Taller literario

Taller literario: atención

Los personajes tienen, entre otros, este rasgo que los diferencia: no todos se fijan en lo mismo. Considérese este paisaje:

Imagen de Álvaro Carnicero

A la hora de pedir a distintas personas que señalen lo que más le llamó la atención en la foto, es probable que no todas señalen el mismo punto de la imagen. A alguien le interesará la forma particular de las nubes; a alguien más, la pureza del cielo, y a otros el estado del terreno, o la conversación de las dos figuras diminutas al frente, o cualquier otra cosa. La elección dependerá de las preocupaciones de cada persona, de sus intereses, etcétera, y puede llegar a alterar por completo el sentido del conjunto. ¿De qué es esta foto: de un río, de un parque, de una ciudad?
      El ejercicio consiste en imaginar a tres personajes completamente distintos (de cualesquiera edades, sexos, antecedentes) y escribir tres descripciones muy breves de la foto, desde el punto de vista de cada uno de ellos. Las tres, leídas juntas, deben darnos la idea de que estamos viendo la misma imagen, pero deben ser totalmente distintas entre sí.
      (Nota: la imagen fue tomada por el fotógrafo Alvaro Carnicero.)

8 comentarios. Dejar nuevo

  • oh… yo entre a un curso de literatura, por que me encanta escribir, pero.. me aburri por que no era como yo lo esperaba, yo esperaba algo mas como esto, voy a hacer lo de los 3 personajes…

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  • no quiero molestarle, Alberto, pero más allá de las respuestas de siempre, qué opina de Julieta Egurrola de aprovechar la libertad de estar cerca de las autoridades para protestar, y hablo de protestar en cualquiera de los sentidos. Jesusa Rodríguez y Poniatowska podrán adoptar posturas maniqueas, pero toman partido. No quiero molestarle, pero si usted tiene un blog.. Así, sabe usted cuántos y cuántos escritores viven de las becas solventados por los impuestos, artistas e intelectuaes que se hacen presentes a la hroa de las firmas de autógrafos, a la hora de los homenajes, pero nada de, por ejemplo, sacar una pancarta frente a ojos que no miran más allá de sus informes. DE tomar partido, pues. Sí, si, uno puede colaborar ‘cultivando’ a la sociedad, haciendo su trabajo y bien y bla bla, yo ahroa leo Alejandro Almazán y Oscar CAmacho, el nuevo libro suyo (y no encuentro a Stanislaw Lem), Magali Tercero, y Coetzee y me preparo para cuando Antunes llegue y todo eso (¡como si la cultura solo estuviera en los libros y en los talleres literarios!) y si digo todo esto es para que mi opinion no sea desechada por propeje, cegeachero y todos esos caolifictivos. Le escribo desde mi persona, desde haber platicado con Felipe H, por ejemplo, y saber como guarda y cuida muy bien las notas periodisticas dodne aparece, y tambien con otros preocupados sólo en el siguiente libro, en la siguente verdad, en el simposio, en meter el libro al siguiente concurso… perdon, me ofusque, pero estoy impresionado

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  • no sale la foto, así que deberé imaginarla para hacer el ejercicio.
    Gracias.

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  • P1.- Ahí estaba esa ciudad burguesa, llena de gente burguesa y burgueses jardines cortados con presuntuosa precisión. Era un espectáculo deprimente, carente de realidad: El río domado, la naturaleza sometida e incluso el cielo aparecía contaminado de ese soso ambiente aburguesado. No pude entrar siquiera, retome mis pasos y volví a mis bosques.

    P2.- El cielo era de una belleza exultante y sexual: Las nubes se disfrazaban como una caricia bajo un azul cambiante de pálido a profundo, mientras el río que lucía orondo el azul de ese cielo, como quien retiene y saborea el perfume de su amante. La ciudad, los montes y yo, tirado en los verdes prados del jardín, éramos los únicos testigos de este romance, el resto como suele ocurrir, sólo estaban ahí como escenografía.

    P3.- No debería molestarme, pero es un problema que la gente no entienda que cada vez que pisa el pasto lo estropea. Si mi parque está cuidado, es por eso, porque lo cuido. Además, cada pequeño y joven árbol que plantamos, el pasto y todo lo demás, es parte de un proceso de recuperación que ninguno de estos vagos, entiende, ni aprecia. ¡Por Dios! ¿Eso que veo es un hueco en el prado? ¡Me lleva!

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  • A.-
    ¿¿A poco no lo ves!! Está ahi, el de la camisa azul. Sí ese. Que cabrón, pero ya me lo habían dicho que siempre traía a sus «chicas» a ver el río. ¿Si te conté verdad? «Es que la belleza de la montaña, el azul del río y la ciudad completa, no se comparan con lo hermosa que tu eres». ¿Ya ves? Puras pendejadas pero bien que caemos redonditas.

    B.-
    Que bueno que no hay tantas nubes, aunque si queman un poco la foto, se verá hermosa la ciudad. Veinte años esperando volver y solo poder verla desde aquí. Me preguntó si el Javier vivirá todavía con el callejón atrás de la casona. Todavía se ve enorme desde aquí, se ve desteñida la fachada, antes se veía más color ladrillo. Es una pena que estemos tan lejos, no se alcanza a ver la casa de mamá grande. Espero que todavía se acuerde de mí.

    C.-
    Estos son arbolitos los plantamos mis amigos amigos de la escuela y yo. Ya se ven más altos y bien paraditos. Tienen 4 meses y medio. Son naranjos. Espero que te gusten las naranajas abuelito, porque cuando sea grande te llevaré a comer naranjas de mi arbolito. Besos.

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  • Dragón, me alegrará si el ejercicio te sirve (y más si nos compartes el resultado).
    Clar, no sé qué habrá pasado, pero si sigues el enlace que trae la foto (aun si no carga) la verás en su sitio original.
    Ricardo, Yolanda, me parece que las tres alternativas de cada uno están muy bien: felicidades.

    Otro: más allá del tema de esta nota, me parece que la acción de Julieta Egurrola es digna de elogio. También (si de algo te sirve) creo que los políticos han profundizado la crisis de Oaxaca en vez de resolverla, que prácticamente todos los grandes medios están en colusión con una u otra facción de las de ellos y que el Estado mexicano, desde luego, nunca ha atendido como debería los problemas de Oaxaca (mucho más antiguos que Ulises Ruiz y que la APPO).
    No opino sobre tales asuntos en este blog, porque su fin es otro, pero eso no significa que no me interesen. De hecho, he opinado de varias formas y muchas veces en otros sitios; si no se nota es porque no creo necesario repetirlo: sería como presumir del cumplimiento de una obligación ética. Con esto quiero decir que todo el mundo, escritor o no, debería asumir la responsabilidad de informarse y de formar su criterio sobre cuanto lo rodea.
    Esto, por otro lado, no me hace pensar que el tener la oportunidad de publicar me convierta necesariamente en una autoridad en política. Descreo de los «opinólogos» que ahora están tan de moda (en periódicos, en la televisión, en los blogs) y que en muchos casos parecen más interesados en convertirse en celebridades que en iluminar lo que comentan.
    Por cierto: nada de tu comentario me molesta y nada habría que perdonar; ojalá todos nos ofuscáramos así con más frecuencia. Un saludo.

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  • Walter Flores
    04/02/2007 1:00 pm

    P1. Acostado en el verde pasto, recortado al ras del suelo, observo la cúpula del cielo
    donde las nubes blancas se desplazan con tranquilidad. La torre de la iglesia sobresale de
    las casas del pueblo. El espejo del agua de río esta cercado por la verja. Escucho el tañido
    de las campanas. Cierro los ojos y ésta fotografía permanece en mi mente.

    P2. Los árboles recien sembrados, me recuerdan el pino que plantó mi papá. El pueblo esta enmarcado por sus enigmáticos cerros. El río esta custodiado por la alfombra de pasto y el
    pueblo que semeja un nacimiento. Escucho el sonido de las campanas. En el suelo, surge la esperanza de unos pequeños árboles recien sembrados.

    P3. Este es un lugar ideal para descansar, y preguntarse el porque de las cosas. Dos hombres sobre el cesped platican de un pasado que no vovlerá. En una banca , una mujer, sentada, descansa, medita, sobre aquello que solo ella conoce. Con los ojos recorre el
    camino pavimentado que va a lo largo del río. Un hombre se acerca a la mujer y en ese momento, ella despierta del sueño en el que despierta estaba sumergida.

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  • Walter Flores
    04/02/2007 2:11 pm

    Perdón por los horrores.

    P1 Acostado en el pasto recortado al ras del suelo, observo la cúpula del cielo, donde las
    nubes blancas se desplazan con tranquilidad. La torre de la iglesia sobresale de las casas
    del pueblo. El espejo del rio está cercado por una verja. Escucho el tañido de las campanas.
    Cierro los ojos y las imágenes permanece en mi mente.

    P2.Los árboles recien sembrados, me recuerdan el pino que plantó mi papá. El pueblo está enmarcado por sus enigmáticos cerros. El río va custodiado por la alfombra de pasto y el pueblo, que semeja un nacimiento. Escucho el sonido de las campanas. En el suelo surge la esperanza de unos pequeños árboles.

    P3. Éste es un lugar ideal para descansar, y preguntarse el porque de las cosas.
    Dos hombres sobre el pasto platican de un pasado que no volverá. En una banca, una mujer, sentada: descansa, medita, sobre aquello que solo ella conoce. Con los ojos recorre el camino pavimentado que va a lo largo del río. Un hombre se acerca a la mujer y en ese momento, ella vuelve del sueño, en que despierta estaba sumergida.

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