Taller literario

Objetos preciosos

La siguiente es la propuesta de un juego creativo. Tiene su origen en una anécdota real: un día, en una tienda de baratijas y objetos de adorno encontré tantos que me parecieron horribles que comencé a tomarles fotos. He aquí al primero de los peores:

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"Escultura de vidrio diseño ojo"
La etiqueta dice: "Escultura de vidrio diseño ojo"

Y aquí esta otro:

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"Alce tamaño real"
"Alce tamaño real"

Y he aquí otro más:

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Candelero ángel
"Candelero ángel"

La parte más interesante de la creación de personajes es imaginar a individuos que no se nos parecen: no sólo de aspecto diferente, sino que piensan distinto, que tienen diferentes convicciones y diferentes gustos. La propuesta es imaginar y escribir tres biografías brevísimas: cada una debe ser la de un personaje para quien uno de los objetos mostrados arriba sea la más preciada posesión (es decir, un personaje por objeto, y cada personaje debe preferir un solo objeto). Los interesados pueden (como siempre) dejar sus biografías imaginadas en la sección de comentarios de esta nota.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

5 comentarios. Dejar nuevo

  • Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: La siguiente es la propuesta de un juego creativo. Tiene su origen en una anécdota real: un día, en una tienda de baratijas y objetos de adorno encontré tantos que me parecieron horribles que comencé a tomarles fotos. He aquí…..

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  • Más que biografías me ha salido un relato, pero cada personaje elige el regalo de acuerdo a sus ideas, su forma de ser o sus pretensiones. Espero que os guste.

    Regalos de boda

    Era verdad que yo le había prometido irme a Suecia con ella y con el niño en cuanto saliese libre, pero el frío nunca me ha gustado y la Feli, que llenaba hasta la bandera el salón del restaurante español de su hermana con sus tortillas de patatas y su bacalao al ajo arriero, se empeñaba en quedarse. Que allí se ganaba bien la vida, que encontraba buenas guarderías para el niño, que yo podría empezar de nuevo, sin malas compañías… Mientras tanto mi juicio por tráfico de coca se iba retrasando y retrasando -aunque al final sólo me cayeron seis meses- y la abogada que me buscó Don Roberto, una mujer de quitar el hipo, se encaprichó conmigo. ¡Qué le iba a hacer uno!

    Faltaba una semana para mi boda con Irene cuando me llegó el regalo de Feli, un alce de peluche, de tamaño real –un ojo de la cara tuvo que costarle el envío-, que me recordó las cartas en las que me decía que, cuando por fin estuviera con ellos, iríamos los tres –ella, el niño y yo- de excursión a los bosques del norte a ver los alces, unos bichos todavía más grandes que los venados de la finca de don Roberto que vienen a cazar esos políticos tan finos a los que yo les vendía la coca los fines de semana. Me puse un poco tristón, pero pensé que a Feli no le faltarían pretendientes, ella es guapa y siempre le gustaron los rubios, no sé cómo acabó liándose conmigo.

    Tres días después me llegó el regalo de la madre, un ojo de cristal, enorme, parecido al que dibujan en los catecismos dentro de un triángulo. Ella nunca había visto bien que Feli se enamorara de mí, pero desde que nació el niño se empeñó en que teníamos que casarnos. Como Dios manda, decía. Si la mujer quería asustarme, no lo logró. No digo yo que no haya un Dios que lo vea todo, pero entonces también vería que yo a Feli no le convenía, que siempre había sido demasiado buena chica para mí, y que tampoco iba a ser un buen ejemplo para el Quico. Además, yo nunca he querido casarme, con Irene era distinto, porque ella ya se había casado dos veces y porque, como su último marido había sido ministro, ya teníamos vendidas tres exclusivas, La abogada Irene Quintero se casa con traficante rehabilitado, decían que iban a titularlas.

    El regalo del padre me llegó un día antes de la boda. Un ángel arrodillado, de pasta oscura, con las alas y la cara plateadas, que sostiene un candelabro. Igualito que los dos que tienen colocados en la tumba del abuelo. Esto era otra cosa. El tío Francisco es más bruto que un arado, escopetas no le faltan, que trabaja de guarda en la finca de Don Roberto, y la Feli siempre ha sido su ojito derecho. Fue el empujoncito que me faltaba. Le mandé un SMS a Irene, anulé la cita del programa de Ana Rosa, la del Diez Minutos y la del Semana y con el dinero que me prestó Don Roberto sin rechistar me compré un vuelo directo para Oslo.

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  • Uf, donde dice Oslo tiene que decir Estocolmo…

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  • Muchas gracias por animarte, Elisa; creo que el texto se sostiene bastante bien entrelazando las historias. Saludos…

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  • Tres veces tres

    Silvia Pinal, Luis Buñuel y Gabriel Figueroa, el trío dinámico. Trabajaron junto en tres filmes producidos por Gustavo Alatriste, Viridiana, El Ángel extermindador y Simón del desierto. Cada uno como parte del mismo triángulo. Silvia, la superficie, la línea, la forma. Buñuel, la naturaleza del triángulo, el extremo, el ángulo. Figueroa, lo externo, la conjunción de los otros dos, el vértice.

    La Santa. Silvia Pinal

    Viridiana llegó a la vida de la Pinal después del éxito en Cannes de la película homónima. La segunda de sus hijas, la única que procreó con Alatriste. Viridiana le dio reconocimiento internacional y una reputación que la misma actriz se encargaría de destruir más adelante, con películas de bajo presupuesto. Esto sucedió, después de que terminara su relación marital con el productor de su trilogía buñueleana.

    Buñuel tomó el nombre para la película de una imagen religiosa. Pinal lo tomó para su hija del film. Cuando Silvia se enteró que el nombre provenía de una imagen religiosa, se encargó que Alatriste le comprara a cualquier precio una reproducción en madera de la santa. De esa forma consiguió tener las tres Viridianas (la hija, la película y la costosa reliquia).

    Silvia perdió a su retoño drásticamente. Lo trascendental de la película dejó de interesarle, pues está más ocupada con proyectos más lucrativos. La única Viridana que le queda es la de madera, como trofeo de lo que pudo obtener, no tanto por belleza, sino por inteligencia.

    El Ojo. Luis Buñuel

    En sus años de estudiante, cuando aún era amigo de Dalí, Buñuel recibió en manos de éste, la primer escultura que realizara el genio del pincel. La escultura fue el resultado del proceso de producción del cortometraje “Un perro andaluz”. En ese film es seccionado un ojo, Dalí entonces sabedor del talento de su amigo, lo representa con un ojo.

    Años más tarde, Buñuel fue traicionado por su entrañable amigo y tiene que pedir asilo en México al ser expulsado de Estados Unidos, a donde había llegado del exilio franquista. Mientras llegan los primeros proyectos de cine, Buñuel pasa por apuros económicos y se ve obligado a subastar la costosa escultura. Paradójicamente esa situación la había provocado Dalí al acusarlo de comunista y era el mismo Dalí (a través de la obra de arte) que lo salvaba de la crisis.

    Desde el momento que Buñuel tuvo disponible el dinero, sintió que ni esa cantidad, ni lo que pudiera ganar en toda su vida, le darían la oportunidad de recobrar El ojo. Nunca se lo perdonó.

    El Cordero. Gabriel Figueroa

    El maestro Gabriel Figueroa trabajó en muchos otros filmes con Luis Buñuel, ya sin la presencia de la diva. Figueroa, hombre espiritual, rescató al cordero que se usó en la trilogía y que Buñuel pretendía servir como cena al final del rodaje de la última de las tres películas. So pena de velar los negativos de Simón del Desierto, Figueroa consiguió el indulto del animal.

    No es que fuera vegetariano o sufriera por el maltrato a los animales, sino que el simbolismo religioso que el cordero había representado en los tres materiales audiovisuales, habían hecho que el fotógrafo no lo viera con fines gastronómicos. Figueroa se sentía bendecido por la presencia de esa blanca criatura.

    Para asegurar que el tiempo no le arrebatara ese místico amuleto, don Gabriel visitó al taxidermista que se encargaba de los toros de aquellas corridas en La México, en que asistían, Lara, La Felix y la crema y nata de la sociedad mexicana.

    Coincidencia o no, Figueroa trabajó con los directores más importantes de su época, en una de las carreras más prolíficas y longevas de la fotografía mexicana.

    Nota: Aunque los personajes son reales y algunos hechos son reales, debe considerarse este texto como ficción.

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