Cuaderno

Retazos del 25 de octubre

 

Se ha perdido una niña

Ésta es la portada de Se ha perdido una niña de Galina Demikina (1982), traducción del original ruso (1977) publicada por la Editorial Progreso de la URSS. Haciendo clic en la imagen se ampliará. Éste es el libro que Roberto regala a Ilse en «Se ha perdido una niña».

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Reviso el texto sobre García Márquez. Su centro va a ser la idea siguiente: aquel cliché de que «la realidad siempre supera a la ficción» (al igual que la versión de G. G. M.: «la realidad siempre rebasa a la imaginación») es de hecho una idea fantástica. No tiene sentido sino como metáfora. La vieja historia del balazo en el pie…, aunque tantas personas repitan y repitan las frases como si fueran prueba de algo.

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Ayer, en Metepec, me dijeron que el extracto de Los esclavos que apareció en la antología Grandes Hits no se lee tan bien como lo que aparece en la novela. Es verdad, dije, porque es una versión previa. Pero luego debí ser sincero y lo seré ahora: esa versión inicial realmente no estaba tan bien. Un año de revisiones y los consejos de varias personas (entre ellas varios amigos, y uno que parecía serlo) median entre ella y lo que apareció en el libro. No es la primera vez que esto me sucede cuando me piden textos para una antología. Tal vez debo dejar por completo de publicar textos tan deprisa: aceptar que a mí me salen más o menos bien con mucha más lentitud de lo habitual (eso sí, los «genios instantáneos» me siguen pareciendo patéticos).

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Ayer, en Metepec, también, tuve mi primera lectura de cuentos en años. ¿Cómo pude dejar pasar tanto tiempo? Puedo decirlo: los escuchas, que llenaron el bar 2 de abril, se la pasaron muy bien, y yo igualmente.
      De verdad, ¿cómo pude dejar pasar tanto tiempo? En parte es que no tenía textos nuevos para presentar… y que Los esclavos no es tan divertido para leer en voz alta (es una novela, después de todo, y las novelas están hechas para leerse en silencio, individualmente). Pero ahora habrá ocasión de retomar aquella buena costumbre.

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Una mala costumbre: hasta el momento, he tenido el gusto de que todas las reseñas totalmente desfavorables que he leído sobre Los esclavos son también a) o despreciativas o malévolas y b) escritas por personas que no entendieron nada: que ignoraron por completo diversos aspectos del libro que otros, incluso para hacer reparos, no pasaron por alto.
      Ahora, me entero, hay un par más de esas reseñas que no he leído aún…, pero como el gusto ya mencionado decrece con el tiempo (tampoco es para tanto), probablemente no las leeré. De todas maneras, una vez publicado el libro ya no pertenece a quien lo hizo, como se dice con frecuencia.

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Esto no es un intento de escribir un diario. Para empezar, no sucederá todos los días, ni mucho menos. Pero tal vez sirva para que esta bitácora se vuelva más flexible. Además, tal vez así quede más clara aquella idea de la cámara de maravillas… Sobre la que habrá más, pero más tarde.

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Fantasmagorie (1908), de Émile Cohl (hallado por Aurelio Asiain):

10 comentarios. Dejar nuevo

  • ¿El blog como diario? ¿Tantos años después? No: una colección de retazos, a la que pueden seguir otras: http://bit.ly/2H5Wev

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  • Felipe Huerta
    26/10/2009 9:46 am

    Pues … A mí me dio gusto leer estas «cápsulas» 🙂

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  • Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com:   Ésta es la portada de Se ha perdido una niña de Galina Demikina (1982), traducción del original ruso (1977) publicada por la Editorial Progreso de la URSS. Haciendo clic en la imagen se ampliará. Éste es el libro que Robert…..

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  • Las malas reseñas que he leído sobre Los esclavos me parecen protocolarias, fáciles y distraídas. Alimentan la visión errónea que reduce la Novela a una Confabulación sexual, cuando, creo (y espero que Alberto esté de acuerdo conmigo) que es la complejidad alegórica (las lecturas adláteres) lo que vuelve la novela en un microuniverso compuesto mayormente de materia negra. Manifestación de realidades concretas pero ocultas.

    Yo no sé si estoy obsesionado con las «otras lecturas», pero algunos puntos podrían darme la razón.

    1) Alberto es un excelente lector de Borges (para muestra, el ensayo clásico de La cámara de Maravillas). Sabe, como yo, que la alegoría, el simbolismo, fue defendido por Borges cuando no se manifestaban como facilidades oníricas de la homosexualidad surrrealista (expuesta con toda su vacua grandilocuencia en la triada maligna García Lorca, Buñuel y Dalí (quienes ahora serán retratados en una producciòn hollywoodense que promete toda la parafernalia de la estupiez norteamericana)). Borges alabó a Verlaine, simbolista homosexual, amante de Rimbaud, y sin embargo logró descrifrar la verdadera naturaleza de la lectura oculta… Borges, según yo, era Homosexual reprimido, o, cuando menos, presa de enorme patologías sicosexuales.

    2) Chimal explota normalmente la alegoría humorística: ¿Qué otra explicación está detrás de Gente del Mundo? Galerías de naciones inexistentes. Para mí, alegoría voluntaria de la ciudad y, quizás involuntariamente, del fenómeno cibernético. Aquí existe una comunidad de Fanàticos del invisible escritor. ¿Què nombre le darìa Chimal a este país?

    3) Chimal quería superar a Bolaño, y alejarse de la nostálgica novelística del Boom, y de toda la facilidad narrativa Corín Tellado de Premios Alfaguara y Planeta.

    4) Chimal olvida otras novelas múltiples, como las que han nacido del falso narcisismo judeo-argentino de Piglia y otros malísimos escritores argentinos. Principalmente, el Bodrio de Ciudad Ausente (para siempre manchada por su involucramiento en un escàndalo editorial). El tono alegórico (la segunda historia… tan propugnada por Piglia en teoría del cuento) es útilizada a mansalva en la novela argenitina de piglia, haciendo cantidad de idioteces que un modesto catálogo textual rebasaría la paciencia de soma y los lectores de Chimal.

    5) El México contemporáneo enfrenta las lecturas de manera Literal. Esto se debe a la tendencia minimalista de nuestros ensayistas quincenales… Zaid es grande, Zaid es enorme, pero hay que decir la verdad: no todos debemos escribir cómo él. Es bueno como el ciclo menstrual: una vez por mes.

    6) México vive en la literalidad. Quizás porque vivió en el misterio, lo oculto y lo simbólico durante tanto tiempo.

    7) Chimal, ahora, nos da más símbolos. Y nos relata la historia de Mundo ante su televisor. Yo creo que Los esclavos anuncian la mejor novela de Chimal, y quizás la consagración futura tan pedida por algunos para la generación de los Setenta.

    8) La metafísica erótica no tiene nada que ver con los esclavos. Es materialismo ideal (si es que se vale este oximoron): la consagración de una visión del nuevo mundo, de la nueva época, de la nueva era, en que todos somos esclavos sin darnos cuenta.

    C. ref.

    http://impreso.milenio.com/node/8621528

    http://pecnoticias.blogspot.com/2009/07/resena-de-los-esclavos-de-alberto.html

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  • Varias cosas suceden en una bitácora así. Maese, no es por darle la razón de manera gratuita, pero muchas veces el lector le da una interpretación completamente distinta al texto.
    Tuve la fortuna de leer «Los esclavos», disfrutarla, como lo que es, obviamente la recomendé y a dos personas se les hizo demasiado densa.
    A mi me encantó, pues al final muchos de nosostros jamás dejamos de ser sometidos y en una extraña paradoja la libertad de dejarse hacer y tolerar ese sometimiento es una libertad suprema.
    Me gustó la novela, y el juego de los tiempos y los personajes. Ya espero la siguiente novela, sea cual fuere el tema que vaya a tratar.
    Un abrazo y un aullido de inmenso respeto y admiración hacia su trabajo, haciaUsted.

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  • Gracias, Felipe.

    Soma, tan me parece que tienes razón que no te puedo decir cuál de tus lecturas me entusiasma más. ¡Van a decir que soy una (otra) vedette! 😉

    Juan, gracias por lo que me dices. Y sí, así pasa, y es el derecho de todos. No es uno monedita de oro, como dice el refrán.

    Saludos…

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  • Creo que a veces buscamos en las bitácoras algo más que las noticias del momento, y me da gusto leerte fuera del personaje. También siento (y defiendo) que los blogs literarios no sólo sirven para dar y difundir la literatura, es para acercarse un poco más al autor.

    No he leído Los Esclavos, pero entiendo lo que dicen arriba. He leído algunas críticas sin fundamento (esas abundan en las aulas de la Facultad), pero me parece que tocas temas muy interesantes, aunque esperaré a leerla.

    Saludos.

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  • Hola, Joaquín. Estoy de acuerdo con lo que dices y me alegra esa lectura que te agrada.
    Espero que te guste el libro cuando lo leas (por supuesto) pero (por supuesto también) serás tú quien lo decida y lo que decidas estará bien. Un poco picado como estoy, sin embargo, me atrevo a decirte esto: en la novela se habla de pornografía (y de otras cosas) pero el libro no es pornográfico; su intención no es espantar a las buenas conciencias de ese modo fácil.

    Saludos…

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  • Tampoco he leído Los esclavos así que me abstengo de opinar, sin embargo sí he leído Temporada de caza para el león negro, del buen Tryno y los comentarios y lecturas alrededor, así como ese artículo de Tierra adentro del Síndrome Golo.
    La cuestión de la literalidad y el segundo cuento que comenta Soma es interesante porque uno debería esperar lecturas no superficiales de libros que sólo en apariencia lo son. Un libro se presta para varias lecturas, para interpretaciones y si a veces no las vemos es porque realizamos lecturas demasiado veloces, nos concentramos en agotar un libro (ya sea para reseñarlo rápido o para pasar al siguiente o porque nuestro afán de leer lo más posible nos orille a eso) y nos olvidamos de disfrutarlo y reconocer su materia oculta y subyacente, todos esos detalles que uno teje alrededor de lo que escribe, que llevan meses de estudios, relaciones y coincidencias, y que sólo muy de pasada aparecen en el texto final.

    Con relación a Se ha perdido una niña, ése fue justo el cuento que más me gustó de Estos son los días, el mejor logrado del libro y por ser el más «verosimil» es también el mas escalofriante. La portada que presentas le da un poco más de sentido y lo vuelve aún más tétrico.
    Saludos desde Pachuca.

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  • Hola, Rafael. Pensando en lo que escribes, no puedo más que conjeturar porque no he leído el artículo de Tierra Adentro. Pero sí, es imprescindible evitar esas lecturas superficiales…

    Sobre el cuento, también es el que más me gusta a mí. Se agradece.
    Saludos…

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