Cuaderno

De Wu Ming

En el sitio de Wu Ming (el autor colectivo de 54, que formó parte del también colectivo Luther Blissett) viene una declaración de los derechos y deberes del narrador que propone, entre otras, la idea siguiente:

El narrador tiene el deber de no confundir la fabulación, su misión principal, con un exceso de autobiografismo obsesivo y de ostentación narcisista. La renuncia a estas actitudes permite salvar la autenticidad del momento, permite al narrador tener una vida que vivir antes que un personaje a interpretar por coacción.

Es fácil preguntar si esto es posible en la red, en la que la máscara (muchas veces) es todo lo que existe. Pero ¿qué opinan ustedes?

12 comentarios. Dejar nuevo

  • Y, si uno, además de escribir la historia la protagoniza, mucho no se preocupa, o le importa el lector. No comparte la historia.

    Es posible en la red. Uno, finalmente, es siempre uno mismo. Con un lápiz o un teclado.
    La diferencia es que en la red el contacto con el lector es directo y casi inmediato. O al menos eso se supone. Y esto resulta muy tentador para quien quiere ser atendido.

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  • No sé. Creo que depende de la técnica que mejor le funcione al escritor; si el usarse como un personaje da pie a algo no sólo egocéntrico sino valioso de alguna forma pues adelante. Ese modo tiene una dificultad importante en varios aspectos como la que apunta el texto: no entrometer la vanidad personal a la del libro. Pero no por que sea dificil debe huírsele o «prohibirse». A mi me gusta lo que hizo Sebald: es alguien como yo, pero no soy yo (hehe).

    PD: Yo le creí todo a Blas Cubas.
    pd2: Quedó bonito el diseño, aunque sigue muy blanco.

    Saludos Alberto

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  • Creo que por el momento no voy a decir nada más; me gustaría ver si este tema da para discutir un poco. 🙂

    PD. Fernando, a don Cubas hay que creerle todo. 😉

    PPD. Veremos qué tal le va a esta plantilla, que me gusta pero no es del todo lo que quiero. Espero que al menos sea legible por el momento.

    Muchos saludos a todos…

    [Revisión del sábado 28: hubo que volver a la plantilla anterior por un par de problemillas con el código.]

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  • No creo que se refieran a si el autor usa su propia experiencia o no para fabular, sino, justamente, a lo obsesivo y narcisista. Si el autor no puede ver más allá de su propio ombligo, difícilmente logrará una comunicación con nadie, incluído el lector, y pior lo tanto dfícilmente valdrá la pena leerlo. Pero ¿cuánto no se lee sólo porque lo escribió X, y no se vale decir que X escribió algo mal, o que de plano te da flojera? En ese sentido, el lector tendría también una serie de derechos y obligaciones, complementarias, no tanto en el ámbito de la lectura como en el momento de compartirla y formar parte de una sociedad. Que, volviendo a Wu Ming, es, creo, el tenor de la declaración: el narrador como ciudadano. No se mete, pues, con la técnica para narrar, sino con la técnica para vender.

    Saludos, se me fue el concurso de Julio, esperamos el que sigue 😀

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  • sobre la red, tengo un post en tintero… podría aprovechar estos dias para darle forma

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  • ¿Y la autobiografía fabulada? (ok, ok, me salí por la tangente…) A ver, le voy a cranear… es interesante.

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  • Muy interesante la cuestión planteada.

    Cito a Stephen Vizinczey, con quien comparto la idea (sobre todo el segundo párrafo, creo que se centra en el asunto planteado).

    La cita es de su libro Verdad y mentiras en la literatura, del primer texto, que es el prólogo y fue titulado «Los diez mandamientos de un escritor»:

    4. No serás vanidoso

    La mayor parte de los libros malos lo son porque sus autores están ocupados en tratar de justificarse a sí mismos. Si un autor vanidoso es alcohólico, el personaje de su libro descrito con mayor simpatía será un alcohólico. Este tipo de asunto es muy aburrido para los extraños. Si crees ser sabio, racional, bueno, una bendición para el sexo opuesto, una víctima de las circunstancias, no te conoces a ti mismo lo suficiente para escribir.

    Dejé de tomarme en serio a la edad de veintisiete años y desde entonces me he considerado sencillamente materia prima. Me utilizo del mismo modo que se utiliza a sí mismo un actor: todos mis personajes –hombres y mujeres, buenos y malos– están hechos de mí mismo más la observación».

    Creo que los textos -autobiográficos o no- son buenos según estén escritos, no según la «fuente» de la que nacieron, la vieja cuestión del lenguaje ¿fondo y forma?, etc.

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  • Hola Alberto (ya vi que saliste, junto con Raquel, en la portada de La Jornada de hoy)
    Creo que el autor debe considerar que está al servicio de la historia que está contando (si son necesarios los datos autobiográficos o las opiniones personales eso lo determinará el texto mismo), y como autor debe saber que en ocasiones será necesario «desaparecer» tras ella.
    Sobre internet, y en especial los blogs, pienso que en general todos son escritos por personajes, o máscaras pues, que al final terminan diciendo sobre el verdadero autor más de lo que este se había propuesto. Sin embargo, y parafraseando a Paz: yo no daría la vida por mi vida, es otra mi verdadera historia.
    saludos.

    pd.- mala suerte la mía, pensaba regresar al taller en agosto y veo que estará cerrado hasta enero próximo… snif, snif. Ya habrá oportunidad.

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  • Chin, ¿ahora como escribo si trato de seguir el consejo? Definitivamente debo intentarlo.

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  • No estoy del todo de acuerdo. Sinceramente creo que la calidad de un texto está ligada al talento y al trabajo que se ha vertido ahí, y no a los criterios morales o políticamente correctos. Tenemos demasiadas ideas políticamente correctas como aquellas que preconciben que la vanidad es mala, cuando la creación en si, es la expresión de uno mismo y en general los grandes creadores son muy seguros de sí mismos, cuando no vanidosos (con sus grandes excepciones claro está).

    Por otro lado, creo que una intensa mirada a uno mismo y el reflejo de esta mirada en un escrito, puede dar resultados muy buenos; no veo por que limitar esa fase creativa: me imagino a Van Gogh o a Picasso negándose a hacer autorretratos.

    En general, no creo en las obligaciones creativas: en todo caso un narrador está obligado a narrar; si es bueno o no, lo dirá quién sepa suficiente de narrativa como para juzgar su técnica y si gusta o no lo determinará cada individuo que lo lea.

    Un saludo a todos y un abrazo para el buen Alberto 🙂

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  • {Saludos a todos… Sigo leyendo; gracias por comentar. Rod, espero que nos veamos pronto.}

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  • guadalupe
    07/08/2007 7:22 pm

    En un blog que contenía textos eróticos escritos por mujeres me llamó la atención una definición que daba un lector de uno de los textos: «Pornografía sentimental» ¿Será de eso de lo que se les acusa a quienes escriben fragmentos de su vida?

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