Cuaderno

Porciones del 4 de marzo

Laura García envía desde Chile las siguientes solicitudes de ayuda para las víctimas del terremoto reciente:

La fundación «Un Techo para Chile», habilitó un enlace que permite hacer donaciones a través de tarjeta de crédito de forma sencilla. También se pueden hacer transferencias desde el extranjero en los números de cuenta que allí aparecen. Este es un medio de colaboración seguro y expedito.

Enlace: http://www.untechoparachile.cl/?page_id=999

Las siguientes son otras cuentas y formas seguras y oficiales para colaborar con las víctimas del terremoto que afectó a Chile:

Cuenta Cruz Roja Chilena en Nueva York:
Cuenta corriente Nº 9941973331 Código ABA:021000089

O a través de esta página:
http://chileayuda.com/international-donations/

Se agradecerá toda colaboración, incluyendo la de difundir estos datos.

Daños por los terremotos en Chile. Fuente: La Jornada

* * *

A fines del año pasado respondí varias preguntas de Óscar Alarcón que han aparecido recién como entrevista en el sitio Abartraba. Mis respuestas son opiniones diversas sobre literatura mexicana y otros temas. Varias de las preguntas de Óscar tenían que ver con «El síndrome de Golo», una reseña extensa y desfavorable de mi novela Los esclavos, y de Temporada de caza para el león negro de Tryno Maldonado, publicada por Ignacio Sánchez Prado en un número del año pasado (el 160) de la revista Tierra Adentro.
      Cuando le contesté a Óscar sólo había leído fragmentos de esa reseña. Y luego traté, lo reconozco, de no leer más. Pero ayer, súbitamente, me encontré con otra cita de ella en este ensayo de Gabriel Wolfson (publicado apenas en el número 136 de la revista Crítica). Wolfson desemboca en Metaficciones –un excelente libro de Rafael Toriz– pero busca polemizar con Sánchez Prado respecto del consabido tema de la «generación» de los setenta. No pude evitar leer entera la reseña; me encontré con más del rollo que se ha venido repitiendo sobre el asunto (el texto termina así: «quizá no quede más remedio que esperar diez años y rezar a los dioses laicos del Ateneo que la generación de los ochenta sea la que finalmente renueve la literatura mexicana») y también con este pasaje:

(…) si uno tomara en serio, como postura ideológico-cultural, lo que estas novelas sostienen, estaríamos frente a algo alarmante: una literatura reaccionaria, nihilista en el mejor de los casos, protofascista en el peor. ¿De qué otra manera se podría percibir tanto una novela, la de Chimal, donde la esclavitud sexual parece elevada a estatuto de filosofía literaria, u otra, la de Maldonado, donde el genio incomprendido de Golo se presenta como apología suficiente de su profunda inhumanidad?
      Asimismo, cualquier lector entrenado en un mínimo de teoría de género se da cuenta de que, detrás de las descripciones gráficas de la penetración anal, puede subyacer una ideología profundamente conservadora, donde el valor transgresivo y amoral asignado al deseo homosexual puede interpretarse como una homofobia de facto.

Me alegra que un crítico literario inteligente como Wolfson discuta y cuestione el texto de Sánchez Prado. Como yo no soy crítico literario sólo diré que, para el caso, perfectamente puedo (también) no ser inteligente ni talentoso; puedo estar llamado al fracaso y al olvido y mis libros pueden ser mediocres. Desde luego que sí. Ah, y definitivamente no soy joven: cumplo cuarenta años en pocos meses.
      Pero ni mis textos, ni yo, somos fascistas ni homófobos. Esos son insultos y sobre todo son mentiras.

* * *

Hace muchos años vi una hermosa versión de El maquinista de la General (más propiamente, La General: el título original es ése, The General) de Buster Keaton. La película venía precedida por una introducción, muy afectuosa y entrañable, de Orson Welles, y tenía una banda sonora de piano especialmente compuesta por William P. Perry. Luego presté el video y nunca me lo devolvieron.
      Ahora he vuelto a encontrar esa versión, sin la introducción de Welles pero con intertítulos en español; es la que aparece enseguida. ¿Tienen algo de tiempo? Acompáñenme a ver una gran película.

parte 1

parte 2

* * *

Enlaces varios:
      Tengo una columna en la revista Chilango: «Dimensión desconocida», que este mes trata sobre leyendas urbanas e incluye cómo crear una. Esta entrega se puede leer en línea aquí.
      Aquí hay una reseña de La ciudad imaginada que Joaquín Guillén publicó en Palabras malditas y otra de Los esclavos (ese libro sucio y perverso) en el blog La filia y fobia del Duende Callejero de Agustín Galván.
      Por último, ésta es una entrevista que me hizo Laura García, de quien les hablé arriba (y que escribió, por cierto, esta crónica imprescindible sobre los sismos de Chile).
      Hasta después…

14 comentarios. Dejar nuevo

  • Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Laura García envía desde Chile las siguientes solicitudes de ayuda para las víctimas del terremoto reciente: La fundación “Un Techo para Chile”, habilitó un enlace que permite hacer donaciones a través de tarjeta de crédito d…..

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  • Un pedido de ayuda para Chile; además, malhumor, enlaces y una película hermosa. Todo en Las Historias. http://bit.ly/bzx6uz

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  • RT @albertochimal: Un pedido de ayuda para Chile; además, malhumor, enlaces y una película hermosa. Todo en Las Historias. http://bit.ly/bzx6uz

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  • No es necesario defenderse, Alberto.

    Todo aquel que lee tu novela sabe que no hay ningún tipo de apología a ningún totalitarismo.

    Dejemos que madure la recepción de tu novela.

    Acuérdate de Rulfo.

    ¿Es un guiño al lector la referencia de que escribiste los esclavos con Kubrick de fondo?

    ¿Nos estás diciendo cómo leer la obra?

    O sólo soy yo, y mi clásica distracción en la lectura.

    Los idiotas que leyeron a Rulfo como uno más de la novela revolucionaria son los que ahora te emplazan en el conventículo de la literatura «nihilista» (término mal usado).

    No han leído bien el libro. Pero, bueno, el tiempo es el mejor crítico.

    Desde aquí, dejo constancia de mi opinión:

    Los esclavos debe leerse con cuidado. Es una novela sencilla sólo en apariencia.

    Es muy sofisticada. Lo anterior no significa que no se pueda leer así, en la historia llana.

    Pero la verdadera sal de la novela está en lo que simboliza.

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  • Es increíble el número de páginas que le toma al sr. Ignacio M. Sánchez Prado decir que le ofenden las novelas con penetraciones anales. Ese párrafo donde demanda una peofundidad filosófica para justificar escenas de sexo con dildos es de antología. Menos mal que no entendió el primer apartado de Los Esclavos o nos habría regalado el doble de su insuflada prosita.
    ¿De dónde sale esta gente?

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  • No dejo de pensar que un texto así no deja de decirle al libro: Llámate de otro modo, se otra persona, cambiate la cara, tu no eres el que busco. Pero eso no es problema del libro. En lugar de buscar un nacionalismo creo que sería bueno ver que si no lo hay es por alguna buena razón que me temo, no parecer ir a cambiar pronto. Pero eso no es un problema literario sino político.

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  • Me refiero al texto de Sánchez Prado:D

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  • La crítica analiza desde sus propios elementos para la reflexión y el estudio, en este caso de la obra literaria «Los esclavos». No debemos culpar a este crítico si el tema de las penetraciones anales le resulta doloroso o si le trae recuerdos pocos gratos de su infancia.

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  • Lo más divertido de todo el rollo de el sindrome de golo (¡las libros que comenta comparten todo porque ambos tienen un personaje llamado Golo!… Doh!) es el tipo de respuesta que tuve el articulo en la sección de comentarios del blog del critico.

    ¿Dónde consigo Tierra dentro?
    En X,.
    Ah, gracias.

    Ta tan. 🙂 )

    Como texto paródico está buenísimo, postula la lectura crítica del texto por osmosis. Si hay dos Golos han de ser lo mismo, si escribiste en epocas Conaculta eres conaculto. Si naciste en los 70s pues has de ser identico a los 70s. Si algo hay de malo en tu novela pues toda la literatura mexicana actual esta mal.

    Freud decía algo muy interesanbte: cuando alguien trata de ofenderte te lanza el tipo de frases que herirían al que las lanza. Se puede aprender mucho de quien trata de herirte simplemente viendo cuales son sus mejores puyas.

    Releer el texto con esa perpectva hace que uno sonría aún más. Lol.

    Go Lol.

    z

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  • Hola Alberto, leí la reseña de I. S. P. y su yerro (a mi ver) está en pensar que tu novela (con la de T. M. no me meto, no la he leído) está escrita para escandalizar, desde ahí se construye todo el argumento. Sobra decir que esa es una lectura muy superficial, se queda en la trama: /Uy, habla de masoquismo y porno, cómo si no lo hubiéramos visto ya trescientas veces/, etc, no voy a ahondar. Lo que me gustó, accidentalmente, fue la comparación con Farabeuf (que también leyó, o comenta al menos, superficialmente: «Farabeuf sí es buena porque sí escandalizó»).

    Estilística y anecdóticamente son bien distintas, pero creo que sí están emparentadas, y andan por los mismos niveles. Como creo que ese es el párrafo que dice ól, reviro, apoyándome en él (o sea reviro el «argumento» de ISP, no el de óscar) , que no recuerdo que Elizondo se detuviera en sus descripciones para citar a Bataille, por más que lo tuviera leído por delante y por detrás

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  • Me dieron ganas de releer la novela. Lo que sí vi, fue que era otro Alberto que no conocía. Empresa nada fácil.
    Un abrazo a la obra y al amigo.

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  • Respecto al artículo de «Crítica» hay algo en qué pensar. Dice que «Así, la insistencia en hablar de Chimal (de Maldonado no digo nada porque no sé qué edad tiene) como es critor “joven”, cuando muchos se han referido a lo pernicioso y hasta gracio so que resulta cuadrarse ante los crite rios de edad del FONCA, que establece el fin de la adolescencia en los 34 años.».

    Es importante anotar esto, porque creo que FONCA (y CONACULTA, escritores y lectores) lo estamos confundiendo. Jóvenes creadores es algo mal dicho. Creadores está modificando a jóvenes: «Les perdonamos que echen a perder sus escritos porque son jóvenes». No es así.

    Debería ser, en todo caso, Creadores jóvenes. Un punto donde la creación sea emergente y vaya creciendo: la creación siendo joven. No los jóvenes siendo creadores.

    No sé qué opines respecto a esto, Alberto. Muchas gracias por el link. Un saludo.

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  • Hola a todos. De momento respondo rápido a lo que dice Joaquín:

    Sí, es cierto: pensar de ese modo en los «jóvenes creadores» implica un falseo por ambos lados, porque la edad no es excusa ni tampoco virtud por sí misma: ni modo.
    Saludos y gracias a ti.

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  • adriana rangel
    09/03/2010 9:49 pm

    Los Esclavos me parece buena novela, y no la creo para nada fascista u homófoba. Me parece una mirada pobre y superficial la que proponen, hay que ver más adentro. Menos mal que además de los crìticos estamos los lectores, que, afortunadamente, podemos crear nuestras propias opiniones sin necesidad de alguien que nos diga qué o cómo pensar o interpretar.

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