Concurso

Concurso #59 y Concurso #60 (doble especial de aniversario)

Para celebrar su aniversario número seis, esta bitácora convoca a un concurso doble, con premios especiales: los ganadores de una y otra versión del concurso recibirán un paquete de libros proporcionados por la Dirección de Literatura de la UNAM. Cualquier persona interesada puede participar en cualquiera de los dos concursos, o en ambos, con tantos textos como desee.
      He aquí las explicaciones e instrucciones:

CONCURSO 59
Éste se llevará a cabo del modo habitual, a partir de la siguiente foto:

[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»]
Concurso 59. Clic para ampliar

Las instrucciones:
1) Suponer que esta imagen ilustra una historia.
2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, qué momento se anuncia, por qué, quiénes están allí, qué hacen.
3) Escribir la historia, en forma de cuento brevísimo (minificción), en los comentarios de esta misma nota.

La fecha límite para proponer textos es el 28 de octubre.

* * *

CONCURSO 60
Éste, en cambio, se llevará a cabo exclusivamente el día 29 de octubre, de las 0:00 horas a las 23:59, hora del centro de México, por medio de Twitter (es decir, para participar es necesario tener una cuenta de este servicio gratuito).

En este caso se partirá de esta otra foto:

Las instrucciones empiezan igual que siempre:
1) Suponer que esta imagen ilustra una historia.
2) Imaginar cuál es esa historia: qué está pasando allí, qué momento se anuncia, por qué, quiénes están allí, qué hacen.

…pero difieren en esto:
3) La historia debe escribirse en Twitter y, para que se reconozca, marcarse con la etiqueta (hashtag) #LH60. Esto significa que no podrá tener más de 134 caracteres de extensión, considerando la restricción de longitud de las notas de Twitter.

El día 29, las historias que se etiqueten así podrán irse leyendo desde este enlace.

Los textos ganadores serán seleccionados considerando la opinión de quienes decidan opinar.

Quedan invitados. Muchas gracias a todos los lectores que se asoman (y que hasta vuelven) a esta bitácora.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

87 comentarios. Dejar nuevo

  • Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Para celebrar su aniversario número seis, esta bitácora convoca a un concurso doble, con premios especiales: los ganadores de una y otra versión del concurso recibirán un paquete de libros.       He aquí las explicaciones e i…..

    Responder
  • […] This post was mentioned on Twitter by Alberto Chimal and Dulce Villaseñor, Círculo Lectura Roma. Círculo Lectura Roma said: Concurso #59 y Concurso #60 (doble especial de aniversario): Para celebrar el sexto aniversario de esta bitácora, … http://bit.ly/bYsP6b […]

    Responder
  • Soledad voluntaria.

    Allá se ven todos muy contentos, festejando otro aniversario, muy felices y radiantes, ¡mira nomás como brillan las luces del jolgorio!, pero ¡no!, ni así me convencerán, ni por eso pienso darme de alta en twitter, mejor leer a Salazar Mallén.

    Responder
  • Adolfo Gonzalez
    05/10/2010 3:24 pm

    Querida Biblio,me parece muy interesante la imagen del primer concurso ya estoy pensado una mini historia, del segundo aúnque la imagen sugiere muchisimas ideas la limitacion de caracteres del cibertiliche ese no me provoca mucho que digamos………mejor no le entro a ese.
    en fin dejare volar la creatividad y algo saldrá , ya ves que soy incontinente cuentoso, es decir los cuentos se me salen y ni cuenta me doy , Besitos y Cuidate mi querida Biblio. Shalom!!

    Responder
  • Llevándola estaban.
    Era urgente que se encontrara en el pueblo lo antes posible.
    El crudo invierno ya estaba instalado y el oro del cuerpo de la estatua del príncipe, las aguas marinas que hacían de ojos, los rubíes de sus labios, las perlas de sus botones,, todo iba a ser desmantelado para darle a los pobres de allí.
    Pero una golondrina de cinco metros se cruzó en el camino, haciendo descarrilar al tren, y se llevó la estatua.
    El príncipe vivió feliz, junto al ave, pero esa temporada, la mortalidad e índice de enfermedad del pueblo subió muchísimo.

    Responder
  • Titulo: Hombre de poca fe

    La luz lo maravillaba. La sentía sobre su piel como un religioso siente a dios en su espíritu. Era fascinante el calor que bañaba su piel, sin embargo, no creía en ella del todo…era ciego.

    Responder
  • FRANCISCO JAVIER
    06/10/2010 2:25 pm

    2012

    En la ciudad todo el mundo dormía… La luna acaba de asomar, majestuosa, sobre el horizonte iluminando todo el cementerio. Las sombras comenzaban a moverse. En el fondo de los sepulcros, las desvencijadas maderas de los feretros se resquebrajaban. Y las lápidas se elevaban o se descorrían. Uno a uno los muertos fueron saliendo. El año del Fin del Mundo había comenzado. En la ciudad todo el mundo temblaba…

    Responder
  • El hambre me había vencido, la sed me hacía recordar el cariño de mi madre; la carretera no parecía tener fin pero yo habría de llegar hasta mi destino, como lo había prometido.
    Me desplomé en el suelo, pero mi cuerpo siguió caminando.

    Responder
  • De nuevo me encuentro en la encrucijada de mi vida,
    más adelante me espera mi nuevo destino alejado del
    mundo en el que vivo, y atras me espera la responsabilidad he evitado toda mi vida, no tengo idea ya de quien soy, o quien quiero ser. Continuare mi camino hasta volver a empezar.

    Responder
  • Después de suspirar profundo vio a todos rodeándolo con fuertes jadeos y gritos de guerra. Cualquier movimiento que hiciera era un pase seguro a la muerte. Volvió a cerrar los ojos y, al ritmo de una cancioncita, decidió qué pierna sería la primera en perder.

    Responder
  • DECISIONES

    Sobre el borde del precipicio, el solitario personaje seguía pensándoselo una y otra vez, pero, finalmente, retrocedió unos pasos.
    Sus excusas, se lanzaron primero.

    Responder
  • Era el fin del mundo, acudió a ello lo mejor preparado que pudo. Casi parecia un super héroe, casi se sentía uno. Pero había olvidado lo más importante. Dolorosamente se quedó ahí, como espectador, cediéndole el protagonismo a su cobardía.

    Responder
  • PARA EL CONCURSO 59

    Cualquiera que me vea tirado en el césped, vigilando una estatua con un catalejo… Pero es que estoy convencido de que cada día cambia de postura. Llámenme loco. Incluso ahora que vigilo su espalda me atrevería a asegurar que se ríe de mí poniendo muecas.

    Responder
  • Mayolo Alcantara
    09/10/2010 1:43 pm

    Como sea: última o primera visión, desde esta incómoda posición horizontal, la vista no es buena. Además el abrigo de terciopelo del tipo ese arriba no me da mucha confianza.

    La parroquia es sin duda alguna la de la Santa Bamba. Y veneran la escalera chica que lleva al cielo. La otra, la grande, esta en el vaticano.

    Responder
  • Mayolo Alcantara
    09/10/2010 1:45 pm

    el dia 29 no estare disponible!!!

    Responder
  • J.M. Agúndez Espinoza
    10/10/2010 9:12 pm

    PENUMBRA

    A lo lejos sobresale un solitario poste del tendido eléctríco de la colosal ciudad. Más allá, en lo alto la imponente luna. En cambio él, a docientos años de liberar a una nación lo acechan las sombras.
    Hoy día casi todos los que escriben la historia estan convencidos de que fue un cabrón bien hecho.
    Sólo su dignidad lo sostiene en pie.

    Responder
  • EN TUISTAYÁN HAY UNA ESTATUA

    En la boca, la cabeza, las postales, las crónicas, la vida; en todas partes está esa estatua, menos en la plaza donde debería.
    Parece ser un embuste para atraer a quienes buscamos el magnetismo de un misterio.
    Vi estatuas humanas por todo el pueblo tratando de representarla.
    Frustrado por la ausencia de la estatua me emborraché, golpeé la pared de mi cuarto de hotel. Sonó como un metal, como una dentellada de bronce sobre hueso.
    Corrí desesperado por doquier golpeando, como se llama a una puerta, las paredes de todo el pueblo. La carrera trajo un regusto de fierro a mi garganta. Esto no parecía Tuistayán si se le miraba a golpe de oído, sonaba a la estatua de un pueblo, de aquel magnético que había atraído mi curiosidad desde el principio.

    Sigo intentando irme.

    Responder
  • LUZ BAJO LOS PÁRPADOS

    ¿Alguien ha experimentado la sensación que dan las imágenes antes de dormir, es decir, las imágenes que poco a poco se convierten ya no en pensamientos, sino en el principio del sueño? Eso me gustaba de niño. A veces aparecía algún rostro deforme, alguna criatura fantástica o un paisaje visto desde el cielo, como si estuviera volando. En fin, era la mejor manera de terminar el día antes de perderte en el descanso, sentir que estabas en un mundo diferente. Aunque no es una buena idea convertirse en un fanático de este tipo de placer.

    Hace un mes, cuando el sueño me estaba venciendo, apareció la primera luz. Al cerrar los párpados, vi una luz tan intensa que me hizo abrir los ojos. Intenté volver a dormir, pero de nuevo el destello apareció. Tal visión no voluntaria me impedía conciliar el sueño. Después de tres días de insomnio, no tuve más remedio que ir al doctor.

    El remedio de todo mal es encontrando su raíz, me dijo. Si lograse descubrir cuál era el origen de aquella visión, sabríamos cómo erradicarla. Y así tuve que sufrir de más insomnio, mientras aguantaba la luz manteniendo los párpados cerrados, intentando descifrar su significado.

    Una noche, al fin lo conseguí. Aquel destello tan fuerte no era otra cosa que un sol. Una copia perfecta del sol, tan real, que parecía una película incrustada en la parte interior de mis párpados. Poco a poco se pintó el fondo de azul, mostrando un hermoso cielo. Más, abajo, descubrí una ciudad de arquitectura limpia y perfecta, con árboles en cada esquina. De ve en cuando, pasaba algún automóvil a velocidad moderada y manejando con prudencia. La gente iba caminando de un lado a otro sin ninguna señal de preocupación, como si vivieran en el mejor de los mundos. Todo era perfecto. Hasta que la imagen se esfumó.

    Tardé tiempo en comprender que sólo mirando fijamente al sol, por un buen rato, la imagen se volvía a pintar dentro de mis párpados. Y así lo hice. Cada vez descubría más y más cosas de la perfecta ciudad, después de mirar por un buen rato al intenso destello imparpádeo. Hasta que sonó el despertador. Abrí los ojos. Y ya no vi nada. Me había quedado ciego por mirar tanto al sol.

    Aun así puedo caminar sin problema, y sin utilizar ningún bastón. Tan sólo cierro los ojos y dejo que mis pasos caminen por las calles de la perfecta cuidad que habita dentro de mis párpados. Además, la gente es mucho más educada que la normal. Incluso ya entablé amistad con algunos de ellos.

    Responder
  • Gilberto Marti Lelis Sánchez
    11/10/2010 2:02 pm

    Título: EL GOLEM
    «Encuentra y mata», instruyó el hombre al bruto antes de que éste lo apretara entre sus brazos hasta hacerle crujir los huesos. Ya en el piso, agonizante, el hombre lo vio alejarse con pasos torpes.

    Responder
  • Irse.
    Nuevamente lo intenta. Echa a andar, camina; más no ha dado unos cuantos pasos cuando ya alguien lo recuerda y piensa en él.
    Suspira, menea la cabeza e inicia una vez más su propósito de alejarse. No puede cambiar de decisión. No puede volver. Tiene que intentarlo una y otra vez hasta que finalmente pueda irse del todo.

    Responder
  • EL EXTRANJERO
    Miguel Antonio Lupián Soto

    Hace unos meses, un extraño hombre nos salvó. Nadie supo su nombre, su procedencia. Llegó en silencio con la frente en alto y se fue de la misma forma. Atravesó, con la mirada siempre fija en las estrellas, la ciudad sin importarle la tormenta. Sólo se detuvo cuando el agua le llegó a la cintura. Y justo cuando la gran ola amenazaba con devorarnos, gritó en una lengua ajena y reverberante. La ola rompió antes de llegar a la playa, el cielo se abrió y las aguas retomaron su nivel. El extranjero regresó sobre sus pasos hasta perderse en el horizonte. Por eso, hoy develamos esta estatua en su honor.

    Responder
  • ALDO MUJICA
    12/10/2010 11:53 am

    Ese gran círuculo brillante manchando esa infinita cortina oscura que es la noche me permitÍa ver cada paso, breve, calibrado por el miedo que produce lo desconocido. Al los lados, el esbelto follaje de los cuales se observan rendijas, dan el presentimiento, produciendo una corriente eléctrica sobre mi cuerpo, de que soy observado escrupulosamente, que son «ojos», solo eso, sin encontrarse en su lecho natural, dentro las órbitas de un craneo, simplemente están suspendidos, flotando y girando con la orden dada por mis movimientos taciturnos, alimentandse del miedo. Me sucedía de niño, el temor a la oscuridad, y a resurgido hoy que camino entre lo desconocido, en una tierra ajena donde hasta para esos fantasmas soy extranjero, ilegal, aprovechado. Me da un ataque de risa, pero de algo estoy seguro, nadie de este mundo o del limbo podrán frenar la migración.

    Responder
  • IN MORTEM MAGIA

    El desilucionista le concedió al mago elegir su muerte. Desde entonces hay un mago petrificado en el jardín principal.
    Su pequeño huérfano visitaba a diario ese cadáver-cripta que descansa de pie. Iba nadamás a mirarle la sombra, esa que seguía igual a la de su padre en vida. El hombre sólo le había enseñado a su hijo que la magia sigue aún cuando el mago se ha ido. El chico ya no lo cree. Le reprocha no haber inventado el mayor truco: volverse magia.
    El desilucionista robó el sombrero como precaución. Una venganza se fue pudriendo en las manos del vástago.
    Hoy, frente a la estatua, el niño deja de ser niño. Mira a su padre.
    Busca bajo las mangas de piedra.

    Responder
  • Con el traje roto y desplumado no pudo sino alzar la vista y darse cuenta de que, en realidad, nunca volaría.

    Responder
  • Egoísta

    Un día se cansó de hacerse el héroe. Quería tener una vida normal; ser un ciudadano común. Ayer ayudó a los pobres, anteayer lucho por la igualdad. Hoy sólo pensó en él y se lanzó a vivir.

    Responder
  • Jano Durán
    15/10/2010 1:54 am

    El Nacimiento (#59)

    Por fin lo había conseguido, no era una ilusión más, ahora se encontraba frente al verdadero camino ¿Y como llegó a la lucidez?

    No fue para nada simple, desde épocas antiquísimas decidió emprender su búsqueda, vio sentimientos desvanecerse solo para renacer nuevos, confrontó incontables contradicciones, cruzó más de trecientas fronteras algunas de ellas incluso por infrahumanas cloacas, conoció un sin fin de sabios y orates, haciendo por todos lados la misma pregunta que lo atormentaba, llegó al punto último donde no se aprecia el tiempo ni el espacio, pero no fue hasta que decidió volver al lugar donde todo comenzó y en un postrimero momento de profunda soledad fue cuando comprendió que la respuesta siempre había estado ahí, solo que él aún no había nacido para verla, ahora era absolutamente libre.

    Responder
  • No vamos a felicitar a Vargas Llosa….?

    Responder
  • -¿Podrías ayudarnos?
    -…
    -Por favor, respóndeme. Hace años que nadie ha venido para revisar el mantenimiento del centro satélite-cibernético.
    -…
    -Dime cómo podríamos comunicarnos con la Tierra. Mi abuelo me contó sobre un código de morsa, o algo por el estilo. Sólo ásí podremos informarles de nuestra situación aquí en la Luna.
    -…
    -Vamos, háblame. Dime en dónde están tus instrucciones. Yo sé que también eres un robot y no un simple poste, como muchas veces nos contó mi abuelo.

    Responder
  • El coleccionista

    Salió al rescate de letras fugaces en la quimera del tiempo; las atrapó una por una. Formaba pequeños cerros, escogía las mejores. Las formaba por tamaños, por sonidos. Coleccionándolas en cajitas de colores que se llenaban hasta el borde y derramaban princesas y sapos. A veces salía un hada, encantada de posarse sobre las flores del jardín o un duende que brincaba entre sus manos. Una tarde dibujó con tinta tierras desconocidas y desapareció entre la bruma de una ciudad desierta

    Responder
  • Están bonitas tus minificciones tocaya. Beso.

    Responder
  • X
    La fotografía era borrosa y mínimo discutible. La navaja de Occam nos hacia dudar que la explicación más sencilla fuera la existencia de alguien (algo) con cuatro extremidades y una cabeza.

    Responder
  • PRESIÓN BAJA LOCALIZADA CON UN FRENTE FRÍO
    No se sintió en peligro por el viento hasta que las ropas de la estatua empezaron a ondear.

    Responder
  • Mingo

    La foto ha pendido en el comedor desde que me acuerdo. Mi madre siempre dice que la tomó con una cámara que mi padre le regaló cuando se casaron. Él murió antes de mi tercer cumpleaños, y lo recuerdo poco. Pero cuando pienso en él recreo la imagen que cuelga junto al trinchador, y a veces creo que nos parecemos un poco.

    Ayer me dispuse a cambiar el marco. El anverso de la foto decía: para Domingo, con amor. Tu hermanita. Cosas del destino, entendía que el hombre de la foto no fuera mi padre. Sin embargo, jamás hubiera imaginado que mi tío Mingo -en prisión, también desde que recuerdo- fuera el hombre retratado con la gabardina que, hace ya muchos años, usó mi padre la noche en que lo mataron.

    Responder
  • La decisión.

    Y en ese momento él se quedó solo, en esa tarde obscura sabia que tenia que tomar la decisión pero no entendía como, así que camino y camino, como si el echo de andar fuese un ejercicio para dejar de pensar, pero no fue así, caminando por esa calle iba reflexionando lo que desde 10 años atrás seguía inquietándolo, saco esa pequeña botella dentro de su abrigo y tomo, dejo de pensar por ultima ves en la decisión, dejo de pensar un solo momento.

    Retomó nuevamente, la difícil tarea a emprender pues deseaba sentir ese pequeño empujón de una botella de licor empinada hasta el fondo, pero nada, bebió todo y seguía sintiendo inquieto.

    Detuvo su andar un momento y respiro, beber de golpe lo dejo algo sin aliento, sujetado de la pared retomo fuerzas y siguió su camino, era inevitable, pero al acercarse más y más a esa puerta las piernas comenzaron a negarse, el sudor de su frente era mas evidente y los calambres internos le hacían casi imposible llegar.

    Finalmente toco, una sonrisa alegre de una mujer hermosa y madura lo recibió, – hola, finalmente lo lograste – , él simplemente asintió, – pasa – ella lo tomo del la mano y le dijo – espera aquí, en un momento regreso -, él sentía que el pecho lo traicionaba pues no lo dejaba respirar, sentado en ese sillón tan cómodo se calmó y dejo volar su imaginación, esa habitación le recordó el inicio de esa rara; pero intensa relación, el olor a madera, las aves de la ventana, el trabajo diario con las miradas cruzadas y claro esa foto en la pared donde ella sonríe, – él pensó, se ve feliz como siempre. –
    Ella apareció de pronto suave y sutil acercó su cuerpo al de él y dijo -¿porque tardaste tanto?, supuse estarías aquí temprano, – él solo la miro, tan fijo que ella enrojeció, la tomo de la mano y mirándola no hubo más que decir.

    Al día siguiente él caminó de nuevo por aquella calle y de espaldas recordó, — hace 10 años solo la deseaba, hoy simplemente la ame — se que estoy completo… FIN

    Responder
  • ESPERA
    De qué horror informe huyen las estatuas? ¿Llegará alguna vez? Nos hemos acostumbrado a su pánico de bronce y a su lenta, infinitesimal, huida.

    Responder
  • Desde que salí de la mina y me volví «una celebridad», la gente cree que tengo la obligación de sonreír, de agradecerles, de ser de ellos, de contestarles feliz las preguntas más estúpidas que he escuchado en mi vida. Nadie me ha preguntado sobre mi soledad, sobre qué cambió en mí adentro de esa puta mina, nadie me ha preguntado nada. Al carajo el mundo que yo sigo caminando a un mejor lugar…

    Responder
  • “La inercia”

    Ve el poste de luz y lo juzga un buen lugar para colgarse. Sin pensar en nada, emprende el camino hacia él. Al rato le parece que el poste está más lejos que al principio. Se detiene, se rasca la cabeza, y retoma la marcha con paso enérgico. Tras unos minutos, vuelve a pararse. Observa el camino andado, luego al poste; bufa y rebufa. Toma aliento, y comienza a trotar. Varios cientos de metros después, su meta se ha empequeñecido aún más en la lejanía. Se refriega los ojos, se acuclilla, impreca, se yergue, y se echa a correr como si le siguiera el diablo. Se le van mares por la piel y siente un pez muerto en la boca. Pero no deja de correr. Se vuelve todo piernas a pesar del dolor que lo atenaza. Y se da a llorar como un niño o un cobarde. Y de improviso, cuando el poste se extingue en la distancia, ya no siente nada: ni pena, ni soledad, ni temor. Salvo la inercia de seguir corriendo más allá de su cuerpo abandonado junto al poste.

    Responder
  • MONUMENTO

    Desde que el primer Alipio Zalapa fue presidente de Charo, cada generación ha tenido un Alipio siguiendo los pasos de su predecesor. En su estirpe han nacido gobernadores, senadores, diputados, jefes políticos, el rector de una Universidad y un precandidato a la presidencia de la República.

    Pero él no quería eso, decidió andar por otros caminos y no seguir la ruta de su sangre. Se dedicó a escribir y se fue lejos, donde su posición y su cuna no lo obligaran a ganar sin merecer.

    Después de tres novelas mediocres y dos infortunados libros de poemas, regresó a La Goleta, con las manos en los bolsillos, la derrota en la frente y la vista en el suelo. Fue recibido por el pueblo en fiesta. Las mujeres lanzaban conffeti, la banda tocaba Dianas, los hombres bebían, las ollas hervían y un comité de personalidades distinguidas del Honorable Ayuntamiento, recibía con palmas y lisonjas, al poeta goletano, leyendo en el altavoz su fina lírica.

    Esa mañana su cuerpo frío, con un tiro en la sien, fue levantado del monumento que el pueblo de La Goleta había mandado levantar a Don Alipio Zalapa, su más distinguido literato.

    Responder
  • Muchas gracias, Fer. Un beso.

    Responder
  • Muy interesante, pero trágica tu historia, tocaya.

    Responder
  • EMPRESA TRASNACIONAL SOLICITA…
    Miguel Antonio Lupián Soto

    La sala de espera estaba atiborrada de tipos vestidos con mayones de colores estrambóticos, con capas largas y antifaces ingeniosos. Había musculosos y panzones; altos y chaparros. Atravesó la sala con la mirada baja: sentía pena de su disfraz: unas botas sucias y una gabardina carcomida por las polillas. Entregó el curriculum a la secretaria cadavérica y se sentó en la única silla que quedaba disponible. Lo pequeño de la habitación, la gruesa alfombra y lo bajo del techo, el bullicio, los nervios y el cansancio por una noche ajetreada, terminaron por sofocarlo y cerró los ojos por unos segundos. Despertó cuando sintió la mirada penetrante de la secretaria desgarbada. Era su turno. La sala de espera estaba casi vacía. Se peinó el cabello con las manos y se incorporó lentamente. Antes de abrir la puerta del despacho se acomodó la gabardina y rogó porque hubiera una ventana abierta en su interior. Al entrar una ráfaga de viento alborotó su cabello y la gabardina ondeó heroicamente. Se colocó las manos en la cintura y sonrió mostrando sus blancos y parejos dientes. El entrevistador, un viejo obeso de mejillas rosadas y ojos azules, aplaudió de pie y lo invitó a sentarse. Después de discutir sus proezas más sobresalientes, como el rescate de veinte bebés atrapados bajo los escombros y la disminución del índice delictivo en su colonia, el viejo obeso sacó una pistola del cajón y le disparó silenciosamente en pleno pecho. Aventó el cuerpo exangüe por la ventana, se acercó al intercomunicador y, apretando un botón rojo, ordenó: El que sigue.

    Responder
  • Muy bueno Empresa Transnacional… Saludos.

    Responder
  • Gracias a Fernanda me di cuenta de mi error de dedo. Así que aquí va de nuevo:

    EMPRESA TRANSNACIONAL SOLICITA…
    Miguel Antonio Lupián Soto

    La sala de espera estaba atiborrada de tipos vestidos con mayones de colores estrambóticos, con capas largas y antifaces ingeniosos. Había musculosos y panzones; altos y chaparros. Atravesó la sala con la mirada baja: sentía pena de su disfraz: unas botas sucias y una gabardina carcomida por las polillas. Entregó el curriculum a la secretaria cadavérica y se sentó en la única silla que quedaba disponible. Lo pequeño de la habitación, la gruesa alfombra y lo bajo del techo, el bullicio, los nervios y el cansancio por una noche ajetreada, terminaron por sofocarlo y cerró los ojos por unos segundos. Despertó cuando sintió la mirada penetrante de la secretaria desgarbada. Era su turno. La sala de espera estaba casi vacía. Se peinó el cabello con las manos y se incorporó lentamente. Antes de abrir la puerta del despacho se acomodó la gabardina y rogó porque hubiera una ventana abierta en su interior. Al entrar una ráfaga de viento alborotó su cabello y la gabardina ondeó heroicamente. Se colocó las manos en la cintura y sonrió mostrando sus blancos y parejos dientes. El entrevistador, un viejo obeso de mejillas rosadas y ojos azules, aplaudió de pie y lo invitó a sentarse. Después de discutir sus proezas más sobresalientes, como el rescate de veinte bebés atrapados bajo los escombros y la disminución del índice delictivo en su colonia, el viejo obeso sacó una pistola del cajón y le disparó silenciosamente en pleno pecho. Aventó el cuerpo exangüe por la ventana, se acercó al intercomunicador y, apretando un botón rojo, ordenó: El que sigue.

    Responder
  • Milton Rodríguez
    23/10/2010 9:59 am

    El Príncipe olvidado.

    Había envejecido, cayó de un asteroide. Desde entonces no recobra la memoria, sólo continúa caminando —sin salirse—por las apartadas vías del tren, llorando sin decidir el motivo, por las piedras que se cuelan por los agujeros de sus botas viejas y calan en sus pies o por los aviones que despegan y rugen a sus espaldas siempre de imprevisto. A veces, cuando está cansado, se sienta a ver a los pájaros, sollozando y sin saber por qué, extiende los brazos.

    Responder
  • Paula Ortiz Millán
    23/10/2010 2:53 pm

    DESTINO

    El único camino eran sus ojos de esmeralda, distantes de este mundo, inundados por esa expresión de furia, de suplica por lo que había perdido.
    Yo lo miré sin saber qué hacer, cómo confesarle que yo tampoco sabía una manera de regresarle su final feliz. Presentí que el silencio ya no sería suficiente para caminar juntos…
    “Mis recuerdos se perdieron hace tanto”, me hubiera gustado decir, sólo así se justificaba que no pudiera regalarle la calidez de los rayos de un sol ni la sensación de la arena entre los dedos de los pies.
    “Ojalá un día pudiera recuperar al mundo como tú lo recuerdas”.
    Fue en ese momento cuando nuestros caminos se separaron, él siguió avanzando hasta dejarme tan atrás como si nunca hubiera existido. Él ya no estaba dispuesto a esperar y yo no estaba en condiciones de protegerlo: había escogido reescribir esta vida…
    Confieso que soy tan culpable como mi amado amigo por desafiar las leyes de la naturaleza, los votos que hicieron nuestros antecesores y nuestro propio juramento de amistad.

    Responder
  • ¿Se vale corregir? a mi me faltó un acento en la primera mini y el punto final en la segunda.

    Responder
  • De frente.

    Para ti, que te quedas, me voy. Para quien me espera, apenas avanzo. No hay tiempo en este paso que doy.No hay, tampoco, pausa. Sólo es una lucha entre yo y las sombras que me alcanzan por la espalda. Entre el deseo de alcanzar la luz que veo y el cansancio que me ata casi subrepticiamente al suelo. Camino, paso a paso, sin prisa ni pausa, sin saber qué hay en la luz, sin saber qué hay en la sombra. Sólo deseándo lo uno y lo otro no. Pero la noche da pasos más largos que yo.

    Responder
  • ALTERNO O COMO LLEGAR A LA CURA.

    En este extraño universo paralelo la vida transcurre en blanco y negro; una maravillosa escala de grises, casi siempre llueve y a nadie le importa. El invierno es perpetuo y nos gusta, tan solo tenemos que abrigarnos un poco más.
    En los cines, entre el murmullo de la asistencia, el Replicante puede que escape, quizás correteando entre las butacas, nunca lo sabemos con seguridad y Deckard no muere jamás.
    La música para enamorados escapa de aparatos eléctricos y la noche es mas larga que el día más grande, siempre…
    Es este universo alternativo y voraz, la nostalgia es un bien apreciado y la juventud un lugar a visitar cuando la rutina te consume. En el mundo gemelo la penúltima cifra del calendario siempre es 8.
    Allí las muñecas de las niñas son blancas de ojos negros como el carbón mas oscuro y siguen tus pasos vigilando el sueño, el hombre araña…ya sabes.
    Al inicio de una carretera que no lleva ningún sitio, con el sol cortado a navaja de nubes negras, sonaran los acordes de Love song y verás la estatua de Robert Smith…

    Responder
  • Lola Cabrera
    25/10/2010 6:21 pm

    De retorno
    Caminaste mucho. Como antes. Siguiendo la helada luz. te congelaba, pero, como antes, pegaste los brazos al cuerpo, aspiraste el aire con olor a río, el Weser, y seguir era una recuperación. Paso a paso las imágenes adquirían nitidez y te entritecían y te alegraban y te confundían, pero las deseabas. Tu abrigo se levantaba y te endurecía las piernas cobardes que no se animaban a continuar. Tú sí lo hiciste, sabiendo que te inundaban las emociones. Acercarte era borrar tu pasado reciente, querías volver y no dejar atrás los olores, los rostros amables, las miradas maravilladas con tu presencia, las educadas voces, los besos casi negados, pero siempre rendidos, la compañía inesperada y apabullante, pero sobre todo los abrazos…Esos no querías dejarlos y sentías que aquellas manos gigantes y pecosas y resecas, monstruosas de tan extrordinariamente protectoras, se escapaban, pero retornaban latentes en tu memoria, en la de tu piel, en la de tu cuerpo y en la de tu incesante mente reflexiva y castigadora. Entonces te preguntaste ¿de verdad quedó todo atrás o puedo reaparecer este todo como en un hechizo solar? Y tu meditación quedó interrumpida por el incesante calor que emanaba del sol y bañaba estas tierras mexicanas tan lejos de tu río y tu naturaleza y el olor a cerveza espesa cuya espuma, ahora, parecía deshacerse y secar la humedad de tus ojos. Pero no toda. Soltaste los brazos. Ya no era necesario abrazarse a sí mismo. El cálido olor de aquellos brazos te rodeaba, estaba dentro de ti, clavado en tu memoria y acolchando tu corazón. Apenas una brisa incandescente seguía levantando el falso de tu abrigo. Levantaste sin pena el rostro, respiraste y con valor te dejaste llenar de estas tierras ahora extrañas para ti (¿sólo ahora?), pero, eso, cálida. ¿No es así? Afrontas esto, ¿verdad? No importa, ya lo sabes, que sigas siendo un ser extaño, con tu abrigo de invierno, tus botas de baile punk, tu muy negra cabellera de noches de metal y tus ojos siempre descansando sobre un lecho de río, de mar del norte, de agua que lleva y trae. Ahora,sí, tu suspiro lo revela, pues sabes, es momento de decidir, de retornar.

    Responder
  • Monólogo de piedra

    Al mundo le conviene que yo conozca su historia. Yo, reloj de sol. Yo, sombra que camina sola. Mi boca cerrada es su mejor dominio, pues si mi cuerpo hablara caerían más de mil muros. Pero es mi paz lo que inquieta al hombre relegándome a la memoria, esa madre que nos olvida, y al abrazo de mierda de algunas ratas aladas. Tú, hombre con miedo, me has brindando el peor de los honores; me has dado la inmortalidad a cambio del silencio.

    [palabras encontradas en el Kinder «Palomino», anteriormente Plaza de Armas. Chihuahua, Chihuahua, 1987]

    Responder
  • Daniel era onírico en un mundo real, sabía matemáticas, descifraba códigos, entendía de lenguajes, pero no sabía sonreír, desconocía lo que implicaba subir montañas, tocar la piel,oler el frió, saber que se siente ser feliz. Daniel vestía de negro porque no le quedaba más que parecer uniforme en un mundo que no lo concibió. Él llegó por error mientras los fantasmas soñaban con la vida que se les acabo. Daniel se daba cuenta que su piel se transformaba, brillaba, se descomponía hasta que decidió dejarse llevar por el nuevo mundo que se pintaba frente a sus ojos.

    Responder
  • REMODELADA

    Pilar tenía miedo. El riñón puso la primera piedra.
    La chica tropezaba con asientos, escalones y puertas que no estaban a la vista. Un entumecimiento le dejaba los dedos planos, incapaces de correr sin caerse por un teclado. En sus piernas crecía un jardincito en obra negra, una risita inmadura. Pilar descubre una columna que la sigue. Sus grietas varicosas son invisibles al ojo pero tan táctiles que al dedo le saben a púrpuras fríos.
    Se acuerda de su muerte anterior a su vida. Pasa la lengua por espacios de tapices rasgados con una multitud de grititos. Una muchedumbre de personitas solitarias la corona.
    ¿Qué hacía yo siendo este hospicio?
    Su corazón se detiene, el pasado es demolido. La boca de Pilar avanza, sonríe, rebota, se abre. A Pilar la dan por desaparecida, y no hay quien pueda asegurar que con su muerte termina por construirse el más colorido jardín de niños.
    En el patio un infante parece dejar en préstamo una figurita de plástico.

    Responder
  • Concurso 59

    Una tarde de viento y basura, Irma le dijo que no quería volver a verlo; él abrió los ojos y permitió que se secaran, para no llorar. Cuando ella se dio la vuelta, todo era gris (o blanco y negro). No se le ocurrió otra cosa, el cliché del perdedor que se enamora, desgraciado, de una persona que no le corresponde. No se paró de la barra hasta que el gorila de seguridad lo cargó y lo echó. Se arrastró hacia un parque cercano y decidió que dormiría allí. Antes de cerrar los ojos, confirmó que incluso la estatua le había dado la espalda.

    Responder
  • Creo que estoy a tiempo de rectificar, si no es así espero que Alberto tome el primer relato como bueno ,las prisas que no llevan a nada bueno. Gracias.

    ALTERNO O COMO LLEGAR A LA CURA.

    En este extraño universo paralelo la vida transcurre en blanco y negro; una maravillosa escala de grises, casi siempre llueve y a nadie le importa. El invierno es perpetuo y nos gusta, tan solo tenemos que abrigarnos un poco más.
    En los cines, entre el murmullo de la asistencia, el Replicante puede que escape , quizás correteando entre las butacas, nunca lo sabemos con seguridad y Deckard no muere jamás.
    La música para enamorados se crea en aparatos eléctricos y la noche es mas larga que el día más grande, siempre…
    Es este universo alternativo y voraz, la nostalgia es un bien apreciado y la juventud un lugar a visitar cuando la rutina te consume. En el mundo gemelo la penúltima cifra del calendario siempre es 8.
    Allí las muñecas de las niñas son blancas , de ojos negros como el carbón mas oscuro y siguen tus pasos vigilando el sueño, el hombre araña…ya sabes.
    Al inicio de una carretera que no lleva ningún sitio, con el sol cortado a navaja de nubes negras, sonaran los acordes de Love song y verás la estatua de Robert Smith…

    Responder
  • Fantasia y realidad.

    La mente de un escritor durante varios insomnios procreó un personaje, este personaje suplicaba ser plasmado en un trozo de papel. Después de un tiempo el personaje se hartó que su creador decidiera todo lo que le sucedía en su vida. Fue entonces cuando el personaje aceptó la invitación que le hacia la noche de confundirse con ella, vistiéndose en color negro, no reconociendo donde empieza o termina su sombra.
    Escondido en la noche, se desprendió de los complicados pensamientos del escritor, sin que nadie se percatara de su huida, ni incluso los otros personajes.
    Entonces traspasó la estrecha estría que divide la ilusión con la verdad, para mezclarse con los personajes de la vida real. Al salir la luz lo deslumbró, sintió como si resucitara, enfrentándose a su auténtica historia.

    Responder
  • El hombre que murió de estrés.

    El primer síntoma fue la gastritis, seguido por el insomnio y la conjuntivitis por las horas interminables viendo la pantalla de su laptop. Dedicando cada vez menos tiempo a la escritura de sus cuentos de horror fantástico, con dibujos de comiquero aficionado, y más al trabajo de la oficina. Menos reuniones con sus amigos y más juntas de negocios. Supo que su condición era crónica cuando una dermatitis brotó en sus párpados para acompañar a sus ojeras. Y lo peor de todo: esa horrible sensación de querer orinar con frecuencia como si hubiera bebido un barril de cerveza completo, sin haber probado gota de agua, que se agudizaba en las fechas de entrega.

    Le gustaba imaginarse así, como un superhéroe urbano, protegido por el anonimato de su aspecto de hombre común. Esta fue su última viñeta, vigilante nocturno y protector de la ciudad, en la cima del mundo viendo al horizonte. Hecho en la madrugada antes de sufrir un infarto al enterarse que sólo era dueño de escombros después del huracán.

    Responder
  • Harto de escuchar tanta historia de estatuas, dolor y caminantes, el joven decidió enfundarse en una vieja bolsa de basura y subir hasta una colina, en donde todos lo vieran, para hacerla de petrificado. Se escribieron historias en su honor, le inventaron pasados imposibles, ¡hasta lo llamaron «el héroe melancólico»!
    Al cabo de las semanas lo olvidaron, y riendo de los suyos, el joven se decidió a regresar. Le pasó sin embargo que sus dedos ya no respondían, su cara no giraba, sus ojos dejaron de parpadear. En su última visión estaba la ciudad y el mundo de gente, olvidándolo.

    Responder
  • HERRADO

    Quiso ser un hombre puro. Quiso olvidarse de las dolencias del mundo: crisis económica, guerras, terrorismo, globalización, y principalmente de la tecnología que tanto lo tenía agobiado y a la que poco entendía. Así que una noche de luna redonda abandonó el hogar, la familia, y todo lo que lo unía a este mundo decadente. Sus pasos lo llevaron hasta una montaña apartada de toda civilización, y allí, comenzó su nueva vida de ermitaño, llena de ayuno, oración y lectura de las santas escrituras. Su finalidad era, muy en lo profundo, poder llegar a hablar, de tú a tú, con el mismísimo Dios. Así pues, pasaron los días, luego años, lustros… Ya estaba harto de hablar para su coleto y de que el buen Dios no le respondiera. Pero una mañana nebulosa, mientras con efervescencia y plena convicción de fe le pedía a Dios ser respondido, el cielo se iluminó de pronto, y escuchó una voz aguardentosa: “Ahora, Dios lo ve todo y responde sólo a través de ‘Facebook’… ¡Risas infernales!

    Responder
  • Insomnio, el desconocido quinto jinete del Apocalipsis (a diferencia de Hambre, Peste, Guerra y Muerte que habrían de desatar el fin del mundo, el no era mencionado en las profecías) velaba el sueño de sus hermanos, labor que le correspondía por obvias razones.

    Llevaba siglos quejándose de su situación, se sabía merecedor del caballo negro más que Hambre, había incluso recurrido a la ciencia, recientemente se había descubierto que es hay más riesgos de morir por no dormir que por no comer. Pero como otras tantas veces le dijeron que los nombres de los jinetes ya estaban escritos y memorizados por la humanidad.

    En ello pensaba esperando el amanecer del fin de los tiempos y el sonido de la trompeta que habría de despertar a sus hermanos…tan afortunados ellos.

    Responder
  • EL FIN
    Cuando escuchó el estruendo, el único sobreviviente del apocalipsis miró por la ventana. El telescopio le mostró lo que había temido durante los meses anteriores en su encierro: habían llegado.
    Cerró todo, bajó al sótano y subió a una pequeña silla, se alzó en puntillas, se ajustó la soga al cuello y con la punta de los pies comenzó a sacudir el asiento.

    Responder
  • La Traición

    La revolución había terminado. El ahora nombrado Generalísimo estaba de pie sobre el pedestal donde antes se postraba incolume la estatua del dictador depuesto. Miraba a su pueblo a los ojos y les dirigía el discurso más hermoso que jamás hubieran escuchado. Tenía sus corazones en la mano y él con sus palabras les entregaba el suyo: la promesa de paz y una grán nación.

    Una mirada lejana a través de un lente poderoso lo observaba, lo medía. Seguía cada uno de sus movimientos acercándose sin titubeos al corazón que en su discurso entregaba pero que en su pecho daba los últimos latidos.

    En la plaza la multitud prorrumpió en frenéticos aplausos. Escondido en aquel bodegón el mercenario parpadeó por última vez, relajó los músculos, inhaló una gran bocanada de aire, lo exhaló mientras acariciaba el gatillo de su rifle y, sin remordimiento alguno, lo apretó.

    Responder
  • La Traición (final alternativo)

    La revolución había terminado. El ahora nombrado Generalísimo estaba de pie sobre el pedestal donde antes se postraba incolume la estatua del dictador depuesto. Miraba a su pueblo a los ojos y les dirigía el discurso más hermoso que jamás hubieran escuchado. Tenía sus corazones en la mano y él con sus palabras les entregaba el suyo: la promesa de paz y una grán nación.

    Una mirada lejana a través de un lente poderoso lo observaba, lo medía. Seguía cada uno de sus movimientos acercándose sin titubeos al corazón que en su discurso entregaba pero que en su pecho daba los últimos latidos.

    En la plaza la multitud prorrumpió en frenéticos aplausos. Escondido en aquel bodegón el mercenario parpadeó por última vez, relajó los músculos, inhaló una gran bocanada de aire y lo exhaló. Mientras acariciaba el gatillo de su rifle, ya sin fuerza, alcanzó a sentir un hilillo de sangre que escurría detrás de su oreja. Un momento antes, una bala silenciosa había atravesado el edificio y penetrado su cráneo evitando que se consumara la traición.

    Responder
  • NEVER MORE

    Edgar observó cómo se alejaba el cuervo, se dio cuenta de que no lo vería nunca más, algo dentro de sí le indicó que tras de esa partida iba a sumergirse en un estado de total melancolía. La visión alada le indicó que el final estaba cerca, sólo cuando el ave desapareció por completo en el firmamento, Edgar entendió que nada sería igual, never more, never more.

    Responder
  • PROMESA CUMPLIDA
    En la plaza del pueblo le prometió que volvería y que nadie lo iba a mover de este sitio. Pasaron los años. Él se hizo famoso; ella, vieja. Finalmente cumplió su palabra. Ahora, él custodia la plaza con la mirada fija, el gesto adusto y un brillo metálico en la sonrisa.

    Responder
  • LA META
    Como buena estatua de hierro que soy, mantengo la mirada al frente, en el punto donde la carretera que fluye a mi lado se pierde en el horizonte. Junto a mí, hacia atrás y hacia adelante, marcha un numeroso ejército de postes en perfecta alineación. Avanzamos, ellos y yo, respetando escrupulosamente nuestros lugares. La luna, las estrellas y el sol nos rebasan constantemente. Pero sabemos que algún día llegaremos a la meta.

    Responder
  • PROCER INVENCIBLE
    Soy una estatua vieja. Mi semblante, antes brillante y lozano, luce carcomido y negro. Hace años que nadie me limpia: han dejado que las enredaderas se metan hasta en mi entrepierna. Esta mañana, hombres vestidos de naranja, me han quitado las hierbas. Qué rico es el calorcito del sol, ya lo extrañaba. Estaba feliz. Y más aún cuando empezaron a zafarme del pedestal en el que he estado montado. Me subieron a un camión y reconocí, cuando llegamos a mi destino, el edificio en donde fui elaborado. Al fondo, el brillo de horno me hacía guiños. Claro que te recuerdo, gandalla, le dije y me quedé reviviendo la durísima y tormentosa etapa de mi forja. En eso estaba cuando me descubrí entrando de nuevo a su fauces, siendo testigo de cómo mi recia personalidad de prócer invencible se iba diluyendo.

    Responder
  • DESPERTAR
    Despertó, la luz del sol cegaba sus ojos. Movió los periódicos que tapaban su maltrecho cuerpo y se incorporó en la banca que servía como cama. Olió el aire a su alrededor: los tacos que servían en la esquina le recordaron que no había comido en días.Era hora de trabajar; se levantó con la cara al sol dispuesto a pedir algo de comer a la horrible realidad…

    Responder
  • Corazón de pollo
    28/10/2010 1:04 pm

    Donde se narra cómo una urraca puede transformarse en otra ave.

    A la sombra de la estatua cuya deslustrada cubierta hacía referencia exacta al oscuro personaje homenajeado, cavilaba sobre su carácter pesimista y se propuso cambiarlo. De pronto, una gran gota amarilla y viscosa cayó en el centro de su frente desde una urraca posada en la cabeza del monigote. Nada más fue maldecir al avechucho que recapacitar en su propósito; Óscar extrajo unos maltrechos papeles de su bolsillo y empezó a anotar: golondrina, golondrina, golondrinita…

    Responder
  • Guadalupe
    28/10/2010 3:12 pm

    Fue inmortalizado en esta imagen. Él, quien en las horas de angustia, mantuvo vivo el ánimo de esos hombres perforadores de entrañas terregosas. Los dotó de coraje y determinación. Fue forjado por sesenta y seis manos amigas en ese hueco profundo. Lo vieron recientemente saliendo de entre las llamas y escombros de una casa, con una niña en brazos, en la ciudad de Santiago. Y a partir de entonces su figura adquirió ese aspecto polvoriento, oscuro, y un liegero olor a madera quemada, a pesar de estar hecha de cobre. Y es aue El 34, así lo llamaban, existe. No fue una alucinación colectiva de los mineros atrapados como dijeron los medios.

    Responder
  • Guadalupe
    28/10/2010 3:15 pm

    Corrijo error de dedo en mi texto, dice «Y es aue» y debe decir «Y es que»

    Saludos a todos

    Responder
  • No miento, no se movía; era una estatua. Pero eso nadie lo supo, ni los que lo recogieron aún de pie, ya en absoluto rigor mortis. Era un vagabundo. Su estatua fue la única tumba que tuvo.

    Responder
  • EL BÚNKER
    Los vi llegar y recordé el peligro. Corrí, salté y me moví con una agilidad de la que no me sabía poseedor. Los frailes esperaban en el umbral de la puerta a que mi mamá los recibiera. Cuando por fin entraron me dirigí a toda velocidad hacia el terreno baldío. Ahí encontré una caja de metal oxidado lo suficientemente grande como para servir de escondite.
    Pensé. Pensé mucho y en muchas cosas, no entendía la razón por la cual mi madre quería que mi vida tomara ese curso. Tanto pensar me dejo exhausto. Me quede dormido en mi búnker herrumbroso.
    Escuchaba mi nombre entre sueños, muy a lo lejos. Mamá gritaba mi nombre. Desperté. El bunker tenía una mirilla, por la cual, podía ver a mi madre a pocos metros de mi. No supe que hacer. Miraba a mi madre gritar y buscarme con la mirada a lo lejos, inmóvil con los postes de luz al fondo. Miraba aquel cuadro en la mirilla. Salí de mi escondite y le suplique a mi madre que no me ofreciera a los frailes.
    Le recordé de esa vez en que, ella junto con mi hermana, me amenazaron de enclaustrarme en el seminario del pueblo.
    -Hay hijo, pero si solo era una broma ¿a poco si te la creiste?

    Responder
  • LA MISMA VOZ
    -¡Déjame ver!, ¿quién es?
    Si de tus ojos se alejara la soberbia. Si no tomaras en tus manos esta muerte. Si sólo tú no dieras al mundo un tinte oscuro, sonreiría. Verás tender las alas al sol de tu memoria y un horizonte sólo imaginado…
    -¡Quiero ver!
    …la línea finísima, sutilmente curva: la esperanza. Hay un miedo evaporándose en mi mente, una sangre a trote que enfurece. No te quedes ahí…
    -¡Quién es!
    …mirando la fotografía.

    Responder
  • – “…Esos vándalos entonces tomaron mis zapatos y los arrojaron a los cables de luz… nunca he tenido un disgusto tan grande en mi vida, ni siquiera con lo de tu padre. No supe que hacer, me quede ahí parado por horas, viendo mis antes bonitos zapatos nuevos; ahora convertidos en monumento a mi incompetencia.
    – No fui a la escuela, no volví a casa, ni siquiera me senté, me quede parado ahí todo el día, a pesar de que muchos chicos y chicas, al pasar, se reían al ver el espectáculo. Mi enojo , mi vergüenza y mi miedo (por haber perdido algo tan caro), eran demasiado grandes. Nunca he planeado tan ferozmente, m’ijo!
    – Cuando llego la noche me encontró mi padre y me regreso a cabronazos a la casa, mi madre lloraba, pero yo estaba decidido.
    – Ese mismo día cambio todo, cambie yo. A partir de ese día, esos zapatos se volvieron el acicate para trabajar como burro, para no dejarme, para no rendirme.
    – Los zapatos seguía ahí, poco antes de ke nacieras , pero cuando cambiaron los cables, no me dejaron volver a subirlos, por eso mande a construir la estatua, justo ahí donde contemple por horas mis zapatos…”

    Responder
  • FOTOGRAFÍA

    Aún recuerdo la sensación de estar en un museo cuando entraba al estudio de mi abuelo, el olor a cuero viejo y madera mezclado con su colonia barata, lámparas de aceite iluminando el lugar, objetos que me parecían raros; como un animal disecado o un globo terráqueo del cual ya no se veía casi nada. Tenía decenas de libros apilados sobre sí mismos y siempre le pregunté por qué no compraba un librero «me quita espacio en las paredes para colgar mis fotografías» decía; y es que mi abuelo era fotógrafo de profesión. Tenía colgadas por toda la casa imágenes que escogió como sus favoritas, fotos de cuando llegó por primera vez el Ferrocarril a su pueblo, cuando el Presidente de la República asistió a inaugurar una escuela, los primeros automóviles que circularon por aquí y hasta fotos del centro de la ciudad cuando era totalmente diferente; era como regresar en el tiempo a una época muy diferente a la mía, aunque fuera el mismo lugar.

    Pero sobresalía enmarcada justo en el centro de la habitación y en un tamaño muy superior a las demás la foto de un hombre (al menos a mí me parecía un hombre) visto de espaldas, simplemente parado ahí, viendo al horizonte. Lo que realmente le intrigaba de esa imagen es que él jamás tomó esa fotografía, apareció simplemente entre 2 fotografías más que tomó; como si hubiera decidido meterse ahí a la fuerza quién sabe con qué propósito.

    Él era muy cuidadoso y meticuloso con todas sus cosas y le gustaba documentar todo, el lugar, el día y el momento exacto de sus fotos; investigó dónde pudo haber tomado la foto o quién era el sujeto en cuestión, pero por más que hizo no pudo encontrar referencia alguna, ni recordarlo. Nadie conocía al hombre de la imagen ni podían ubicar el lugar de la foto.La enmarcó como si fuera su más grande logro y a todo mundo le contaba la historia, me padre siempre hizo menos su anécdota tachándola de un disparate o algún error al momento de revelar sus fotos.

    A mí siempre me gustó la fotografía en general, tal vez influenciado por las anécdotas que me contaba mi abuelo pero jamás la tomé como profesión. Al morir me heredó su vieja cámara y casi todo lo de su estudio, he tomado muchas fotografías pero me considero sólo un aficionado; aunque guardaré siempre sus cosas con mucho cariño.

    Hoy hace 10 años que murió mi abuelo, estuve acordándome mucho de él por que regresé de un viaje por el norte del país y recorrí muchos lugares que él visitó y fotografió; tomé cientos de fotos con una cámara digital y tal vez se sorprendería mucho si le contara hoy que en las fotografías que traje hay una que no recuerdo haber tomado… y es la misma foto de aquel hombre que permanece aún enmarcada en su estudio.

    Responder
  • Cairy Amamiya
    28/10/2010 11:40 pm

    Imaginó a un hombre que surgía de una pantalla de televisor en blanco y negro, como la que tenía su abuela antes de morir. El hombre en blanco y negro, ataviado con una gabardina, se quedaba parado en medio de la sala mirando al horizonte de una forma algo estúpida, justo como cuando terminó la película y ella se le quedaba viendo a él. Pasaban horas así, incluso días sin que él abandonara su puesto y ella, cada vez se enamoraba más de su figura silenciosa.
    Finalmente, un triste día, vería que en el semblante de su hombre de estática en blanco y negro, una chispa de color se iluminaba. Del horizonte surgiría su enamorada tanto tiempo esperada y que creía perdida para siempre (había desaparecido minutos antes del fin de la película).
    Ella permanecería quieta mientras los veía abrazarse con añoranza. Sabía que su hombre de estática ya no la recordaría más…
    Abrió los ojos y contempló el televisor roto. En sus manos aún quedaban algunos cristales de la pantalla, el resto estaban clavados en la feliz pareja que no era más blanco y negro sino de una fúnebre estática escarlata.

    Responder
  • HERRADO

    Quiso ser un hombre puro. Quiso olvidarse de las dolencias del mundo: crisis económica, guerras, terrorismo, globalización, y principalmente de la tecnología que tanto lo tenía agobiado y a la que poco entendía. Así que una noche de luna redonda abandonó el hogar, la familia, y todo lo que lo unía a este mundo decadente. Sus pasos lo llevaron hasta una montaña apartada de toda civilización, y allí, comenzó su nueva vida de ermitaño, llena de ayuno, oración y lectura de las santas escrituras. Su finalidad era, muy en lo profundo, poder llegar a hablar, de tú a tú, con el mismísimo Dios. Así pues, pasaron los días, luego años, lustros… Ya estaba harto de hablar para sus adentros y de que el buen Dios no le respondiera. Pero una mañana de nubes, mientras con efervescencia y plena convicción de fe le pedía a Dios ser respondido, el cielo se iluminó de pronto, y escuchó una voz aguardentosa: “Ahora, Dios lo ve todo y responde sólo a través de ‘Facebook’… ¡Risas infernales!

    Responder
  • «De cualquier manera, ella no estará aquí para impedirme que vaya. Es solo que este miedo es real y por momentos se me impone como una fiebre repentina, que me hiela la sangre y me nublala vista. El miedo, o la radiación del reactor en ruinas. Lo mismo da: ella no estará aquí para impedirme que vaya. Amor o miedo, fuerzas por momentos idénticas. Lo mío: ¿valor?, ¿locura?; qué importa en esta hora siniestra.»
    (Diario de un «Liquidador» de Chernobil; abril de 1986; Ucrania)

    Responder
  • Horacio Vidal
    29/10/2010 1:13 am

    Concurso #59
    Se calzó las botas de piel y se puso su abrigo preferido. Ese de terciopelo negro que Andrea le había regalado hace varios años. Pasó la mano a través de su larga melena negra y se dispuso a recorrer la ciudad. Sabía muy bien que sería la última vez que podría hacerlo. A partir de mañana mocasines bien lustrados y traje de tres piezas. Casquete corto y sumisión laboral. Adriansito o Andrita, aún no lo sabía, merecían eso y más.

    Responder
  • Horacio Vidal
    29/10/2010 1:19 am

    El último nombre propio es Andreita. Faltó una ‘e’. El último verbo es ‘merecía’ sin la ‘n’ final, es decir, en singular. Ahí va de nuevo, espero no haya bronk por la hora, el horario de oficina es absorbente.
    Concurso #59
    Adrian
    Se calzó las botas de piel y se puso su abrigo preferido. Ese de terciopelo negro que Andrea le había regalado hace varios años. Pasó la mano a través de su larga melena negra y se dispuso a recorrer la ciudad. Sabía muy bien que sería la última vez que podría hacerlo. A partir de mañana mocasines bien lustrados y traje de tres piezas. Casquete corto y sumisión laboral. Adriansito o Andreita, aún no lo sabía, merecía eso y más.

    Responder
  • Buenos días. Con este comentario se cierra el concurso 59, pero queda abierto el 60 (vía Twitter) durante todo este día y, por supuesto, esta sección de comentarios está abierta también, para quienes deseen recomendar sus textos favoritos. Los resultados aparecerán en breve. Gracias.

    Responder
  • Chin, nooooo!
    Alberto puede entrar mi historia estoy un poquito tarde?????
    La publico de igual forma…

    Responder
  • Redentor

    Primero bajó los brazos y los estiro en todas las direcciones, hacia arriba, hacia abajo, hacia atrás, con el propósito de recobrar flexibilidad antes de bajar del morro. Una vez que hubo descendido volteó la mirada para ver desde abajo el que había sido su hogar por tanto tiempo.
    Le hubiera gustado partir finalizado del carnaval, pero su misión no podía esperar. Era febrero y su fresca túnica le servía tanto para que su cuerpo estuviera ventilado durante ese cálido verano, como para pasar sin ser reconocido en medio de una galería de personas disfrazadas.
    Comenzó su viaje a pie camino al norte. Cruzó varias fronteras sin pasaporte ni visa. Más de una vez lo hizo arriba de un vagón de tren de carga, del que tuvo que saltar y esconderse de ladrones y autoridades. Tuvo suerte de no perder ninguna extremidad.
    Conforme se iba acercando a su destino, necesitó de un abrigo que lo protegiera del frío, nunca nadie le dijo que en el hemisferio opuesto las estaciones están invertidas.
    En la última de las fronteras fue secuestrado, vendido y torturado. Logró escapar de una masacre en la que murieron decenas. No les pudo devolver la vida pero su testimonio de sobreviviente, colocó a los mártires en la opinión pública.
    Desde la estación del ferry se supone que la podría ver, pero no fue así. Le preoupó que ya no existiera. Cruzó a nado porque no podía pagar el pasaje a la isla, además que en cada agente de seguridad veía el riesgo de deportación.
    La encontró de espaldas al suelo con las piernas abiertas, las vestiduras rasgadas y el rostro deformado por los golpes.

    Responder
  • Pos yo recomiendo los escritos de @letrascanibales y los de @petitelulu Yep, se ven interesantes unos un tanto más oscuros y los otros un tanto más hilarantes pero ambos viajados y chidos 😀

    Responder
  • Ahhhh el de @laloadc también está con madre!!!

    Responder
  • Mi favorito es Empresa Transnacional solicita… Saludos.

    Responder
  • […] 59 Gana el concurso en web el cuento ”Empresa trasnacional solicita” de Miguel Lupián, por su variación de humor negro alrededor de un tema clásico (y sumamente […]

    Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Entrada anterior
Ganador del concurso #58
Entrada siguiente
Ganadores de los concursos del sexto aniversario