me hare el proposito de buscarla y leerla.

    En respuesta al comentario de Marina Carrillo, debo decirte que mis amigos y yo leimos el libro condensado a los 17 años, ya hace 10 años de eso, y nos gusto tanto, que haciamos historietas basadas en esta novela ubicada en la europa de los años 40, desgraciadamente extravie el libro y ahora estoy buscando el nombre del autor, lo unico que encontre hasta ahora, es que en 2003 Reino Unido en colaboracion con Francia, hicieron una pelicula para la television llamada Entrusted, puedes leer sobre ella en la siguiente pagina http://www.imdb.es/title/tt0350755/

    Ahora me encuentro en un gran lio, pues quiero recuperar el libro de selecciones y tambien conseguir la pelicula… en fin, ya vere como hago para encontrarlas… Si alguien tiene el nombre del autor del libro condensado, por favor, les agradeceria mucho publicaran su nombre.

    La historia trata de un niño sumamente inteligente, Thomas Weber, hijo de Maria Weber. Maria nunca vivio con él por temor a que lo usaran en su contra para chantajearla, por el contrario lo dejo con una pareja de ancianos que cuidaban del niño, Maria lo veia pocas veces pero lo entreno de tal manera que cuando quisieron secuestrarlo para chantajearla, el niño siempre pudo escapar de los nazis que lo seguian. En su precipitado escape por la alemania nazi el niño se cruza en la vida de David Quatermain quien trata de ayudarlo en su loca huida sin imaginar el lazo tan grande e importante que los unia…

    Muy buena novela, ojala alguien pudiera ayudarme con el nombre del autor…. Gracias 😉

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  • No conozco la novela que mencionas, Gisela. ¿Alguien sí la conoce?
    Saludos…

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