Cuaderno

A salto de mata

[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][Agregado del 4 de diciembre: encontré esta nota excelente, de José Luis Orihuela, sobre Wikileaks]

El caso de Wikileaks, de los secretos que ha revelado de diversos gobiernos y en particular de los Estados Unidos, y de los ataques en su contra (y en contra de su fundador, Julian Assange), tiene muchas consecuencias e implicaciones que se discuten ahora mismo en el mundo. Por lo menos, es claros que la acción de Wikileaks documenta numerosos abusos de los que ya se sospechaba y que se habían mantenido ocultos.
      Yo sólo quiero mencionar una ocurrencia. Assange es perseguido desde hace tiempo y se encuentra oculto: a salto de mata, o su equivalente en una época como la presente. A la vez, el dominio de Wikileaks, wikileaks.org, ha sido atacado también y el sitio fue expulsado por su proveedor de servicios de internet original y por al menos otro más. En este momento se encuentra en línea pero, sin duda, tendrá más dificultades posteriores. Y en el punto donde se encuentran esas dos situaciones hay un tema que ya ha pasado al cine, y probablemente a la literatura también, pero no ha inspirado todavía una gran obra:
      La frase «a salto de mata» sirve todavía y de hecho no sólo puede describir lo que describía hasta fines del siglo XX. Ahora también se puede perder la vida virtual. Para casi todas las personas con acceso a internet, las cuentas de correo electrónico, de redes sociales y demás son objetos gratuitos, desechables; renunciar a una es una molestia y no una tragedia. Aunque casi la totalidad de esas cuentas –en las que descansa nuestra presencia en la red– es mantenida por una gran empresa multinacional, no sólo no se nos cobra sino que, en general, no se nos molesta. No somos Assange: no llamamos la atención, no hacemos circular información importante, no somos un peligro para nadie. Pero ¿y si no fuera así? ¿Qué pasaría si, a causa de un error, un capricho de alguien con poder o cualquier otra razón, una persona común se viera privada definitivamente de su parte virtual?

El asunto no tendría que ser necesariamente (como ha sido hasta ahora) materia de thrillers. En realidad su centro podría no ser la tecnología ni el poder sino la identidad. Borges esbozó un argumento sobre el tema hace casi ochenta años: una conjura que convenciera exitosamente al mundo de que alguien no existe, lo que sería justo la acción contraria de la creación (habitual hoy) de sucesos y personajes apócrifos. Alguien tendría que escribir (bien) sobre esto.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

6 comentarios. Dejar nuevo

  • Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: El caso de Wikileaks, de los secretos que ha revelado de diversos gobiernos y en particular de los Estados Unidos, y de los ataques en su contra (y en contra de su fundador, Julian Assange), tiene muchas consecuencias e impli…..

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  • […] This post was mentioned on Twitter by Alberto Chimal, Alberto Chimal. Alberto Chimal said: Una nota en Las Historias: A salto de mata. http://wp.me/pjEhq-1XX […]

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  • Pareceríamos que estamos en un mundo bipolar y al revés en donde los hechos son intrascendentes, donde el estilo «personal de gobernar» (sí Cosio Villegas) se refleja en los gobiernos y sus acciones no importando las mentiras y la moral doble sino que se saquen sus trapitos corruptos y falsos a la luz pública, al contrario, el pecado original no es lo que se termina criticando sino es su difusión. El cinismo de la doble moral de las embajadas gringas queda subsumido en la «profesionalismo» del periodismo y el derecho de privacidad de las fuentes, no importando que mientan maten o engañen mientras no se rompa el secretito de los gobiernos y sus tranzas. El pecado exculpado mientras no se publique y los traidores castigados, es decir wikileaks.

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  • Sería tan fácil caer en el thriller… Además puede ser una nueva forma del exilio, uno de los temas más concurridos en lahistoriadelaliteraturauniversal. Sería muy kafkiano que un día cierto individuo se levante y descubra que todos sus perfiles en linea ya no existen… Me lleva, eso suena a thriller.

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  • Tristemente así parece, Alejandro.

    Suena, Fernando… 😉 Habrá que ver.

    Saludos a todos.

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  • Esta entrada me ha hecho querer reflexionar sobre la inexistencia…

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