Cuaderno

Política

En estos meses me tocó repasar la obra de varios autores «raros», habitualmente ignorados o bien leídos de manera condescendiente: esos que terminan siempre etiquetados como excéntricos, discapacitados, enfermos. El trabajo se completó, al menos por ahora, con una conferencia que di en Torreón, hace unos días, sobre Leopoldo María Panero, quien es literalmente un loco visionario: un poeta que, entre otras cosas, reflexiona sobre los padecimientos mentales y ataca de frente las definiciones convencionales de lo normal y lo anormal, la salud y la enfermedad.

Al término de la conferencia hubo preguntas. Una de ellas fue por qué no mencionaba al Panero político, que ha escrito sobre la ETA, por ejemplo, y otros temas de actualidad. Me extrañó que no se hubiera notado, y así lo dije, que todo Panero es a su modo político. Tiene que ver con lo político la forma en que se marginan formas de pensar lejanas de la norma. Tiene que ver con lo político la aceptación, o el rechazo, del principio de autoridad que crea esa norma: que consagra una visión particular del mundo y condena otras. Al oponerse, al menos a una parte de estas reglas convencionales, Panero (como otros) propone formas distintas de escribir, sí, pero sobre todo de leer: más todavía, de leer el mundo, no solamente los libros.
      Lo repito aquí, ahora, por lo siguiente: esas formas distintas de leer, de comprender, nos hacen muchísima falta ahora. No sólo vivimos en una sociedad fracturada sino que nuestra percepción del presente está cerrada sobre sí misma, agotada en las mismas fórmulas y los mismos caminos estrechos. Basta leer en la red o la prensa los testimonios, cada vez más abundantes, de la preocupación: basta ver cuánto se parecen casi todos, y qué poco consiguen. La literatura marginal no va a cambiar el presente, pero la literatura «general», «seria», «canónica», tampoco lo hará: para lo que una y otra podrían servir es, si algo, para articular el pensamiento sobre el presente, y tal vez para encauzarlo más allá de los caminos habituales: para sugerir que hay algo más que la evasión tolerada, la sumisión…
      Entretanto los sucesos no amenazan con superar a la ficción, como se dice. (Repetir la frase, de hecho, resulta cada vez más frecuentemente una forma de rendirse ante lo momentáneo y lo sensacional, y no de iluminar ni de comprender nada.) Los sucesos superan más bien a nuestros pensamientos sobre ellos.

* * *

(Nota. Desde luego, en general estamos acostumbrados a entender lo político como lo dictan los políticos: como la «agenda» del día, los temas del noticiero, la tarea de quien escribe como un camino que sólo puede y debe llevar a la interlocución directa con el poder formal. Es una postura cómoda para todos: para quienes detentan ese poder, porque sugiere que su campo de acción nos está vedado a todos los demás, y para nosotros porque nos «libra» de cualquier responsabilidad en ese terreno: nos permite creer que la política es siempre ajena, algo que se nos hace, y que podemos ignorarla. En promedio, ni siquiera nos hemos dado cuenta de que los poderes fácticos no son los mismos que hace cien años…)

19 comentarios. Dejar nuevo

  • Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: En estos meses me tocó repasar la obra de varios autores “raros”, habitualmente ignorados o bien leídos de manera condescendiente: esos que terminan siempre etiquetados como excéntricos, discapacitados, enfermos. El tr……

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  • […] This post was mentioned on Twitter by Alberto Chimal, Círculo Lectura Roma. Círculo Lectura Roma said: Política: En estos meses me tocó repasar la obra de varios autores “raros”, habitualmente ignorados o bien leído… http://bit.ly/fwVIDr […]

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  • Finalmente su postura política sirve para nada (como tampoco servirá la de todos nosotros), sin embargo, lo que sí importa es su obra, su tono poético, la genialidad con que «ensucia» símbolos, su sinceridad para mofarse de imperios y desmarcarse de la clase intelectual, política y social.
    Saludos

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  • No estoy de acuerdo Raúl… Toda acción humana tiene una postura política… Incluso en el sólo momento de pensar la acción, de desear hacer. ¿Cómo podría no servir para nada la postura? Entonces, las palabras, las acciones, todo producto intelectual y de hecho simplemente no serían. Lo que emana del humano es efecto de su modo de ver, de sentir y de vivir a y con los otros, por eso asumimos una postura y ésta tiñe irreversiblemente nuestra voz y nuestra mirada. Esa postura por tener relación con el entorno y la acción directa e indirecta de los otros y de uno mismo, es política. Incluso quienes desean aislar sus palabras de alguna postura, toman una y no pueden evitar tener repercusiones en la lectura o la escucha de los otros. Y qué bueno que es así, pero qué lamentable que queramos, siquiera, creer que podemos mantenernos al margen o ¡que debiéramos! No, al contrario, aceptemos jubilosos y difundamos entre los otros, sobre todo los más jóvenes, que podemos asumir una postura política y que nuestro campo de acción es mayor de lo que nos quieren hacer creer quienes desean conservar el poder.

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  • Lola

    Me equivoqué. Puede que sirva para algo la postura política (aunque no sé a ciencia cierta para qué).
    Lo que quise decir es que no me interesa en absoluto la postura política de Panero, la de Chimal y la tuya. Me interesa su literatura y nada más.
    Saludos

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  • Pues los dos tienen razón y a la vez, no la tienen. Es verdad que el hombre no puede escapar de las acciones políticas y menos aún al crear una obra, somos animales politicos a fin de cuentas. Pero eso no significa que debamos tener una «postura» y mucho menos tomar una «acción», Lola me parece sumamente entusiasta y eso es peligroso si se añaden palabras como: juventud, difundir, defender…

    Un escritor que «pretende» crear obra con fines «politicos» o aún peor, «cambiar el mundo», se convierte en un panfletario. Mejor que hagan buena literatura y el debate que de ahí surge nos será de utilidad a sus lectores en las cantinas, dónde tampoco vamos a cambiar el mundo, pero al menos podemos tener tema de conversación mientras nos emborrachamos 😛

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  • lo más fácil del mundo es creerse más allá del bien y del mal y celebrar la literatura por puro esnobismo sin entender que ésta es, entre otras cosas, también política; mejor leer un poco antes de exhibirse en público de tal modo: http://dl.dropbox.com/u/9195323/it%20is%20as%20a%20writer-blanchot.pdf

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  • En los términos más llanos: es imposible una literatura que sin la postura política que nombra Lola (cómo ella misma dice) siga explorando todas sus posibilidades. Ignorar dicha postura, que preferiría llamar perspectiva, equivale a negarnos parte de esa literatura; en términos visuales, seria negarnos a ver la pintura completa, quedarnos en un solo nivel.
    Para que existan escritores ambiciosos, como Panero (ambicioso en el mejor sentido) también deben existir lectores de esa misma naturaleza.

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  • Davidisapair
    18/12/2010 12:39 am

    Esta discusión me recuerda a Habermas en el «discurso de modernidad» donde debate con los posmodernos precisamente que al estar centrados en la estética, llamese en este caso literatura, se habían olvidado del sentido político y ético que conlleva la modernidad como proyecto inconcluso, sin hundirme en el debate modernidad-posmodernidad aunque no lo puedo evadir del todo, recordemos que como lo dice el autor pero parafraseando a Habermas, la política es la construcción de acuerdos mediante el dialogo para la con-vivencia, de ahí que todo acuerdo en una relación de dos sujetos conlleve una decisión ética sobre uno mismo frente al otro pero también estética… O podemos llevar la discusión en sentido nietzcheniano entre lo apolineo y lo dionisiaco; sobre la creación de la cultura y aun ahí veríamos una estrecha relación de lo estético con lo político.

    Personalmente me interesa mochuelo este tipo de debates. Saludos

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  • Yo concuerdo con Moon Rider. No creo que debamos tomar una «postura» y menos tomar una «acción». De hecho creo que nadie «debería» hacer nunca nada a partir de una «postura». La pasada versión de esta discusión cité a Gombrowicz, que no tengo a la mano en este momento, pero que venía a decir que lo peor que podía hacer un escritor para con su obra era tomar una «postura». Concuerdo con mucho con esa afirmación y por lo mismo esa es más o menos mi postura política. Creo que Panero (o al menos la lectura que hace Alberto de Panero, si es que no es lo mismo) mostraba también eso.

    Y por mi lectura del comentario de Paul, asumo que está hablando de lo mismo, con todo y que leer su novela hace todo excepto ser un llamado a la inactividad o a quedarse sin tomar partido. Parece una contradicción pero en el fondo, creo, es todo lo contrario.

    Por último, quisiera decirle a Sergio que todos estamos para exhibirnos en público, porque no esperamos descalificaciones personales que en realidad no contribuyen a la discusión, que es la razón por la que nos exhibimos, para discutir.

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  • lópez villamar, habría que mirar la cita de gombriwicz que tienes en mente; ferdydurke, sin embargo, es también un texto político y en tanto literatura es una acción. sin importar mucho lo que creamos, decir es hacer y esta afirmación se potencia en literatura–mira «confesión, género literario» de zambrano. también independientemente de nuestras creencias, toda acción implica lo que llamas postura: una perspectiva, un conocimiento, una convicción–pero también un capricho sobre el mundo. quizá no debería decir todo esto porque pareces intuirlo al escribir que la de paul sólo «parece» una contradicción. en eso estamos de acuerdo.

    entre las palabras que a mí diriges creo ver un llamado a la mesura: no corresponde a mi comentario, furioso contra el esnobismo. si es verdad que todos nos exhibimos (¡y voluntariamente!), no es menos cierto que conviene hacerlo competentemente. y la liga al texto de blanchot no daña a nadie. precisamente blanchot: un hombre que en su ficción parece hermético, incompatible con cualquier causa política. esta incompatibilidad es política. no podemos decir que nos interesa la literatura de blanchot pero no su sustento político. o podemos, claro, sólo que en tal caso estaría hablando nuestro esnobismo, nuestra estupidez o nuestra ignorancia. por último: esnobismo, estupidez e ignorancia no son insultos; todos somos susceptibles de experimentar tales condiciones.

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  • Sergio, me gusta la última parte de tu comentario porque puedo entonces decir con toda confianza que tu postura me parece la más snob de todas. Todo lo citas desde el punto de vista lector (que analiza, que critica un texto), lo cual esta chido.

    Pero la postura es individual, si tu ves posturas aquí y allá, son tuyas, no metas al pobre autor ni a otros lectores en eso. Porque si de posturas hablamos, entonces la literatura ha hecho mucho más mal a la humanidad que bien, precisamente por lectores (con poder) con posturas sobre textos mal interpretados. Ejemplos: la Biblia, Nietzsche, Marx, Bretón, Julius Evola, etc…

    Sí, siempre existe un trasfondo político en toda creación, pero de eso a que el autor y lector deba tomar partido, postura, acción, etc, hay una gran diferencia. A fin de cuentas el escritor escribe y el político hace politica. No se pueden ejercer ambas a la vez, el ejemplo esta en el más reciente premio nobel 😛

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  • Davidisapair
    18/12/2010 11:09 am

    No estoy de acuerdo contigo Moon Rider, porque si el político hace política y el escritor escribe entonces regresamos a un punto en donde el artista solo hace arte «ingenuamente» como cuando Sócrates interroga al artista acerca de su saber y los deja en ridículo por no saber en que consiste su propio saber… Que el político haga política supone concebir la política exlclusiva de los gobernadores no del ciudadano, pero no solo eso, supone también quitarle a cada humano lo «dado por Zeus» a todos, no solo a los artistas, el artista, como el científico tendría que estar consiente que su creación no es una entelequia, todo el romanticismo desde Schiller a Goethe entre otros; muestran como el escritor tiene un ideal, toda la tradición de la bildungsroman es muestra de ello, y ejemplos mas cercanos son el surrealismo y el dadaísmo, son palpables posiciones políticas, éticas, y estéticas frente al mundo en el que se encuentran en su momento histórico.

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  • Baruch Gutierrez
    18/12/2010 1:55 pm

    hola q interesante demostracion de integridad, entre lo q es las letras y lo q al pueblo nos atañe esto q suen muy democratico, pero q tiene cero d social, poco de union, y menos d accion reflexion y positividad hoy en dia, como muestra en varios estados ya del país.

    Sobre loq somos con asunto politico, es muy cierto, sólo se opina d loq los otos hablan, d lo q se difunde por medios tales y cuales, no hay mas participacion alguna real, nos quedamos sin muchos unicos personajes en este año, q d sus saberes incluia este, el d la participacion, expresion y la simple opinion, q d sus vidas no por anda pero culturales, remarcaban los intereses humanos y sociales, lastima q ellos y bueno q ya se fueron, pero nos dejaron lo q fueron, la muestra lo simple del acto d leer entener y compartirm, por eso a favro d lo q somos más q robot cuidadanos apoliticos d palabras y accionistas de la causa real, si gustan injusta o indeseada pero lo somos, con este silencio mundano, desesperante, como caotico, d un hasta cuando, ya lograremos la realidad nuestra, no la d ellos por nosotros en supuesto.

    q agrada tu propuesta tan personal y especial dsd las redes sociales y con ese dato d referente con los otros personajes del mundo como d la historia, felicidades y sigo en contacto y al tanto. feliz fin 2010. dsd morelia y mi sede la condoneria.

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  • Dijiste en el taller que avisáramos dónde se podían conseguir nuestros libros. Quería decir que Neftis Amonet y otros relatos se puede conseguir aquí. Perdón si lo pongo por acá…

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  • Yo de nuez.
    Como expuse en mi segundo comentario, me aventuré al decir que las posturas políticas no ayudan en nada. Y cuando digo «las posturas» no sólo hablo de un escritor, sino de toda la gente. Puede que a ustedes sí les ayuden o cuando menos les apasionen. Tal vez sirvan para algo, aunque insisto, yo sigo creyendo que la postura política -la que tenga- de Sergio -por ejemplo- no me sirve para nada. No influye en mi vida, ni en lo que leo, ni daña mi familia. No me baja el salario, ni lo aumenta. Y no es ignorancia una confesión de ese tipo. No me interesa y punto.
    No concuerdo con Lola, quien afirma que toda acción humana tiene una postura política. Nadar en el mar no obedece a una posición (y creo que nadar en el mar es una acción casi casi estética). Tampoco lo tiene cortarse el cabello o masturbarse.
    ¿Que toda obra artística tiene una postura? Carajo, eso nos lo enseñan desde la preparatoria y nadie lo refuta. Lo único que estoy diciendo que a mí, Paul Medrano, no me interesan esas posturas incluidas en las obras que sean. ¿Que sin una postura política sólo veré la mitad de la obra? No se preocupen por eso. Total, el arte es como el alcohol: uno sabrá si lo toma solo o combinado.
    Respeto la actitud política de Sergio (y la de todos ustedes) y creo que él sabrá respetar que su posición ni me va ni me viene.
    Saludos

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  • Antes de comentar el tema del título, debo decir que soy un gran admirador de la obra de Panero. Por ejemplo, del libro «El lugar del hijo», que es de los pocos libros de terror genuinamente inquietantes que conozco.

    Sobre el tema de la política, dado que esta es todo lo relativo a lo civil (y en tiempos presentes más bien es todo lo relativo a todas las sociedades humanas y un poco a las sociedades no humanas) es lógico que las obras de genuinos artistas tengan también un significado político y que no siempre concuerda con la postura del propio artista.

    Pero es que hablar de política no es tan sencillo como apoyar X o Y partido ni es tener opiniones definitivas sobre cosas triviales como la forma de vestir o el entretenimiento. Es más bien qué concepto tenemos de la sociedad y como creemos que funciona o debería funcionar el mundo, por ejemplo.

    Sobre los demás comentarios puestos hasta ahora, yo diría que el problema es irse a los extremos: los actos civiles de un artista son independientes de la calidad de su obra, pero ésta (la obra) no surge de la nada. Que podamos apreciar, digamos, los méritos visuales de la película «El triunfo de la voluntad» no significa que no sea propaganda. Igualmente, el que sea propaganda fascista no implica que no tenga valor estético. El truco, por así decirlo, es distinguir entre la belleza de una obra y lo que significa en su contexto sociohistórico (que no es su único significado, claro).

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  • Davidisapair
    23/12/2010 10:25 am

    Creo que de cierta manera si, no solo los artistas sino todos ya somos así, pensamos que podemos vivir sin una postura política ( en el sentido griego, donde la política eran el dialogo entre los ciudadanos para buscar formas de con-vivencia, de vivir con el otro, que ya es mucho hoy en día), vivir con una postura política no significa tener un proyecto político ( no significa que somos de tal o cual partido o que somos socialistas o nazistas o fascistas) mas bien es esto, lo que se intenta hacer con cada comentario, discutir, buscar no necesariamente el consenso sobre la obra de Panero, sino precisamente solo dialogar y buscar el disenso, en la política siempre esta el «otro», y cuando el otro ya nos interesa, cuando lo que dice no nos hace dudar un poco de lo que pensamos, donde el otro queda eliminado por un valemadrismo, donde el otro puede hablar pero me nos vale lo que diga; entonces si, somos todos apolíticos, y salvese quien pueda.

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  • Efectivamente. Concuerdo con Davidisapair. la anterior respuesta de Paul, me dejó desconcertada. Entiendo bien que no se quiera o no se pueda o no se acepte la postura del otro o de los otros. Qué bueno. Pero de ahí a creer que eso es no tomar postura, es empañar los critales a propósito me parece. Como dice el anterior interlocutor, la discursió ya existente en este foro es prueba de que asumismos algunas postura, la que sea, gracias a la discusión con los otros para entender, explicar, ponerse de acuerdo, responder, hacer balance, etc. Y eso precisamente es de celebrarse en los humanos, nuestra capacidad para tomar perspectiva e interactuar verbalmente con los otros, aunque no estén presentes, pero alienten la discusión y el poder compartir, como ocurre aquí, las ideas y hasta la emociones que genera nuestro propio ser político. También me asusta o lo haría, llegar a pensar que podemos ser, como lo comentaba Davidisapair, insensibles, incapaces, desinteresados, seres dopados y dormido: apolíticos. De ser así, estaríamos perdidos, sería ya ser zombie ante la realidad y el mundo compartido con los otros.Y sí, conviene, entonces hablar de los jóvenes y que eso no de miedo. Hablar de política, asumir una postura, interesarse en la opinión del otro y generar discusión es algo a buscar precisamente entre lo más jóvenes, pues ocurre que la falsa política, el tipo de política enseñada y experimentada y nombrada por nuestra élite política, es la que inyecta una ola de rechazo a todo lo que tenga «tintes políticos», pero eso es otra cosa. La verdadera naturaleza política, nuestro responder y tomar postura, tomar perspectiva, es parte de nototros como humanos, pero la práctica de los falsos, de quienes detentan el poder (cualquiera que éste sea) y buscan que no discutamos, que no sepamos y tomemos desiciones y seamos críticos ha hecho que muchos jóvenes desprecien «lo político», sin darse cuenta que es algo unido a nosotros, pero otros lo han manipulado y vuelto en contra de nuestra voluntad de opinar y pensar.
    Celebro que en las opiniones vertidas aquí, se demuestre que cada uno asume alguna postura y puede ampliarla y puede compartirla; que cada uno es un ser político. Y qué bueno que a veces no se esté de acuerdo con el otro ni se intente asumir la postura del otro o imponerla, porque esa es la libertad y el enriquecimiento del ejercicio de discusión que, por lo visto aquí, reaparecen fortalecidos.

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