Cuaderno

La estatura humana

1.
En la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara arrancó la publicación en Hispanoamérica de «Canción de hielo y fuego» (A Song of Ice and Fire), la serie de novelas de fantasía heroica del escritor estadounidense George R. R. Martin. Los libros habían sido publicados en España, desde 2002, por Gigamesh, una editorial pequeña y especializada en ciencia ficción y fantasía que no era capaz de producir ni distribuir grandes tirajes en dos continentes; Random House Mondadori le ganó los derechos y en su puesto de la FIL ya se veían grandes alteros del primer volumen de la serie, Juego de tronos, así como anuncios de las cuatro entregas posteriores que ya existen, y que aparecerán de aquí a fines de 2012.

Juego de tronos (A Game of Thrones) se publicó originalmente en 1996: era una más entre las incontables derivaciones de los libros de J. R. R. Tolkien que llenan los estantes de la fantasy en inglés, y, aunque se destacó en ese mercado estrecho, durante más de diez años no interesó a nadie más allá de él. La situación cambió, por supuesto, en 2011, con el lanzamiento de la serie de televisión Game of Thrones, basada en los libros y transmitida por HBO: su éxito convirtió a «Canción de hielo y fuego» en un bestseller mundial que ha recibido numerosos elogios.

2.
Los libros, hay que decirlo pronto, probablemente no son memorables: su redacción es eficaz pero su estilo ínfimo, sin ninguna aspiración más allá de ser transparente y no estorbar la lectura más o menos superficial. Abundan los arcaísmos, lo que es una característica del subgénero desde el mismo Tolkien y la copiosa invención verbal de El señor de los anillos, pero Martin ni siquiera intenta dar la impresión de que inventa lenguas y culturas igual de trabajadas que las de su maestro, y en cambio interrumpe con frecuencia la elaboración fantástica con recursos del realismo convencional de las novelas «de aeropuerto», desde los nombres anglosajones contemporáneos que da a varios personajes –Robert, Ned, Jon, Brandon, etcétera– hasta sus descripciones vulgares del sexo y la violencia.

Las varias tramas entrelazadas, referidas desde los puntos de vista de medio centenar de personajes diferentes, tienen elementos habituales de la fantasía heroica, como un escenario inventado con base en la Europa medieval, luchas políticas y militares, individuos en busca del poder o la supervivencia al mismo tiempo que grandes acontecimientos tienen lugar a su alrededor y los rebasan. Pero los capítulos deben más a las series de televisión que a cualquier otra influencia: cada uno está dedicado a un personaje diferente, incluye una vuelta de tuerca o una dificultad agregada a la historia del mismo y remata en el comienzo de una nueva acción que no concluye: en cambio, el lector encuentra un cliffhanger, pensado para mantenerlo «enganchado» mientras pasa de un personaje a otro. Muchas veces, además, los remates de los capítulos resultan ser deliberadamente engañosos.

El hecho de que el mundo de «Canción de hielo y fuego» sea brutal –asesinatos, violaciones, incesto, abuso de menores– y desolador en su dimensión humana –ningún personaje está a salvo de accidentes, muerte repentina, traiciones, o conflictos insalvables con individuos, burocracias o poderes fácticos– aleja a los libros del tono mítico (trivial a estas alturas) de otras series parecidas, y también les da una atmósfera de desolación y angustia más parecida a la de series como Breaking Bad o American Horror Story que a la de otras obras etiquetadas como fantasy. Sin embargo, porque todo en las historias se sacrifica a esta experiencia de avanzar a la fuerza, siempre a la espera de una conclusión que no llega nunca, la experiencia de la lectura es frustrante y la relectura insatisfactoria: estos son libros para consumo rápido, fácil, imposible (o inútil) de repetir.

3.
Los elogios a «Canción de hielo y fuego» suelen ser los lugares comunes habituales: la saga de Martin «atrapa al lector», es «única», «original» y «sin precedentes», resulta «más realista» que sus precursores (nadie repara en que estos términos acaban implicando varias contradicciones), es «más humana» o «emocionante». Que muchas personas crean y repitan lo que dice la publicidad sin cuestionarlo no es sorprendente: la súbita admiración de una gran cantidad de lectores de ocasión por el más nuevo producto de moda se ha visto miles de veces desde el siglo XIX aunque no recordemos (o precisamente porque no recordamos) todos los libros que capturaron al lector o no tuvieron precedentes antes de los de Stephenie Meyer, J. K. Rowling, Stieg Larsson o el propio Martin.

Lo más interesante es que a veces, entre las frases hechas, aparece una idea muy llamativa: los libros gustan también por esa atmósfera angustiosa que mencioné y porque sus conflictos, en general, son estrictamente humanos aunque ocurran en un mundo fantástico: salvo algunos atisbos muy espaciados entre sí, el mundo de «Canción de hielo y fuego» no contiene ningún elemento sobrenatural, y en esto se acerca a otras obras recientes que han sido populares por reducir («aterrizar») personajes o historias de resonancias míticas, desde la serie de comics Guerra Civil de Mark Millar y Steve McNiven –que coloca a superhéroes como el Capitán América o el Hombre Araña en una trama política con ecos de la paranoia y la manipulación del régimen de George W. Bush– hasta Homero, Ilíada de Alessandro Baricco –que suprime las apariciones de los dioses en la guerra de Troya–; parte del ánimo actual de la cultura popular de occidente parece ser esta desconfianza ante el mito y este interés por ver reflejada la mera impotencia: la ausencia de salida y a la vez de sentido, de la mera vida común en el siglo XXI, sujeta a numerosos poderes y desprovista incluso de las esperanzas de la ficción.

4.
Hasta donde va la saga de Martin, yo rescataría, tal vez, dos angustias particulares: dos personajes que se elevan sobre todos los demás en complejidad y humanidad y que resultan atrayentes como algo más que elementos intercambiables de una trama. Son la princesa Arya, una niña que presencia el horror que la guerra implica incluso en un mundo inventado, y cuya mentalidad podría ser la de una víctima de las guerras actuales, y el enano Tyrion, a quien su aspecto monstruoso mueve a la reflexión y la comprensión de los otros pero resulta condenado, por esa misma deformidad, al desprecio general; ambos podrían ser personajes emblemáticos de este tiempo.

18 comentarios. Dejar nuevo

  • Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: 1. En la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara arrancó la publicación en Hispanoamérica de “Canción de hielo y fuego” (A Song of Ice and Fire), la serie de novelas de fantasía heroica del escritor estad……

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  • El lobo es una animal salvaje. Así, la emoción, es salvaje también.

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  • Hola, Alberto, interesante reseña. Hasta ahora el enano es uno de los mejores personajes de la historia, creo. ¿Para cuándo una sobre «Los juegos del hambre»? Un lector de los libros de Martin (yo voy apenas en el volumen uno) me dice que Arya nunca es una princesa. Sería infanta, en todo caso. Saludos.

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    • Hola, Manuel. Gracias. La verdad no creo que escriba sobre esa otra serie. No he leído los libros y lo que he oído de ellos no suena muy interesante. Que leyera la serie de Martin fue un azar… y los libros me interesaron por sus diferencias respecto de la fantasy convencional. Saludos…

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  • Hola, siempre es un placer leerte. ¿Entonces tus mayores descontentos con Canción de hielo y fuego son su lenguaje y su similitud con algunas convenciones de los seriales de tv? Honestamente yo formo parte de ese grupo que vio la serie y de inmediato fue en busca de libro de «moda», pero más allá de pensarla como lectura trivial, para mí ha sido una gran experiencia de exploración e imaginación (cierto es que los elementos sobrenaturales aparecen a cuentagotas, pero poco a poco se incrementan; la magia regresa a ese mundo paulatinamente). Considero, eso sí, que lo mejor es ver la obra en sus justas dimensiones, ni las exaltaciones desde el mainstream, ni el objeto de críticas que la tunden por carecer de mayor valor literario. En fin, de los cuatro libros leídos, ¿cuál fue el que más te agradó?

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    • Leí ya todos. Y no te puedo decir que me haya gustado uno en especial porque no son independientes: están muy entrelazados. Algunas historias me gustan; algunos momentos de algunos personajes.

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  • Mateo Martínez
    30/04/2012 9:27 am

    Excelente reseña y reflexión. De hecho creo que has logrado dibujar lo que muchos pensamos de manera dispersa e inconexa sobre la obra. En realidad creo que habría que leerla además desde la perspectiva actual de la crisis mundial. Su exito revela el desengaño por el que atraviesa la civilización moderna: volver la vista a un pasado medieval de barbarie para «actualizar» y volver digerible la barbarie actual en un mundo donde ya no queda ninguna esperanza ni en los mitos – como bien dices. Al final, la literatura terminó también subordinándose a la TV como industria cultural. Lo que cuenta es mantener al ganado apacible y resignado. Despues de todo, siempre las cosas fueron así de brutales. Inclusive hasta en mundos que no existen. Pura ideología.

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  • La única razón por la que puedo decir que he disfrutado los libros (acabo de terminar el tercero), es por esa búsqueda insaciable de literatura «similar» a la de Tolkien o LeGuin (en el caso de Terramar). Es como decía una jonkie a un escritor en la película «Las invasiones bárbaras»: la primera vez es la mejor, disfrútala, es ésta la que tratamos de alcanzar cada que nos drogamos de nuevo (palabras más palabras menos). A pesar de que nunca he probado la droga entiendo perfectamente la sensación. Después de haber viajado a la Tierra Media y a Terramar, uno disfruta aunque sea un poco los libros como «Canción de hielo y fuego», y es duro tener que conformarse con ellos, burdos remedos de aquellas joyas. Saludos.

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  • […] R. Martin concedió a un diario australiano. Martin, estadounidense, es por supuesto el creador de “Canción de hielo y fuego”, la serie de novelas en las que se basa la serie televisiva Game of Thrones. Las palabras de Martin […]

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  • No creo estar de acuerdo con este articulo, ya que3 la saga se basa en los lasos familiares.

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  • Gerardo Aguilar Mata
    13/06/2013 5:41 pm

    Respetando el criterio de todos y no siendo un escritor ni mucho menos un critico, (leo por el placer de leer, de que el o los libros me «tomen») esta es una serie de libros que ha logrado lo que a mi me gusta, igual la serie de television, muchos saludos

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  • efectivamente esta saga no se compara con la obra de tolkien pero hombre que duro le has tirado! el mundo de «Cancion de hielo y fuego» tiene cosas muy interesantes que no vas a encontra en la saga de» el señor de los anillos» por ejemplo las cualidades humanas de los personajes que en unos capitulos pueden ser unos heroes y en otros completos idiotas, muchos personajes malos se hacen mas malos y otros cambian su actitud para bien, casi todos tienen intereses distintos e individuales donde pocas veces encontramos actitudes altruistas.

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  • Te concedo absolutamente la razón si lo que esperas es mas encontrarte con Blancanieves que con Theon Greyjoy. Me parece que no entender ese rasgo de la vida donde nadie es totalmente bueno, ni totalmente malo, podría ser perjudicial como forma de ver el mundo. todos somos buenos y malos en muchos momentos de nuestras vidas (Cosa que por cierto, es lo que mas se reclama a la literatura de Tolkien a quien tanto mencionas). Ojalá entendieras que la fantasía y la magia es un recurso, no un personaje principal, donde los personajes están metidos en una situación política que es el real nudo de la historia. Finalmente, el tema moral (taaaan apegado al: que bueno es x personaje, uy! que malo es este) es veneno puro según tu opinión. violenta? llena de sexo? pervertida?… uy! seguro que son de sentimientos tan humanos, que deberían ser expuestos a la mirada publica eternamente.

    Tear Down the wall! (seguro lo entiendes pero para quien no, invito a buscar la escena de el juicio en la pelicula «the wall» (the trial, pink floyd))

    saludos

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    • No te vayas a ofender: relee el texto. Si te fijas, lo que me disgusta de Martin es el estilo y la estructura, que son aspectos independientes de la trama y del mundo de las novelas. En cuanto a las lecciones de vida que amablemente me ofreces, las aprendí hace mucho tiempo. 😉

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